martes, 30 de abril de 2013

ANNA ES DURA COMO ELLA SOLA, EL HORMIGUERO EL EXGIMNASTA GERVASIO DEFERR,./SU MAJESTAD MAS AUSTERA,.

TÍTULO: ANNA ES DURA COMO ELLA SOLA, EL HORMIGUERO EL EXGIMNASTA GERVASIO DEFERR.

«Anna es dura como ella sola»

Ya demostró ser uno de los mejores gimnastas españoles y, ahora, es el rey del trampolín de Splash! (Antena 3). El bicampeón olímpico en ...foto,.
Ya demostró ser uno de los mejores gimnastas españoles y, ahora, es el rey del trampolín de 'Splash!' (Antena 3). El bicampeón olímpico en salto de potro, Gervasio Deferr (Premiá de Mar, Barcelona, 1980), no dudó ni un solo momento y se lanzó de lleno a esta piscina que anoche cerró su temporada de baño. Haber sido un deportista de élite no le ha servido a Deferr para librarse de los espaldarazos y las lesiones a la hora de entrar al agua.
– ¿Le costó guardar el secreto?
– Ha sido complicado la verdad. El problema fue que se filtró algo por internet y la gente empezó a preguntarme. Insistieron mucho.
– Usted ha jugado con ventaja...
– No, he jugado con desventaja porque mis saltos, que de hecho nos los pidieron los entrenadores, han sido los más difíciles. Yo tengo la facilidad de la acrobacia, pero en todas las Olimpiadas siempre caigo de pie. Para nosotros es la antítesis caer de cabeza, es partirnos el cuello. ¡Es algo que me da mucho miedo! Ser deportista de élite me ha servido para ponerme a entrenar cuatro horas seguidas sin parar.
– Entonces, ¿saltar no es tan fácil como nos ha hecho creer?
– ¡Para nada! He tenido tres subluxaciones, dos en el hombre izquierdo y una en el derecho. Lo he pasado mal y, en la final, salté con vendajes porque se me salía el hombro. Además, tuve una serie de caídas desde los 10 metros totalmente tumbado de espaldas que, en varias ocasiones, casi me hacen perder el conocimiento. Y perder la respiración en el agua... ¡Eso es como rascarse la nariz!
– Por una lesión casi no le dejan ir a la final. ¿Lo suyo es competitividad o locura?
– ¡Competitividad al máximo! Ya se me ve en la cara antes de saltar, estoy absolutamente concentrado y evadido de todo. Como cuando competía en las Olimpiadas.
– ¿Qué salto le costó más?
– Sin duda el primero y el último. El primero era un doble mortal y medio, un salto que solo lo hemos hecho los chicos que hacen la exhibición en el programa y yo. Me costó mucho y me hice daño, fue la primera vez que se me salió el hombro y ya le cogí un poquito de miedo. También por ser la primera gala, los nervios...
«Juanjo, como mi hermano»
– ¿Quién era el rival más fuerte?
– Entre los concursantes de más nivel podrían estar Daniela y Darío.
– En la piscina, ¿cuál ha sido el mejor momento?
– Tengo muchos recuerdos con los compañeros. Miriam es un amor, Daniela es con la que mejor me llevo, Juanjito que es ya como mi hermano ya... Lo quiero como si fuera mi familia.
– La ha tenido que armar buena con Juanjo Ballesta...
– En los entrenamientos siempre iba corriendo y saltando. En un momento en el que Juanjo iba a hacer su salto de 7,5 metros, de pronto, le dio el acojone. Yo subí corriendo las escaleras y, sin parar, entré en el trampolín saltando por encima de él. Bueno, fue por el lado, pero cuando me vio le preguntaba a todo el mundo: ‘¿Me ha pasado por encima o por el lado? Qué cabrón ha hecho mi salto y yo aquí parado’ (risas). Lo hice por eso, para darle valor.
– Se habló de la actitud de Anna Tarrés. ¿Se pasó en sus críticas?
– No, para nada. La conozco desde hace muchos años y sé cómo ha sido con su equipo. Es una mujer exigente, respetuosa pero dura como ella sola. Cuando tiene que decir algo, aunque no te guste, te lo va a decir. Creo que es la única forma de hacerte evolucionar.
– ¿Y ha pensado en hacerse profesional del trampolín?
– Profesional no, pero sí he pensado en presentarme, en algún momento, a alguna competición menor para entretenerme . Me encanta saltar con los saltadores profesionales. Cuando tenía entrenamiento, intentaba ir una hora antes para ver a los saltadores de verdad.

TÍTULO: SU MAJESTAD MAS AUSTERA,.

Su majestad más austera

Paseando por las calles de Ámsterdam nadie pensaría que el nuevo rey de Holanda asciende al trono en un ambiente de austeridad y ...
 
Paseando por las calles de Ámsterdam nadie pensaría que el nuevo rey de Holanda asciende al trono en un ambiente de austeridad y contención. Más bien todo lo contrario. La ciudad se ha engalanado con banderas, coronas de todos los materiales y tamaños, y un omnipresente color naranja que ciega a cada paso. Todos los rincones de la urbe, que recibe hoy a un millón de visitantes, destilan un fervor monárquico que contrasta con los esfuerzos del Gobierno por ajustar al milímetro el presupuesto de la celebración. Incluso, los nuevos monarcas, Guillermo de Orange y Máxima Zorreguieta, han intentado sin éxito quitar pompa a la coronación. Los últimos sondeos indican que la mitad de los ciudadanos creen que a las autoridades se les ha ido la mano con los fastos.
Holanda es sinónimo de austeridad en Europa. Siempre se habla de Alemania y su obsesión por controlar el gasto, pero Países Bajos aprieta el puño con todavía más fuerza. Poco después de que la reina Beatriz, que ayer se despidió de sus conciudadanos con un emotivo discurso, anunciara su abdicación a primeros de año, el Gobierno advirtió de que habría que «ajustar» las cuentas para evitar sorpresas en el relevo al frente de la casa real. El país, que disfruta de una tasa de paro del 6,4%, no vive ni de lejos una crisis al estilo de la española. Sus gobernantes, sin embargo, han apostado por no aflojarse el cinturón ni en una fecha tan señalada. En total, se estima que la coronación cuesta alrededor de 12 millones, una cifra todavía provisional que no incluye las grandes medidas de seguridad.
Pese a los esfuerzos del Gobierno y al ambiente festivo en Ámsterdam, los holandeses no parecen muy satisfechos con el presupuesto perfilado. Según una encuesta difundida en los últimos días, la mitad de la población considera desmesurados los gastos. Estas críticas se extienden al sueldo de 850.000 euros anuales que recibirá el nuevo soberano. Muchos sostienen que debería recortarse sensiblemente hasta situarse en los 150.000. También se reclama una abolición de ciertos privilegios, como la exención de pagar impuestos. La notable oposición ciudadana podría sugerir un rechazo a la monarquía, pero nada más lejos de la realidad. Guillermo y Máxima han aumentado en diez puntos su popularidad y gozan del respaldo de casi el 70% de la población.
Los soberanos han reforzado su posición gracias en buena medida a una reciente entrevista ofrecida en televisión. Durante esta relajada conversación, Guillermo remarcó: «No espero que nadie me llame majestad». «No soy un fetichista del protocolo», agregó convencido de que «los tiempos cambian». Y aunque los actos de hoy se califican de coronación, en Holanda prefieren hablar de investidura. Este término tiene unas connotaciones mucho menos glamurosas y subraya el perfil profesional que el monarca quiere otorgar a su reinado. En realidad, la explicación tiene unas raíces históricas porque en el país no existe la tradición de que una autoridad eclesiástica entronice al nuevo rey.
La tiara de Letizia
Máxima también quiso predicar con el ejemplo en la cena previa a los actos de hoy. En un gesto de sobriedad, la nueva reina acudió la velada organizada en el Rijksmuseum, el gran museo nacional reinaugurado hace escasas semanas, con un vestido que ya lució en 2008. La soberana volvió a confiar en un diseño rojo sangre de Valentino, el mismo creador que firmó su vestido de novia hace poco más de una década. La recepción en la pinacoteca congregó a los 30 príncipes herederos de todo el mundo que acuden a la coronación. Entre ellos, figuraban el príncipe de Gales y Naruhito. El futuro soberano nipón tuvo que asistir en solitario porque su esposa Masako, que por primera vez en once años realiza un viaje oficial, se encuentra muy delicada de salud.
Don Felipe y doña Letizia no faltaron a la cita. El Príncipe vistió esmoquin, mientras que su esposa se decantó por una pieza de encaje negro de su modisto favorito: Felipe Varela. El vestido, que se ganó el aplauso de la crítica, resaltaba la figura de la Princesa, que redondeó su atuendo con una espectacular tiara floral de la Reina Sofía. Letizia lució este complemento en una ocasión anterior y ayer se recordaba que la infanta Cristina lo llevó en su propia boda, una circunstancia que a buen seguro dará mucho que hablar. La cena se desarrolló en un marco incomparable. Los comensales disfrutaron de las especialidades locales en la Galería de Honor del Rijksmuseum. Este impresionante corredor acoge las obras más importantes del museo, entre ellas varios Rembrandt.
Los modelos que pudieron verse antes de la cena responden a las tradiciones de la realeza, pero los políticos holandeses quisieron alejarse lo máximo posible. El propio Gobierno envió una carta a parlamentarias y senadoras para que midieran su atuendo. En la misiva, se pedía especialmente que se evitaran las grandes pamelas, todo un símbolo de este tipo de celebraciones. La recomendación estaba pensada sobre todo para hoy, momento en el que el Parlamento nacional aprobará la investidura del nuevo monarca. Según consta en la invitación remitida a los representantes políticos, la mujeres deben asistir con un discreto vestido de tarde de falda y chaqueta. En otra muestra de sencillez, se han anulado los planes para soltar 150.000 globos tanto por cuestiones económicas como por respeto al medio ambiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario