El autor de 'Que no te quiten el sueño' afirma que las horas de descanso están en función de la edad del individuo .,foto.
Eduard Estivill enseña a los adultos lo que tienen que hacer para dormir.
Tarda mucho tiempo en dormirse? ¿Se despierta antes de lo necesario o lo hace varias veces durante la noche? ¿Se levanta con la sensación de no haber descansado? Si sus noches se han convertido en una larga pesadilla donde Morfeo se ha olvidado de visitarle, posiblemente padezca insomnio, uno de los trastornos más comunes del sueño. Pero tranquilo, no es el único. Es un problema que hoy en día afecta a entre el 10 y el 30% de la población adulta y es más frecuente en mujeres y ancianos.
TÍTULO: Es preocupante la entrada de las pseudociencias en la universidad española:
Puede parecer una broma, pero no lo es. Las universidades españolas ofrecen cada vez más cursos sobre saberes falaces y delirantes.
Las prisas, el estrés, las preocupaciones o la mala alimentación son los perfectos aliados para alterar nuestro sueño. En muchos casos está de nuestra mano el poder solucionarlo. Por eso es importante tener en cuenta algunos consejos para que nada nos quite el sueño y recobremos el ansiado y merecido descanso. El primero y fundamental es aprender a desconectar. Así lo asegura el médico, pediatra y neurofisiólogo Eduard Estivill, que ha dedicado buena parte de su vida a enseñar a la gente a dormir. Primero a pequeños con 'Duérmete, niño' (Planeta) y ahora también a mayores con su nueva obra 'Que no te quiten el sueño' (Planeta). Pero ¿qué se entiende por desconectar? Según Estivill, para ir a la cama es necesario comenzar un ritual somnífero dos horas antes. «Lo primero es apagar el móvil y el ordenador, luego cenar ligero (ensalada, pasta, infusiones o leche caliente), tomar un baño y, si aún no llega el sueño, hacer alguna actividad relajante que no tenga nada que ver con nuestro trabajo, como una pequeña sesión de belleza, preparar la ropa para el día siguiente o leer un libro».
Respecto al trabajo, el especialista también pone el acento en aquellas profesiones que obligan a tener cambio de turnos constantes y trabajar por la noche. «Está demostrado que por cada quince años de trabajo nocturno, son cinco años menos de esperanza de vida», dice Estivill. Para las personas con estos horarios recomienda que sus familias respeten lo máximo posible su tiempo de descanso y utilizar antifaces o tapones, en caso de que lo necesiten. Además, pueden consumir suplementos de melatonina antes de acostarse. Pero no solo el trabajo es el responsable del mal dormir. Según el médico, «muchas veces nos quitamos horas de sueño para hacer otras cosas. No entendemos que el sueño es el taller donde reparamos y restauramos lo que hemos gastado durante el día». Así, el metabolismo o la piel se regeneran durante la noche y se evitan problemas como el de la obesidad.
Dormir es vivir
Sobre cuántas horas necesitamos dormir, Eduard Estivill aclara que el tiempo varía en función de la edad. Según el especialista, un adolescente necesita entre ocho horas y media y nueve de media para descansar, mientras que un adulto con siete u ocho horas tiene suficiente. No obstante, lamenta que los jóvenes «son un grupo de riesgo» pues no suelen cumplir con el horario recomendado.
Este experto aconseja también dormir la siesta, máxime veinte minutos, periodo en el que se produce el sueño superficial suficiente para desconectar.
Como ningún método es infalible, el doctor Estivill advierte de que aun siguiendo sus consejos hay casos en los que los problemas de insomnio persisten. Por ejemplo, hay personas que concilian el sueño pero que se despiertan agitados durante la noche. En esos casos, «hay que entender que esa clase de problemas no se pueden solucionar la misma noche y que, por lo tanto, lo mejor es salir de la cama e intentar relajarse para volvernos a dormir. Eso sí, sin encender el ordenador. Si nos quedamos en la cama, el esfuerzo que hagamos para conciliar el sueño se volverá un estímulo negativo, por lo que es mejor salir del dormitorio», avisa el doctor.
Lo que no hay que hacer nunca es confiar en que las pastillas vayan a solucionar el problema. «Antes se las dábamos a los pacientes porque no teníamos conocimientos. Ahora sabemos lo que pasa, podemos dar un buen diagnóstico y dependiendo de la causa, tomar unas u otras medidas», asegura este gurú del sueño para quien existe un único lema: «Dormir es vivir».
TÍTULO: Es preocupante la entrada de las pseudociencias en la universidad española:
Puede parecer una broma, pero no lo es. Las universidades españolas ofrecen cada vez más cursos sobre saberes falaces y delirantes.
El autor denuncia en su libro 'El fin de la ciencia' la pujanza de las supersticiones y asegura que la carrera espacial está llena de claroscuros .
Manuel Lozano Leyva Físico y divulgador científico.
Puede parecer una broma, pero no lo es. Las universidades españolas ofrecen cada vez más cursos sobre saberes falaces y delirantes. Abundan los seminarios sobre terapias alternativas, homeopatía, telepatía con animales y hasta de espiritismo. Manuel Lozano Leyva, profesor de Física Atómica y divulgador científico, está alarmado con un fenómeno que mina el prestigio de una institución que tiene por finalidad la investigación y el conocimiento. En su libro 'El fin de la ciencia' (Debate), Lozano Leyva arremete contra todas estas falsas disciplinas que, a golpe de talonario, se están infiltrando en centros universitarios y colegios profesionales. Las instituciones que acogen a estos maestros de la manipulación que se visten con los ropajes del academicismo figuran en la web la listadelaverguenza.es.
-¿Por qué considera la homeopatía más peligrosa incluso que la astronomía?
-La astrología dio paso a una ciencia, la astronomía. Todavía quedan residuos porque un astrofísico no va a predecir un buen matrimonio o la obtención de riqueza. Si se adivina el horóscopo y no se cumple no pasa nada. La homeopatía tampoco hace daño, es agua fresca y simpatía, salvo que sirva para enmascarar un mal que puede prosperar. El problema es que se está metiendo en las universidades y las farmacias. Y eso ya es más grave. Es preocupante la entrada de las pseudociencias en la universidad española.
-De todas las pseudociencias, ¿cuál es la que más prospera en la vida académica?
-La homeopatía es la reina de todas ellas. Antes los productos homeopáticos se vendían en las parafarmacias. Ahora se procuran en la farmacia. Estamos ante una invasión contra la ciencia que no sé dónde puede terminar. Da escalofríos.
-Se ha dado el caso de un profesor que denunció un caso y fue condenado por los tribunales.
-En la universidad de Castilla-La Mancha se celebró un seminario sobre resucitación y vida en el más allá. El profesor Fernando Cuartero denunció a los organizadores, a los que tildó de vulgares estafadores. Le llevaron a los tribunales y el juez le condenó a pagar 204 euros.
400 kilómetros
-Leire Pajín, que fue ministra de Sanidad, llevaba antes de ejercer su cargo la famosa pulsera Power Balance.
- ¡Y el Príncipe Felipe! O el embajador de España en la India, Gustavo de Arístegui. Imagínese a Arístegui, de quien se dice que iba para ministro de Exteriores, estrechando la mano a Angela Merkel y luciendo un brazalete de plástico al que se atribuyen propiedades milagrosas.
-Se ha despilfarrado dinero público con supercherías?
-Joan Saura, cuando era consejero de Interior de la Generalitat de Cataluña, pagó un estudio para decorar la nueva sede del departamento siguiendo los preceptos del arte oriental 'feng shui.' Según publicó la prensa, el estudio consistió en detectar las geopatías, la energía mala, y neutralizarlas.
-En su libro asegura que hay claroscuros en la carrera espacial.
-Sí. Ahora mismo estamos en un momento espléndido. El vehículo explorador 'Curiosity' está dando unos resultados fantásticos en Marte. Después de la conquista de la Luna, que fue una proeza impresionante, es el mayor éxito. Ahora bien, los vuelos tripulados no sirven prácticamente para nada. Muy poca gente es consciente de que los astronautas de la Estación Espacial Internacional están a 400 kilómetros de la Tierra, una distancia inferior a la que hay entre Madrid y Sevilla. Si eso es investigación espacial que venga Dios y lo vea.
-Pues España participa en el proyecto.
-A España le costó un montón la contribución y lo que consiguió fue que viajara Pedro Duque, que es el astronauta que ha tenido en su traje la bandera nacional más grande de toda la historia. Europa ya se está planteando si seguir pagando su parte. Los americanos ya han desistido. No estoy en contra de la exploración espacial, porque se han conseguido maravillas, pero haciéndolo con vuelos instrumentales, que es como se aprende.
-¿Por qué los políticos no se hartan de pregonar el carácter estratégico de invertir en I+D+i y luego incumplen sus promesas sistemáticamente?
-Es un problema de competencia y cultura. Si se dice que se quiere cambiar el modelo productivo y luego se recorta en ciencia y tecnología, entonces no se apuesta de verdad por la transformación del modelo, que pasa por el I+D. Si al Ibex-35 se le quitan todos los bancos, lo que queda son empresas basadas en la ciencia y la tecnología.
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