Se dice de él, siempre que la ocasión lo requiere, que es el príncipe europeo mejor preparado, que ya no es un aprendiz de rey, sino un rey a ...
Se dice de él, siempre que la ocasión lo requiere, que es
el príncipe europeo mejor preparado, que ya no es un aprendiz de rey,
sino un rey a la espera. «Pero para eso -la sucesión- queda mucho», se
escuchó por activa y pasiva cada vez que el Rey con mayúsculas, don Juan
Carlos-foto y la Reina Sofia, ha tenido que rebajar o suspender su actividad por problemas de
salud. Como ahora. El monarca ha solicitado la baja para someterse a
una nueva intervención quirúrgica, consciente, eso sí, de que tiene las
espaldas cubierta con don Felipe para representarle allí donde haga
falta. Porque esa es la función que recaerá a partir de ahora en el
heredero de la Corona. El príncipe de Asturias asumirá la representación
protocolaria del Rey, pero no sus funciones de jefe del Estado. Don
Felipe pondrá la voz, pero los mensajes que en su momento pronuncie los
dará en nombre de su padre.
No es nueva la función a la que se enfrenta don Felipe.
35 años después -se cumplieron el pasado 1 de noviembre- de asumir el
título de príncipe de Asturias y, por tanto, de heredero del trono de
España, afronta un nuevo examen. El último, el pasado mes de abril,
cuando el Rey se rompió la cadera derecha en un accidente en Botsuana,
lo superó con nota. Lo cierto es que su papel institucional ha ido a
más, casi de la misma forma que don Juan Carlos ha rebajado el suyo. Un
papel, cabe insistir, representativo y no funcional.
Tras finalizar su formación académica y militar, la
presencia de don Felipe en actos institucionales ha sido continua. Y en
solitario, ya no acompañando a los Reyes. Hasta ese momento, solo
acaparaba el protagonismo absoluto cada octubre, en Oviedo, con motivo
de la entrega de los Premios Príncipe de Asturias.
Fue en 1996 cuando Zarzuela decidió dar un paso más.
Desde ese año, don Felipe acude en representación del Rey a las tomas de
posesión de los presidente iberoamericanos. Es de hecho la de Cádiz su
primera cumbre, aunque el Príncipe ha tenido ocasión de conocer y
despachar con todos los mandatarios en sus respectivos países.
La llegada de doña Letizia
Con una función ya definida, agenda y residencia oficial
propia, su matrimonio con doña Letizia en el 2004 no hizo sino afianzar
su figura como próximo jefe de Estado. La llegada a palacio de la
princesa permitió descubrir además a un príncipe más cercano. Que no se
olvide tampoco que ella es periodista, que sabe qué mensaje transmitir y
en qué momento. Así, en el anuncio de su compromiso destacó que
iniciaban un camino juntos que -sobró decir- tiene como meta el trono de
España. Con el nacimiento de sus hijas, las infantas Leonor y Sofía, se
completó la foto de familia. Y en los cuatro se ha intentado posar el
foco desde que estalló el 'caso Urdangarin' el pasado 28 de diciembre.
Don Felipe ha respondido con hechos, buenas palabras y
formas exquisitas a la causa judicial contra el duque de Palma y, sobre
todo, al polémico viaje del Rey a Botsuana. En las semanas posteriores a
la operación de cadera de don Juan Carlos, el pasado 14 de abril, el
Príncipe se vio obligado a echar el resto. Aquellos días muchas cosas
cambiaron en Zarzuela, lo que aprovechó el heredero para reubicarse y
reivindicarse como futuro Rey de España, con el permiso y visto bueno de
don Juan Carlos y el apoyo incondicional de la Reina, quien no disimuló
el distanciamiento y enfado con el comportamiento de su esposo.
Con el Rey convaleciente y arrepentido -«Lo siento mucho,
me he equivocado y no volverá a ocurrir», dijo en su salida del
hospital-, el Príncipe asumió su agenda nacional e internacional. Aun
así, don Juan Carlos siguió despachando semanalmente con Mariano Rajoy y
mantuvo encuentros con distintas personalidades en su despacho de
Zarzuela. Llamativo fue, por ejemplo, el hecho de que don Felipe
presidiera la final de la Copa del Rey, el 25 de mayo.
Ahora, de nuevo, el Príncipe de Asturias asumirá la representación protocolaria del Rey, sin descuidar su propia agenda.
TÍTULO: UN DÍA CON MUCHA JARANA,.
En Badajoz la palabra jarana no solo es sinónimo de diversión y burla. En esta ciudad también significa las muñecas del anís La Castellana, ...
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