sábado, 13 de julio de 2013

EL HORÓSCOPO ,AL MENOS TRES VECES AL DÍA VAS A NECESITAR UN AGRICULTOR,./ MUJERES EN PRIMERA LÍNEA, YURCENAR Y SUS TRES MUSAS PROVOCAN EL FUEGO DEL PUBLICO,.

TÍTULO; EL HORÓSCOPO,AL MENOS TRES VECES AL DÍA VAS A NECESITAR UN AGRICULTOR,.



«Al menos tres veces al día vas a necesitar un agricultor»

Le gusta el campo y por eso decidió no marcharse fuera de la comarca para buscar otro empleo. De hecho, defiende la dignidad del agricultor...

Le gusta el campo y por eso decidió no marcharse fuera de la comarca para buscar otro empleo. De hecho, defiende la dignidad del agricultor, pues se trata de una profesión más, a pesar de estar denostada durante años por los propios trabajadores del campo. A Diego Martín, que en la actualidad es comercial de productos fitosanitarios, abonos y ferretería agrícola, no le importaría compaginar su empleo con una explotación agrícola.
-Su contacto con el campo ha sido continuo desde que nació...
-Pues sí, así es. Nací en Losar de la Vera, donde casi todo el mundo se dedicaba a cultivar tabaco o pimiento. También mis padres, que aún conservan una explotación de unas cinco hectáreas en la Riverilla de Talaveruela. Me crié entre el pueblo y la finca, así que lo he conocido y trabajado desde bien pequeño.
-Muchos jóvenes en la zona crecieron como usted y optaron por buscar otra ocupación diferente. ¿Usted prefiere el campo?
-Sí. Me gusta y disfruto. Además pienso que es un trabajo como otro cualquiera y si tanto tiempo ha estado tan mal visto ha sido por culpa, al menos en parte, de nosotros mismos. La mayoría de los padres les decían a los hijos que se buscaran otro empleo porque el campo no era bueno, que eso debería ser lo último. Pero insisto en que es un trabajo como cualquiera, igual de digno. Además, ya lo dice el dicho, que al menos una vez en la vida vas a necesitar un médico, un abogado o un arquitecto, pero todos los días, tres veces al día, vas a necesitar a un agricultor.
-¿Cómo recuerda aquellos años de juventud en la plantación de tabaco?
-Ufff... (suspira). Pues recuerdo muchas cosas, porque me ha tocado estar allí y hacer de todo. He conocido el arado del mulo, hacer las canillas para regar a azada, la llegada de los aspersores de goma... Así era antes, llegabas de estudiar, te cambiabas y al campo a trabajar, a ayudar en lo que pudieses. Por suerte el campo ha evolucionado mucho y ahora es diferente. De hecho, ahora los hijos en edad escolar o que estudian no suelen salir a trabajar con los padres, sino a bañar a la piscina o a la garganta.
-Lleva 16 años como comercial en una empresa de servicios al agricultor. ¿Qué diferencias ha notado entre los agricultores en este tiempo?
-En primer lugar, he de decir que principalmente trabajo con tabaqueros, y todos sabemos como está el sector con la amenaza de desaparición. Principalmente trabajo en el Valle del Tiétar y algo del Valle del Jerte, y lo que notas es que cada vez se miran más los precios. Antes había más alegría a la hora de comprar pero ahora no hay un duro, así que todo se ajusta más. Nosotros también hemos tenido que adaptarnos y trabajar con unos márgenes mucho más reducidos, además de que hay muchísima competencia.
-Sus padres siguen trabajando en la explotación familiar de tabaco Virginia. ¿Le gustaría seguir con ella cuando se jubilen?
-Pues la verdad es que no me importaría. Actualmente producen 20.000 kilos y para mí sería un complemento a mi trabajo. Además ya lo he trabajado y conozco el sector.
-En estos años han sido muchas las amenazas de desaparición del tabaco. ¿Realmente nunca se planteó emigrar?
-No, nunca. Además de que me guste esto, aquí se vive bien y por muy mal que esté el campo siempre te dará una peseta. Y de comer no te faltará nunca.
-¿Imagina esta zona sin tabaco?
-Sería como una catástrofe, no soy capaz de imaginarlo. Aquí lo que hay son explotaciones muy pequeñas donde no tienen cabida otros cultivos. Y la verdad es que el futuro no pinta bien. En el tabaco cada vez hay menos márgenes, los agricultores cada vez son más mayores y el sector va envejeciendo, hay muy pocos jóvenes en la agricultura.


TÍTULO: MUJERES EN PRIMERA LÍNEA, YURCENAR Y SUS TRES MUSAS PROVOCAN EL FUEGO DEL PUBLICO,.

Intereconomía
  1. Yourcenar y sus tres musas provocan el 'fuego' del público
    Algo menos concurrido que en el estreno de la Medea del Ballet Nacional de España, pero con temperaturas mucho más agradables. La gran ...

    Algo menos concurrido que en el estreno de la Medea del Ballet Nacional de España, pero con temperaturas mucho más agradables. La gran noche de 'Fuegos' comenzaba como si el calor quisiera dar un respiro, y quisiera ceder todo el protagonismo a las llamas que irradiaban las cuatro mujeres que pasadas las once, ocuparon el escenario.
    Puntual, el Teatro Romano cerró los ojos, para inundar de oscuridad el gran escenario. Una voz ronca y profunda, de la que esconde dolor en sus palabras, entona 'Ne me quitte pas' de Jacques Brel y se hace la luz. Una luz cálida, que arropa a una mujer solitaria en un banco. Imposible no reconocer su voz, aunque algo pausada y apesadumbrada. Una voz que muestra una Carmen Machi envejecida, a la que le pesa la edad. Una voz que hace dibujar esas arrugas que sirven de cauce a la sabiduría labrada con el paso de los años. Una voz que no es otra que la de Marguerite Yourcenar mostrando su alma al público emeritense.
    «Cómo arreglármelas con mi dolor, tengo miedo de no saber hacerlo». Cada frase de Yourcenar invita a la reflexión de los presentes. Cada palabra aporta una sensación a la imagen que la actriz construye. El texto en sí es una escenografía, es una obra maestra, y cada espectador seguro iba creando la suya en su mente, al sentirse reflejado en las palabras de Machi. Pues, ¿quién no ha sufrido una decepción amorosa?
    No se puede construir la felicidad, si no es sobre los cimientos de la desolación. «Creo que voy a ponerme a construir». Es la clave para que las criaturas de Yourcenar entren en escena bajo el arco de la diosa Ceres. Unas criaturas con nombres propios. Cayetana Guillén Cuervo, Nathelie Poza y Ana Torrent.
    Yourcenar hace uso de ellas para dejarles que expliquen la historia que las marcó de por vida, y al mismo tiempo, expliquen la suya. No dejan de ser meros personajes que la autora moldea a golpe de pluma, y las usa para contar una historia que debía ser contada. Para expresar algo que debía ser expresado.
    Monólogos con fuerza
    La autora de 'Fuegos' comienza a dar forma a sus personajes, los sitúa en escena y les otorga la palabra en forma de fular, gesto que Yourcenar repite con cada una de las mujeres.
    La primera parada, en ese camino del desamor, es María Magdalena, la doblemente engañada, interpretada por Cayetana Guillén Cuervo. La fuerza se postra en el escenario y ella cuenta su pecado. Las ausencias marcan su vida, a la par que la voluntad de un dios que dos veces la priva del amor, de la felicidad.
    Yourcenar alimenta la locura de su criatura, aportando datos, ayudando al espectador a situarlo en ese remolino de emociones y sentimientos que salen del alma de María Magdalena. La joven acaba a los pies de quien le da vida, y el público, hasta ese momento enmudecido, estalla en un merecido aplauso.
    Machi vuelve a dirigirse al público. La autora desvela ante los espectadores, que los personajes que empieza a crear no se corresponden con ella. No se le parecen en nada. Son simplemente una vía de escape apropiada para decir lo que no puede, para gritar lo que siente, para calmar sus deseos de venganza, entregarse a la muerte y acabar con su sufrimiento.
    El siguiente monólogo lo protagoniza Nathalie Poza. Yourcenar crea un personaje con un temperamento diferente al suyo, que sea capaz de realizar lo que ella misma no puede para así poder vivir. Es el turno de la venganza que lleva nombre Clitemnestra. El personaje clásico de Esquilo, se enfrenta al público emeritense convertido en el Juez que la juzga por su crimen cometido.
    La autora alienta el discurso de su compañera utilizando el nombre del que la hizo protagonizar el tipificado crimen pasional, Agamenón, para sacar la rabia, el amor, la espera, el motivo por el cual decide matar a su esposo que regresa de la guerra. «Qué aburrido hubiera sido ser feliz», ironiza Marguerite Yourcenar. El público respalda su defensa de nuevo con un aplauso que ya hacía vislumbrar el éxito de la obra.
    Ana Torrent, Safo hasta el domingo, la inútil suicida, aporta el sentimiento último que acaba con del sufrimiento del desamor. Eso que puede suponer el escalón más bajo o más alto, según como se mire. La muerte como única solución que pone fin a la decepción amorosa, a través de la voz de una joven acróbata enamorada de una compañera que termina por abandonarla. Safo no consigue su meta. De nuevo aplausos, aunque menos generosos. Quizás por no ser un personaje tan potente como el de las otras dos mujeres.
    El final se acerca. Una hora y quince minutos después, las cuatro mujeres han mostrado a los espectadores la verdad que conocen, esa que pasa desapercibida y que pocas veces se lleva a escena.
    Las tres musas de Yourcenar son las primeras en abandonar el escenario. La autora vuelve a quedarse a solas con el Teatro Romano, a solas con los espectadores, a solas con su dolor sentada en el banco. Imagen que rememora el comienzo de la obra. «Solo espero que este libro no sea leído jamás». Estas palabras señalan el punto y final de la obra más intimista de la dramaturga, poetisa y novelista belga, nunca antes llevada a escena.
    Un punto y final colmado de aplausos de un público en pie, que esa noche se llevó consigo un pedazo del interior de la autora de 'Fuegos'.
    Texto impecable
    Para los amantes de la buena palabra, la palabra que crea imágenes y transmite sensaciones, la cita con esta obra es más que obligada. La versión de Marc Rosich, que defendieron las cuatro actrices, es más que impecable. Quizás por la simpleza con la que se expone un sentimiento tan complicado, como lo es una decepción amorosa. Simple y reconocible, pero que a la vez requiere de reflexión por parte del espectador. Un texto para ser escuchado, más que oído.
    Un tipo de texto que no permite las medias tintas, o encanta, o simplemente no engancha. El público que acudió al estreno lo recibió con los brazos abiertos, se le notaba atento y pendiente de cada palabra. El veredicto final, también fue claro. A los emeritenses les gustó 'Fuegos'.
    Que el texto atrapara a los espectadores era la gran duda de este estreno absoluto. La gran duda que rondaba por la cabeza del director de la obra, José María Pou, que se estrenaba también como director en Mérida. Tras la representación confesaba a los presentes en el Peristilo del Teatro Romano no saber si había gustado o no su obra. «Estaba detrás de una columna, y no he podido ver la reacción del público», explicaba.
    Uno de los periodistas preguntó si el texto de los soliloquios podría resultar complicado para el público emeritense. Pou fue contundente. «No creo que haya que bajar la calidad del texto a los espectadores, sino subir los espectadores a la calidad del texto». Con esta frase, acertada, zanjaba el asunto, que además contaba con la respuesta de los emeritenses, la mejor para un director. Aplausos interminables y levantada al completo de los espectadores.
    Para el Teatro Romano
    'Fuegos' es una obra pensada para el Teatro Romano, y sobre todo para su público. De ahí que la escenografía escogida sea plana, compuesta por una caja de grandes dimensiones que recuerda a los jardines japoneses. Agua y tierra de diferentes texturas y calidades, encajonadas en diferentes compartimentos, acompañadas de una alfombra de estilo oriental.
    A los que se sentaban en orchestra les era complicado admirar el colorido de la escenografía. «Cuanto más arriba se sitúe el público, mejor se disfruta de los elementos del escenario», subrayaba Pou tras el estreno. El director además consideraba que no estaba mal premiar al público que no puede gastarse tanto dinero en acudir al Teatro.
    El juego de luces también tuvo su función. Crear diferentes espacios, y ayudar a los espectadores a adentrarse en ellos.
    Elementos accesorios que adornan una obra, de por sí adornada por el maravilloso texto que defienden las cuatro actrices. Cuatro actrices que se engrandecieron entre las columnas del Teatro Romano, sobre todo Carmen Machi, que demostró una vez más que en Mérida se crece y crece su calidad como actriz. Lo mismo sucedió con Cayetana Guillén Cuervo, Nathalie Poza y Ana Torrent.
    'Fuegos', una obra del desamor que nace del amor profundo, de ese que duele recordar, que arde por dentro. El fuego de Yourcenar continuará ardiendo hasta el domingo en el escenario del Teatro Romano.

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