Toledo / toros,.
Por un puesto en la Feria de Albacete,.
Tres toreros disputarán mañana la final del concurso taurino de RTVCM
La final del concurso de Castilla-La Mancha Televisión «Soy
noviller@», mañana en la plaza de toros de Albacete, será algo más que el
epílogo de un certamen taurino sin picadores. Ángel Lomo, de Liétor (Albacete),
Filiberto, también de la misma provincia; y el toledano Álvaro Lorenzo se
disputarán la posibilidad de torear en la Feria de Albacete el próximo mes de
septiembre.
Los tres toreros han llegado a la final después de una complicada
fase de clasificación compuesta por seis festejos, en los que han participado 18 jóvenes
diestros. Estos fueron seleccionados entre los 60 concursantes que
acudieron a la ronda preliminar.
Ángel Olmo, Filiberto y Álvaro Lorenzo lidiarán mañana, a partir de las
17.30 horas, ganado de Alcurrucén. Los precios de las entradas son muy
populares, como ha sucedido en las seis novilladas previas, lo que ha propiciado
la presencia de numeroso público en los festejos.
El ganador del
concurso será premiado con un vestido de luces completo y la posibilidad de ser
toreros en la plaza de toros de Albacete en septiembre, bien debutando
con picadores o de ser incluido en una novillada picada si ya hubiera debutado
en este escalafón.
El segundo
clasificado se llevará como premio un estoque de matar y el tercero en discordia
tendrá un capote como galardón de consolación.
La empresa Taurino Manchega, arrendataria de la plaza de toros de
Albacete, es la organizadora del certamen en colaboración con el ente Radio
Televisión Castilla-La Mancha.
Uno de los socios de Taurio Manchega, Pablo Lozano, opinaba ayer que
el nivel de los participantes en el concurso ha sido muy elevado «y la gente que
ha acudido a las plazas ha disfrutado mucho en los seis festejos. Y seguro que
la final no defraudará a nadie».
TÍTULO: VILARIÑO, PENSAMIENTOS VISUALES,.
Como
antes lo hicieron los creadores Philippe Jaccottet, Hamish Fulton, Mario Luzi,
Mateusz Herczka, Federico Guzmán, Mariá Manent, ...
Como antes lo hicieron los creadores Philippe Jaccottet, Hamish
Fulton, Mario Luzi, Mateusz Herczka, Federico Guzmán, Mariá Manent, László
Krasznahorkai.Experiencias que son proyectos, memoria del presente que entra a
formar del patrimonio de nuestra Comunidad Autónoma de manera inteligente; véase
el caso que nos ocupa, Manuel Vilariño, Premio Nacional de Fotografía 2007. Pero
además también merece la pena resaltar, abundando en esta idea de proyecto bien
planteado, el ideario de la Fundación Ortega Muñoz, que recuerda la figura del
paisajista extremeño desde la perspectiva de las prácticas artísticas actuales
-Arte y Naturaleza-, lejos del socorrido formato «mausoleo» en el que suelen
caer este tipo de iniciativas.
En esta ocasión disfrutamos de la exposición 'Fragmentos de un viaje'
de Manuel Vilariño (A Coruña, 1952), en el MEIAC, donde el fotógrafo gallego se
identifica con el árbol, un árbol solitario, en la niebla, como cosmos. De algún
modo metáfora del artista enfrentado a la creación, «un viaje en el que parto de
la incertidumbre, de abrir un camino. Es un paisaje desde el árbol, que puede
ser dehesa, como bosque de encinas o los caducifolios de Guadalupe o
Monfragüe... Hablo del silencio, de la soledad de esos espacios. Desbrozar
senderos, atento al zumbido de los insectos o al vuelo del pájaro, a la manera
de San Juan de la Cruz. O la soledad de los páramos de La Serena. Paisajes
abiertos (Rilke), que he contemplado con mirada animal».
Foucault. Antes fue el 'Mar afuera', en el madrileño Círculo de
Bellas Artes, desde una fotografía envolvente, de gran formato, que nos desveló
la aventura de la exterioridad. El océano cuando se rompe, lugar intacto donde
nada está domesticado; el «afuera» sin cobijo, en definitiva, de Foucault.
Pensamientos visuales. Ahora, en 'Fragmentos de un viaje', el
objetivo último de Vilariño consiste en la búsqueda de unas imágenes que
«visualicen» el silencio, estéticamente indisociables de una poesía desnuda,
cercana al aforismo, «¿Cómo hablar de uno mismo? Dice Valente: 'Poesía, arte de
poetizar silencios'».
Y todo a partir de una fotografía que va más allá del documento, de
lo narrativo. Para ello introduce el concepto de «luz auroral»: una luz
fugitiva, que baña lentamente los árboles, «de grises, como el fulgor, antes de
que despierten los pájaros, cuando suben las nieblas del Tajo o del Ambroz. Un
espacio repleto de cruces de mirada, entre el árbol y yo, entre el pájaro y
yo.».
Así 'dämmerung' designa el amanecer -la aurora-, y también el
crepúsculo, el declinar de la luz. Lápidas como belleza nostálgica del
cementerio alemán de Cuacos de Yuste. Entonces hablamos de una Extremadura
convertida en «pensamientos visuales», donde no vemos ya los motivos sino lo que
expresan: «visualizar» el silencio.
.Y la escucha. Ibores, dehesas y olivares. Camino de Alía y La
Calera, Las Villuercas. paisajes de escucha, no sólo de silencio, de extrema
escucha e infinitud. «Sierra de San Pedro, Valencia de Alcántara. carreteras a
ninguna parte que se abren a un claro de bosque (María Zambrano)». En el
horizonte, Ortega Muñoz. Sensación de eternidad.
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