Una de las últimas entrevistas hechas "de cuerpo presente " al gran poeta chiapaneco fue la que realizó Ana Cruz en el programa Personajes y Escenarios para Canal 22, de México. La primera transmisión fue hecha el 25 de octubre de 1996; en ella, Sabines leyó dos poemas inéditos. El tono nostálgico, la visión cansina y la añoranza de algo perdido sin saber definir bien qué - tal vez, la vida - cierran el círculo que va de Horal, su primer poemario Poemas rescatados, el último, el que no alcanzó a reunir porque siempre falta tiempo, aunque en algunos, como en Sabines, sobre vida.
De cuerpo presente el poeta es un hombre cálido y amoroso. Sonríe fiel y deja de sonreír pronto. Camina con dificultad. Se apoya en las muletas que tanto odia y que tanto necesita. Desde un principio es cordial, aunque nos reprocha la insistencia de venir a visitarlo. Sólo alcanzo a darle las gracias, esperando que perciba nuestra grata emoción por estar ahí. Sensible, nos abre su intimidad sin regateos.
Pasamos a la sala donde le gusta sentarse a leer. Jaime muerde la boquilla que sustituye al cigarro. Extraña el sabor, el olor y el humo del tabaco. Me quedo mirándolo y simplemente dice: “El médico me tiene prohibido fumar, pero hay vicios que son terribles.” Después de unos minutos continúa: “estoy listo, puede preguntar lo que quiera”, me dice, con gesto de aprobación y mirándome a los ojos.
JAIME SABINES: ¿Va a empezar con las preguntas fáciles o con las difíciles?
ANA CRUZ: ¿Cuáles prefiere usted, don Jaime?
- Me da igual.
-Entonces, ¿qué le parece si comenzamos con una de las fáciles?, ¿qué significa la poesía para usted?
Me mira de reojo y responde siguiendo la broma.
-¿Ésa se le hace de las fáciles ... ? Pues es muy difícil, porque es una pregunta a la que puedo responder de muchas maneras. No hay una sola respuesta para cierto tipo de preguntas. Le puedo dar todas las respuestas del mundo, pero le daré la que me parece más verdadera en mi caso: la poesía es un ejercicio necesario, absolutamente necesario; inevitable, diría yo. En alguna ocasión dije que era como un destino. Más que una vocación, la poesía es un destino. En ella se encuentra un cincuenta o sesenta por ciento de oficio, de rigor, de disciplina. Lo demás es lo que antiguamente se llamaba inspiración, aunque actualmente ya no es una palabra muy aceptada. Hay quienes prefieren hablar del subconsciente o cualquier otro término de la psicología moderna. Pero se refiere a lo mismo, es la facilidad con la que al poeta se le dan los poemas, como algo natural.
-¿Al poeta se le dan los poemas por inspiración? ¿Considera que es un privilegiado que goza de más momentos de inspiración que el resto de los creadores?
-No, yo no diría que los poetas tienen más momentos de inspiración, pero sí que tienen más sensibilidad para percibir las cosas que los rodean. Un poeta es una gente “descarnada”, es decir, una persona que va por el mundo sin piel, con la carne viva. Por lo tanto, las cosas que suceden le afectan más que a otros. No tiene nada que lo cubra, que lo proteja, y entonces, como respuesta a la vida, se le da la poesía.
Nacido en Tuxda Gutiérrez, Chiapas, en 1926, Jaime Sabines rebasa ya las cinco décadas como poeta. Su vida de escritor se inicia muy joven; sin embargo, no es hasta que su poesía madura cuando se decide a publicar, por ello se desconocen muchos de sus versos de adolescencia y juventud. Su primer poemario, Horal, sale a la luz en 1950, seguido por La Señal, que se publica en 1951 y Adán y Eva, editado en 1952. Producto de un escribir infatigable, imperioso, obsesivo, Sabines considera que "la poesía ocurre como un accidente, un atropello, un enamoramiento, un crimen... "
-Don Jaime, háblenos de sus primeros años de poeta, de esos tiempos en los que usted se da cuenta de que posee el don de la poesía. ¿Cuándo descubre realmente eso que llama "su destino"?
-Bueno, eso que yo llamo mi destino lo descubrí ya tarde. No fue en los años de juventud, ni en la adolescencia, tenía como 45 ó 50 años. En las primeras experiencias uno juega con la poesía como con cualquier otro entretenimiento. En mi caso, llego a la poesía porque en mi casa me enseñaron a redactar, muchas veces lo he dicho, recitaba todos los poemas del Declamador sin maestro, me los sabía de memoria y era un acto social, un acto de comunicación, pero más que nada social.
-¿Cuándo empieza a tomar en serio la poesía y por qué?
-En realidad empecé a tomarla en serio cuando me vine, a estudiar medicina a la ciudad de México en 1945. Aquí, desgraciadamente, la soledad de esta gran urbe resultó para mí un ambiente bastante cruel. Yo cm un muchacho de provincia al que le asustaba la ciudad; entonces, como una forma de huir de mis miedos, me echaba encima de las libretas a escribir todas las noches, desaforadamente, compasivamente.
-¿Dónde quedaron esos escritos? ¿Alguna vez pensó en publicarlos?
-Si le contara...
Sabines se acomoda en la silla, pasa la mano por la nuca todavía adornada con abuindante cabellera, vuelve a sonreír con la boquilla en la boca. Recuerda aquellos años de su vida con cierta nostalgia, su voz suena serena. Nos habla de una época en la que lo la soledad y el descubrimiento.
-En aquella época sólo escribía como desaforado, no analizaba mi obra ni se me ocurría que podía publicar algo de lo que escribía. Años después, concluí que nada de aquello valía la pena para la poesía y rompí todo lo que había escrito. No fueron años perdidos, sin embargo: fue entonces cuando me hice realmente poeta, sin escribir un buen poema.
-¿No se arrepiente de haber roto aquellos poemas?
-Cuando lo hice estaba convencido de que no valían la pena. Fue después de haberlos destruido cuando pude empezar a escribir cosas mejores. En 1949, cuando entré a la Facultad de Filosofía y Letras, después de dejar la carrera de Medicina en la que estuve inscrito por tres años, comencé a leer a los grandes poetas del mundo hispano y, gracias a su lectura, siento que mis poemas suenan ya diferente. Aunque le advierto que en esa época recibí muchas influencias, sobre todo influencias formales que me impulsaban a escribir parecido. Escribí a la manera de Neruda durante seis meses, a la manera de García Lorca otros seis meses, de Juan Ramón Jiménez otra temporada y así imité a todos los grandes poetas del 27, sin pretender conscientemente escribir como ellos. Sobre todo, Pablo Neruda me influyó mucho.
-¿Se daba cuenta de las influencias que se apoderaban de su escritura o no las percibía?
-¡Claro que me daba cuenta de que esos poemas no eran míos! Son obras de García Lorca o son obras de Neruda, me decía a mí mismo. Pero poco a poco empecé a escribir cosas diferentes... fui notando que ya era una voz propia que se iba abriendo paso entre tantas influencias.
TÍTULO: LA ESCRITORA Ana Cruz VINO A LA TIENDA CHICA CLARY NOVIAS CASTUERA.
La escritora Ana Cruz de México es invitada al Pueblo de Castuera por el Concejal de Cultura para hacerle una entrevista como hemos puesto en el texto de arriba sobre su gran vida y sus buenos libros escrito por ella misma, etc.
Pero al día siguiente la escritora Ana Cruz va a La Tienda Chica de Castuera del Señor José María para comprar lo siguiente, 2 juego de cuna y otros 2 de coche, 2 sujetadores de señora de la talla 80 de color blanco, una caja de pañuelos de señora de color blanco, y le regala al Jefe un libro escrito por ella misma sobre la política de España.
Luego más Tarde la escritora Ana Cruz entra en la tienda de Clary Novias de Castuera La Jefa es Clary para comprar lo siguiente, 2 pantalones de pinza de señora de color verde, un vestido muy bonito de color rojo, una chaqueta de señora de color azul, luego le regala a la Jefa un libro de poesía de amor escrito por ella misma,.
Demos las gracias con el corazón abierto a esta gran escritora llamada Ana Cruz por venir al Pueblo de Castuera por el Concejal de Cultura para hacerle una entrevista que esta puesta en el texto de arriba sobre su vida y su obra, y por comprar en las tiendas que son La Tienda Chica del Señor José María y la tienda de Clary Novias La Jefa es Clary, etc.
Foto de la escritora Ana Cruz de México.
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