TÍTULO; Los televisores apuntan al 4K.
- Es como mirar la realidad a través de una ventana. Te sientes inmerso dentro de lo que sucede en la pantalla». Con estas palabras describeEs como mirar la realidad a través de una ventana. Te sientes inmerso dentro de lo que sucede en la pantalla». Con estas palabras describe Luis Sahún, director general de SES Astra Ibérica, la revolución tecnológica a la que apuntan los televisores del futuro: la ultra alta definición. En cuestión de números, la cosa es sencilla: se trata de multiplicar por cuatro la calidad que ofrece la alta definición (HD) actual, pasando a resoluciones de 3.840 por 2.160 píxeles -de esta magnitud son las primeras pruebas que realizó en España el satélite Astra el mes pasado, junto a Canal+ y Telefónica Servicios Audiovisuales- y de 4.096 por 2.160 píxeles, lo que se conoce como 4K.
Las ventajas saltan a la vista. Explica José María Zamora,
director de Marketing de LG España, que «la imagen tiene mucha más
definición, lo que permite apreciar hasta el más mínimo detalle». Por
otro lado, «el espectador puede situarse más cerca de la pantalla», lo
que sin duda alentará la entrada de formatos de pantalla más grande en
unos hogares cada vez más pequeños. Algo que a los fabricantes les
interesa. «Transcurrido un primer ciclo en el que el mercado sustituía
la televisión de tubo por un televisor plano, estamos en un momento en
el que el usuario va a reponer esa primera pantalla y va a optar por
tamaños de pantalla mayores», resume Javier Morago, responsable de
producto de Toshiba en España. Morago opina que la resolución Full HD de
1.920 por 1.080 píxeles que ofrecen los dispositivos actuales «no es
plenamente satisfactoria» en pantallas de más de 46 pulgadas, «sobre
todo cuando el espectador está muy próximo a la misma». Pero avisa de
que en lo que respecta a dimensiones inferiores, «apenas se apreciaría
diferencia alguna». Sorprende, pues, que haya compañías que apuesten por
esta en pantallas más pequeñas.
Pero lo más curioso de todo es que, de momento, el
consumidor no tiene forma de acceder a contenidos en calidad 4K. Más
allá de las pruebas vía satélite -cabe recordar que Hispasat también ha
hecho sus pinitos junto a RTVE y ha firmado un acuerdo de colaboración
con LG para impulsar esta tecnología -, hay algunos ejemplos en internet
y poco más. «La industria siempre ha ido por delante de los contenidos.
Está claro que las productoras y distribuidoras valoran el retorno de
la inversión», reconoce Morago. Dicho de otra manera, hasta que no
exista un nicho amplio de consumidores con televisores 4K, será difícil
que den el siguiente paso.
Cine digital
Y eso que desde hace años este formato es la materia prima
de la industria de contenidos. Al menos sesenta productoras filman sus
películas en ultra alta definición -no en vano, es el estándar de
calidad de los cines digitales- y las distribuidoras ya utilizan como
punto de partida masters en 4K, que después reducen de calidad para
distribuir películas en blu-ray. Algunas compañías, incluso, están ya
remasterizando los clásicos del séptimo arte en dicha resolución.
Quizá el empuje definitivo lo procuren los grandes eventos
deportivos. De momento se han grabado algunos partidos de la Copa
Confederaciones y de Roland Garros en 4K, pero es de esperar que la cosa
vaya a más. La consultora IHS apunta a que espectáculos como la Copa
del Mundo de Brasil, que se celebra el año que viene, y los Juegos
Olímpicos de Río de Janeiro, en 2016, podrían ser retransmitidos en
ultra alta definición. Los expertos estiman que el ecosistema estará
listo para entonces, con televisores rondando los 1.200 euros -el más
barato cuesta ahora 5.000 y los hay de 20.000-, y apuntan a que en 2023
el desembarco comercial será masivo. Calculan que por esas fechas habrá
entre 250 y 300 canales emitiendo en esta definición. Una tecnología
que, según el responsable de SES Astra Ibérica, «jamás se desarrollará
por la TDT ya que un canal en 4K ocupa un multiplex completo».
Hasta entonces, ¿tiene sentido comprar uno de estos
televisores?«Al final, estos productos siempre mejoran la definición. Es
decir, aunque la señal que llegue al receptor no sea en 4K, reescalan
la imagen, dándote siempre una calidad superior a una televisión Full
HD», asegura el responsable de marketing de Televisión de Samsung, Nacho
Monge. En todo caso, las previsiones de implantación son «modestas», en
parte «porque la HD actual ya da una calidad mas que suficiente para
muchos», explica Sahún. Es una lástima que, para colmo, sea tan difícil
de encontrar en la TDTactual.
TÍTULO; DONDE MAS FRESQUITO QUE EN EL CINE,.
Tarifa plana ya», proclama Paco León en Twitter, haciéndose eco de una oferta que algunos cines estadounidenses han puesto en marcha con carácter de prueba. El Moviepass permite ver una película al día por una cuota mensual que oscila entre los 30 y los 35 dólares. Eso sí, la contratación mínima es por un año y no incluye los filmes en 3D. Ir al cine en España es caro, sobre todo en familia y en fin de semana. Pero es justo reconocer que las cadenas de exhibición han hecho un esfuerzo en rebajar el precio de la entrada con numerosos descuentos: carnés de fidelización, día del espectador, precios especiales para estudiantes y jubilados... Claro que si luego se compra un barreño de palomitas y un tanque de Coca-Cola...
Cualquier promoción parece poca para intentar llenar unas
salas que cada vez sufren más la crisis, el cambio de hábitos sociales y
la piratería. Según el último Estudio General de Medios, el 57,3% de
los españoles declara que «nunca o casi nunca» va al cine. En tiempos
pasados, el verano convertía la cartelera en un erial, pero ahora es
temporada alta para los estudios, que reservan buen número de
'blockbusters' para unas fechas propicias. Con la chavalería de
vacaciones y el asfalto ardiendo, ir al cine se antoja el plan perfecto
para estos días de canícula.
La fantasía reina en las pantallas si atendemos a la
taquilla del pasado fin de semana. El regreso de Mike y Sulley, la bola
verde con un ojo y el gigantón peludo de 'Monstruos', demuestra la
fidelidad del público a los dibujos animados de Pixar. Su 'precuela',
'Monstruos University', descubre sus años estudiantiles, cuando se
preparaban para ser Asustadores profesionales. En posteriores posiciones
del 'box office' encontramos héroes y efectos especiales. Defenestrada
por la crítica, que hasta ha advertido su ramalazo cienciólogo, 'After
Earth' confirma el tirón de Will Smith, que trata de sobrevivir al
Apocalipsis junto a su hijo Jaden. Por su parte, 'El Hombre de Acero'
pone al día el mito de Superman a base de trascendencia y una agotadora
imaginería de destrucción con la sombra del 11-S siempre presente. El
filme de Zack Snyder y Christopher Nolan aturde, no asombra. Y logra que
echemos de menos el humor y la impronta pop del original de Richard
Donner.
Esbirros amarillos
Dos títulos recién estrenados también están llamados a
durar en verano, aunque solo sea porque entre los dos suman casi 800
copias. 'Star Trek: En la oscuridad' servirá para idolatrar aún más a J.
J. Abrams, el nuevo Spielberg de Hollywood, que también se encargará de
dirigir la nueva entrega del otro universo espacial por excelencia,
'Star Wars'. Los 'trekkies' saldrán encantados; los que no lo son, no
tanto. 'Gru 2, mi villano favorito' repite la fórmula de la primera
parte y presenta a su protagonista como un padre soltero en busca de su
media naranja para reafirmar los valores familiares. Las risas se las
llevan los Minions, esos esbirros amarillos que han acabado robando el
protagonismo a sus mayores.
'Lobezno inmortal' se sumará a partir del 24 de julio a la
nutrida nómina de superhéroes -en su caso mutantes- y, ya en agosto,
vayamos preparándonos para ver a Brad Pitt hasta en la sopa: 'Guerra
Mundial Z' le enfrenta a una pandemia que convierte a los seres humanos
en zombis con la zancada de Usain Bolt. Las mayores incógnitas por el
dineral invertido y su incierto resultado en taquilla pertenecen a
Guillermo del Toro, que juega a robots y monstruos en 'Pacific Rim', y a
Johnny Depp, que vuelve a pintarse los ojos con rímel en 'El Llanero
Solitario', un presumible batacazo para la Disney.
TÍTULO; Series y alcohol, el cóctel perfecto.
Las series de televisión viven una etapa gloriosa. Veneradas por el público, se han convertido en el refugio de cineastas y estrellas de ...
Las series de televisión viven una etapa gloriosa.
Veneradas por el público, se han convertido en el refugio de cineastas y
estrellas de Hollywood gracias el derroche de creatividad de sus
guionistas. Personajes como Don Draper, Josiah Bartlet, Tony Soprano,
Eddard Stark, Emily Thorne, Carrie Mathison o Sookie Stackhouse tienen
hoy tanta fuerza como la que detentaron en el pasado Vito Corleone, Jake
La Motta o Harry Callahan. Sus ropas, gestos y desvelos ejercen una
poderosa influencia sobre los espectadores, que copian sus movimientos
sin darse cuenta. Hay universidades que recurren a 'Mad Men' en sus
seminarios sobre publicidad, articulistas que establecen sesudos
paralelismos entre la campaña que enfrentó a Obama y Romney en 2012 y la
ficticia que libraron años antes Matt Santos y Arnold Vinick en 'El Ala
Oeste de la Casa Blanca' y modistas que se inspiran en la Carrie
Bradshaw de 'Sexo en Nueva York'. Pero si algo tienen en común estos
personajes es que todos ellos empinan de vez en cuando el codo, y
algunos hasta de forma asidua. Ese es el hilo del que tira Mariló García
en su libro 'Cócteles fuera de serie' (Lunwerg Editores), donde hermana
80 producciones con otras tantas combinaciones de licores para que los
lectores puedan brindar a la salud de sus ídolos. Estas son algunas de
las recetas más sabrosas de esa particular barra catódica.
'Mad Men'
Old Fashioned
Una de las grandes debilidades del sibarita Don Draper es
esta bebida que mezcla whisky, angostura y soda, aderezado todo ello con
una rodaja de naranja, azúcar, una guinda y el imprescindible hielo. Un
sabroso trago que despierta la creatividad del socio de la agencia
Sterling, Cooper, Draper & Pryce, quien no duda en preparárselo a
otro hombre hecho a sí mismo como el fundador de la cadena de hoteles
Hilton ni tampoco en darle lecciones a su hija sobre el delicado arte de
su preparación.
'Sexo en Nueva York'
Cosmopolitan
El rosa es el color de Carrie Bradshaw, cuanto menos en lo
que toca a bebidas. Sus altibajos a cuenta de los hombres quedan regados
con este cóctel a base de vodka, zumo de limón y de arándanos y un
chorrito de triple seco, sin que falte la rodaja de naranja y una
cucharadita de azúcar. Y si no hay uno a mano, bien vale un Martini seco
como el que la deja haciendo eses a la salida de la redacción de
'Vogue'.
'Friends'
Amigo
Lo suyo era el café. En torno a las tazas del Central Perk
se desataban las conversaciones más surrealistas entre Monica, Chandler,
Rachel, Ross, Phoebe y Joey. Pero todos y cada uno de ellos sabían
desmelenarse con unos buenos chupitos o un Martini. Claro que si una
bebida se les amoldaba como anillo al dedo era esta elaborada a base de
tequila, licor de café y leche o crema. El trago perfecto para brindar
por un compadreo a prueba de equívocos, corazones destrozados y gatos
apestosos.
'Los Soprano'
Godfather
Puede que el cóctel Bacardi gozase de gran predicamento
entre los mafiosos que hicieron de la Cuba de Batista su campo de juegos
particular o que el Southside sirva para evocar las andanzas de Al
Capone o Sam Giancana, pero cuando de Tony Soprano se trata, lo mejor es
verter whisky y Amaretto (licor de almendras) en un vaso bajo con
abundante hielo. Solo así se rendirá justicia al desaparecido James
Gandolfini, el único capaz de hacerle algo de sombra a los Corleone.
'Boardwalk Empire'
Pimm's Cup
La Ley Seca fue el mejor regalo que le hizo nunca el
Gobierno estadounidense a la Mafia. Fortunas labradas a partir del
contrabando de alcohol y ríos de sangre vertidos para conquistar mercado
fueron el resultado de una medida con la que los jerarcas de los bajos
fondos se sentían la mar de cómodos. Pocos la celebraron tanto como
Nucky Thompson, padrino de Atlantic City al que nada le falta. Claro que
nadie es perfecto, como pone de manifiesto un senador cuya demanda de
este cóctel elaborado con ginebra, zumo de naranja y ginger ale es
incapaz de satisfacer el hampón.
'House'
Whisky sour
Insomne, cínico, siempre con una pulla preparada. Así es
este doctor situado en las antípodas del arquetípico médico tan del
gusto de los espectadores. Y sin embargo quedaron subyugados por su
inexplicable encanto. House es un crack, y como les ocurre a los fuera
de serie, las convenciones no van con él. Por eso no duda en darse el
gusto de una buena noche de copas sin miedo a los efectos del alcohol
sobre su mente. Ginebra, ron... A nada le hace ascos el galeno. Aunque
lo suyo es este combinado a base de whisky y Sour Mix aderezado con una
guinda.
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