Podría decirse que Jesús Fernández (Sant Boi de
Llobregat, 1983) es la esperanza del toreo catalán. Es el único
novillero con picadores de la comunidad, aspirante a tomar la
alternativa para después, compartir tardes de triunfo con su paisano, el
diestro Serafín Marín. Su sueño siempre fue doctorarse en la Monumental
de Barcelona, pero la prohibición de las corridas de toros troncó su
ilusión. Fue entonces cuando decidió marcharse a vivir a Valladolid,
donde compagina los entrenamientos con su trabajo.
Desde Castilla y León se informará de los resultados de
las elecciones este domingo en Cataluña, aunque sin esperanza alguna de
que los políticos recuperen la fiesta que hace dos años arrebataron al
pueblo catalán.
-La pasada temporada ha sido atípica. En 2011
triunfó en Barcelona, estuvo anunciado más de quince tardes y este año
tan solo ha hecho dos paseíllos, ambos en Madrid. En el primero recibió
dos cornadas y en el segundo la lluvia le jugó una mala pasada. ¿Qué
balance hace de 2012?
-Tras la primera dejé buen sabor de boca a pesar de no
haber toreado nada en el invierno. Ir a Madrid, con la televisión, y con
la responsabilidad de tener que triunfar aún con las cornadas, fue algo
muy importante y que me ha dado a conocer a muchos aficionados. La
segunda tarde, debido al juego de los novillos, la lluvia y el viento,
no pudo ser como me hubiese gustado aunque fue positiva.
-En su primer compromiso sufrió una cornada y
siguió toreando con un torniquete hasta que recibió otra al entrar a
matar. ¿Las Ventas es una plaza en la que hay que ir a por todas?
-Ese primer compromiso lo viví como mi última
oportunidad. Como está el país y el mundo del toro, sabía que tenía que
pasar algo y por suerte fue así. Aparte de las cuatro tandas que le
pegué al novillo, con la cornada la gente pudo ver que permanecí en el
ruedo y se engancharon mucho más a la faena. Sabía que podía tener un
triunfo, al menos cortar una oreja. Quizás eso fue lo que me hizo
tirarme con tantas ganas a matar y sufrí la segunda cornada. Cuando
estaba cuadrando al astado, pensé que tenía que matarlo como fuera y me
daba igual que me pegara una cornada porque igualmente tenía que entrar a
la enfermería y no iba a salir. Eso me sirvió para volver en
septiembre. Torear dos tardes en todo el año, y que ambas sean en Las
Ventas, no es nada fácil.
-Este año varios novilleros han resultado heridos
y se ha debatido sobre el trapío de los novillos en Madrid. ¿Qué
opinión tiene al respecto?
-Madrid siempre se ha caracterizado por el volumen del
toro y las novilladas han sido muy fuertes. Este año algunas quizás han
sobrepasado el volumen del novillo de Madrid de otros años, pero también
es cierto que había novilladas normales. Ha sido mala suerte. Los
novilleros llegamos a Las Ventas a por todas y el ansia de buscar el
triunfo nos hace arriesgar más y sufrir más cornadas. Es parte del
toreo.
-¿Echó de menos no hacer el paseíllo este año en Barcelona?
-Echar de menos no es la expresión. Siento que me falta
algo dentro de mí. Que comience la temporada y piense en torear como
cada año, porque la empresa Matilla desde que debuté con caballos se ha
portado muy bien conmigo y me ha puesto siempre. Me falta ese festejo,
que para mí siempre ha sido una manera de arrancar fuerte la campaña.
Como espectador vivía las tardes de toros todos los domingos y podía
disfrutar de faenas importantes.
-Al menos le quedará la satisfacción de haber triunfado en 2011. Salió a hombros de su plaza.
-Fue un triunfoimportante
a principios de temporada, aunque Barcelona ya estos últimos años no es
lo que era. Salir a hombros de una plaza de primera siempre tiene su
repercusión de cara al aficionado, supone un empujón para seguir
luchando y ayuda para que te pongan en otras ferias. En mi caso, creo
que tenía que haber tomado la alternativa el año pasado, no quizás por
mi bagaje de novilladas, sino por mi edad y los años que llevo luchando.
Debido a la prohibición en 2011 no hubo tiempo de tomarla y ahora no
tengo ninguna plaza donde doctorarme, así que me tengo que ganar el
triunfo en un coso importante para poder tomar la alternativa ahí.
-¿La abolición hizo que se trasladase a Valladolid?
-No fue lo único, pero sí que ayudó. Me trasladé porque
mi novia es de Valladolid y he tenido donde quedarme desde el primer
momento, no ha sido una mudanza que me haya causado un trauma ni nada
por el estilo. Debido a la prohibición me he instalado aquí y no tengo
pensado volver a Barcelona salvo por motivos familiares o personales.
Estoy metido en el circuito taurino en Valladolid y en Barcelona estoy
un poco apartado.
-Tras la prohibición, ¿hay menos ambiente taurino en Barcelona y se ha reducido el número de alumnos de la Escuela Taurina?
-Al contrario, a raíz de la prohibición es cuando más
chavales se han apuntado a la Escuela Taurina. No sé si la repercusión
mediática ha despertado su interés por la tauromaquia y sus ganas de ser
toreros.
-¿Cree que la afición, al no poder disfrutar de
los toros en Barcelona, perderá el interés y será difícil que vuelvan a
las plazas?
-Los buenos aficionados siempre van a estar en contacto
con el mundo del toro, sobre todo ahora con Internet, que se pueden
informar de cualquier cosa en unos minutos. La pena es la cantera de
aficionados, los jóvenes que no han ido nunca. Hay una edad en la que
defines tus aficiones y en Cataluña no podrán elegir la tauromaquia
porque no irán a las plazas. Eso es una pena porque sí que es
fundamental para el futuro de la fiesta.
-Este domingo hay elecciones en Cataluña. ¿Confía en los políticos para devolver los toros al pueblo?
-No confío en ningún político y por eso mismo no voto. En
su día voté por unos que me han quitado los toros, luego voté por otros
que me los iban a traer y al final no lo hicieron. Unos me los quitan,
otros no me los traen y ninguno hace nada. Los políticos no se implican
con los toros, por eso no voto, porque así tengo derecho a quejarme de
todos.
-¿Cree que seguirá igual la situación en materia taurina tras el 25 de noviembre?
-Sí, lo único que nos puede salvar es la ILP que hicieron
aunque no sé el tiempo que tardará. De momento yo lo veo muy
complicado. Quisiera verlo de otra manera y pensar que si espero un poco
podré tomar la alternativa en Barcelona, que es mi sueño. Pero soy
consciente de que no puedo pensar así porque el tiempo pasa y mi
carrera tiene que seguir adelante.
-¿Cuáles son sus objetivos para el próximo año?
-Mi intención es ir a Madrid a principios de temporada y
pegar un zambombazo que me sirva para tomar la alternativa en alguna
plaza, a ser posible cerca de Barcelona. He pensado en Céret, en
Francia, por el arraigo que tiene con Cataluña. Lo intenté el año
pasado, no pudo ser, y no descarto volver a retomar los contactos.
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