Hacía
muchos años que José Manuel Calderón no tenía un verano tan intenso.
Llegó al actual periodo estival como agente libre para ...
José Manuel Calderón | Jugador de Dallas Mavericks
«Nowitzki ayudó a que yo esté a Dallas»
Hacía muchos años que José Manuel Calderón no tenía un
verano tan intenso. Llegó al actual periodo estival como agente libre
para gestionar directamente su futuro en la NBA tras finalizar contrato
con los Pistons. A principios de julio se abrió el mercado y apenas
tardó unos días en alcanzar un acuerdo con Dallas Mavericks. Además, el
de Villanueva de la Serena tiene por delante una nueva cita con la
selección española para disputar el próximo Europeo, y en medio ha
estado al pie del cañón, y de la pala, en la segunda edición del torneo
de pádel benéfico que organiza la fundación que lleva su nombre.
Calderón participó en este torneo el viernes y, como
preveía, él y su pareja -el preparador físico Juan Ramón Tarragó- fueron
presa fácil para el tándem formado por su padre, José Calderón y Manuel
González. No obstante, sobre la pista el '8' se lo pasó como un enano
celebrando cada punto anotado en un partido que finalizó con un claro
6-0/6-1. Al final, como buen ganador que es, destacó el set conseguido
en semejante batalla desigual. Minutos antes de disputar su encuentro de
pádel, José Calderón reflexionó con HOY sobre el nuevo horizonte
profesional que tiene por delante y acerca del Eurobasket 2013 de
septiembre en Eslovenia. Sobre lo primero desveló que el alemán Nowitzki
ha sido clave para su fichaje por Dallas y respecto a la cita
continental advierte de que España sigue siendo favorita a pesar de las
bajas.
-¿Estará contento por la respuesta que ha tenido el torneo de pádel benéfico, ¿no?
-Pues sí, porque es el segundo año y se han inscrito 91
parejas y eso es muchísima gente. Este año es un poco especial porque
hemos tenido la cena y el concierto del viernes para intentar que sea
algo diferente y más que nada, como siempre, pasar un buen rato. Ha
venido gente de Córdoba, de Cáceres, de muchos sitios, y hemos intentado
que puedan estar un rato todos juntos y que puedan conocer gente nueva.
-¿Y cómo ha decidido participar?
-Bueno (se ríe), he puesto a mi preparador físico, Juanra, de pareja porque si no, no me hubiera dejado participar.
-Su segundo deporte, tras el baloncesto, ¿es el pádel?
-Ahora me lo paso bien. Muchos de mis amigos juegan al
pádel y es por eso más que nada. Creo que si jugaran a otra cosa pues me
animaría a otra cosa, pero a día de hoy juegan mucho y al final echas
un rato.
-Ya han pasado unos días desde que cerró su contrato con Dallas. ¿Ha salido todo como esperaba o como quería?
-Sí, sí. Muy contento. Además, cada día que pasa, más
contento si cabe por los años, por el equipo, por la ciudad, por todo.
Estoy muy muy contento y con ganas de empezar.
-¿Qué le parecen los halagos que le ha lanzado su nuevo entrenador Rick Carlise?
-Bien. Además, con Dallas había ese feeling de que ha
estado cerca otras veces pero nunca se han llegado a hacer los
traspasos. Hubo una posibilidad el año pasado y no llegaba a hacerse. Y
Dallas siempre ha estado ahí. Era un equipo que a mí siempre me ha
llamado la atención. Creo que jugar con Nowitzki, ahora con Monta Ellis,
que son jugadores muy importantes, para mí es un reto nuevo. Esperemos
que dentro de uno o dos años sigan hablando bien de mí.
-Han fichado a Monta Ellis, un escolta muy anotador, y al pívot Dalembert. ¿Qué le parece la plantilla?
-Yo creo que tenemos un muy buen equipo para competir por
todo. Está claro que el Oeste es complicado pero lo lógico es estar ahí
luchando por todo hasta el final.
-¿Cree que Dallas va a hacer más fichajes?
-Falta todavía alguno pero no te creas que falta mucho más.
Con los rookies, con los que se han quedado del año pasado, más los dos
o tres fichajes, estamos casi cerrados. Sobre Devin Harris dijo Mark
Cuban que probablemente vuelva pero con un contrato diferente, porque
tiene una operación ahora y no estará hasta noviembre o diciembre, pero
yo creo que va a estar así así. Creo que ya estamos todos.
-¿Es cierto que Nowitzki fue la segunda persona que supo su fichaje por Dallas?
-Sí. Mark Cuban me mandó un mensaje de felicitación y al
minuto fue él el que me lo mandó. De hecho me había mandado un mensaje
dos o tres días antes diciendo: «Vente con nosotros, vente con
nosotros».
-¿Ha hablado con él? ¿Qué le ha dicho?
-Sí, estuve hablando con él en Dallas. Está esperando a
tener un bebé en estos días, si no lo ha tenido ya, y nada, con ganas de
empezar. Dirk ha hecho mucho para que yo esté ahí en Dallas y eso es
importante, que un jugador como él quiera jugar contigo siempre es
especial.
-En la conferencia Oeste, a priori, el juego siempre es más rápido y más anotador. ¿Cómo prevé su adaptación?
-Es la NBA y es igual. Hay equipos que juegan diferente
pero al final va por temporadas y hay años que hay más equipos en el
Oeste que están mejor o que están peor pero son treinta equipos y ha
ganado uno del Este.
-¿Espera muchos cambios?
-No, no tiene por qué. Al final es lo que digo. Está claro
que te adaptas a tus compañeros, a tu entrenador, pero no debería ser un
problema. Siempre tienes un periodo de transición, pero como todo, más
que nada por el hecho de conjuntarnos todos y ver cómo sacar lo mejor
posible para el equipo.
-Al menos el clima si va a ser distinto. En Dallas es más cálido, más extremeño.
-Es más extremeño. He estado allí y he pasado el mismo calor que aquí. Es increíble el calor.
-¿Cuándo se incorpora a los Mavs?
-Cuando acabe el Europeo. Dos días después estaré ya por
allí. Todavía no hay fechas, pero la pretemporada empezará por el 28 o
29 de septiembre o el 1 de octubre.
-¿Cómo va a ser la próxima pretemporada? ¿Le han comentado ya algo?
-No, aunque allí una vez que empiezas sabes que las
pretemporadas en todos los equipos son iguales. Hay ocho partidos de
exhibición, 28 días, pero lo que no sabes es la fecha exacta en la que
empieza.
La selección
-Después de firmar con Dallas, ¿le han dado facilidades para ir con la selección al Europeo?
-Sí. Ellos lo tenían claro desde el principio. La selección
sabía que cuando se arreglara lo del contrato, si todo iba normal, no
habría problema para jugar, y Dallas al contrario, ningún problema.
Saben que voy a volver después del Europeo y ojalá sea a partir del día
22, que es cuando sería esa hipotética final.
-¿Cómo prevé el campeonato?
-Pues igualado. Yo creo que van a estar los de siempre.
Aunque hay bajas en todos los equipos, pero los rusos van a estar otra
vez ahí, parece ser que no va a estar Kirilenko y algún otro; Francia
tienes muchas ganas aunque no está Noah o Turiaf, pero al final será el
que llegue mejor y de cómo se juegue. Es como nosotros, tenemos algunas
bajas pero tenemos muchos pequeños. Pues igual tienes que jugar más
rápido, diferente. Al final es competir. Somos el equipo a batir, somos
los campeones y nunca sabes lo que puede pasar. Yo creo que somos
favoritos y, a partir de ahí, si hay alguno que te gana se le da la mano
y ya está.
-¿Cómo ve a la selección española?
-Creo que tenemos un equipazo. Está claro que tenemos
jugadores muy importantes que son baja, pero haremos lo que sea. Yo creo
que muchos de nuestros equipos querrían tener a Ricky, o a Rubio, o a
Marc, o a Llull, o a Sergio Rodríguez, o a los demás. Yo creo que hay
muy buenos jugadores.
TÍTULO;Froome para hoy, Quintana para mañana.
Froome para hoy, Quintana para mañana
El africano sella el Tour, el colombiano gana la etapa y 'Purito' saca del podio a Contador
Vale la pena subir a la cima de Semnoz. El telesilla que
sobrevuela los dos kilómetros entre la sofocante sala de prensa, que ya
huele a veintitantos días de Tour, y la última cumbre de esta edición
asciende tanto que desde arriba se puede ver todo: la bella Annecy, la
'Venecia' de los Alpes, y el Tour al completo. Es el mejor palco. Se
hace visera con la mano y se mira. Allí vienen los tres mejores, los
tres que ayer ganaron. Quintana, en el día nacional de Colombia, se
quedó con casi todo, con la etapa, con el segundo puesto en la general,
con el maillot de mejor joven y con el de la montaña. «Mi vida va
volando», dice. Tiene 23 años y en una tarde ha ganado tanto como el
mito cafetero, Lucho Herrera. Tras él aparece 'Purito' Rodríguez,
vencedor a su manera: «Ya tengo podio en las tres grandes». Ya es
tercero en el Tour, un puesto por delante de Contador, decapitado ayer,
sin fuerzas, cojo, con una rodilla machacada. Y, tercero en la cima,
aparece el vencedor total, Froome. El africano. «Ya está. Ya tengo el
maillot. Ya es mío», repite. Hoy lo será. Mañana, en 2014, se lo
disputará Quintana. Desde Semnoz se ve tanto que la vista alcanza hasta
el futuro.
La última cima de este Tour centenario es nueva. De
estreno. Y es de esas metas que una vez cruzada la raya siguen cuesta
arriba. Faltan manos para remolcar a los ciclistas. A Froome, que le ha
cedido 29 segundos a Quintana, lo rodean policías, auxiliares y prensa.
Cara de Tintín. Resopla. «Solo me he visto ganador del Tour a dos
kilómetros del final. Ha sido una sensación curiosa», relata. Desvela su
monólogo interior: «Me he dicho: 'Ya está'. Solo me quedaban cinco
minutos de sufrimiento». Sufría, se reía, disfrutaba. Dos kilómetros de
desfile triunfal mientras la victoria de etapa corría ya pegada a la
sombra de Quintana. Froome lanzó ayer un mensaje a África. Todo es
posible. Si la enfermedad que él y millones de africanos tienen, la
bilharzia, hubiera afectado al primer mundo, ya habría vacuna. África
muere en silencio. Froome ha venido al Tour para darle voz. Y para
confirmar que su equipo, el Sky, ganador el año pasado con Wiggins, ha
dado con el camino.
La cima de Semnoz es un hormiguero. Mientras las cámaras
rodean a Froome, Quintana se emociona. Saca la medalla que cuelga de su
pecho. La muestra. «Me la dio Mauricio Soler», el ciclista colombiano
que se rompió la vida en una caída durante la Vuelta a Suiza. Llora
Quintana. «Pero lloro de felicidad». No para de repartir gracias. «La
clase que tengo se la debo a Dios y a mis padres. Y todo esto es por el
trabajo del equipo». Y, sobre todo, por él. Anda por Semnoz Eusebio
Unzúe, director de Nairo en el Movistar. Tiene un tesoro. Oro negro. Lo
sabe. Cuando Valverde quedó cortado en la etapa de los abanicos, le
pidieron a Quintana, un novato, un recién llegado, que asumiera el
liderato del equipo: «Por supuesto», contestó. Seguro. «Tiene una enorme
personalidad». Lo tiene todo: «Motor y cabeza». Además, aprende.
Observa. «Es como un Ángel Arroyo, pero más calculador y más completo».
Unzúe no le quita ojo a Quintana, venga a subir al podio. El colombiano
es el porvenir: «La gente me pide que gane el Tour», dice Nairo.
Colombia revive. Le ven con el maillot de lunares y ven a Lucho Herrera.
«Creo que Quintana le superará», pronostica Unzúe.
La llegada de Contador
Desde el periscopio de Semnoz se ha visto una etapa breve,
explosiva, a cuchillo. Con una fuga trepidante, llena de ciclistas
ilustres, Voigt, el que más duró, más Rolland, Van Garderen, Riblón,
Igor Antón... Pero había demasiado en juego. El Movistar de Quintana y
el Katusha de 'Purito' querían apartar a Contador del podio. Tras
laminar a los escapados ya en las primeras rampas de Semnoz, 'Purito'
descorchó sus piernas. Froome y Quintana se subieron a su sombra. Nadie
más. Contador, que ha renunciado a disputar la próxima Vuelta, quería y
no podía. Se echó agua al cuello y se tocó la rodilla, la herida que le
dejó su coraje en el descenso de Manse, en aquella etapa de Gap. Cuarto
del Tour. Derrotado.
A Semnoz llega calcinado. Acelera tras la meta para
alejarse un rato de los periodistas y recargar aire. Para y le rodean.
Contesta. «Felicito a Quintana y 'Purito' por entrar en el podio. Han
sido mejores que yo». También habla de su rodilla: «Es lo que pasa
cuando arriesgas». Es lo que tiene ser Contador. Fiel a sí mismo, en la
victoria y en la derrota. Viene Dani Navarro, que pregunta: «¿Sigo
octavo en la general?». Él mismo responde: «Creo que sí». Casi acierta.
Es noveno, un éxito para él. Le ha pasado Valverde, el protector de
Quintana, el que aceleró a los mejores en el inicio del puerto. Hay
cuatro españoles entre los diez primeros.
Semnoz es la mejor fotografía de este Tour que ha hecho
honor a su centenario. Arriba, más arriba aún, en el podio, luce el
amarillo del primer africano que gana la Grande Boucle. Detrás de él, en
Semnoz, se ve a un colombiano que llora. Feliz porque cree que él
también será el primero, el primer sudamericano del Tour.
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