viernes, 21 de septiembre de 2012

REVISTA MUJER HOY MARIBEL VERDÚ, MACARENA GARCÍA, Y ANGELA MOLINA:

TÍTULO: REVISTA MUJER HOY MARIBEL VERDÚ, MACARENA GARCÍA, Y ANGELA MOLINA;

Maribel Verdú, Macarena García, y Angela Molina, el talento y la belleza de tres generaciones de cine:

TÍTULO: MARIBEL VERDÚ,:
Maribel Verdú: ha sido elegida la elegida este año como la nueva embajadora de Rochas. La actriz representa a la perfección los valores de la Maison, gracias a la sensualidad que la caracteriza así como su actitud siempre tan femenina.

Maribel quiso compartir con las lectoras de enfemenino los momentos mágicos que vive en su día a día y sus proyectos profesionales más inmediatos... ¡No te pierdas nuestra entrevista a una de las mejores actrices del panorama español!

¿Qué supone para ti ser embajadora de Eau de Rochas?
Maribel Verdú (M.V): Para mi es un orgullo, ya que se trata de una fragancia que es un clásico. Además, la nueva gama es muy fresca y con personalidad. Nunca me ha gustado eso de que una colonia sea fresca y huela como todas... Me gustan las fragancias de Rochas porque son muy reconocibles y para mí, esto es fundamental en un perfume. Además, me recuerda mucho a mi infancia. Mi madre usaba Eau de Rochas y, sobre todo, la crema hidratante (que por cierto, es súper hidratante) y cuando se quitaba la ropa todo olía a Eau de Rochas. La verdad es que solo por estos motivos me hace mucha ilusión que me hayan elegido como embajadora.

TÍTULO: MACARENA GARCÍA:

Una de las chicas de Calenda, Macarena García, nos ha guiado por los rinconces del plató donde se graba la serie líder de los martes. Con ella hemos podido ver qué se esconde tras las escenas de la serie.
La actriz ha aprovechado para contarnos lo contenta que está con la trama de su personaje, Vera, al tiempo que ha asegurado que el amor entre ella y Nacho es tan fuerte, que será difícil pararlo.

TÍTULO: ANGELA MOLINA:

Madre de cinco hijos, a los 55 años la Molina está en forma: estrena 'Carne de neón' y, pronto, 'Vidas pequeñas'. Libre, salvaje, tierna, enigmática, inimitable dentro y fuera de la pantalla. Genial y surreal. Sin aditivos. En cada una de sus indisimuladas arrugas hay mucho arte y, sobre todo, mucha vida. Arte y vida que no han dejado de sorprender en las fotos seleccionadas de nuestro archivo.
Niña tu va a ze una gran actrí. Una grande". Se lo dijo Tona Radely, la estrella del cuerpo de baile de la compañía de su padre, cuando era una cría que ni siquiera sabía si quería ser actriz pero que ya apuntaba maneras. Otra sentencia: "Molina, la quiero". La pronunció un Buñuel cómplice al pasar a su lado cuando se cruzaron por un pasillo de camerinos. Ángela Molina (Madrid, 1955) lleva rodando y trotando por el mundo desde que don Luis (Buñuel) la puso en órbita internacional con 'Ese oscuro objeto del deseo'(1977) y lidiando con la vida 55 años, desde que don Antonio (Molina) y su mujer Ángela (Tejedor, "una montaña de mujer, sabia, pie a tierra, lúcida y generosa", la resume Ángela) la colocaron en el mundo, primogénita de una prole de ocho hijos, clan mítico que ella ha contribuido a expandir con cinco más: la mayor, Olivia, de 30, y la menor, María, de 7, a la que tuvo a los 47 años, fruto de una estable unión con Leo Blakstad, Pou, diez años menor que ella y su pareja desde hace casi 20. "Mi hombre, mi ejemplo, la persona más respetuosa y libre que he conocido en mi vida. Y al mismo tiempo consagrado a mí. Consagrados el uno al otro".
¿Cómo intentar atrapar en una entrevista a alguien que afirma que Buñuel se le escapa, y que es lo más parecido a ella que ha conocido? Imposible. Misión absurda. Y de antemano fallida. Porque Ángela Molina son tantas mujeres y algunas tan opuestas entre sí que ella es en sí misma un radical desafío a las convenciones, a los clichés, a los estándares, y no digamos ya a los límites del periodismo escrito. Es legendaria su alergia a las entrevistas. Y precisamente al entrevistarla comprendes por qué es tan reacia a mostrarse, "a contarse".
Eso, en parte, es echar la vista atrás, y ella está demasiado ocupada en vivir. Siempre lo estuvo. Me lo dijo Gutiérrez Aragón hace mucho: entre la vida y la profesión, Ángela elige siempre la vida. Y ese es precisamente su secreto artístico. Por eso sus tantas resistencias: a repasar su inabarcable currículum, un ejercicio demasiado narcisista para quien ha trabajado con los mejores pero dueña de un acusado sentido del pudor; a hablar de su familia, a la que adora y admira profundamente ("no, por favor, no menciones que mi hijo Antonio ha nacido para la música como su abuelo porque, ¡se enfadaría tanto conmigo! ¡Me tiene tan advertida!"); a anunciar sus proyectos, porque quién sabe qué pasará mañana; a todo lo que no sea paladear el presente en una taza de té compartida en un café cercano a su casa que le descubrió su hija, Olivia, actriz de la que me declaro admiradora. Afl ora como un resorte la madre materna: "¿Y no viste el Tennessee Williams?", en alusión a la Catalina Holly de 'De repente, el último verano', con la que Olivia causó sensación.
Tan pronto se descuelga con un refrán popular divertidísimo como te saca del bolso una cuidada edición de aforismos de Leonardo da Vinci o te espeta una sentencia honda que requiere digestión. Ella es así. Inaprensible. Primitiva y sofisticada. Terrenal y marciana. Temperamental y filósofa. Inimitable, como su padre. Siempre sorprendente. Pero por alguna parte habrá que empezar...
CÓMICA, ANDALUZA Y MADRE ALIADA
¿Por qué tanto silencio?
Yo lo doy todo en mi trabajo, pero luego soy una más. Y está bien así. Todo está perfecto como está. ¿Qué más voy a contar? Si yo no sé nada. Aunque voy sabiendo todo lo posible (risas). Yo no me identifico nada con mi vida profesional. Cuando veo todo lo que he hecho, y empiezo a ver tanta gente grande con la que he trabajado, pienso: "Esto no es mío, ni soy yo, y además esto ya pasó". Por eso me dejo llevar fácilmente por el no. Y soy insoportable. Pero ahora me dejaré llevar por ti.
En 'Carne de neón', de Paco Cabezas, da rienda suelta a su vena cómica, y andaluza, que las tiene pero que se han explotado poco.
Yo hago toda la que se tercia (risas). Mi vena andaluza sí que se ha desahogado por ahí, en 'La Sabina' (José Luis Borau, 1979), en 'Las cosas del querer' (Jaime Chávarri, 1989). Y en 'Carne de neón' también. Aunque a mí, la verdad, no me parece un personaje cómico. Pero ya sabes cómo soy: basta que me digas Málaga, para que te diga Malagón. Me parece casi como El Piyayo (nombre artístico de un cantaor y guitarrista malagueño marginal), me da pena y me causa un respeto imponente. Pero mi personaje no me hace reír. Es una enferma de Alzheimer. Mira que es dura esa enfermedad. Yo que trabajo tanto con la memoria, que es el instrumento que manejamos, junto con la imaginación, y lo delicada que es. Cuando leí el guión, sí, me reí muchísimo. Se lo di a leer a mi hermano, en el campo, y le veía de lejos retorcerse de risa. "Esto tiene mucho arte", pensé; mucha gracia. Pero es una película de una tristeza feroz. Es gente realmente perdida. Sin salida en la sociedad. Son como perros rabiosos que no saben lo que les sucede, están heridos. Su violencia me afectó muchísimo. Pasé un par de días tocada. Te muestra un mundo que te hace sufrir, que existe, no es una invención. Y contado por un director como Paco Cabezas, muy libre en su estilo, al que el cine ha constituido, que se ha hecho cineasta viendo cine en el videoclub en el que trabajaba, devorándolo. Ojalá sirva para alertar a la juventud de que todo acto violento tiene consecuencias nefastas. Y que nada hay tan grave como quitar la vida a otro ser humano.
¿Le resulta gratificante que la llamen los nuevos directores, y trabajar con actores jóvenes?
Me encanta. Incluso sin saber nada de ellos. Si me gusta el guión y hay buen entendimiento, me encanta. Para mí enseguida se convierten en carne de cañón de hijos. Enseguida me siento muy madre de ellos. Una madre aliada.
¿Cómo se relacionan con usted?
Siempre de tú a tú. Nos olvidamos de nosotros, estamos tan dirigidos al descubrimiento de lo que tenemos entre manos que nos somos muy útiles mutuamente. Con una complicidad muy poderosa. No hay edades, no hay nada. Hay juventud, que es la maravilla de la lucidez para mí, esa potencia, esa inocencia que tienen, y a la vez esa personalidad ya. Estaba pensando ahora mismo en Mario (Casas), que mira que tiene telita interpretar a mi hijo, que ni le reconozco como tal. No la perdono yo a esa madre. Aunque la peli es él, ese hijo. El pobre me daba mucha pena: me quería tanto y yo le despreciaba tanto que lo pasé muy mal. Tiene ternura y humanidad ese chico. Es un amor. Y un actor muy auténtico, muy verdadero. Y muy buen amigo trabajando.
Y su personaje en 'Vidas pequeñas', el film de Enrique Gabriel...
Es una mujer que ha perdido el tren. Escribía poesía, pero ahora vive en una caravana y escribe horóscopos. Tiene una gran sensibilidad y una cultura admirable, pero su carrera se le ha ido de las manos. Es una película hermosa, delicada, pequeña y grande a la vez, que va desgranando una piña y al mismo tiempo te muestra cada piñón, y en la que tengo compañeros maravillosos.

foto= TATIANA KOVYLINA GUAPÍSIMA MODELO:

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