domingo, 21 de julio de 2013

«Asumimos opiniones ajenas contagiados por el entorno y no lo discutimos»/ Fallece la decana de los periodistas de la Casa Blanca. / MASAJES DE REFLEXOLOGÍA PARA AZNAR,.

TÍTULO; «Asumimos opiniones ajenas contagiados por el entorno y no lo discutimos»

Un hombre desnortado, atenazado por las dudas y en plena crisis existencial, regresa a la ciudad donde cursó sus estudios universitarios.
«Asumimos opiniones ajenas contagiados  por el entorno y no lo discutimos» 
Un hombre desnortado, atenazado por las dudas y en plena crisis existencial, regresa a la ciudad donde cursó sus estudios universitarios. Con estos mimbres el escritor Fernando Belzunce (Pamplona, 1976) urde una historia en la que emerge el poder de la palabra y se trasparenta la fragilidad de la naturaleza humana. 'La ciudad escrita' (Antígona) no es solo una reivindicación del pensamiento propio frente a las opiniones que se imponen de forma inadvertida, sino también un elogio de la capacidad crítica del ser humano.
La irrupción de enigmáticas frases pintadas en los muros de la ciudad es el punto de arranque de esta obra, con la que Fernando Belzunce debuta en el campo de la novela. Lo que aparentemente son inocuos mensajes acaban interpelando a la conciencia de los habitantes, hasta el punto de que sus comportamientos se ven alterados y los mensajes inducen a sus lectores a protagonizar actos sorprendentes. «Importamos opiniones con más frecuencia de la que sospechamos. Asumimos opiniones ajenas contagiados por el entorno y no lo discutimos», subraya Belzunce, quien como periodista es consciente de los peligros que entraña la sobreabundancia informativa, un alud ante el que hay que activar los resortes del pensamiento para abortar todo ese «ruido excesivo».
'La ciudad escrita', una novela de intriga mechada con algunos toques de fantasía, destila un sabor negro y amargo. Para el escritor y periodista, es crucial que el individuo se resista a las inercias que impone la masa, por mucho que a veces las tendencias dominantes se vistan con los seductores ropajes de las tecnologías. «Las herramientas tecnológicas son muy útiles, por supuesto, pero a veces no somos del todo conscientes de que, por ejemplo, un buscador de Internet puede propiciar actitudes de compra y consumo o dirigirnos de forma intencionada hacia unos contenidos determinados. Me parece que es muy importante tener una actitud crítica con el entorno y cuestionarse las cosas continuamente».
Cada capítulo de la novela se abre con una ilustración del dibujante Kike de la Rubia. Receloso al principio de que la obra gráfica indujera a equívocos y moviera a pensar al lector que se encontraba ante una novela juvenil, Belzunce está plenamente satisfecho del feliz maridaje entre la letra impresa y las ilustraciones. Las estampas de Kike de la Rubia imprimen al texto un sesgo poético y aportan una interpretación que no necesariamente coinciden con la visión de Belzunce. «Me ha servido para conocer la novela a través de la mirada de otra persona y creo que se puede decir que se establece un diálogo entre él y yo a través de las páginas», argumenta. En el texto subyacen los interrogantes que suscitan el desarraigo, un sentimiento que va oscureciendo las voluntades y revelan la atroz «manipulación que ejerce la sociedad sobre el individuo».
Sin dejar de ver el mundo con ojos de periodista, el autor ha pretendido superar la visión alicorta que a veces impone la prosa periodística. Por eso ha tenido que recurrir al poder evocador de las ficciones, que a la postre pueden resultar más persuasivas que las noticias. «En el terreno de la ficción cuentas con más licencias y puedes dar rienda suelta a todo tipo de fantasías. La experimentación que te aporta la literatura te puede permitir abrir la mirada y abordar algunos géneros, por ejemplo reportajes o entrevistas, de una forma diferente, original, buscando que sea más atractiva. Que el periodismo deba ser riguroso no significa que tenga que estar encorsetado, o que no deba suponer un ejercicio creativo. Todo se complementa».
La semilla de la novela hay que buscarla en Dubrovnik, cuando el escritor fijó su mirada en pintadas escritas en las paredes en diferentes idiomas. La mera visión de los grafitis disparó la imaginación de Belzunce, quien como estudiante en Salamanca había saboreado el gusto por la independencia y la libertad, una libertad que para muchos de sus compañeros acababa con el retorno al hogar cuando se licenciaban. Uniendo las dos ideas, la turbación de esas frases que adornaban los muros y la experiencia del desarraigo, surgió la idea de ir más allá y plasmar en un escrito el poder de la palabra. «Es muy importante tener una actitud crítica con el entorno y cuestionarse las cosas continuamente», asevera el narrador.


TÍTULO; Fallece la decana de los periodistas de la Casa Blanca.

 La periodista Helen Thomas, decana de los corresponsales de prensa en la Casa Blanca, que había iniciado su carrera bajo la presidencia de ...
 

Cultura

Fallece la decana de los periodistas de la Casa Blanca

Helen Thomas muere a los 92 años después de cubrir la información presidencial desde el mandato de Kennedy

La periodista Helen Thomas, decana de los corresponsales de prensa en la Casa Blanca, que había iniciado su carrera bajo la presidencia de John F. Kennedy, murió ayer a los 92 años. «La expresidenta del Gridiron Club Helen Thomas, que fue también su primera integrante mujer, falleció en la mañana del sábado en su domicilio en Washington tras una larga enfermedad», comunicó la asociación.
Siempre sentada en primera fila durante las conferencias de prensa del portavoz de turno de la Casa Blanca, Helen Thomas era todo un referente del periodismo y contaba con una silla con su nombre, un privilegio único. Se la conocía por su estilo franco y sus preguntas incisivas.
Nacida en 1920 en una familia de inmigrantes libaneses de bajos ingresos en Kentucky, comenzó a cubrir la presidencia estadounidense para la agencia UPI en los años 60, bajo la gestión de Kennedy, y había permanecido en su cargo hasta 2010, cuando se jubiló tras controvertidas declaraciones.

TÍTULO;  MASAJES DE REFLEXOLOGÍA PARA AZNAR,.


Llego a Marbella, mi santuario de verano desde hace más de treinta años y me caigo del caballo: ¡Quién me iba a decir que acabaría en el ...
 

DRY MARBELLA

Masajes de reflexología para Aznar

El expresidente prepara su sprint final entre Guadalmina y cenas en El Ancla

Llego a Marbella, mi santuario de verano desde hace más de treinta años y me caigo del caballo: ¡Quién me iba a decir que acabaría en el club de fans de Aznar¡ Yo, que soy partidaria de los hombres estilo Guardiola: fibrosos de cuerpo, sabiendo manejar el ego de tantos futbolistas estrellas, he caído rendida ante la tableta del expresidente, a quien veo día tras día sudando la camiseta por Guadalmina Baja, siempre a primera hora de la mañana con sus dos guardaespaldas, cuando el resto de los mortales sueña con la prima de riesgo, que no de Bárcenas, e incluso con María Dolores de Cospedal que es quién mejor encarna las virtudes de la mujer-mujer del PP.
Pero a lo que iba, no solo José Mari se machaca el cuerpo corre que te corre que parece que fuera a perder el AVE Málaga-Madrid, también el espíritu, que cultiva acudiendo al SPA Moa, en el que le dan masajes de reflexologia, que según me comentó Miguel Indurain es lo mejor para recuperarse después de grandes esfuerzos. En el centro, que se encuentra en Guadalmina Alta, a un tiro de piedra de su casa, el ambiente es de lo más 'zen', no sólo por el estilo de muebles y objetos decorativos, también por los olores a canela o lavanda que desprenden las velas que con tanto esmero ha colocado Marian Corominas, con el fin de que sus clientes se sientan en la gloria.
Son asiduos Arturo Fernández, la propia Ana Botella y su hija, e Íñigo Urbaneja, empresario y escritor. Lo curioso es que ahora son muchos los que al enterarse de que va Aznar, llaman para reservar la misma camilla donde el expresidente sienta sus reales. Está claro que Aznar prepara su sprint final entre Guadalmina Alta, Guadalmina Baja y cenas en El Ancla.
Nueva boda de Santana
Mala cara lucía Manolo Santana la noche de su cuarta boda, que se celebró el viernes en la intimidad, previo pago de la exclusiva por 'Hola'. Una decisión muy criticada, ya que Santana no necesita de minucias para vivir bien. A Manolo y a Claudia les casó Ángeles Muñoz, la alcaldesa de Marbella, que también acudió a la cena que el nuevo matrimonio ofreció en la villa del abogado Luis Balmaseda. Cena en la que no estuvieron los hijos de Santana, pero sí Cristian el de Claudia, y algunos conocidos empresarios de la Costa del Sol como Ricardo Arranz y Alicia de Villapadierna; Joaquín Torres, salsa de todas las salsas; Yeyo Yagostera, Tomás Olivo, Marisa Jara, Los del Río y Jesús Quintero. La frase más lapidaria sobre esta boda la pronunció Otti Glanzielus, tercera exmujer del tenista: «Ellas le han tenido, pero se morirá a mi lado».

No hay comentarios:

Publicar un comentario