jueves, 31 de enero de 2013

DEPORTES, FÚTBOL, COPA DEL REY Atlético-2-Sevilla-1- TELECINCO 22:00./ CARLOS DE SUBE AL METRO TRES MINUTOS./ CANCIONES QUE MATAN,.

TÍTULO: DEPORTES, FÚTBOL, COPA DEL REY Atlético-2-Sevilla-1- TELECINCO 22:00.

El Atlético y el Sevilla dirimen la ida de la 'otra' semifinal

Una alternativa a los clásicos,.

La 'otra' semifinal de Copa vivirá hoy su primer asalto en el Calderón. El Atlético no podrá contar con Falcao, mientras que el Sevilla lo hará con la incógnita en la portería por la baja de Palop. A las 22.00 horas en MARCA.com, Radio MARCA y Telecinco.


TÍTULO: CARLOS DE SUBE AL METRO TRES MINUTOS:

En Buckingham Palace aún no están tan mal como para viajar en metro, por más que Carlos de Inglaterra luciese la mar de sonriente ayer en ,.
En Buckingham Palace aún no están tan mal como para viajar en metro, por más que Carlos de Inglaterra luciese la mar de sonriente ayer en su viaje. El heredero se subía al tren pero solo para conmemorar el 150 cumpleaños del transporte rey de Londres, que ostenta el título del suburbano más antiguo del mundo. Pero nada de un viaje en toda regla. Apenas estuvo tres minutos subido junto a Camila. Y, por supuesto, con sus correspondientes comodidades y privilegios, porque ningún mortal pudo acercarse a saludarlos. Les protegía un amplio cinturón de colaboradores.
Tomaron la línea Metropolitana en la estación de Farringdon hasta la contigua y concurrida de King's Cross. Y allí no se perdieron una visita a la famosa 'Plataforma 9 3/4', desde donde parte hacia la escuela de magia el famoso Hogwarts Express, el tren de Harry Potter.
La sensación de subir al metro no es nada nueva para el príncipe... aunque quizás la tuviese un poco olvidada en su memoria. Carlos probó el tren hace la friolera de 33 años. Concretamente en abril de 1979, cuando inauguró la última parte de la línea Jubilee. ¿Pasarán tres décadas otra vez hasta que se suba de nuevo? Desde luego, por el momento no se encuentra en sus planes utilizar la 'Oyster', la tarjeta automática recargable para acceder al metro que ayer le regalaron. Para eso habrá que esperar,.
TÍTULO: CANCIONES QUE MATAN,.
17 cadáveres en un pozo. El asesinato de los Kombo Kolombia recuerda la peligrosa relación que hay en México entre el narco y la música ...
Poco después de la media noche frenaron quince camionetas en la puerta de la cantina La Carreta, un local más o menos indecente a 40 kilómetros de Monterrey, la capital de Nuevo León (México). Cuentan que la noche estaba caliente cuando una marea de tipos bajó de los vehículos armados hasta las cachas y secuestró a 18 integrantes del grupo que tocaba en ese momento, 15 músicos y 3 miembros del 'staff'. No hirieron a nadie del público, cosa rara en estos casos. Sucedió el viernes. Maltrataron a los artistas durante cuatro horas, mientras los transportaban al matadero por caminos de tierra. Uno de ellos logró escapar, o lo soltaron, maltrecho por los golpes. Dos días después, llevó a la Policía hasta un pozo del rancho Las Estacas y allí, a 15 metros de profundidad, encontraron los cadáveres de sus 17 compañeros torturados, baleados y arrojados a las aguas infectas, irreconocibles en la mayor parte de los casos hasta para sus propias familias.
La Policía ve en la matanza del grupo Kombo Kolombia un ajuste de cuentas entre bandas, pero fuentes cercanas al caso tienen una hipótesis que solamente el miedo impide admitir como certeza: «Aparentemente... ha sido el Cártel del Golfo». ¿Cuál fue su culpa? El grupo de vallenato se había convertido en «un icono» de Los Zetas, el cártel rival. «Ellos pagaron la cuenta. Los mataron como un símbolo, para eliminar una marca de Los Zetas», admiten desde la confidencialidad.
El Kombo Colombia jugaba a un juego peligroso. A cambio de gustar y juntarse con las gentes del narco, ganaban en público, en leyenda, en mujeres guapas y en amigos con dinero. Les llovían los contratos en el territorio de los Zetas. Todos allí creen que el cártel llegaba incluso a patrocinar su carrera: «Ellos no tenían disquera». Así que se hicieron populares entre la peligrosa selva del mundo del crimen de México, donde ni las canciones terminan bien. El vocalista, Carlos Sánchez, que fundó el grupo en 2010, admitía haber alcanzado el éxito mucho antes que los demás. Estaba en lo alto de la ola, tal vez a su pesar. Según se cree en la zona, muchas de las fiestas y los conciertos de los grupos fetiche de las organizaciones criminales son una llamada para la venta de drogas en los locales.
Ese arriesgado compadreo que lleva a dedicar temas a amigos con nombres en clave -«que todos saben quiénes son»- ha terminado en tragedia, pero en México eso es el pan de cada día. Algunos de los bares que llenaban con su vallenato fueron antes escenario de sangrientos tiroteos. En julio de 2011, una docena de hombres armados entraron en el Sabino Gordo (uno de los locales de cabecera del Kombo) y se ventilaron a 20 personas, cercanas esta vez al Cártel del Golfo.
Partituras con sangre
Es verdad que hay canciones que matan, pero nunca habían sonado a vallenato, un ritmo procedente de Colombia ajeno hasta ahora a esta balacera típica de los narcocorridos. La cantinela es nueva; los cadáveres, viejos.
Hace tiempo que en México se terminó con aquella regla de cantina de western que prohibía a los clientes disparar al pianista. Luchas de clanes, drogas, poder, revanchas, mujeres, dinero, celos... Comenzó cuando algunos cantantes trinaron demasiado cerca de las bestias del narcotráfico. Uno de los primeros en caer fue Valentín Elizalde, estrella de narcocorridos, el género que narra los lances supuestamente heroicos de los traficantes y que ha llegado a estar prohibido por el Gobierno en radios y televisiones. Dicen que en la pieza titulada a 'A mis enemigos' hablaba de las hazañas del Chapo Guzmán, jefe del Cártel de Sinaloa. La canción era el himno del grupo. Sin haberlo buscado, era el artista de cabecera del clan.
En noviembre de 2006, a la salida del palenque de Reynosa, en Tamaulipas, unas gentes le ofrecieron cantar en una fiesta privada, supuestamente en terreno 'enemigo'. El 'Gallo de Oro' se negó y lo acribillaron con varias ráfagas de AK47. En 2011, un supuesto primo suyo quiso seguir su estela y lo consiguió. Carlos Vicente Ocaranza, 'El loco Elizalde', salió de un local y resultó acribillado con armas de gran calibre en una ranchera roja, como un personaje de sus canciones. El bar se llamaba 'La Revancha'. En 2007, la cantante Sayda, de Sayda y los culpables, recibió en Matamoros (Tamaulipas) un balazo por la espalda. La trasladaron al hospital aún con vida, pero antes de entrar al quirófano, dos sicarios remataron su trabajo con un par de tiros en la cara. Solo ese año murieron diez personas más del mundo de la música a manos del narco.

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