Era el hermano grandullón y gordito de Pau. Mientras el
primogénito de la médica Marisa y el enfermero Agustí iniciaba en
Memphis su vuelo de águila imperial, Marc se entretenía en un instituto
(high school) de Tennessee con el baloncesto. Dominaba por el tamaño
descomunal, pero sin desvelar aún su categoría como actual pívot
dominante en la NBA. Aportaba grandes números a los partidos colegiales,
perfeccionaba el inglés y se sentaba en la grada del pabellón de
Grizzlies para contemplar cómo Gasol I abatía una tras otra todas las
marcas imaginables.
Marc regresó a Barcelona, todavía con la camiseta
sospechosamente holgada por exceso de kilos. El técnico azulgrana de
entonces, Dusko Ivanovic, lo relegó en el concurso del cincuenta por
ciento. Debía optar entre él y Fran Vázquez. Y el montenegrino prefirió
el ‘atletisisismo’ -que diría Sergio Scariolo- del gallego a la
inteligencia del catalán. Donde uno rebosa materia gris el otro oye
bolitas de maracas. Basta recordar aquella apuesta de Orlando Magic, que
seleccionó a Fran en el undécimo puesto del ‘draft’. El de Chantada se
colocó la gorra de la franquicia de Florida, lo pasearon en limusina y
se rajó. Menos mal que el tiempo resitúa a cada cual y, pese a la
entronización física del baloncesto, el talento siempre llama dos veces a
la puerta. Como el cartero.
Eso sí, Gasol II hubo de tomar la autovía 104 kilómetros al
norte para triunfar sin aristas que valgan en Girona. Recordarán la
Liga ACB bipolar 07-08. No lo escribo por la presunta pugna
Barça-Madrid, sino por la alternancia casi matemática entre Marc y Rudy
Fernández como mejores jugadores de la semana. En apenas dos campañas,
el hermano de Pau se transformó en un jugador sobresaliente a quien el
torneo español le quedaba corto. Curioso cruce fraterno. Los Ángeles
Lakers tenían los derechos americanos del mediano, que recaló en Memphis
por el traspaso de Pau al sol de California.
Muy pronto conquistó Marc a los aficionados de Grizzlies,
quienes lo antepusieron al hermano en sus músculos cardíacos. No solo se
convirtió en el ídolo de los seguidores. También asumió el liderazgo en
la pista y dentro del vestuario. Zach Randolp, el ‘cuatro’ con tanta
clase como mala cabeza pretérita, lo tiene como consejero ‘espiritual’.
Nada de cuanto dice Gasol suena vano y el respeto que le dispensa el
club no ofrece dudas. El pívot de Sant Boi se opuso hace dos campañas al
presunto traspaso del base Mike Conley y ahí siguen juntos una vez
superada la tormenta.
Veinticuatro siglos después, la piedra angular de Memphis
rememora aquella revolucionaria declaración de Arquímedes. “Dadme un
punto de apoyo y moveré el mundo”, dijo el científico griego para
explicar la teoría de la palanca. El equipo de Tennessee necesitaba el
ancla que le mantuviese erguido y encontró en Marc la pieza sobre la que
gravitar el grupo. A partir del oso mayor, Grizzlies se manifiesta como
un equipo bastante más serio de lo que se estila en la NBA, riguroso y
ganador. Ocupa el tercer puesto en el Oeste y el cuarto en toda la Liga,
solo superado por Miami, San Antonio y Oklahoma City.
Buena parte de ese poderío se fundamenta en la notable
labor de Gasol con la pelota y en su excelente conocimiento táctico sin
ella. Voces autorizadas de Estados Unidos ya reclaman para él el título
de mejor defensor del año. El mediano de la saga -Adrià coquetea con el
baloncesto en California- no necesita piruetas atléticas atrás. Frena a
los rivales por presencia, colocación y generosidad en las ayudas. Quien
busque en Marc gorros espectaculares que acuda a una sombrerería. Todo
cuando hace en la cancha lo dicta el sentido común. Usa el juego a una
mano como nadie para pasar el balón al tiempo que bloquea, muestra
puntería sin despegarse del suelo, sus reversos por baile de pies hieren
al adversario, aprovecha el corpachón para recular a su par de espaldas
y a su gancho frontal con la derecha podría aplicarle el ‘copyright’.
Que los propietarios de las franquicias busquen, comparen y
si encuentran algo mejor, lo compren. Indagan y no hallan pívots puros
que superen al catalán, quien ha devuelto púrpura y dignidad a la
posición de ‘cinco’. Investiguen la posible existencia de algún tipo tan
grande que actúe como poste distribuidor o segundo base. Tendrán que
archivar el caso por falta de pruebas. Marc compone junto a Randolp el
mejor dúo interior titular del torneo, con permiso de la pareja
Pau-Howard si los entrenadores angelinos no se empeñaran en impedirlo.
El oso mayor lidera una constelación sobria y eficaz en la tierra del
añorado Elvis.
TÍTULO: EL HORMIGUERO VACACIONES FERRAGOSTO,.
Vacaciones de ferragosto (2008) - REPARTO,.
Vacaciones de ferragosto dirigida por Gianni Di Gregorio y protagonizada por Gianni Di Gregorio, Valeria De Franciscis, Marina Cacciotti, Maria Calì, Grazia ,.Gianni, un romano del Trastevere, vive en la casa familiar con su madre viuda. El día antes de ferragosto, el administrador de la comunidad le sorprende con una propuesta muy poco habitual: que acoja a su madre en su casa durante los dos días festivos. A cambio, le ofrece deducirle las deudas que ha acumulado durante años en los gastos de la comunidad. Gianni acepta, pero poco después el administrador se presenta no sólo con su madre, sino también con su tía. Todo se va enredando cada vez más y poco después su amigo y médico de cabecera, que tiene que estar de guardia en el hospital, le lleva también a su madre... Gianni, agobiado y sobrepasado por el choque de personalidades de las cuatro mujeres, se dedica heroicamente a tenerlas contentas. El resultado es que una bocanada de vitalidad, de locura y de frescura invade la vieja casa en el centro de Roma.
TÍTULO: MARQUEZ SONRIE Y SACA EL CUCHILLO,.
Márquez sonríe y saca el cuchillo
A Marc Márquez le das la mano y te coge el brazo. Y la
'pole'. En un fin de semana claramente marcado por la última curva de
Jerez y el posterior enfrentamiento entre el de Honda y Jorge Lorenzo,
fue el '93' quien ganó el siguiente asalto, y saldrá desde la primera
posición de la parrilla en Le Mans, por delante del campeón del mundo y
de un Andrea Dovizioso que hacía frotarse los ojos a todos los
integrantes de Ducati.
El sábado en Le Mans fue de todo menos fácil para el
'rookie', que arrancó el fin de semana falto de ritmo y que dio con sus
huesos en el suelo destrozando su primera moto. En esas condiciones
lograr la primera plaza era poco menos que un milagro, algo al alcance
de muy pocos, entre los que él se encuentra. «Era muy complicado, ya que
pesaba sobre mí la amenaza de que si me volvía a caer la otra moto
también estaba rota y no tendría alternativa. Pese a todo hemos
conseguido el objetivo». Es la segunda vez que lo logra. La primera fue
en Austin, Texas, y allí Márquez ganó el gran premio. Ya no es el chico
nuevo al que se mira con inquietud. La sensación ahora es de recelo. Ya
no es una amenaza. Ahora se ha convertido en una alternativa real. Es el
líder del Mundial y uno de los grandes candidatos al título.
Caerse Dani Pedrosa y marcar Márquez un tiempo
estratosférico fue todo en uno. El joven piloto de HRC realizaba un
impresionante tiempo para poner a todos sus rivales en fila, Lorenzo
incluido. El actual campeón era quien marcaba la sesión, ésta y casi
todas, repitiendo patrones de las primeras carreras y que se acentuaron
en Jerez. Él mandaba en las calificaciones y sus rivales se iban por los
suelos tratando de buscar su ritmo. Márquez destrozó esa tendencia en
Le Mans. Le bastaron dos vueltas después de caerse en los últimos
libres. Ahí también se fue por los suelos Crutchlow, que visitó al
médico antes de recibir el visto bueno para volver a la pista.
Solo cinco minutos separaban al '93' para entonces de salir
primero en Francia. Lorenzo, Crutchlow y el propio Márquez cambiaban la
rueda trasera y se iban a por la última batalla. Pedrosa, la moto
entera, pero por suerte la segunda también estaba montada para seco, con
un clima amenazante que sin embargo acabó por respetar a las 1.000.
Cambiaron cosas delante, pero no para la 'pole', ya que el tiempo de
Márquez fue inalcanzable. Tras él un Lorenzo que se quedó a tres
centésimas y Dovizioso, con una vuelta excepcional que llevaba a una
Ducati a la primera línea y en condiciones de seco.
Crutchlow, Bradl y Pedrosa formaron la segunda. Bien para
el inglés, genial para el alemán, que se aprovechó de una rueda para
marcar sus mejores registros, y decepcionante para un Dani del que se
esperaba más lucha. La caída en los primeros compases de la calificación
a buen seguro arruinó gran parte del trabajo. Una buena salida
solventaría parte de los problemas; una mala le condenaría a mirar con
prudencia la prueba y sacar el mayor número posible de puntos.
Cuando surgió la bandera a cuadros, el panorama era de
absoluta perplejidad. HRC, Yamaha, Ducati, Tech3 y LCR eran las cinco
primeras plazas, sin 'dobletes', con una variedad no vista en las
últimas temporadas del campeonato. Fue así por la caída de Pedrosa, pero
también por el decepcionante rendimiento de Valentino Rossi.
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