jueves, 16 de mayo de 2013

FALTA 1 DÍA PARA LA FINAL DE LA COPA DEL REY, PLACERES MERENGUES, PESADILLAS ROJIBLANCAS,./ UNA FAENA MONUMENTAL DE PERERA,.

TÍTULO:   FALTA 1 DÍA PARA LA FINAL DE LA COPA DEL REY, PLACERES MERENGUES, PESADILLAS ROJIBLANCAS,.

No es necesario revisar las estadísticas para saber quién ha triunfado en los últimos derbis. Basta con preguntar a los futbolistas de Atlético y ...

FÚTBOL

Placeres merengues, pesadillas rojiblancas

Los veteranos del Madrid sonríen al analizar los últimos derbis mientras que los exatléticos prefieren hacer cuenta nueva

No es necesario revisar las estadísticas para saber quién ha triunfado en los últimos derbis. Basta con preguntar a los futbolistas de Atlético y Real Madrid que participaron recientemente en el duelo de la máxima rivalidad y observar sus gestos. A los merengues se les dibuja una sonrisa. A los rojiblancos se les tuerce la cara.
¿Recuerdos del derbi? «Tengo muy buenos porque fui protagonista en algunos de ellos marcando», cuenta Rafael Martín Vázquez, quien logró en el minuto 92 el gol de la victoria liguera de diciembre de 1988. «Son muy buenos porque soy de los que tenemos suerte últimamente y no hemos perdido», secunda Francisco Pavón, titular en el 0-3 de 2005 en El Manzanares. «Jugué en el Calderón, ganamos 1-2 en Liga y es bueno porque no es fácil y se nos ha dado bien en los últimos años», finaliza Rubén de la Red entre los risueños madridistas.
Demasiada bilis que tragar para los colchoneros. Tanta rabia y tristeza que cualquier atlético se apresura a pasar página. «No tengo ningún buen recuerdo de los derbis, pero esto es otra cosa. Da igual que sea Atlético contra Madrid porque es diferente y no tiene que ver con derbis, ni historias, ni malas rachas», insiste Milinko Pantic, quien no concede un centímetro ni en sus actuales duelos de pádel contra sus antiguos adversarios.
Entonces Kiko Narváez le auxilia como en esos contragolpes con los que Luis Aragonés encontró un punto débil del máximo rival: «Va a depender de los primeros veinte minutos o media hora. Llegar vivos al último tramo es fundamental. En el Atlético hay que ir cogiendo moral a medida que pasen los minutos porque eso te hace ir creyendo que puedes hacer algo. Viene arrastrando resultados negativos y un gol prematuro sería un golpe al mentón», adelanta el antiguo ariete con su habitual confianza.
«El 150%»
El apoyo viene de un agente doble, Miguel Ángel Ferrer, 'Mista', quién vistió la camiseta de ambos clubes. «El resultado siempre ha caído a favor del Madrid pero las finales son siempre diferentes. Ambos equipos darán un 150% y parten en igualdad de condiciones», asegura sin levantar la voz el delantero que anotó el empate liguero atlético en octubre de 2006, en el Santiago Bernabéu.
En medio del debate los atléticos se mantienen serios, los blancos conservan la sonrisa. «Me gustaría que no fuese un resultado muy abultado, que no hubiese más de dos goles y que en la portería Courtois le ganase el duelo a Diego López», desea Kiko. «Los jugadores fundamentales son Falcao y Cristiano y el equipo que primero marque va a tener ventaja porque va a ser un partido bastante trabado», señala Pavón después de descartar las bajas en defensa blanca como un aspecto clave. «Confío en la victoria del Madrid por el potencial y la pegada que tiene. Es el favorito», asegura el exmadridista Alfonso Pérez tras protestar por el alto precio de las entradas para los aficionados. «Teóricamente tiene más opciones de resolver, pero en una final y con el Atlético jugando bien en los últimos partidos de este tipo estará muy igualado», repite Martín Vázquez sobre su antiguo club.
Al otro lado del cuadrilátero Pantic, emblema del exitoso 'doblete' del Atlético de Madrid en 1996, opone un aspecto técnico que puede ser decisivo: «Nosotros hemos marcado muchos goles a balón parado, aunque hay que reconocer que el Madrid también con Özil y Modric es un factor importante». Recibe la respuesta de los buenos recuerdos blancos y la pesadilla colchonera en boca de Rubén De la Red: «El Madrid ya sabe cuál es la clave porque ya los ha ganado los enfrentamientos anterior». Solo choca con el optimismo de la arenga de Kiko: «No hago apología de que no se vea fútbol, pero prefiero pocos goles. Y que ganemos, ¡coño!».

TÍTULO:  UNA FAENA MONUMENTAL DE PERERA,.

Republica.com (blog)
  1. Una faena monumental de Perera
    La faena de la feria. De lo que va de feria, tan solo el primero de sus tres tramos mayores. La sexta de las 18 corridas del abono. Una faena de ...
    La faena de la feria. De lo que va de feria, tan solo el primero de sus tres tramos mayores. La sexta de las 18 corridas del abono. Una faena de Miguel Ángel Perera y muy de su sello personal: rotunda, arriesgada, de tanto temple como poder, de desnuda belleza, toda verdad, sin una sola concesión. De claras ideas y, desde luego, de mucho valor. De entenderse cabalmente con un toro 'Peladito' de los Lozano, astifino, escurrido, en peso y en tipo, castigado de partida con un par de improcedentes miaus, y toro de estirpe y conducta de sangre Núñez: de romper la muleta en serio y, por tanto, en bravo, de ir queriendo más y más. Por eso, y no solo, toro de compromiso mayor.
    Perera debió de sentir muy cierto al toro porque abrió faena de largo y sin un solo muletazo de cata. Ya la primera tanda en redondo, de cinco y el de pecho, fue logro impecable. El toro se sintió mecido, acompasado, llevado. A borbotones y a chorro una embestida descolgada en pos del engaño. Perera la llevó cosida en los vuelos en las dos tandas en redondo que siguieron a la de apertura. Las dos fueron de un ajuste y una abundancia casi insolentes: de seis y el cambiado por alto cuando Perera entendió que había que dejar al toro tomar respiro. Los muletazos fueron muy largos, pero el toque de remate, finísimo, dejaba al toro casi encarrilado para la repetición.
    Una de las claves de la faena fue su ritmo constante. La única vez que el toro pareció resistirse a tomar engaño, en el tercer muletazo de la tercera tanda, Perera aguantó impasible y a puro huevo dio el toque en el momento justo. De modo que se juntaron valor y precisión, corazón y técnica. Muleta de virtuoso. La plaza estuvo volcada desde la primera tanda y al cumplirse la tercera el runrún era de acontecimiento.
    Tras una pausa menor, y ya todo en los medios, que es como colgarse sin red de un trapecio, Perera atacó por la mano izquierda. Más rebelde el toro, que pretendió resistírsele dos veces y dejar engaño para venírsele encima, pero Perera aguantó esos dos amagos. Una tanda en versión personal del florido tres en uno fue como desengrasar o aliviar la densidad de una faena tan fuerte. Tras ella volvió Perera a la mano izquierda, como si le debiera algo al toro, se lo trajo de largo, aguantó impasible y, enseguida, al ver que el toro estaba listo pero vencido, optó por la tanda corta, primitiva y fundamental: el natural ligado con el obligado de pecho sin rectificar. Por dos veces. El clamor fue fantástico.
    Cuadrado el toro, Perera atacó por derecho en la suerte contraria, Un punto trasera, bastó la estocada. Se cubrió de pañuelos el tendido, parecía triunfo máximo -dos orejas de Madrid- pero el casi infalible Guillermo Barbero, gran tercero y buen cachetero, levantó con la puntilla al toro. El palco aguantó exageradamente para sacar el primer pañuelo, que acabó siendo el único. Perera no había podido torear de capa a pesar del buen galope de salida del toro, en cuya cara vino a resbalar y caer inerme y al descubierto. Un milagro salir indemne de la prueba.
    Tres buenos astados
    La corrida de Alcurrucén trajo tres toros de muy buena condición. El más bravo, el del gran trabajo de Perera; el de más bondad un pastueño y boyante dije que parecía escogido adrede para la confirmación de alternativa de Teruel y rompió por eso plaza; y un sexto, montadito y muy astifino, algo tardo pero de embestida intensa y clara. Ninguno de los dos de Castella -un segundo buenecito pero apagado a los diez viajes, y un cuarto cornalón reservón y con chispazos de genio- se prestó a mayores hazañas. Castella estuvo algo agarrotado e inseguro. No era su tarde. Teruel dejó sentir su buen gusto, su torería de raíces clásicas en el toreo de castigo o en las trincheras, en la postura y colocación para torear con la diestra en la suerte natural. Faltó romperse con el toro golosina de la alternativa. Y ajustarse con el que cerró corrida.
    Justo antes del cierre, con un quinto toro cinqueño, pronto pero brusco en los remates, Perera estuvo acariciando o entreabriendo la puerta grande. No fue toro grato ni sencillo. Todo lo hizo a favor del toro Perera, tragón con las embestiditas al paso, tranquilo cuando se resolvían en cabezazo. Una tanda en los medios de siete ligados por abajo fue memorable. Ahí debería haber cortado, pero quiso pegar otra igual, y ya no quiso el toro. Unas mondeñinas con la espada ya cambiada pusieron al rojo vivo la plaza. La estocada cayó desprendida. No cundió la petición de oreja. Algún que otro grito rompenervios lo estuvo castigando antes de meter la espada.

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