sábado, 13 de abril de 2013

EL HORÓSCOPO ANA BOYER NI MONJA NI MINISTRA,./ REVISTA XL SEMANAL HÉROES ANONIMOS,.

TÍTULO: EL HORÓSCOPO ANA BOYER NI MONJA NI MINISTRA

  1. Ni monja ni ministra ANA BOYER,.FOTO,.

    El cerebro de Miguel Boyer en el cuerpo de Isabel Preysler. Ana Boyer dice ser «muy mezcla» de los dos, y eso es algo que salta a la vista.
     
    El cerebro de Miguel Boyer en el cuerpo de Isabel Preysler. Ana Boyer dice ser «muy mezcla» de los dos, y eso es algo que salta a la vista. El jueves se plantó en Madrid ante la prensa para amadrinar 'Brugal Verano Incluido', un proyecto de ron Brugal que ofrece a 64 jóvenes la posibilidad de pasar el verano de su vida en Ibiza, ya sea en un hotel de lujo, en una villa ibicenca o a bordo de un barco, y con todos los gastos pagados. Como dijo Ana Boyer: «Un planazo». Y ella sabe de lo que habla porque conoce la isla pitiusa desde niña. «Tengo recuerdos muy familiares pero también he ido después con amigas y, aunque no soy muy de 'desfasar', obviamente he salido y conozco un poco la noche ibicenca».
    El fruto de aquel escandaloso romance entre el ministro de Economía y la reina de corazones pronto cumplirá 24 años. El próximo jueves 18 de abril para ser exactos. Es una mujer «muy independiente» y «sin ninguna prisa por encontrar pareja». Tuvo novio de muy jovencita (Diego Osorio), pero lo dejaron y ahora Ana exprime la vida y valora «todo el tiempo que tengo para mí. Si encuentro el amor estaré encantada, pero no lo busco». Ana Boyer fue una niña formalita, aplicada y resposable de las que, como ella misma admite riendo, «dan pocos disgustos a sus padres». Siempre tuvo claro que lo primero eran sus estudios. Y así sigue. Está a punto de graduarse en Administración de Empresas, y el año pasado se licenció con buenas notas en Derecho. Lo que ocurre es que cuando se es hija de Isabel Preysler y se ha heredado su fotogenia, es casi imposible escapar a los cantos de sirena de las marcas comerciales.
    «El día que sea incompatible con mi profesión lo dejo», advierte Ana en relación a su trabajo como modelo e imagen publicitaria. «Ahora acepto proyectos puntuales, no muchos, porque me resultan atractivos y son perfectamente compatibles con mis estudios». Y es que... ¿Qué joven se resistiría a ganar en un día, por posar ante los fotógrafos y conceder entrevistas, el equivalente al sueldo de todo un año de un mileurista? Ana sabe que, a cambio, el precio a pagar se traduce en sobreexposición mediática y pérdida de intimidad, pero como ella razona «eso es algo con lo que he crecido. Por nacer en esta familia ya parte de mi privacidad ha desaparecido». Además, ahí está mamá Isabel (auténtica maestra en el arte de rentabilizar su imagen) para aconsejar a su hija. «Tamara y yo la admiramos en ese aspecto. Se lo consultamos todo y ella nos tranquiliza mucho».
    Tímida, reservada y cauta
    Con su padre, Miguel Boyer, Ana habla de otras cosas. «Creo que he heredado de él la seriedad y la responsabilidad, aunque mi madre también es muy disciplinada». El exministro se recupera actualmente de un derrame cerebral. «Trabaja sin descanso en la rehabilitación y está muy animado -dice su hija-. Mi madre no se separa de él, está entregada y creo que esa es la causa de que él no pierda el entusiasmo y las ganas de recuperarse». Tímida y reservada («aunque no tanto en las distancias cortas»), cordial y simpática, pero también cauta a la hora de expresarse, Ana relata que, cuando ella nació, su hermana Tamara pasó una etapa «en la que yo no le caía nada bien. Creo que se sintió princesa destronada. Pero hoy día somos íntimas. Los cinco hermanos -dice refiriéndose a los cinco hijos de Isabel Preysler- nos tenemos mucho cariño y eso se nota en nuestras reuniones».
    Afirma Ana que en su casa también se nota la crisis. «Somos más cuidadosos ahora con el dinero, pero también somos conscientes de que tenemos una situación muy privilegiada». Su meta laboral es fichar por una empresa en el área de consultoría estratégica. «No aspiro a conseguir un buen trabajo por mis apellidos -advierte-. He trabajado muy duro estos seis años como para lograrlo por méritos propios. Ya he empezado con las entrevistas de trabajo». No le tienta mucho el Derecho y «nada en absoluto la política», actividad a la que su padre dedicó muchos años.
    A Boyer sí ha salido en cambio en lo agnóstica. «Mi padre es completamente ateo y yo no soy nada religiosa comparada con Tamara. Pero si ella está contenta, la respeto, la apoyamos. Ahora bien, la prensa ha exagerado. A Tamara no la vemos queriendo ser monja ni nada parecido. Estoy encantada de que la religión llene su vida. Pero yo no soy como ella». 

    TÍTULO: REVISTA XL SEMANAL HÉROES ANONIMOS,.

     Testimonios reales de personas que han arriesgado su vida para salvar la de otros, un reportaje sobre la tumba de Genghis Khan,.

    Historia Militar / historia militar

    Los otros héroes anónimos de la navegación española,.

     

    Corría el año 1500 cuando Cristóbal Colón regresaba al Puerto de Cádiz tras su tercer viaje triunfal por «Las Indias». Un nuevo mundo se descubría ante los pies de los enviados por la Corona y el sol ya no se pondría, al menos durante los próximos tres siglos, en el incipiente Imperio español.
    Los territorios descubiertos en el continente transatlántico debían ser «oficializados» de alguna manera, delimitando ante los ojos de las potencias enemigas qué tierras estaban siendo colonizadas por Cristóbal y el resto de marinos al servicio de los Reyes. Surgen así algunos de los mapas más interesantes e importantes de la Historia de España y, por ende, de la humanidad. Losantiguos portulanos–mapas muy detallados de los puertos mediterráneos– se quedaban pequeños ante tanto territorio descubierto; era necesario plasmar la totalidad del planeta en apenas unos metros de tela. [En imágenes: Los mejores mapas del Museo Naval]
    Así comienza una historia más, desconocida y olvidada como tantas otras, de éxito de nuestro país. Viajes militares, científicos, comerciales… en los que se enrolaban estos marinos para cartografiar el Nuevo Mundo, convirtiéndose por su importancia en héroes, aún más ignorados incluso que los conquistadores, pero que durante siglos lucharon por mantener a España en la vanguardia náutica mundial y que el Museo Naval lleva más de 80 años recuperando y redescubriendo a sus visitantes.
    Pocos países del mundo pueden presumir de tener una cartografía como la española, donde realmente somos una potencia mundial. Apenas el británico museo de Greenwich puede hacernos sombra, pero ellos carecen de joyas como el mapa de Juan de la Cosa de 1500, el primer mapa de la historia con el continente americano cartografiado. En menos de dos metros de pergamino están representados todos los territorios conocidos en la época, con América ilustrada como un vergel culminado por una figura de San Cristóbal, que representa la puerta de entrada a las Indias. Un mapa realizado para los Reyes Católicos con curiosidades como monstruos marinos en los mares de Asia o Misterio católico a los pies del mar Rojo.

    Investigación y desarrollo

    Durante los siguientes tres siglos el dominio del Imperio español se hizo patente ante sus enemigos europeos. Para seguir manteniendo su hegemonía en tierra y mar, la Corona no dudaba en reclutar cerebros de otros países, ponerlos a su servicio y, conjuntamente con las mentes más eminentes que habitaban la Península, trabajar para llevar a cabo mejoras técnicas en la Marina y en la cartografía. Así se trajeron obras de grandes cartógrafos de otras partes del Imperio, como Flandes, donde estaban los más finos autores, como Abraham Ortelius, que en 1584 hizo el importante Atlas «Theatrum Orbis Terrarum».
    No solo no había fuga de cerebros, sino que además de atraer a las mejores mentes de Europa, las «creaciones» de nuestro país eran deseadas por las demás potencias. Así se demostró durante la Guerra de Independencia, cuando los británicos utilizaron y tradujeron el Atlas de Tofiño, el primero detallado de la costa de España.
    Esta es otra de las joyas que integran el Museo Naval. A finales del siglo XVIII España había cartografiado prácticamente todo el mundo, pero faltaba un atlas pormenorizado de nuestra costa. Así surgió la obra de Tofiño, creada en 1789 como «Atlas marítimo de España», con un perfil pormenorizado de toda la costa. Tal era la precisión de algunas de las cartas náuticas que se incluían que muchas se siguieron utilizando durante más de 150 años, hasta bien entrado el siglo XX. La historia, la leyenda y la labor del navegante Tofiño fue homenajeada por Arturo Pérez-Reverte en su libro «La carta esférica».

    Navegación y cartografía «a ojo»

    ernesto agudo
    Cuadrantes expuestos en el Museo Naval
    Parece imposible pensar que con las herramientas rudimentarias de hace cuatrocientos años –astrolabios, cuadrantes, sextantes, sondas, brújulas y los cinco sentidos puestos en la mar– se pudieran hacer cartas de navegación tan sumamente precisas. Lo mismo ocurre con las de los siglos XVIII y XIX, que aunque con herramientas más evolucionadas –se viajaba buscando las mejores innovaciones– se siguieron utilizando durante años. El Museo Naval guarda planos de Puerto Rico o Montevideo con 200 años de historia que si se superponen con uno realizado por los más modernos satélites apenas variarían unos milímetros.
    Los mapas también eran un buen soporte para «contar» lo que sucedía. Así las historias fascinantes de nuestros mejores militares llegaban a oídos de todos. Como la aventura del marino «Yo solo» Gálvez, que se introdujo con 4 navíos en una bahía repleta de barcos británicos durante la batalla de Pensacola (1781) al grito de «El que tenga honor y valor que me siga».

    España antes que los intereses propios

    Tras el declive del Imperio, esta historia se convierte más en una aventura de hombres nobles interesados en lo mejor para España que en una labor de Estado. Mientras políticos, validos, o primeros ministros se preocupaban por su puesto, por sus intereses o por mantener su estatus, un grupo de hombres tuvieron altura de miras y se centraron en honrar a España en memoria de aquellos hombres que se jugaron la vida en galeones cartografiando las costas del mundo en beneficio de la Corona.
    Conseguir reunir todos los mapas bajo el techo de un museo estatal ha sido una labor de personas más que de la olvidadiza España, siempre tan proclive a despreciar su Historia. En 1792 se intentó crear un museo de la mano de José Mendoza y Rios para recopilar la documentación de Europa, pero fue destituido, quedándose el proyecto en nada. Así se estuvo hasta 1842, cuando se retomó la idea, aunque no fue hasta 1933 cuando regresó la mayoría del fondo cartográfico que compone el actual Museo Naval, donde se rememoran las grandes hazañas de todos estos héroes que contribuyeron a España.

    El misterio del mapa desaparecido


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