Siete niños de San Ildefonso se desplazarán el próximo 18 de julio a Badajoz para cantar los números premiados en el Sorteo del Oro. Será la ...
iete niños de San Ildefonso se desplazarán el próximo 18 de
julio a Badajoz para cantar los números premiados en el Sorteo del Oro.
Será la primera vez que la ciudad acoja este tradicional sorteo de Cruz
Roja, una actividad que ayudará a los más de 3.000 pacenses que reciben
apoyo de esta institución humanitaria.
Entre los beneficiarios está Matilde Jesús Larios. Tiene 45
años, vive en el Cerro de Reyes y ha encontrado en Cruz Roja el apoyo
que necesita. «Soy madre de cinco hijos, abuela de una nieta, ahora
viene mi segundo nieto, y todos convivimos en el mismo domicilio. En
Cruz Roja me aceptaron bien y ahora mis hijos hacen el programa de
búsqueda de empleo».
En casa de Matilde todos están desempleados, pero esta
mujer no se resigna y ya ha realizado los cursos de informática básica y
avanzada. «Nos facilitan Internet para que podamos mandar el currículum
y también me han enseñado a manejar el correo electrónico para que
pueda ponerme en contacto con las empresas».
Una de las personas que le han ayudado a progresar es Julio
César Rodríguez, un joven argentino afincado en Badajoz que colabora
con el programa de empleo que se desarrolla en el centro que Cruz Roja
tiene en el Cerro de Reyes. «Para ser voluntario sólo hay que tener
buena disposición. Yo atiendo por teléfono, estoy ayudando con la bolsa
de empleo del Ayuntamiento y apoyo en lo que se necesita».
Este joven cultiva el deseo de entregarse a los demás, a
pesar de que su situación es complicada. «Estoy un poco en desempleo, a
veces me llaman para hacer horas como camarero o para empresas de
limpieza, me contratan poquitas horas, pero bueno, el resto del tiempo
colaboro con Cruz Roja. Sé que en cualquier momento va a venir algo
bueno, hay que tener paciencia».
Julio César reconoce que en la ciudad de Badajoz hay
realidades muy complicadas, especialmente las que afectan a familias de
clase baja. «La situación no está muy bien, pero la Cruz Roja se
desempeña muy bien en ese sentido ayudando a la gente de niveles
sociales muy bajos que no puede pagar el alquiler o la luz, o
entregándoles ropa».
Este voluntario comprueba casi a diario que hay personas
que han caído en la depresión, «una situación a la que trato de
contribuir poniéndome en el lugar de ellos y tratando de levantarles un
poco el ánimo».
Catalina Campos González, presidenta provincial de Cruz
Roja Badajoz, cree que la celebración del Sorteo del Oro debe
enorgullecer a los pacenses. «Comprando un boleto se puede llegar a
mucha gente, con cinco euros se puede contribuir con todas las familias
en dificultad social». En estos momentos hay en la provincia 3.000
personas en situación de vulnerabilidad que reciben apoyo de Cruz Roja,
cifra que aumenta debido a la crisis. «El año pasado se vendieron en la
provincia 285.000 euros para este sorteo y este año hemos puesto a la
venta 17.000 boletos de 5 euros».
Para dar visibilidad a esta actividad, un centenar de
voluntarios de Cruz Roja llegados desde toda la región se reunió ayer
por la mañana en el paseo de San Francisco. «En Badajoz hay situaciones
muy precarias, mucho peores de lo que parece. Lo que se está contando es
muy negativo, pero lo que yo he visto pone piel de gallina», añadió
Manuel García-Cancho Murillo, voluntario de Cruz Roja desde hace años.
Responsable de una academia de inglés, siempre ha dedicado
parte de su tiempo a los demás. «Como yo trabajo por la tarde-noche,
cuando acababa en la academia me montaba en una ambulancia para recorrer
los barrios más humildes de Badajoz. Repartíamos comida, nos metíamos
en las casas para charlar con esas personas y compartíamos
experiencias».
Su voluntariado también le ha llevado a dar de comer en los
comedores sociales de Badajoz y a entregar ropa infantil en domicilios
con grandes necesidades. «Se trata de ayudar al prójimo, de echar un
cable al que menos tiene. Nosotros no somos santos ni nada, pero sí
compartimos nuestro tiempo»,.
TÍTULO; BIBLIOTECAS LLENAS EN PLENO VERANO,.
Bibliotecas llenas en pleno verano
Se
acabó eso de dejar asignaturas para septiembre. Con el termómetro a 40
grados los universitarios pacenses tienen que poner toda su ...
Se acabó eso de dejar asignaturas para septiembre. Con el
termómetro a 40 grados los universitarios pacenses tienen que poner toda
su fuerza de voluntad para poder hacer frente a los exámenes está vez
en julio. La Universidad de Extremadura (UEx) ya decidió el año pasado
adelantar la convocatoria extraordinaria a las semanas posteriores a la
finalización del curso. Esta modificación permitirá a los alumnos
extremeños una mejor movilización por los diferentes campus europeos.
Los estudiantes creen que todavía es demasiado pronto para
juzgar este cambio, pero el descontento está en el ambiente. Reclaman
que no pueden hacer frente a asignaturas enteras en tan poco tiempo,
mientras que cuando estaba septiembre tenían dos meses de preparación.
«Yo soy trabajador y no me da tiempo a preparármelos bien porque
utilizaba las vacaciones para estudiar», relata Ricardo Cortés,
estudiante de medicina. Como recurso Ángela Martinus, estudiante
portuguesa también de medicina, cree que «la mejor forma sería que
después de cada semestre se destinara un tiempo para recuperaciones»,
una medida que ya está utilizándose en otras universidades.
Hay que tener en cuenta que el curso actual está sirviendo
de transición para lo que será el nuevo calendario académico. En el
curso que viene las convocatorias de exámenes se adelantarán de junio a
mayo para ofrecer más tiempo de estudio a los alumnos. De todas formas a
los alumnos no les convence demasiado. «Es más fácil aprobar las
asignaturas del segundo semestre puesto que el aprendizaje está más
reciente, pero es mucho más complicado aprobar las del primer semestre
que resultan más olvidadas», explica Atanasio García. «Además de tener
un temario muy denso, tenemos exámenes todos los días por lo que es
imposible prepararse bien todos las materias», asegura Ángela.
Desde la Universidad los profesores comentan que jamás se
habían encontrado con una situación igual. Los resultados académicos
están siendo un desastre. «Los alumnos están mentalmente agotados porque
muchos llevan desde finales de abril haciendo exámenes sin descansar y
ya no pueden con más», cuenta uno de ellos que prefiere permanecer en
el anonimato. El porcentaje de aprobados ha descendido muchísimo, «jamás
había tenido un 7% de aprobados», confiesa otro profesor. Y a los
suspensos se le suma la bajada en el número de asistencias. Según ha
confirmado Emilia Botello, miembro del Comité de Empresa de la
Universiad de Extremadura, se ha realizado un informe desfavorable de la
situación.
Tal es el descontento entre los alumnos con esta nueva
medida que no se han quedado de brazos cruzados. Han comenzado a
movilizarse recogiendo firmas contra este cambio. La principal idea es
llevarlas al Rectorado como propuesta para que retiren la modificación y
todo vuelva a ser como antes.
Bibliotecas desbordadas
En estas fechas, lo normal sería encontrar las bibliotecas
del campus desiertas pero con el actual cambio están desbordadas. La
mayoría de los estudiantes han tenido que cambiar la piscina por sus
apuntes y como confiesa Atanasio García se les hace muy difícil estudiar
en estas fechas. «Muchos de mis amigos están ya de vacaciones y tú
tienes que estar estudiando».
Otros casos como Ángela Martinus piensa que «está bien
porque así puedes aprovechar el verano y no te lo pasas estudiando»,
pero reconoce que prefiere septiembre porque tiene más tiempo para
preparar los exámenes. Los estudiantes que se desplazan a estas
instalaciones para encontrar en ellas un espacio tranquilo y donde
puedan evitan las distracciones. El problema con el que encuentran es
que están totalmente abarrotadas.
Mala climatización
A las pocas ganas de estudiar y el agotamiento mental que
tienen los alumnos a estas alturas, se le añade la mala climatización de
las instalaciones. Este es un aspecto que preocupa bastante a los
estudiantes, quienes señalan que es imposible realizar un examen a las 3
de la tarde con estas altas temperaturas. «Hay muy pocas aulas
climatizadas pero la gran mayoría no lo están».
Un examen a mediodía en pleno mes de julio es horroroso, no
tienes capacidad mental», dice Miriam Rol, estudiante de Biología. Los
profesores también comparten estas opiniones «si los exámenes un junio
son un tormento, en julio muchísimo más», asegura un profesor.
Esta situación también repercute en la economía de los
estudiantes que son de fuera porque deben pasar más tiempo en la ciudad,
lo que les obliga a pagar un mes más de alquiler. De todas maneras,
las principales afectadas con este cambio son las academias de
formación. «Es un mes y medio de pérdidas», explican Noelia Gil y Daniel
Pinto, trabajadores de La Academia.
Señalan que para estos exámenes se han tenido que adaptar
creando jornadas intensivas de hasta 14 horas y que al final los
estudiantes no rinden como debieran. Explican que este año va a ser la
primera vez que tengan vacaciones en verano desde que comenzaron a
trabajar como profesores particulares de academia pero que será un golpe
duro para todos los negocios de este sector.
Noelia Gil también piensa que este cambio va a servir para
perjudicar a los alumnos. «Les va a costar mucho adaptarse al nuevo
calendario» y más aún a tener que ir llevando la materia al día. Además
las exámenes del primer semestre son justamente después de navidades,
una cita demasiado pronto para que los alumnos tengan preparadas cada
asignatura.
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