El certamen el Brocense mantiene su presupuesto y adquiere siete obras · Detenido por robar en el interior de siete coches · Matas, imputado .
Que siga habiendo mercado de arte es una buena noticia
teniendo en cuenta el panorama de grises nubarrones económicos que
mancha todos los sectores. Que sean las instituciones las que continúen
con esta apuesta habla de un compromiso con los artistas que parece
mantenerse firme a pesar de las circunstancias y que ofrece opciones
para los que crean y ventanas para los que miran, para los espectadores y
consumidores
Ayer se dieron a conocer los nombres de los artistas cuya
obra será adquirida por la Diputación de Cáceres. El certamen de artes
plásticas 'Sala el Brocense' cumple 15 años y mantiene su presupuesto
del año pasado: 15.000 euros que en 2012 se reparten entre seis
artistas, dos de ellos extremeños.
La obra 'Soy español', de Florentino Díaz, nacido en
Fresnedoso de Ibor, en la provincia de Cáceres, es una de ellas. Se
trata de una escultura de madera reciclada ensamblada. José Javier
Rodríguez Sánchez, Javier Roz, nació en Plasencia, aunque vive y trabaja
en Málaga. Sus obras adquiridas son 'Self portrait Némesis-Refused I y
II' y se trata de creaciones en lápiz, tinta china y acrílico.
La artista gallega Marta Fortes, nacida en Pontevedra, es
otra de las premiadas, con un acrílico sobre tabla. Teo Hernando nació
en Álava en 1958, aunque vive y trabaja en Gijón. Su obra adquirida por
la Diputación se llama 'La Espera' y está compuesta por técnicas mixtas.
Susanne S.D. Themlitz nació en Lisboa, aunque vive y
trabaja entre Colonia y Lisboa. Es la única artista extranjera en el
colofón de premiados. Grafito, acuarela, acrílico, óleo y papel integran
la obra 'Paisagem Migratoria/ Quand le chat est parti, les souris
dansent'. La creación del ceutí Jesús Zurita, 'Recogiendo' es un
acrílico y lienzo y también pasará a engrosar el catálogo de la
Diputación de Cáceres que lleva décadas haciendo de mecenas, una labor
que, según aseguró el presidente de la Diputación Provincial de Cáceres,
Laureano León, debería ser un deber de las instituciones públicas.
El jurado que ha seleccionado las obras está compuesto
por Felicidad Rodríguez, directora del área de cultura de la Diputación
de Cáceres, Susana Bañuelos, gestora cultural y promotora del proyecto
Columpio, Martín Carrasco, crítico y comisario de proyectos culturales y
expositivos y Teresa Terrón, especialista en arte e investigadora.
Se mantiene el número de participantes que envían sus
creaciones a este certamen. En esta ocasión han participado 160
artistas, que han presentado un total de 213 obras, un número
ligeramente inferior al del año pasado, aunque muy importante. Priman
los creadores nacionales aunque en esta ocasión también han participado
artistas de fuera. Los hay de Alemania, Bélgica países del Este o
América Latina.
Aunque enviar obra gráfica es costoso por el tamaño de
las obras y el gasto en portes, la oportunidad de que la obra sea
adquirida anima mucho a los artistas. Según María Jesús Herreros de
Tejada, directora del Museo Pedrilla, la situación económica no ha hecho
mella en la participación.
Selección
Además de las obras adquiridas la sala El Brocense hace
una selección de creaciones que podrán verse en su sede cacereña de la
calle San Antón. Son en total 40 artistas, 48 obras. Además de su
calidad, se busca que las obras dialoguen entre sí y que compongan un
interesante recorrido por las dos plantas de la sala 'El Brocense'. La
pintura es la manifestación artística más habitual en este certamen.
También la escultura y la fotografía, que ya se ha ganado un hueco
definitivo en el mundo del arte. Los videos arañan también su espacio
como expresión artística de primera, al igual que el arte digital,
nuevos formatos que buscan su expresión cultural.
El entusiamo de un científico, el ansia de
titulares impactantes y la obsesión por el planeta rojo han confluido
esta semana en la tormenta ..
Los marcianos nos la juegan, otra vez,.
El entusiamo de un científico, el ansia de titulares impactantes y la
obsesión por el planeta rojo han confluido esta semana en la tormenta
marciana perfecta. John Grotzinger, investigador jefe de la misión Curiosity, dijo el martes en la radio pública estadounidense
que datos enviados por el Analizador de Muestras en Marte (SAM), uno de
los instrumentos del todoterreno de la NASA, “van a merecer entrar en
los libros de historia. Pintan muy bien”. Puntualizó que faltan semanas
de comprobaciones antes de poder dar a conocer lo que él considera un
importante descubrimiento, y estalló la tormenta.
“Podría haber vida en Marte”. Es el titular que, con ligeras variaciones, empezó a multiplicarse por Internet. Guy Webster, portavoz del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), rebajó las expectativas ese mismo día en un mensaje de correo a la revista Time: “John estaba encantado por la calidad de la información que nos llegaba del SAM el mismo día que tenía a un periodista en su despacho. Ya ha estado igual de entusiasmado con resultados anteriores de la misión”.
“Estoy viendo un montón de especulaciones, y con mucho gusto seré el aguafiestas: no dejes que tu imaginación salga volando. Si inmediatamente concluyes que esto es algo realmente sorprendente, cuando sepas lo que es de verdad, por muy emocionante que sea, no encajará con tus expectativas”, advertía el miércoles por la mañana en su blog el astrónomo Phil Plait. Y recordaba que ni siquiera había trascendido si los datos de que había hablado Grotzinger se referían a geología, química, meteorología o cualquier otra cosa. Français Michel Cabane, corresponsable científico del SAM, era tajante el miércoles respecto al posible hallazgo de rastros de vida, pasada o actual, en el planeta rojo. “¡Nada de eso! ¡No entiendo lo que está pasando! ¡No tenemos ninguna gran noticia que dar!”, declaró a Ciel et Espace.
Las llamadas a la cautela del portavoz del JPL y de Plait, uno de los divulgadores astronómicos de más prestigio, y el jarro de agua helada de Cabane no sirvieron para nada. La bola de la vida en Marte había echado a rodar ladera abajo y era imparable. Los mismos medios que habían anunciado el hallazgo empezaron a decir ayer que la NASA guardaba silencio o que reculaba. Ni Grotzinger ni nadie había hablado en ningún momento de vida en el mundo vecino, entonces, ¿cómo podían recular?
Vida en Marte. Esas tres palabras llevan más de cien años obsesionándonos. La última vez que se anunció su detección fue en agosto de 1996, cuando científicos estadounidense creyeron haber encontrado fósiles en un meteorito marciano caído en la Antártida hace 13.000 años. Bill Clinton dio una rueda de prensa. “Habla de la posibilidad de vida”, dijo de la roca ALH 84001 el entonces presidente de Estados Unidos. Esa posibilidad luego se descartó. Puede que el SAM haya hecho un hallazgo científico que nos emocione a los legos. O puede que no nos emocione. Pero afirmaciones extraordinarias exigen pruebas extraordinarias. Y no hay ninguna de que se haya encontrado vida en Marte. Sólo rumores.
“Podría haber vida en Marte”. Es el titular que, con ligeras variaciones, empezó a multiplicarse por Internet. Guy Webster, portavoz del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), rebajó las expectativas ese mismo día en un mensaje de correo a la revista Time: “John estaba encantado por la calidad de la información que nos llegaba del SAM el mismo día que tenía a un periodista en su despacho. Ya ha estado igual de entusiasmado con resultados anteriores de la misión”.
“Estoy viendo un montón de especulaciones, y con mucho gusto seré el aguafiestas: no dejes que tu imaginación salga volando. Si inmediatamente concluyes que esto es algo realmente sorprendente, cuando sepas lo que es de verdad, por muy emocionante que sea, no encajará con tus expectativas”, advertía el miércoles por la mañana en su blog el astrónomo Phil Plait. Y recordaba que ni siquiera había trascendido si los datos de que había hablado Grotzinger se referían a geología, química, meteorología o cualquier otra cosa. Français Michel Cabane, corresponsable científico del SAM, era tajante el miércoles respecto al posible hallazgo de rastros de vida, pasada o actual, en el planeta rojo. “¡Nada de eso! ¡No entiendo lo que está pasando! ¡No tenemos ninguna gran noticia que dar!”, declaró a Ciel et Espace.
Las llamadas a la cautela del portavoz del JPL y de Plait, uno de los divulgadores astronómicos de más prestigio, y el jarro de agua helada de Cabane no sirvieron para nada. La bola de la vida en Marte había echado a rodar ladera abajo y era imparable. Los mismos medios que habían anunciado el hallazgo empezaron a decir ayer que la NASA guardaba silencio o que reculaba. Ni Grotzinger ni nadie había hablado en ningún momento de vida en el mundo vecino, entonces, ¿cómo podían recular?
Vida en Marte. Esas tres palabras llevan más de cien años obsesionándonos. La última vez que se anunció su detección fue en agosto de 1996, cuando científicos estadounidense creyeron haber encontrado fósiles en un meteorito marciano caído en la Antártida hace 13.000 años. Bill Clinton dio una rueda de prensa. “Habla de la posibilidad de vida”, dijo de la roca ALH 84001 el entonces presidente de Estados Unidos. Esa posibilidad luego se descartó. Puede que el SAM haya hecho un hallazgo científico que nos emocione a los legos. O puede que no nos emocione. Pero afirmaciones extraordinarias exigen pruebas extraordinarias. Y no hay ninguna de que se haya encontrado vida en Marte. Sólo rumores.
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