lunes, 6 de mayo de 2013

RAFAEL GORDILLO HABLA SOBRE Messi es un gran jugador, pero a veces tiene mucha suerte",/ La Cuesta de la Reina y el ‘tren botijo’.

TÍTULO: RAFAEL GORDILLO HABLA SOBRE Messi es un gran jugador, pero a veces tiene mucha suerte",.

"El fútbol es así y el Barça es el Barça. Es complicado ganarles al Madrid o al Barcelona. Si reservan a Messi ante el Bayern es porque nos tienen miedo", bromeó Gordillo.


"Messi es un gran jugador, pero a veces tiene mucha suerte"
Rafael Gordillo--foto-- atendió a los micrófonos de Canal+ tras finalizar el partido en el Camp Nou: "Hemos estado siempre con la iniciativa del gol, pero aquí es difícil. Somos un equipo capaz de aguantar al Barcelona. Aunque en el segundo tiempo hemos decaído un poco".
"El fútbol es así y el Barça es el Barça. Es complicado ganarles al Real Madrid o al Barcelona. Si reservan a Messi ante el Bayern es porque nos tienen miedo", añadió bromeando Gordillo.
El presidente de la Fundación del Betis fue sincero en sus declaraciones sobre el argentino Leo Messi: "Messi es Messi. Messi es un gran jugador pero a veces tiene mucha suerte. Yo creo que Messi antiguamente no metía esas faltas, y él como profesional y buen futbolista que es ha entrenado los tiros de falta".

Menos conocida que otras, la rivalidad entre Málaga y Granada también ha sido tremenda, siempre que les ha tocado estar en la misma categoría. Si no ha trascendido más es precisamente por eso, porque han coincidido menos que otros. Pero ha atravesado episodios de aúpa, hasta el punto que llegó a evitarse viajar en coche de una ciudad a otra, por miedo a las emboscadas, piedra en mano, de los hinchas rivales. En la Cuesta de la Reina, larguísimo puerto a la salida (o entrada) de Málaga, hoy salvable con una moderna autovía. O en el paso a nivel de la Chana, a la salida (o entrada) de Granada de la carretera de Málaga.
Pura antropología, como las demás rivalidades. Málaga, más grande, desarrollada, rica y cosmopolita, se sintió durante años sometida a Granada, la capital administrativa de Andalucía Oriental. Allí estaban la Capitanía General, el Arzobispado, la Universidad… Allí tenían que ir los malagueños para trámites de cualquier tipo, allí les sorteaban para la mili… Y, por supuesto, para estudiar carrera. Para los malagueños, Granada era un engorro; para los granadinos, Málaga era una ciudad rica y snob, sin el rango y empaque de la suya. Los grandes conflictos datan incluso de antes de la existencia del Málaga, cuando el fútbol de esta ciudad lo defendía el Malacitano. De ese tiempo se recuerda el mordisco del feroz defensa Chale (padre y abuelo de jugadores estimables, ambos conocidos por el apellido familiar, Iznata) al extremo Marín, del Granada, que antes había jugado en Atlético y en el Madrid.
En la temporada 48-49 ambos equipos estaban en Segunda, pero con aspiraciones de Primera. Subían dos, de forma directa. En la primera vuelta juegan en Granada, en la octava jornada. El Málaga llega líder, con seis partidos ganados, uno empatado y uno perdido, 28 goles a favor y siete en contra. Pero el domingo del partido, 31 de octubre, es la fecha de la entonces importantísima procesión de la Nuestra Señora de las Angustias, Patrona de Granada, que inundaba las calles todo el día. El Arzobispo entendió que ambos sucesos eran incompatibles y aconsejó el traslado del partido. En Málaga, dado que el Arzobispado correspondía a Granada (y de él dependían los obispados de Guadix, Almería, Jaén y Málaga) sentó mal la iniciativa. Al final el partido se trasladó al lunes, 1 de noviembre, también festivo. Muchos malagueños lo tomaron mal, hasta el punto de que el propio Obispado de Málaga fletó un tren para que fueran los aficionados, a fin de que la imagen de la Santa Madre Iglesia no saliera perjudicada por la polémica.
El tren especial era frecuente en esos partidos. Se le llamó el tren botijo y llegó a enganchar vagones de ganado, para trasladar más gente. El viaje en coche, por la Cuesta de la Reina (20 kilómetros de curvas cerradas en bajada o subida que llevaban una hora), era penoso. El trazado antiguo aún puede recorrerse. Con los coches de la época exigía casi tres horas. En autocar, tres y media.
Los Cármenes revienta, con gran asistencia de malagueños. Gana el Granada un partido bronco resuelto con un gol de Morales. En el semáforo de la Chana, en la salida de la ciudad, hay pedradas a los coches que regresan a Málaga. En la segunda vuelta llega la venganza: el Málaga gana cinco a cero y los granadinos que se atreven a ir en coche o autocar son esperados en emboscadas en las curvas de La Cuesta de la Reina, a la ida o a la vuelta y generosamente apedreados. Ese 5-0 será decisivo, porque la Liga va a acabar con triple empate en cabeza entre Real Sociedad, Málaga y Granada. Los tres con dos victorias en casa y dos derrotas fuera en los enfrentamientos directos. Así que el orden lo decide el goal average y ese 5-0 hará al Málaga segundo y le permitirá subir a la Primera División por primera vez en su historia. ¡Y a costa del Granada!
COCHE
Chiste de Miranda que celebra el ascenso del Granada a costa del Málaga./ AS
La gran revancha tuvo que esperar 15 años. En la 65-66, el Málaga, en Primera, termina en puesto de promoción; el Granada es segundo del Grupo Sur de Segunda, promociona para ascender. El sorteo los empareja. La ida será en Los Cármenes, el 15 de mayo de 1966. El Málaga se siente superior. Ha caído en el puesto de promoción por pérdida en el goal average frente al Español, que le precede en la tabla, pero se siente seguro de su equipo, en el que hay nombres destacados como Garay, Ben Barek, Chuzo, Aragón, Pepillo o Ribes. Algunos muy veteranos, también es verdad. Pero el Granada tiene una plantilla mucho más modesta y en Málaga hay tal optimismo que por primera y no sé si única ocasión en la historia, en un campo de fútbol hay más partidarios del equipo visitante que del local. Muchos granadinos se han retraído, temerosos de la derrota. Y por el alto precio de las entradas, con lo que en Málaga se acrecienta la fama de tacaños con que ya cargaban los granadinos.
(Todavía no hace mucho me contaron en Málaga un chiste sobre el tema: “Un granadino y un catalán entran a cenar en un restaurante malagueño. Después, alargan el café sin pedir la cuenta. El camarero se impacienta y les ronda. Se van todos los clientes, se apagan las luces, pasan las horas y ellos aún siguen ahí, sin hacer ademán de pagar. Por fin, el camarero escucha: ‘M’emporta la conta, si us plau’. Al día siguiente, el titular de La Vanguardia es: ‘Un catalán asesina a un granadino ventrílocuo…”.
Minoría de granadinos, decía, en el partido, pero animosos. Uno de ellos, que dará mucho que hablar, va con un gato vestido del Granada y una bolsita de boquerones, que le va dando de uno en uno para que coma, entre gran algarada. En aquella época, los malagueños veían como un insulto que les llamaran boquerones, así que los granadinos no se referían a ellos con ninguna otra palabra. A su vez, en Málaga llamaban a los granadinos Sanitex, el nombre de una gaseosa de Motril muy barata (lo de motejarles así nació justamente en Motril), porque decían que era lo único que pedían en los bares de la playa, a los que entraban con su propio bocadillo.
El Granada, con un equipo peor pero más joven, ganó 2-1. Eso animó a su afición para el partido de vuelta, una semana después, y esta vez los trenes botijo partieron cargados desde Granada a Málaga. Viajaron 6.000 granadinos. Hubo valientes que se arriesgaron a hacer el viaje en coche y después, presumirán: “Mi 600 bajó la Cuesta de la Reina en segunda y la subió en primera”. Un chiste del célebre Miranda en la última página del Ideal del día siguiente llevará esa leyenda.
El Málaga juega muy mal esa tarde. La primera parte acaba sin goles. En el minuto 63 marca Aragón (cuyo hijo fue luego jugador destacado en el Madrid y el Zaragoza), tras rebote del balón en Tosco. Ni ese gol serena al Málaga y el Granada empata en el 70 por medio de Eloy. El Málaga, desconcertado y con sus veteranos cansados, no consigue restablecer la situación. Cuando Ruiz Alciturri pita el final, el Granada es de Primera y el Málaga de Segunda. Ha sido el último partido del gran Pepillo (el primer jugador al que vi hacer la ruleta de Zidane), finísimo delantero melillense que pasó por el Sevilla, el Madrid, el River Plate y el Mallorca, y que se retiró con ese disgusto.
Barrenechea estaba a punto de sacar una falta cuando Ruiz Alciturri señaló el final. Al oír los tres pitidos, lanza eufórico la pelota de un patadón a la grada. Allí caerá en el regazo de un hincha granadino residente en Torremolinos, de nombre Justo Sánchez, que saltará al campo, eufórico, a acompañar las celebraciones de los suyos. Nunca lo hubiera hecho: el masajista del Málaga, Dionisio Franco, le perseguirá para arrebatárselo, esgrimiendo el argumento de que era propiedad del club.
—¡Solo faltaba que después de mandarnos a Segunda nos robaran el balón!—.

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