Alberto Nieto-foto. compagina su trabajo en comunicación con su labor en el campo durante el invierno. Se trata de un ejemplo de cómo muchas ...
Alberto Nieto compagina su trabajo en comunicación con su
labor en el campo durante el invierno. Se trata de un ejemplo de cómo
muchas familias y pequeños agricultores sacan partido a sus pequeñas
explotaciones de olivar, que muchas veces se cuidan más por tradición
que por rentabilidad. Desde pequeño sabe lo que es pasar el invierno
entre olivos y este año ya está listo para volver a la faena.
-¿Cuántos olivos tiene?
-Unas 800 plantas. No te puedo decir en terreno porque soy muy malo para eso.
-¿Desde cuándo se dedica a la recogida de la aceituna?
-Pues la verdad es que es algo familiar, empecé de pequeño con mi abuelo y mi padre y sigo solo la tradición hoy en día.
-¿Qué tipo de olivar tiene?
-Olivar de secano, tradicional.
-¿Cuántos kilos cogió el año pasado?
-El año pasado cogí 18.000 kilos.
-¿Qué cuidado necesitan durante el año?
-Pues según, yo por ejemplo comienzo el año con la poda
que eso si es común para todos, al inicio de la primavera se cura el
suelo para que no nazca la hierba, otros prefieren arar el olivar, en el
mes de mayo se cura a la planta con riquezas varias para apoyarla en la
floración y cuaje del fruto, también opcional, en septiembre se quitan
los acebuches del tronco que también es común para todos, en noviembre
se vuelve a curar para que no nazca la hierba con vista a una
recolección mas fácil, y en el mes de diciembre la recolección.
-¿Emplea a alguien?
-Empleo a alguien que me ayuda con las curas y recogida.
-¿La campaña será buena?
-Este año no.
-¿Peor que el año pasado?
-Mucho peor.
-¿Cree que el futuro es el olivar intensivo? ¿Por qué?
-Creo que no pasa por ahí. La calidad del producto final
desciende debido al tipo de aceituna que se emplea en este tipo de
olivar y en la calidad del producto debe estar nuestra bandera a nivel
europeo.
-¿Se ayuda suficiente al sector?
-No, de hecho las ayudas han ido en descenso en los últimos quince años.
-Tal y como está el mercado laboral ¿se plantearía dedicarse sólo al campo?
-Sí me lo plantearía. Estoy convencido de que el primer
sector que saldrá de la crisis será el sector primario, principalmente
porque un país en crisis se tiene que empezar a cimentar desde sus
raíces en abierto y su materia prima tanto en producción como en
precios. Ahora mismo para muchas familias, no solo de Extremadura sino
de todo el país, son unos ingresos muy importantes los que pueden llegar
a provenir del campo.
-¿Cómo ve el futuro del olivar?
-Incierto, dependemos de muchos factores que determinan
el precio final como la importación de aceite de otros países, el
tiempo, Bruselas...
-¿Cómo se compagina la vida no agraria con el campo?
-Con organización y paciencia. Un olivar no da tanto trabajo.
-¿Cómo es la recolección y cual es el proceso que se sigue desde que se coge hasta que se vende?
-En mi caso yo me acerco al olivar unos días antes de
empezar la recolección y recojo alguna aceituna, ya que yo vendo la
producción por el rendimiento de aceite que dan las mismas así me
permite jugar con los días de recogida y el precio final que recibo. Hoy
en día con tanta maquinaria se contrata una máquina con un vibrador en
su parte delantera y tranquilamente se cogen las 800 plantas.
Antiguamente suponía más de mes y medio de recogida hoy en día en 10,
12, 14, horas están recogidas de ahí a la almazara. En la almazara se
pesan y se convierte en el aceite sin esperas.
TÍTULO: LA LOCURA DE LOS TWINKIES,.
Para los creyentes en las apocalípticas profecías de
los mayas, al mundo le quedan unos pocos telediarios. Pero para los
adictos a los Twinkies en Estados ...
Se registran compras masivas de Twinkies ante inminente desaparición,.
"Se ha desatado una locura con los Twinkies", decía un usuario de
Twitter, al compartir una imagen con una estantería completamente vacía
y la etiqueta con el precio del pastel.
Washington DC -Baltimore • Se llaman Twinkies y
son unos pequeños bizcochos rellenos que desde 1930 son un clásico en
las tiendas de Estados Unidos. Pero, si nadie lo evita, su desaparición
será inminente tras el cierre de la fábrica Hostess, lo que generado una
ola de nostalgia y compras masivas de los consumidores.
Apenas veinticuatro horas después de que el fabricante anunciara su cierre y el despido de la mayoría de sus 18 mil 500 trabajadores tras una huelga de sus panaderos, la reacción fue inmediata en las redes sociales, pero también en las tiendas, donde muchos acudieron a comprar sus idolatrados pasteles por si fuera la última vez.
"Agotadas las existencias de Twinkies en las ciudades de Colorado", anunciaba el diario local "Sacramento Bee" al día siguiente de que Hostess hiciera pública su decisión mientras se acumulaban en la red imágenes de gente haciendo acopio de bizcochos.
"Se ha desatado una locura con los Twinkies", decía un usuario de Twitter, al compartir una imagen con una estantería completamente vacía y la etiqueta con el precio del pastel.
Y es que estos bizcochitos rellenos de crema de vainilla se convirtieron en un elemento imprescindibles en las mochilas del almuerzo de los niños tras la Segunda Guerra Mundial, pues constituía un complemento a los bocadillos a un precio muy bajo.
Pero la historia de estos pasteles no termina en las anécdotas familiares, su lugar en la cultura estadounidense es tan fuerte que incluso han tenido sus "cameos" en varios filmes de Hollywood, como en la película "WALL-E" (2008).
En este largometraje animado de Pixar, el protagonista da un salto de cientos de años hacia un futuro al que solo sobreviven dos elementos de la época que deja atrás: las cucarachas y los Twinkies, su pastelito favorito.
Pero estos bizcochos también tienen su episodio dentro del sistema judicial estadunidense, cuando un abogado de San Francisco argumentó en 1979 que su cliente no podía ser condenado por asesinato en primer grado porque ingerir tanto Twinkie había afectado a su capacidad mental y agravado su depresión.
En este caso, la conocida como "Defensa Twinkie" no ayudó demasiado al acusado, Dan White, quien fue declarado culpable de homicidio voluntario de los asesinatos del alcalde de la ciudad George Moscone y el activista Harvey Milk, cuya historia también ha sido llevada al cine.
Fue James Dewar, panadero de Illinois en los años 30, quien creó el pastel cuando a la empresa para la que trabajaba se le acabaron las existencias de fresas para las tartas rellenas que fabricaba.
Dewar no veía ninguna razón para parar las máquinas, así que formuló un pastel de crema de banana que, con el racionamiento de la guerra, se transformó en crema de vainilla.
Aquel panadero no podría imaginar que su bizcocho tendría tanta fama, pero ahora son los estadounidenses quienes no se pueden creer que desaparezca su preciado pastel, aunque todavía existe la esperanza de que alguna empresa compre la patente y continúe con la producción.
Pero lo cierto es que mientras se despeja la incógnita la nostalgia por un dulce ha vaciado las estanterías.
Apenas veinticuatro horas después de que el fabricante anunciara su cierre y el despido de la mayoría de sus 18 mil 500 trabajadores tras una huelga de sus panaderos, la reacción fue inmediata en las redes sociales, pero también en las tiendas, donde muchos acudieron a comprar sus idolatrados pasteles por si fuera la última vez.
"Agotadas las existencias de Twinkies en las ciudades de Colorado", anunciaba el diario local "Sacramento Bee" al día siguiente de que Hostess hiciera pública su decisión mientras se acumulaban en la red imágenes de gente haciendo acopio de bizcochos.
"Se ha desatado una locura con los Twinkies", decía un usuario de Twitter, al compartir una imagen con una estantería completamente vacía y la etiqueta con el precio del pastel.
Y es que estos bizcochitos rellenos de crema de vainilla se convirtieron en un elemento imprescindibles en las mochilas del almuerzo de los niños tras la Segunda Guerra Mundial, pues constituía un complemento a los bocadillos a un precio muy bajo.
Pero la historia de estos pasteles no termina en las anécdotas familiares, su lugar en la cultura estadounidense es tan fuerte que incluso han tenido sus "cameos" en varios filmes de Hollywood, como en la película "WALL-E" (2008).
En este largometraje animado de Pixar, el protagonista da un salto de cientos de años hacia un futuro al que solo sobreviven dos elementos de la época que deja atrás: las cucarachas y los Twinkies, su pastelito favorito.
Pero estos bizcochos también tienen su episodio dentro del sistema judicial estadunidense, cuando un abogado de San Francisco argumentó en 1979 que su cliente no podía ser condenado por asesinato en primer grado porque ingerir tanto Twinkie había afectado a su capacidad mental y agravado su depresión.
En este caso, la conocida como "Defensa Twinkie" no ayudó demasiado al acusado, Dan White, quien fue declarado culpable de homicidio voluntario de los asesinatos del alcalde de la ciudad George Moscone y el activista Harvey Milk, cuya historia también ha sido llevada al cine.
Fue James Dewar, panadero de Illinois en los años 30, quien creó el pastel cuando a la empresa para la que trabajaba se le acabaron las existencias de fresas para las tartas rellenas que fabricaba.
Dewar no veía ninguna razón para parar las máquinas, así que formuló un pastel de crema de banana que, con el racionamiento de la guerra, se transformó en crema de vainilla.
Aquel panadero no podría imaginar que su bizcocho tendría tanta fama, pero ahora son los estadounidenses quienes no se pueden creer que desaparezca su preciado pastel, aunque todavía existe la esperanza de que alguna empresa compre la patente y continúe con la producción.
Pero lo cierto es que mientras se despeja la incógnita la nostalgia por un dulce ha vaciado las estanterías.
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