TÍTULO: MORENÉS ASEGURA QUE EL EJERCICITO IGNORA LAS ABSURDAS PROVOCACIONES, SOBERANISTAS:La Pascua Militar de la reaparición pública del-Foto- Rey, mes y medio después de su operación de cadera, transcurrió de forma fugaz, pero uno de ...
La Pascua Militar de la reaparición pública del Rey, mes y
medio después de su operación de cadera, transcurrió de forma fugaz,
pero uno de los pocos mensajes políticos que se escucharon retumbó con
fuerza en el Salón del Trono del Palacio Real. Fue el ministro de
Defensa, Pedro Morenés, quien al final de su discurso salió al paso del
debate soberanista en Cataluña y aseguró, ante la presencia de Don Juan
Carlos, el presidente Mariano Rajoy y la cúpula castrense, que los
militares «están preparados, mantienen el ánimo firme y sereno, sin
atender a absurdas provocaciones, y cumplen calladamente con su deber».
El tono del ministro al mencionar las «absurdas
provocaciones» de los independentistas al Ejército se hizo fuerte y
pausado. Y no fue, en ningún caso, una reflexión gratuita, ya que las
siguientes palabras fueron para alabar la «unidad, honestidad,
generosidad y valentía» de los militares para la sociedad a la que
sirven «con tanto esfuerzo y a pesar de la difícil situación económica
que atraviesa España».
Lo curioso es que la crítica de Morenés llegó después de
que afirmara ayer, en una entrevista al diario ABC, que llevar a las
Fuerzas Armadas al debate político era «un error extraordinario», en
referencia a la utilización que se ha hecho del Ejército, como garante
de la seguridad y defensa de España, por parte de algunos políticos
catalanes defensores de posturas independentistas o cercanos a ellas.
Una instrumentalización que desde el Ministerio de
Defensa entienden por la «agitada» campaña electoral que ha pasado
Cataluña. En ese contexto explican la carta enviada en octubre pasado
por cuatro eurodiputados catalanes a la vicepresidenta de la Comisión
Europea, Viviane Reading, en la que le pedían que «impidiera la
intervención militar» española después de la polémica generada por unas
maniobras del Ejército del Aire en el Pirineo catalán, que causaron
«preocupación» a altos cargos de la Generalitat o al presidente de la
Diputación de Lérida, Joan Reñé, de CiU, entre otros.
En este contexto también subyacen los artículos de dos
coroneles del Ejército retirados, en los que defendían la unidad de
España frente al desafío independentista, y que causaron revuelo en
Cataluña, o el reciente editorial de diciembre de la revista Ejército,
que criticaba al presidente de la Generalitat Artur Mas y que le costó
el cese al general Luis Pontijas por expresar una opinión política en un
órgano de las Fuerzas Armadas.
«Tranquilidad»
El pasado 21 de diciembre, tras el Consejo de Ministros,
el propio Morenés explicó que la disciplina militar estaba para
cumplirla y el general Pontijas entendió su sanción «perfectamente», que
el Ejército estaba «tranquilo» ante la situación de Cataluña, que «sabe
perfectamente lo que tiene que hacer» y que a nadie le quepa duda de
que «estará a las órdenes del poder civil».
Por todo este embrollo «gratuito», explican fuentes
ministeriales, se justificaría la crítica de Morenés en la Pascua
Militar, ya que el ministro entiende como una falta de respeto utilizar
con fines políticos una institución como el Ejército que en los «largos
últimos años» ha demostrado una convicción democrática «fuera de toda
duda».
Aparte de esta nota política, los discursos de Morenés y
el Rey fueron en clave militar, donde la crisis y los recortes
protagonizaron sus intervenciones. El ministro se explayó más y explicó
que los presupuestos de su departamento imponen medidas de control y
reducción del gasto «muy duras», que obligará a hacer un esfuerzo
consecuente de reorganización de sus infraestructuras.
Esto incluye la «difícil» decisión del Gobierno con el
pago de 1.783 millones de euros de deuda contraída con la industria de
Defensa por los grandes programas de armamento, pero que es
imprescindible para mantener la credibilidad internacional de España.
El Rey, por su parte, en un discurso tan corto como la
Pascua Militar de este año, defendió la necesidad de «priorizar el
esfuerzo» para mantener las capacidades militares de las Fuerzas Armadas
en defensa de los intereses de España.
Don Juan Carlos pidió a los uniformados contribuir, «con
más ahínco si cabe, a la tarea colectiva de sacar adelante a esta gran
nación con esfuerzo, generosidad y espíritu de sacrificio», y destacó el
papel de la Unidad Militar de Emergencias en los incendios del verano.
TÍTULO: LA CRISIS HACE RETROCEDER EL MERCADO LABORAL EXTREMEÑO A NIVELES DE 2003,.
146.000 parados. Es la terrorífica cifra que políticos, sindicalistas y gente de la calle viene repitiendo desde el pasado jueves, día en que se ...
146.000 parados. Es la terrorífica cifra que políticos,
sindicalistas y gente de la calle viene repitiendo desde el pasado
jueves, día en que se conoció el dato de extremeños que cerraron 2012
apuntados a las listas del Sexpe.
Los números asustan más o menos en función de lo que
representan, pero además del dato del desempleo existe otro que también
debería llevar a la reflexión. El mes pasado estaban trabajando 360.721
personas de media diaria en la región. Es el número de afiliados a la
Seguridad Social y suponen casi 43.000 menos que los que había en
diciembre de 2007, siete meses antes de que el entonces presidente
Rodríguez Zapatero se atreviera a pronunciar por primera vez la palabra
crisis.
Así, la situación económica ha hecho que el mercado
laboral extremeño, la gente que está trabajando de forma legal, haya
retrocedido nueve años, a niveles del año 2003. Es decir, ahora mismo el
número de afiliados es el mismo del que había entonces. Como si de un
acordeón se tratara, la posibilidad de encontrar un puesto de trabajo se
reduce después de años de expansión.
Aunque parezca una obviedad, es bueno recordar que desde
el punto de vista estadístico el crecimiento del paro depende de dos
factores, el número de personas que quieren y tienen capacidad de
trabajar (lo que sería la población activa si estuviéramos hablando de
datos EPA) y la capacidad del mercado laboral de absorber a esa
población activa. En el primer caso, puede crecer la masa laboral por el
crecimiento demográfico (muchos de los que pueden trabajar ahora
nacieron a finales de los ochenta y comienzos de los noventa, cuando aún
la natalidad era alta), o por otros factores como la inmigración. Del
otro lado, el mercado también puede expandirse en función del incremento
de la actividad económica.
Es decir, puede suceder (y así ocurrió el pasado
diciembre), que el paro baje aunque se destruya empleo; o viceversa, que
se incremente el desempleo aunque se estén generando puestos de
trabajo. Además hay que tener en cuenta el 'efecto desánimo', parados
que ante la crisis ven muy difícil conseguir un puesto de trabajo y se
borran del Sexpe. O al revés, hay expertos que aseguran que en épocas de
recesión se intensifica la economía sumergida y aumentan los
trabajadores que siguen registrados como parados.
Tradicionalmente, la oportunidad de empleo en Extremadura
ha sido muy reducida, uno de los factores que explican la emigración de
mediados del siglo pasado. Pero en los últimos tiempos se están
perdiendo las cifras alcanzadas con la gran expansión de mediados de la
década pasada.
Cotizando
Los datos hablan por sí solos. Desde enero de 2008, el
desempleo registrado prácticamente se ha duplicado en la región, y ha
crecido en 69.742 personas hasta el último día del año pasado. En ese
mismo periodo, el número de afiliados a la Seguridad Social ha
disminuido en 42.775. Es decir, se han destruido casi 43.000 puestos de
trabajo en este tiempo. Las estadísticas de afiliación incluyen tanto a
los trabajadores del régimen general (asalariados), como a autónomos,
aunque cada vez trabajadores por cuenta ajena se ven obligados a
acogerse a este segundo régimen para ahorrar costes a sus empleadores.
Miguel Coque, secretario de Formación y Empleo de
Comisiones Obreras, apunta otro factor a tener en cuenta. En 2003, el
dinero que había disponible para políticas activas de empleo (escuelas
taller, talleres de empleo), era mucho mayor que el que hay en la
actualidad.
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