TÍTULO; DE CERCA,DE MERETRIZ A REINA DE LA MODA,.
De meretriz a reina de la moda,.
La
pasión por los cuentos de Zahia Dehar le ha llevado a protagonizar su
propia fábula, que se parece más a la de Pretty woman que a la de ...
La pasión por los cuentos de Zahia Dehar le ha llevado a
protagonizar su propia fábula, que se parece más a la de 'Pretty woman'
que a la de 'Cenicienta'. La prostituta anónima que vagaba por los bares
más chic de París se ha convertido de la noche a la mañana en una
cotizada diseñadora que presenta sus colecciones en la mismísima Semana
de la Alta Costura de la Ciudad de la Luz, con espectáculos que rozan el
millón de euros. Toda una historia que pronto podría llegar a
Hollywood. Alicientes no le faltan, tampoco los secundarios de lujo: los
futbolistas franceses Ribéry y Benzema formaban parte de la clientela
de Dehar cuando tenía 17 años.
Sus escarceos nocturnos sacudieron a la selección gala en
pleno Mundial de fútbol y ella acaparó las portadas de los principales
periódicos, convirtiéndose en toda una celebrity. Supo aprovechar sus
cinco minutos de gloria y abandonó a sus selectos clientes, que pagaban
entre 500 y 2.000 euros cuando se suponía que Dehar estaba con sus
compañeras de colegio haciendo los deberes.
Karl Lagerfeld cayó rendido a los pies de esta especie de
Barbie con cantosas extensiones de pelo -lleva peluca y maquillaje con
cierto toque manga-. Vio en ella a la cortesana francesa por
antonomasia. «La encarnación de la galantería» o «la quintaesencia del
'Made in France'», fueron algunas de las perlas que dedicó el diseñador a
una chica que deja poca carne a la imaginación. Y eso viniendo del
'papa' de la moda era un éxito seguro. Pronto se la disputaron
fotógrafos de la talla de Terry Richardson o Pierre et Gilles, mientras
lanzaba su primera colección de lencería. Los mismísimos Gaultier o
Louboutin se sumaron a sus incondicionales y hasta se inauguró una
exposición en torno a ella ¡con un molde de su figura! También se emitió
en televisión un documental sobre cómo es su proceso creativo.
Juicio el año que viene
Ahora, a sus 21 años, su séquito la llama «mademoiselle»,
va siempre acompañada de dos asesores de comunicación, una estilista, un
publicista, su asistenta y sus dos perros ('Enzo' y 'Miyoki'), con
quienes comparte un lujoso apartamento donde todos los muebles son rosas
y las paredes las decoran retratos gigantes de ella misma. Una vida
llena de glamour mientras espera la citación para acudir al juzgado.
Porque los conocidos futbolistas se encuentran imputados por tener
relaciones con una prostituta menor, un delito que en Francia se paga
con tres años de cárcel y una multa de hasta 45.000 euros. Un proceso
que se ha postergado a enero del año que viene y que ella califica como
«horrible», pese a que no hay cargos en su contra y que la ha llevado a
la fama con titulares tan golosos como: «Fui el regalo de cumpleaños de
Ribéry».
Poco más se conoce de esta musulmana convertida en icono
pop, obsesionada con las actrices egipcias de los años 60 y que tarda
tres horas en arreglarse cada mañana. En estos momentos apenas concede
entrevistas y se muestra de lo más tímida y retraída pese a su pasado en
el mundo de la noche: le gusta puntualizar que no ejerció de
prostituta, sino de «chica de compañía». Pero poco suelta de los
primeros años de una Zahia que llegó a París siendo una niña procedente
de su Argelia natal, cuando sus padres se separaron. Además, su
biografía va cambiando según le interese para incrementar su halo de
misterio. Porque si hace unos años comentaba que su padre era conductor
de camiones y que ella iba para esteticista, ahora cuenta sin sonrojarse
que su progenitor era ingeniero y que ella soñaba con pilotar jets
privados.
A sus exitosas líneas de lencería y ropa -algunas
inspiradas en personajes infantiles como 'Heidi'-, pronto añadirá
zapatos, joyas, cosméticos y accesorios para el hogar. Su firma la
respalda nada menos que un fondo de inversión de Hong Kong, que pone
sobre la mesa todo el dinero que haga falta para continuar expandiendo
sus negocios... y que ella se convierta en una estrella mundial. Nueva
York, Tokio o Pekín se encuentran en su agenda de los próximos meses con
un proyecto que aúna la venta de sus exclusivas prendas junto a
repostería francesa de lo más chic. Todo sea para ampliar su marca y,
por supuesto, seguir en el candelero.
En 2009 el futbolista francés le pagó a la joven un vuelo a
Munich para mantener relaciones sexuales con ella como autorregalo por
su 26 cumpleaños.
El ahora jugador del Real Madrid pagó entre 500 y 2.000
euros por acostarse con ella en 2008. Zahia asegura que no le comentó
que tenía 16 años.
TÍTULO; EN DIRECTO, KITTEL QUIERE DERRIBAR EL OTRO muro alemán,.
RFI
Hoy Digital - hace 1 día
Marcel Kittel nació un año antes de la caída de Muro de Berlín. Vino al mundo en el otro lado, el del Este, en la Alemania comunista que
Marcel Kittel nació un año antes de la caída de Muro de
Berlín. Vino al mundo en el otro lado, el del Este, en la Alemania
comunista que metió el deporte en una probeta de laboratorio para
alimentar su orgullo patriótico. Mujeres que parecían hombres; hombres
que parecían estatuas. Deporte de Estado. Dopaje de Estado. Luego cayó
el Muro, entró el aire y despejó aquel ambiente corrompido. Alemania,
unificada ya, redescubrió occidente, sus hábitos, sus competiciones. El
Tour. Y hasta lo ganó con Jan Ullrich en 1997, líder del gran acorazado
germano, el Telekom. Por un momento, el ciclismo fue suyo. El país
vibraba. Hasta que el dopaje seccionó la euforia. Ullrich, Zabel,
Schumacher... Todos cayeron en el lado oscuro. Todos lo han confesado.
Alemania cerró entonces los ojos, apagó la televisión,
liquidó sus equipos. Aquello era una traición, una vuelta al Este, a la
oscuridad. En este Tour, la nueva camada de ciclistas alemanes suma ya
cinco triunfos. Aun así, la televisión pública de su país no emite ni
emitirá la carrera. Kittel pudo ayer con Cavendish, pero no con ese muro
mediático. Es la herencia que le dejó una generación mentirosa.
Y es una lástima no ver este Tour centenario y monumental.
Un viaje por los jardines de Francia. Por los castillos del Loira,
deslumbrantes. Diseñados por las esposas de los nobles. Ellos se
preocupaban de las guerras; ellas, de la belleza. Lujo italiano,
renancentista, a orillas del gran río francés. Un paisaje que se impone.
La televisión francesa se recreó ayer. Imágenes para dar envidia al
mundo. Orgullo galo. Merecido. La fuga de Sicard, Flecha, Delaplace,
Mori y Gavazzi rozó los muros del Castillo de Azay-le-Rideau, erguido
sobre su estanque. Perfecto. Y también engañoso. Bajo su tranquilidad
esconde historias de sangre. Allí fue quemada toda la población por
insultar a Carlos VIII.
Flecha quiso escapar de la quema. Dejó a los otros cuando
ya acechaba el pelotón, nervioso porque el viento inclinaba el Tour.
Flecha, caído el martes en la contrarreloj, tiene el rostro marcado.
«Cara de boxeador», bromea. Se pegó contra el viento. «La segunda semana
es la mía, cuando ya no hay tantas fuerzas en el pelotón». Alcanzó el
Castillo de Villandry, joya botánica. Un decorado de jardines. Ahí se
coló el viento. El miedo. Contador ocupó, como él dice, «la pole». El
equipo Saxo se pegó a la derecha. Amenaza de abanico. Campanadas de
guerra. Enseguida aparecieron el Sky de Froome y el Movistar de
Valverde. Fue el tramo brusco de la etapa. Apenas una escaramuza. Pero
los gestos cuentan.
Contador no renuncia, pese a los cuatro minutos perdidos.
«Alberto no correrá para ser segundo», juran en su equipo. Del castillo
de Villandry hasta la meta de Tours ya fueron todos pegados. De Tours es
Honoré de Balzac, que escribió: «La resignación es un suicidio
cotidiano». Contador no se resigna, pese a Froome. «El líder está
extraordinario. Con su poco peso, hizo una contrarreloj impresionante.
Está dificilísimo este Tour..., pero, ¿quién sabe?».
En esta carrera nada está vendido. Cuando los equipos más
veloces aceleraban hacia Tours, ya a 2,5 kilómetros del final, el tren
del Lotto descarriló en un bordillo. El Loira es un río manso... y
cruel. Lo dice su historia. Los lanzadores de Greipel cayeron en dominó y
Greipel con ellos. Bicis, piernas, brazos. Ovillo de confusión. Los que
libraron la trampa volaron, como Valverde: «Ufff. Me he salvado. A ver
si no pasa nada más hasta el Ventoux -el domingo-». Tirados quedaron los
caídos, que hicieron recuento de daños. Sieberg, el que provocó la
caída, tenía la rodilla roja. Henderson, el codo. Y lo peor: Boasson
Hagen, uno de los escudos de Froome, se echaba la mano a la clavícula.
El barco del Sky se queda sin dos motores: Kiriyenka y ahora Hagen, con
el hombro roto. «Todos hemos pasado miedo hoy», confesó Froome. Y lo que
queda.
Al Tour le faltan el Ventoux, una contrarreloj y tres días
en los Alpes. A la etapa de ayer, apenas le restaba el sprint.
Electrizado por la caída. Cavendish, raso, protegido por su gigantesco
lanzador, se disparó junto a la valla. Escuchaba detrás el ruido cansado
de los jadeos rivales. Lo de siempre. Pero no. Hay otra música. Hay un
alemán más rápido que él en este Tour. Un chico divertido, Marcel
Kittel.
«Me he aprovechado del equipo de Cavendish», dijo. Subió a
ese vagón en marcha y remontó por dos palmos, por un riñonazo. Su
tercera etapa en esta edición. La mejor. «Llevaba tiempo esperando
esto». El tiempo que tiene: 25 años. En 2012 no pasó de la quinta etapa
del Tour. Destrozado por una caída. Este año ha sido líder y no deja de
ganar, como los otros alemanes: tres etapas de Kittel, una de Greipel y
otra de Tony Martin. Los tres vienen del Este, pero han crecido en la
Alemania unida. Kittel renuncia a ese pasado oscuro. Cuando empezó a
andar, ya habían tirado el Muro. Es informático, fan de AC/DC, bromista y
un proyectil imparable. Hasta Cavendish le elogia. Parece su relevo. Su
país no le ve.
Tras el positivo de Sinkewitz en 2009, las televisiones
públicas alemanas, ARD-ZDF, quisieron apagar el Tour. No pudieron.
Estaban obligadas por contrato a emitirlo hasta 2011. Cumplieron y
pulsaron el interruptor en 2012. Imagen en negro. Ahora, la generación
de Kittel aspira a volver a sintonizar con su descreída afición. Kittel,
Greipel y Martin ya han lanzado cinco mensajes. En alemán.
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