En 1887, en pleno gobierno de Sagasta bajo la regencia de
María Cristina de Habsburgo, se aprobaron en España las libertades de
cátedra, asociación y prensa suprimiendo la censura. En ese mismo año en
el que nació el médico Gregorio Marañón, el escritor Benito Pérez
Galdós publicó su obra 'Fortunata y Jacinta'. Y, en la ciudad de Murcia
se inauguraba 'La Condomina', una hermosa plaza de toros cuajada de
historia que este año ha cumplido sus primeros 125 años de existencia.
Para conmemorar este efeméride Manuel Guillén Muñoz
(Cartagena, 1974) ha publicado 'Toros en La Condomina. 125 años de
historia' (Ediciones Bellaterra). Una obra que recopila lo acontecido en
el coso de la ciudad en cuatro amenas partes. La primera hace
referencia a la construcción del edificio; en la segunda se acerca al
perfil de los diestros murcianos, se recopilan alternativas, cogidas
mortales, festivales... Un tercer apartado está dedicado a Manolete,
José Tomás y Pepín Liria y en una cuarta sección se desgranan historias
curiosas y anécdotas.
Manuel Guillén fue alumno de la Escuela Taurina de
Murcia. Actualmente es corresponsal de la revista '6 toros 6' y
colaborador de la Cadena Ser. Precisamente en el programa semanal de
esta emisora, decidieron dedicar un espacio a efemérides locales y
regionales. Al ver que se acercaba el 125 aniversario de la plaza,
aprovechó los datos que había recopilado y publicarlos en esta obra.
«Murcia siempre ha contado con mucha afición. Hay datos y
documentos que lo atestiguan desde el siglo XVI», explica el autor, que
añade que hubo varias plazas anteriores a La Condomina, la de Camachos y
San Agustín. Tanto era el interés de los ciudadanos por la tauromaquia
que en 1887, cuando había 60.000 habitantes, se construyó este coso para
17.000 espectadores. La corrida inaugural tuvo lugar el 6 de septiembre
de 1887. Se organizaron tres festejos en tres días consecutivos con el
mismo cartel: Rafael Molina 'Lagartijo', Juan Ruiz 'Lagartija' -un
diestro murciano que en ese momento era figura del toreo- y Luis
Mazzantini.
La obra se había financiado a través de la cooperativa de
empleados del Ayuntamiento de Murcia. Emitieron unas acciones muy
económicas y con las que se sufragó el coste. Los accionistas serían los
que tendrían derecho a gestionar el edificio. Sin embargo, la situación
no fue la esperada y en la década de 1930 la plaza se puso en venta...
como chatarra.
«Aparecieron entonces cuatro salvadores, Ángel y Jesús
Bernal Gallego, Ángel Romero y Juan López, que la compraron y lograron
ponerla en valor gracias a su afición al toro y al caballo», matiza
Guillén, que explica que la familia Bernal es la actual propietaria y
gerente del coso. «Destacan sus cualidades como gestores y empresarios
-añade el autor- como en el caso de Ángel Bernal Manzanera que además
tiene dos hijos que están marcando el futuro ayudando al padre como
empresario y apoderado».
Figuras
Aparte de la familia Bernal, otro de los nombres sin los
que no se entiende la tauromaquia murciana es el de Manuel Cascales
Hilla, un torero que triunfó en la década de 1950 y 1960 y al que muchos
novilleros quisieron emular. Más recientemente, marcó un antes y un
después en 'La Condomina' Pepín Liria. Actualmente, la afición puede
sentirse orgullosa de Rafael Rubio 'Rafaelillo', un diestro «muy capaz
con los toros más complicados, algo que le está permitiendo entrar en
las ferias del panorama nacional», apostilla Manuel Guillén.
La afición murciana no solo se ha volcado con sus
matadores, sino también con José María Manzanares padre, un diestro muy
querido en la ciudad. Cuajaron faenas míticas en 'La Condomina' espadas
como Cagancho, Javier Conde, Morante de la Puebla, Curro Romero o
Enrique Ponce.
Precisamente el matador de Chiva protagonizó junto a
Pepín Liria y la ganadería de Zalduendo un hecho insólito la tarde del
11 de septiembre de 2006 cuando fueron indultados dos toros en una misma
corrida, 'Desordenado' e 'Insípido'.
«Fue una tarde para enmarcar, para vivirla y recordarla
durante muchos años», asevera el autor que subraya que Enrique Ponce
toreó un morlaco que embistió con fuerza en el caballo y tuvo calidad y
nobleza. Después Pepín Liria se encontró con un animal que repetía, que
tuvo prontitud, galopaba y en el que destacó su transmisión. Fueron dos
astados diferentes pero que, en opinión de Manuel Guillén, estuvieron
bien indultados.
Los toros eran de la ganadería de Zalduendo, propiedad de
Fernando Domecq, cuyas reses pastan en tierras extremeñas. Esta no ha
sido la única vinculación de ambas regiones, pues también han triunfado
en Murcia los diestros Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante. El de
Puebla del Prior está vinculado a 'La Condomina' desde su etapa de
novillero, en la que solía lidiar un encierro de Fuente Ymbro. En este
2012, Alejandro Talavante ha recibido el trofeo al triunfador del toreo
de capa de la feria. «Extremadura goza de una salud en la fiesta y de
una presencia envidiable para cualquier otra comunidad. Estáis en un
momento de dulce», afirma Manuel Guillén.
'Como Cagancho en Murcia'
No faltan en la obra anécdotas y curiosidades, como una
que le sucedió a Ernest Hemingway en 'La Condomina' cuando le robaron la
cartera en el patio de caballos. Curiosamente de esa misma billetera
habían salido 3.000 pesetas con las que, días antes, había pagado una
multa a un espontáneo que se lanzó al ruedo en busca de una oportunidad
en la plaza de toros de Alicante.
¿Quién no ha escuchado alguna vez la frase 'quedar como
Cagancho en Murcia'? Tiene una explicación. El día de su alternativa, el
diestro tuvo que salir escoltado por las fuerzas de seguridad de la
plaza y fue hasta los calabozos por su mala actuación.
Han pasado 125 años ya desde la inauguración de la plaza
murciana y la afición se mantiene. También los profesionales como Conchi
Ríos, novillera con caballos que busca abrirse paso. La Escuela Taurina
-al frente está Pepín Liria como director- está dando sus frutos y hay
jóvenes que comienzan a triunfar en las becerradas como José Nicolás y
Parrita Chico.
«La crisis está haciendo estragos, pero esperemos que
esto pase pronto. Habrá una criba y toreros con posibilidades se
quedarán parados, pero cuando pase la situación económica actual, habrá
diestros que habrán sabido esperar y que podrán escribir las páginas del
futuro de la fiesta que nos espera», opina Manuel Guillén que seguirá
contando a través de la revista, la radio y sus libros, lo que acontece
con respecto a la tauromaquia en Murcia.
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