domingo, 21 de julio de 2013

Una muerte preferente,./ A QUEMARROPA, La banda sonora de Pablo Alborán.


Soy un hombre bastante desconfiado, así que cuando escuché en la radio que la Caja Provincial se hundía y que el Gobierno iba a intervenirla, me dije «Rogelio, ya estás tardando en ir a sacar las cuatro perras que te quedan». Y fui, y una rubia muy pizpireta me dijo que nanai de la china, que el dinero de allí no se movía, que yo había firmado no sé qué papeles donde lo ponía bien claro: mis ahorros seguían siendo míos, pero no podía tocarlos hasta después de mi muerte.
Yo pensé que la rubia estaba de broma, y le expliqué que, una vez muerto, los dineros ya no me servían para nada, pero la rubia no se rió, y me dijo que la cosa era seria; luego me enseñó un papel con mi firma: «Ve usted, éste es el contrato donde se explican las condiciones.»
Entonces le pedí que me dejara hablar con Pedro, el director de la oficina. A Pedro lo conocía desde que abrí la cuenta en la Caja. Él estaba por entonces en la ventanilla y con el paso de los años acabó de director. Pero la rubia me dijo que Pedro ya no trabajaba allí, que lo habían despedido. Comprendí entonces mi delicada situación, pero en lugar de estrujarle el pescuezo a la rubia (que era lo que me pedía el cuerpo) decidí marcharme, coger el coche y dar una vuelta por ahí. para meditar.
Me gusta conducir. Me relaja. Las mejores ideas de mi vida me llegaron con un volante en las manos: comprar la vaquería, pelearme con mi hermano, abandonar a mi mujer. A mis ochenta años sigo siendo un buen conductor, aunque mis actuales circunstancias (me encuentro retenido en una comisaría) den noticia de lo contrario.
Regresé a la Caja una semana después, lo hice sin ánimo de trifulca, quería sencillamente ofrecerles una segunda oportunidad, una rectificación. Pero la señorita rubia no se movió un milímetro de su argumento: «¿Quiere que le enseñe de nuevo el contrato que usted mismo firmó?». No, no hacía falta. Si no lo entendí al firmarlo tampoco iba a entenderlo ahora. Una vez más abandoné meditabundo la oficina, subí al coche y conduje en busca de una solución.
La solución se llamaba Ramón Ledesma y asociados, un prestigioso bufete que me aconsejaron en la capital. Le exigí al picapleitos que me expusiera con la mayor frialdad los detalles de la asunto. Sin aceites ni vaselinas. Pronto la cosa estuvo clara: nunca recuperaría mi dinero, y, en el mejor de los casos, sólo después de una batalla judicial que podía durar años me devolverían parte de lo robado. Créanme, a los ochenta años uno no tiene el cuerpo para pleitos. Quise saber «aunque sólo sea por curiosidad» quién o quienes eran los verdaderos artífices de aquella estafa. Después de trastear un rato en el ordenador el hombre me mostró en la pantalla las fotos de al menos quince personas. «Estos eran los principales directivos de la Caja».
- ¿Eran?, pregunté.
El hombre me explicó que ya no ejercían, que abandonaron sus puestos cuando la Caja se fue a pique, pero que antes de marcharse se aseguraron unas jubilaciones de varios millones de euros.
- Quince personas son muchas personas -le dije-, yo necesito un único culpable.
Le costó trabajo pero a la postré se decidió por el presidente de la Caja. Me contó que se trataba de un cargo más bien político, pero que puestos a buscar un único responsable, sin duda, él era el principal.
Le pagué la consulta y me fui con el nombre del expresidente y su fotografía impresos en un papel.
El resto... en fin, ya lo leerán ustedes mañana en los periódicos. Una desgracia, un golpe de mala suerte, un anciano decrépito y senil que se salta un semáforo y atropella a un transeúnte. Probablemente dirán que el anciano sufrió un vahído y perdió el control del vehículo (eso, al menos, es lo que yo he contado a la policía).
¿El muerto? Bueno, un señor que hacía footing por los alrededores de su maravillosa mansión.
Escritor y poeta granadino. Entre sus novelas negras destacan 'Un extraño lugar para morir' (2010), ambientada en San Fermín, 'Un mal paso' (2011) y 'A pleno Sol' (2013). También ha publicado el libro de relatos criminales La sombra de Caín (2013).
Soy un hombre bastante desconfiado, así que cuando escuché en la radio que la Caja Provincial se hundía y que el Gobierno iba a ...
  
TÍTULO;  A QUEMARROPA, La banda sonora de Pablo Alborán

«Mi madre, para dormirme cuando era un bebé, solía cantarme 'La Vie en Rose'. También me la cantaba mi abuelo más tarde, cuando venía a,.

SOCIEDAD

La banda sonora de Pablo AlboránLa banda sonora de Pablo Alborán

«Mi madre, para dormirme cuando era un bebé, solía cantarme 'La Vie en Rose'. También me la cantaba mi abuelo más tarde, cuando venía a buscarme al colegio»


'BAILANDO CON LOBOS' (BSO)


1«La banda sonora original de la película 'Bailando con Lobos', de John Barry, fue una de las primeras cosas que yo escuché siendo pequeñito. Recuerdo perfectamente cómo me encerraba en la habitación, ponía la cinta VHS y la veíamos mi hermano y yo juntos una y otra vez. Cada vez que la escucho me lleva a esa infancia musical tan ecléctica, ¡en la que pasaba del flamenco a la música clásica en un suspiro!».

'BOLERO A MARCOS' (VICENTE AMIGO)


2«Vicente Amigo siempre ha sido para mí un referente en el flamenco. Él fue uno de los responsables de que yo empezara a recibir clases de guitarra. Me entusiasmaba ver cómo el flamenco se transformaba... Algunas de sus obras me enseñaron a entender este tipo de música como algo menos intransferible y empecé a fusionarlo con otros géneros y otros instrumentos, como hacía Vicente o el maestro Paco de Lucía. Además, recuerdo perfectamente cómo me encerraba en el estudio 'casero' intentando sacar cada una de sus canciones. Me resultó imposible siempre».

'LÁGRIMA' (DULCE PONTES)


3«Fue la primera artista que vi en directo. Además, recuerdo perfectamente el momento en que me guiñó un ojo durante el concierto. Era el único niño de 3 años escuchando fado en el teatro Cervantes de Málaga. Me acuerdo como si fuera ayer: ¡Me acerqué al escenario, escapándome de mi butaca para acercarme un poco más a ella con hambre de escenario! Curiosamente, el fado ha vuelto hace poco a mi vida de la mano de Carminho. Pude hacer una colaboración con ella cantando 'Perdóname', y las veces que he vuelto a Portugal siempre he recordado ese guiño de ojo de Dulce Pontes, como si fuera una especie de señal o conjuro para el futuro».

'LA VIE EN ROSE' (EDITH PIAF)


4«Es la canción que me cantaba mi madre para dormirme cuando era bebé. Cuando ya era un poquito más mayor, recuerdo que mi abuelo también me la cantaba cuando venía a buscarme al colegio. Desde el asiento de atrás del coche, le escuchaba silbar esta canción y ahora que la canto en mis directos, me emociono como si mi abuelo estuviera conmigo. Es curioso cómo una canción te puede trasladar a años atrás».

'SAUDADES DO BRASIL EM PORTUGAL' (AMALIA E VINICIUS DE MORAES)


5«Siempre he sido amante de la bossa-nova y del fado. Esta canción fue una de las primeras que aprendí en Portugal, es una especie de bossa-nova llevada al fado que consigue emocionarme como el primer día que la escuché. Me resulta curioso ver la cantidad de similitudes que hay entre el fado y el flamenco, por ejemplo. Es uno de esoas temas que me permiten improvisar, jugar con las cadencias. Una canción que me recuerda que la música es infinita y libre».

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