sábado, 25 de mayo de 2013

QUÉ HAY DE NUEVO DAKOTA JOHSSON, DAKOTA ESTRENA SERIE,./ SI TIENES A MAYOR RIESGO, MÁS ARTE,.

TÍTULO: QUÉ HAY DE NUEVO DAKOTA JOHSSON, DAKOTA ESTRENA SERIE,.
 
-foto--Dakota Johnson, hija de Melanie Griffith y de Don Johnson, se ha convertido en una mujer de 23 años espectacular. Hija de dos de los actores más conocidos de los 80' y 90', e hijastra de Antonio Banderas, está convencida de trabajar en el mundo del cine.
   En una entrevista concedida a la revista Glamour se abre en cuerpo y alma: "Ser parte de una familia como la mía hace que esperen mucho más de mí y de mi trabajo". Desde que nació, ha vivido rodeada de talento y fama. "Me encanta mi vida. He vivido momentos difíciles pero es lo que tengo y me parece maravillosa. He tenido la oportunidad de conocer gente increíble gracias a mis padres".
   Sin embargo, tiene los pies en la tierra. "No me interesa la fama. Sé lo que es mentira y lo que no". Kate Winslet o Meryl Streep son las actrices que la inspiran y asegura que con su madre no habla de trabajo, solo de cosas personales.
   "Mi meta es seguir mi propio camino. Amo este trabajo más que nada en este mundo". Como su madre, Dakota se ha revelado como una increíble actriz de comedia, aunque ella no quiere cerrar puertas en la interpretación. "Me atraen mucho los personajes femeninos fuertes y diferentes, independientemente de que sean cómicos o dramáticos".
   Desde que su madre comenzara una relación de lo más consolidada con Antonio Banderas, la joven ha pasado mucho tiempo en Málaga. La relación con Banderas ha sido tan buena, que tanto ella como su hermano Jesse, han invitado a muchos de sus amigos a conocer nuestra tierra: "Mi relación con España es muy buena. Crecí viajando allí en verano, en Semana Santa... Me encanta la comida española, la arquitectura, la música... Echo de menos todo eso."

TÍTULO: SI TIENES A MAYOR RIESGO, MÁS ARTE,.

 A MAYOR RIESGO, MÁS ARTE

La Opinión de Málaga
  1. «A mayor riesgo, más arte»
    Andaba por allí serio, barbudo, despeinado, silencioso, erguido y estático en sus miradas como si en lugar de un torero fuera un soldado de ...
     
    Andaba por allí serio, barbudo, despeinado, silencioso, erguido y estático en sus miradas como si en lugar de un torero fuera un soldado de elite. No dijo una palabra de más, ni asintió, ni sonrió más que en un par de ocasiones, ni mostró coletillas en sus gestos. Era la presentación de su libro, pero no se sabía bien si estaba muy en el sitio o en las lunas de Saturno. Hasta que José Tomás habló sin afectaciones, ni poses, como si antes se hubiera frotado el cerebro con piedra pómez. Y dijo esto: «No valen medias tintas, vale solo el compromiso. A mayor compromiso, mayor riesgo; a mayor riesgo, más arte». Como si fuera la matemática de su tauromaquia. Y la 'plaza' se vino abajo.
    A veces, José Tomás también torea hablando, aunque habla poco. También torea poco. Ayer salió al ruedo del Círculo de Lectores en Madrid para presentar el libro 'Diálogo con Navegante', un acto al que no faltaron ni periodistas, ni público, ni gente del toro.
    En cada ocasión que deja su refugio en Estepona -ese limbo en el que lee a Hegel, va a comprar el pan a caballo o en moto y juega con su bebé, que se llama José Tomás, como el padre y el abuelo-, al matador lo están esperando. Lo miran de lejos, lo escuchan callados y solamente aplauden cuando ha terminado. Casi ni lo achuchan.
    Esta vez, enseñó la pata para presentar 'Diálogo con Navegante', un pequeño libro de Espasa y la Fundación José Tomás en el que se recoge el famoso 'Discurso del premio Paquiro', que pronunció en 2011, en la Bolsa de Madrid, y en las que saldó cuentas consigo mismo y con su adversario. Alrededor de ese brillante puñado de folios se ha construido una obra con artículos de Mario Vargas Llosa, Luis Abril, Paco Aguado, Zabala de la Serna, Araceli Guillaume-Alonso, François Zumbielh y Natalia Radetich, un ejército de eruditos y que retratan el aliento filosófico de aquella bella plática.
    Aquel día, José Tomás expresó su tauromaquia por derecho en una literaria charla con Navegante, el toro que estuvo a punto de hacerse 'Islero' y matarlo el 24 de abril de 2010 en Aguascalientes, México, cuando le abrió un túnel en el muslo. Sin embargo, Navegante pasó a la historia del toreo con ese discurso, una fábula que le dio vida y en el que el matador -que sobrevivió de milagro-, hablaba con el animal muerto y se explicaban el porqué de sus reacciones. Aquellas palabras fueron tan celebradas que hoy son la razón del pequeño volumen. De hecho, apenas ocupan seis páginas de las 147 que tiene el libro.
    Apariciones
    José Tomás no es un 'chalao' que hable con los animales mientras duerme. O sí, pero la conversación explica las bases de su filosofía: «La relación entre el toro y el torero es intensa y trasciende la arena de los ruedos. A veces, el toro se me aparece. A veces, le puedes preguntar cosas, como el porqué de esa reacción tan inesperada, por qué no ha sido capaz de desarrollar la esencia de su embestida. Esos diálogos simbolizan las dudas y los miedos y se hacen reales en el ruedo, en ese territorio de libertad en el que encuentran juntos el tesoro del arte».
    En ese territorio, la muerte siempre está presente. «Hay que mirarle a los ojos y hablarle para superar el miedo». En 'Diálogo con Navegante', el torero se mueve en la inmensidad de conceptos inabarcables y tira del crítico mexicano Pepe Alameda, cuando dijo esto que viene: «Con un paso adelante, puede morir el hombre. Con un paso atrás, puede morir el arte». Tres años después, la vida de Tomás no ha cambiado tanto, al margen del siete que lleva en la pierna y lo poco que comparece ante la prensa. Ahora tiene un hijo («y eso le va a cambiar por completo», pronosticó su madre hace justo once meses, pocos días antes de volver a los ruedos para una microtemporada de tres tardes), está lesionado en un pie después de una cogida en el campo y se le espera para mediados de julio al parecer en Valencia, Nimes y Málaga... y puede que en Bilbao, donde la junta de Vista Alegre condiciona la programación de la corrida del centenario a que el torero esté en el cartel.
    Su camino sigue en la misma dirección, como si Navegante, en lugar de quitarlo de respirar, lo hubiera puesto más en el sitio. «Navegante me hizo salir reforzado de mis convicciones. No valen medias tintas, vale solo el compromiso. A mayor compromiso, mayor riesgo; a mayor riesgo, más arte». El libro está dedicado a Adrián Gómez, el banderillero fallecido en 2010 después de que un toro le partiera la médula en 2008.

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