jueves, 2 de mayo de 2013

Alegoria del río seco,./ Aria de luto,.


*TÍTULO: Alegoria del río seco,.




Es triste la tristeza de este cauce vacío,
con árboles sin sombra muriendo en sus orillas;
y, como si lloraran por la ausencia del río,
son lágrimas de oro sus hojas amarillas.

Los bordes de este cauce son los labios de un viejo
que aprendió la amargura de besar en la frente;
y, como el marco inútil donde brilló el espejo,
hay algo que nos mira tras su reflejo ausente.

Es triste la tristeza de este cauce vacío,
triste como las canas de un hombre sin mujer,
porque el cauce es la inmensa desolación de un río
que se convierte en surco, sin lograr florecer...

II

A veces, en otoño, la lluvia persistente
llena la zanja seca con sus aguas sin brío,
y el cauce desolado tal parece que siente
la fugaz alegría de volver a ser río.

Hoy su propio silencio tiene una voz ajena,
y ayer, cantando el canto de las aguas felices,
olvido la asechanza de la sed de la arena
y el misterioso instinto que alarga las raíces.

Y, ante este gran cadáver que lucha con lo inerte,
en su terca esperanza rebosante de fe,
se diría que el cauce no comprendió su muerte
y se quedó esperando el agua que se fue.
 
 


*TÍTULO: Aria de luto,.

Tendrá que suceder, hoy o mañana,
en cualquier parte y de cualquier manera,
--puede ser que bajando una escalera
o puede ser que abriendo una ventana.



Sucederá tal día de semana,
sencillamente, sin llover siquiera,
en el banco de un parque en primavera
o en un hotel de una ciudad lejana.


Así sucederá, como un espejo
que se queda de pronto sin reflejo,
porque crece la sombra o porque sí.




Irá de puerta en puerta un viento loco,
y tú también te morirás un poco
con algo tuyo que se muere en mí...

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