Cristina Sánchez: “No quiero que mis hijos sean toreros por nada del mundo”

Siempre quiso dedicarse a los toros. Retirada desde 1999, su pasión por la tauromaquia es tal que ahora trabaja como comentarista taurina en Castilla-La Mancha TV, lo que le permite seguir vinculada a los ruedos y ser, a la vez, madre y esposa.

Cristina Sánchez entró en un mundo de hombres, el del toro, con fuerza. En este terreno, ella ha sido la mujer más popular y la de mayor éxito, pero se retiró cuando decidió que su familia era más importante que sus triunfos en el albero. La pasión que une a esta madrileña de 36 años a los ruedos es parte de su vida, por eso es feliz con su trabajo como comentarista taurina en el Canal Castilla-La Mancha.

-Es tu cuarta temporada como comentarista, ¿te gustaría hacer otras cosas en la televisión?
-Sí, pero siempre dirigido a lo que conozco, que es el toro. Ésta es una manera de sentirme viva profesionalmente, porque me he quitado de torear, pero poder seguir en este mundo me hace feliz.

-Los toreros que se retiran dicen que el gusanillo de volver siempre está ahí, ¿lo sientes todavía?
-Es cierto, me muero por ir al campo, a un tentadero, a visitar una ganadería... Y cojo un capote y me quito un poco el gusanillo, aunque ése nunca se va.

-Te has quedado con la etiqueta de ser una mujer que ha roto barreras, ¿te sientes cómoda?
-He mirado siempre mi profesión no como una mujer que rompía barreras, sino como una torera que iba consiguiendo metas. Como todas las mujeres que se meten en un mundo de hombres, intenté hacerlo no como mujer, sino como profesional.

-¿Cuando se es madre de dos hijos, Alejandro y Antonio, te lo piensas más a la hora de torear?
-Después de tener a mis dos hijos volví a vestirme de luces por mis diez años de alternativa, pero no pensaba en mis hijos cuando salía a torear. Lo malo es que torear implica estar fuera de casa, y era esto lo que más me afectaba.

-Tienes dos niños, ¿te gustaría ir a por la niña?
-Tres hijos, hoy por hoy, con los dos trabajando fuera de casa, es algo muy complicado.

-El mayor, que es Alejandro, ya tiene siete años, ¿no ha dicho nunca lo de “mamá, quiero ser torero”?
-Vamos, creo que lo dice todos los días y coge el capote y hace que torea. Es su día a día.

-¿Te gustaría que fueran toreros?
-No, por nada del mundo. Creo que cualquier madre que sepa las dificultades, no sólo lo que es ponerse delante del toro, también lo que supone llegar a ser torero, no querría que sus hijos pasaran por ello. Seguro que serán aficionados, porque ya lo son, pero que hagan sus carreras y que dirijan sus vidas hacia otro lado.

-Llevas casada casi ocho años con el banderillero José Alejandro da Silva, ¿cuál es el secreto para que un matrimonio funcione?
-Es fácil, el amor está por encima de todo. Además, cuando las dos personas están en la misma profesión, es fácil entender los viajes, y claro, nosotros tenemos muchísima confianza. También intentamos seguir con las sorpresas. Mi marido, mis hijos y yo somos una piña.

-¿Tienes sueños por cumplir?
-Muchos, soy joven y me quedan muchos por cumplir.

TÍTULO: El águila imperial ibérica remonta el vuelo Conocer.

A mediados del siglo pasado no quedaban en el mundo más que 30 de parejas de esta especie autóctona. En de 2011 eran 327. Aún están lejos de las 1400 que, se calcula, podrían vivir en todo el hábitat disponible de la península, pero el repunte del águila imperial ibérica -catalogada por Ludwig Brehm en 1861 como Aquila adalberti -es un hecho. El libro El águila imperial ibérica: el resurgir de una especie amenazada, editado por la Fundación BBVA, relata la resurrección de una de las cinco aves de presa más amenazadas del planeta.