domingo, 28 de abril de 2013

DESAYUNO DE DOMINGO CON Andre Agassi y Steffi Graf,./ PRIMER PLANO LA ENTREVISTA XL EL DIAMANTE MAS GRANDE DEL mundo y otros secretos de las subastas -

TÍTULO: DESAYUNO DE DOMINGO CON  Andre Agassi y Steffi Graf.

 Andre Agassi y Steffi Graf -foto: "A veces, nos tenemos que parar los pies el uno al otro" -

Fueron los reyes de la pista, los números uno. Él fue el gran rebelde largas melenas, ropas coloridas, romances aireados en la prensa rosa; ...

Andre Agassi y Steffi Graf : "A veces, nos tenemos que parar los pies el uno al otro"

Daniel Méndez - XL Semanal
Son activos, inteligentes y han logrado mirar con una sonrisa a sus infancias plagadas de sacrificios. Hablamos con ellos de sus épocas de 'niños prodigio' y de lo que hoy les importa: sus hijos y sus proyectos solidarios, con el apoyo de Longines. Por Daniel Méndez
Fueron los reyes de la pista, los números uno. Él fue el gran rebelde largas melenas, ropas coloridas, romances aireados en la prensa rosa; ella, la emoción contenida, la disciplina germana, el brazo de hierro. Su unión fue la gran sorpresa y juntos han dado un nuevo sentido a su vida, dominada hoy por dos elementos: la familia y su labor filantrópica. Andre Agassi y Steffi Graf reciben a XLSemanal por separado en la sede de Hamburgo de la fundación Children for Tomorrow, auspiciada por ella. Él tiene su propia fundación en Las Vegas, su ciudad natal y el lugar donde hoy viven con sus hijos. Lejos de los focos y todos juntos y revueltos: sus dos hijos, pero también la madre y el hermano de ella, los padres de él... Ambos son embajadores de Longines, una compañía en la que también han encontrado un aliado para su obra caritativa. Se conmueven al hablar de los chavales a los que ayudan: menores refugiados procedentes de países marcados por el conflicto bélico, en el caso de Steffi; pequeños estadounidenses cuyos padres no pueden costearles los estudios, en el caso de la Andre Agassi Foundation for Education.
Andre Agassi, el hijo de Emmanuel Mike Aghassian, un inmigrante iraní de fuerte carácter a menudo violento, ha aprendido a convivir con las luces y sombras de una vida en la cancha. Odiaba el tenis, como ha reconocido, y sin embargo este deporte lo ha convertido en lo que es. Un camino plagado de episodios difíciles que él mismo narró, con inusitada sinceridad, en sus memorias, Open. Hoy el tormento queda lejos, pero Agassi habla de él sin pelos en la lengua; con calma, con la sabiduría de quien ha aprendido de sus errores.
XLSemanal. ¿Por qué puso en marcha la fundación?
Andre Agassi. Empecé a los 23 años. Fue algo muy natural, pero pronto me di cuenta de que mi labor se quedaba en algo superficial. No les estaba dando ninguna herramienta real para cambiar su vida; solo la hacía más llevadera. Hasta que comprendí que la educación es lo que permite un cambio de sistema.
XL. Usted dejó la escuela de niño. ¿Intentaba darles lo que usted no tuvo?
A.A. Sí, claro. Yo no recibí una educación como la de los demás, pero tuve algo: el tenis. Ellos, no. Con la educación viene la oportunidad de salir de sus circunstancias. Para mí es muy importante darles esto, una educación, a unos chavales a los que el entorno les dice que su vida está predeterminada.
XL. También su vida estuvo, de alguna manera, predeterminada.
A.A. Sí. Cuando repaso mi vida, me doy cuenta de que el tenis me robó la infancia. Fui a una academia que odiaba y para sobrevivir debía ganar.
XL. Después de todo por lo que ha pasado, lo bueno y lo malo, ¿cuál es la gran lección que ha aprendido?
A.A. Entender que la distancia que separa el éxito del fracaso es muy pequeña. Así que lo único que importa realmente es cómo decides vivir.
XL. 1997 fue su annus horribilis. Le pasó de todo: depresión, problemas en su matrimonio con Brooke Shields, bajo rendimiento en la pista... ¿Cómo lo recuerda hoy?
A.A. Desesperado, confuso. Pero también me di cuenta de que, por mucho que odiara el tenis, y lo hacía, había muchas maneras de sacarle partido. Fue el año de la gran transición. En última instancia, mi peor año fue también mi mejor regalo.
XL. Tocó fondo y vio que podía volver a salir a la superficie... Y lo hizo: volvió a ser el número uno.
A.A. Decidí que podía ser mejor. No sabía si llegaría al número uno, pero sí que podía mejorar. Cuando eres el número uno, ya no puedes superarte, pero si eres el 140 [Agassi descendió al puesto 141 del ranking mundial] puedes mejorar mucho. Es la gran lección que aprendí.
XL. ¿Y cómo recuerda ese día 24 de junio de 2006, cuando abandonó definitivamente el tenis?
A.A. Fue muy emotivo. Decir adiós es siempre difícil. Pero también me sentí apreciado, querido, y eso me dio mucho. No se trataba del tenis, sino de la gente con la que conectabas a través del deporte. Esa noche fue como Navidad, como el comienzo de las vacaciones para los chavales. Sentía que podía hacer lo que quisiera a partir de ese momento.
XL. Dijo que odiaba el tenis y siempre lo había odiado.
A.A. Fue una relación amor-odio. Fue un deporte que yo nunca elegí. Con el tiempo conseguí cambiar mis sentimientos, pero había muchos años de resentimiento acumulados. Ahora ya no.
XL. Fue su padre, en gran medida, el que marcó el camino. Vivieron una relación convulsa durante años. ¿Han superado las viejas diferencias?
A.A. Ha sido un viaje muy difícil. Pero hay un momento en que te das cuenta de que ya no se trata de que tu padre te entienda, sino al revés, de entenderlo tú a él. Y ahora lo entiendo. Estamos más unidos que nunca.
XL. Él también lo entendió. Después de toda la presión que ejerció sobre usted, hubo un día en que lo vio jugar inmerso en sus dolores habituales, se le acercó y le dijo «déjalo».
A.A. Ese momento fue maravilloso. Me hizo darme cuenta de lo torturado que estaba él también. Estaba demasiado movido por el sueño americano, fue demasiado para él también. Y también sufrió mucho: vi mucho de mí mismo en él. Era un tipo que intenta hacerlo lo mejor que puede. Tampoco fue fácil para él. Él sufrió, aunque yo no me diera cuenta. Yo veía que sufría, pero pensaba que estaba enfadado conmigo. Luego entendí que no era así.
XL. Era un tipo duro.
A.A. Decir que era un tipo duro es una forma muy amable de decirlo. Pero tenía sus objetivos muy claros. Tenía muy claro qué era el éxito, aunque lo definiera de una manera distinta a la mía. No juzgo su escala moral, sino las limitaciones humanas que todos tenemos.
XL. ¿Y cuál es su propia idea del éxito?
A.A. El compromiso con tu vida. Eso es el éxito. Preocuparte por lo que haces, estar orgulloso de tu día a día. El fracaso y el éxito son una ilusión: lo único real es cómo decidimos vivir. Es lo que deseas para tus hijos: que tengan una cierta empatía, que puedan ver las cosas a través de los ojos de otro. Que vean que siempre habrá alguien que lo tiene más fácil y alguien que lo tiene más difícil.
XL. Usted es un padre muy distinto al padre que tuvo...
A.A. Sí. Soy muy diferente. Expreso mis afectos, soy mucho más comunicativo... Y quiero que mis hijos tomen sus propias decisiones.
XL. Se lo veía como alguien arrogante, pero usted dice que solo trataba de ocultar su sufrimiento.
A.A. La rebeldía era un escudo. La mejor manera de esconderme. No era un decorado, sino una exploración: trataba de entender quién era.
XL. ¿Se arrepiente de algo?
A.A. Es curioso. Te arrepientes de todo, pero al mismo tiempo no te arrepientes de nada. Es un sentimiento contradictorio: viéndolo ahora, hay muchísimas cosas que haría de otra manera; pero al mismo tiempo agradezco todo lo que pasó. No sé cómo expresarlo, pero podríamos decir que me arrepiento de todo y, al mismo tiempo, de nada.
XL. Sus memorias, Open, fueron un relato sincero, descarnado. ¿Qué lo llevó a publicarlas? ¿Tenía miedo de sus consecuencias?
A.A. Miedo, no. Fue un proceso largo, de tres años. Cuando pensé en escribirlas, me sentía muy frágil. Fue una exploración y hasta que iba por la mitad del proceso no estaba seguro de publicarlas; pero lo hice porque pensé que valía la pena.
XL. ¿Tuvo algo de terapia para usted?
A.A. Sí. Fue algo catártico. Pero solo cuando lo acabé: no podía creer que ese fuera yo. No hay una vida que se pueda resumir en 400 páginas. Pero entenderme a mí mismo fue el gran reto.
XL. Admitió el uso de metanfetamina...
A.A. Conocemos nuestras experiencias, pero ¿cuáles han formado a la persona que somos? ¿Qué decisiones llevaron a otras decisiones importantes? ¿Cuáles son relevantes? Las drogas no eran el problema: la necesidad de esas drogas fue el problema. Pero me formó, fue parte fundamental de mi evolución.
XL. Mantiene a sus hijos alejados de la competición. ¿Para evitarles algunos de los tragos que usted tuvo que pasar?
A.A. No. Lo que quiero es que nadie elija por ellos, que sean ellos mismos los que tomen sus decisiones. Mi hijo compite en béisbol; mi hija, en hip hop. Ella quiere trabajar con animales cuando sea mayor. Quizá él no llegue a ser profesional. O sí, quién sabe. Pero entiende, desde una manera realista, las posibilidades y elige él mismo.
XL. Usted y Steffi son, al menos en apariencia, muy diferentes...
A.A. Ella es muy importante en mi vida. Hay muchas similitudes entre nuestras vidas. Su padre era muy apasionado, muy extremo, pero tenía más psicología que el mío. Mi padre fue un inmigrante iraní en Estados Unidos, y ganar era lo único que importaba para él.
XL. ¿Qué es lo que más los une?
A.A. Tenemos muchos puntos en común: fuerza, disciplina..., lo cual evita que sobreactuemos. Los tenistas somos gente acostumbrada a resolver problemas.
Steffi Graf Nacida en Mannheim, en la antigua República Federal Alemana en 1969, con 15 años ganó ya una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Su estabilidad emocional en la pista fue un arma tan poderosa como su imbatible drive. Batió todos los récords. Ahora vive en Las Vegas, la ciudad natal de su marido, alejada del tenis solo juega para recaudar fondos y entregada a su familia y su fundación. Le gusta definirse como «una madre comprometida».
XLSemanal. ¿Cómo decidió poner en marcha la fundación?
Steffi Graf. Fue en los noventa. Yo venía mucho a este hospital [el Clínico Universitario de Hamburgo-Eppendorf, donde está la sede de su fundación] para tratar mis problemas físicos, y un doctor me enseñó las instalaciones que tenían para los pequeños refugiados. Conocer las historias que había detrás de cada uno de ellos me impactó.
XL. Es difícil no implicarse cuando se los conoce personalmente...
S.G. Cuando oyes las historias que cuentan estos pequeños, es imposible no salir impactado. Se convierte en algo muy emocional. Algunos de los pequeños que pasan por aquí arrastran dramas tan intensos que hay riesgo de suicidio. Las heridas físicas se curan más rápido que las psíquicas.
XL. Su carrera tenística parece menos atormentada que la de su marido...
S.G. Sí. Estoy agradecida al tenis y al viaje vital que me ha llevado hasta donde estoy. Para estar aquí, me han tenido que salir bien muchas cosas; parte me las he ganado yo y parte me las han dado.
XL. ¿Siente nostalgia de los viejos tiempos?
S.G. No [dice con una voz suave]. Tengo grandes recuerdos. Echo la vista atrás con una gran sonrisa, pero prefiero mirar hacia delante. ¡No sé si estaré aquí mañana, así que tengo que conseguir que el presente merezca la pena!
XL. ¿Y no ve sus viejos partidos?
S.G. ¡No! [exclama rotunda, antes de soltar una carcajada]. Nunca lo he hecho, tampoco cuando jugaba. De todas formas, no veo mucho la televisión, pero ¿verme a mí misma? ¡Jamás!
XL. ¿Cómo fue la transición a una vida normal, si me permite la expresión?
S.G. Muy fácil. Tuve mucha suerte con el timing al conocer a Andre justo al final de mi carrera. ¡Justo cuando me estoy yendo lo conozco! ¡Qué coincidencia! Pero me ha pasado con todo: con él, con nuestros hijos... [ríe]. Todo ha encajado de una manera muy fácil, como un puzle.
XL. Y ahora vive en un lugar que, supongo, ni imaginaba... ¡Las Vegas!
S.G. Las Vegas, no entraban en mis planes. Además, yo quería alejarme de las canchas de tenis y de repente estaba allí otra vez. Como espectadora, viendo a Andre jugar... Era un ambiente muy distinto, pero volvía a estar en la pista.
XL. Andre ha dicho que usted podría ganar a cualquier tenista femenina del actual top 5... ¿Qué responde?
S.G. ¡Es mi marido! [Ríe]. No juego mucho; alguna vez, pero solo en eventos caritativos, para recaudar fondos para la fundación... En cualquier caso, físicamente sería imposible, y me alegro de no tener que planteármelo.
XL. Se habla mucho de la crisis del tenis femenino... ¿Necesitamos otra Steffi Graf? ¿Otra Navratilova?
S.G. No creo. Serena [Williams] ha dado mucho poder al tenis y también [Maria] Sharapova. Y hay otras que han transformado este deporte y han hecho de él algo interesante. ¿No te parece?
XL. Quizá ha evolucionado menos que el tenis masculino...
S.G. Es cierto que ahora hay una mayor fascinación por el tenis masculino, pero quizá se deba al inmenso nivel de algunos de los jugadores actuales. Si lo comparas, puede que sea verdad que el tenis femenino no tiene algunos de los tops del masculino. Pero es que menudo momento: Federer, Djokovic, Nadal... ¡Cuánto talento!
XL. Y la prensa, ¿los acosa?
S.G. No, no. Vivir en Las Vegas ayuda mucho: tenemos una vida muy normal y estamos muy integrados. Vamos al béisbol, a la escuela, al supermercado... Y hay muy poca gente que se nos acerque.
XL. Tiró sus viejos diarios, ¿así que podemos olvidarnos de unas memorias de Steffi Graf?
S.G. No tengo la menor intención de escribir unas memorias. He vivido una vida muy rica, he conocido a mucha gente interesante y he visitado muchos lugares distintos, pero el pasado está muy bien donde está.
XL. Las memorias de Andre fueron duras... ¿Sabía usted por dónde iban los tiros mientras él trabajaba en ellas?
S.G. Sí. No hay secretos entre nosotros. No hay nada que no hubiésemos hablado. Fue su proceso personal largo y difícil.
XL. ¿Son tan distintos como parece?
S.G. En el fondo somos muy similares, muy energéticos. Estamos constantemente pensando en cosas, siempre en movimiento. A veces nos tenemos que parar los pies el uno al otro.
XL. ¿Encontró a un Agassi distinto a la idea que la gente tenía de él?
S.G. Gracias a haber vivido en medio del 'ojo' público he aprendido a no hacer juicios prematuros. Hay que creer en lo que ves y crear con eso tus opiniones. Cuando lo conocí, estaba muy abierta a todo. Nos atrajo el físico y el corazón. Fue muy rápido. Y cuando lo conocí mejor, el sentimiento solo se hizo más intenso.
XL. «Deja de pensar, esto tiene que ver con las emociones», le dijo a Andre cuando usted ya estaba retirada y él seguía jugando. Pero no era usted la jugadora más emotiva en la pista...
S.G. Siempre he sido muy contenida. Eso tiene que ver con mi deseo de mantener mi privacidad. Nunca me he sentido cómoda en el punto de mira, no me gusta estar en el podio, no me gusta que me mire mucha gente... ¡Siempre me ha estresado! Pero te prometo que era y soy una persona muy emocional, aunque antes intentaba que no se notara...
XL. ¿Qué fue lo más difícil para usted?
S.G. Habría muchas cosas que contar. Cuando mi padre fue a la cárcel [por evasión de impuestos], fue difícil... Encontrar un equilibrio emocional siempre era complicado. Hubo varios momentos intensos que seguramente habría sido mejor no vivir. Pero todo eso te convierte en quien eres.
XL. Dice que soñaba con trabajar como fotógrafa para National Geographic.
S.G. ¡Era uno de mis grandes sueños, sí! Lo que no podía imaginar es que me casaría y terminaría viviendo en Las Vegas. Quizá pensaba que seguiría viajando por el mundo. Y sí, me hubiese encantado ser fotógrafa, pero hay que ser muy especial para conseguirlo.
XL. Ahora dice que le gustaría que la definieran como una «madre comprometida».
S.G. Sí, sin duda. Es mi trabajo más importante.
XL. Sus hijos tenían una hucha para ellos y otra para obras caritativas. ¿Prefiere un campeón de la caridad antes que un campeón deportivo?
S.G. Quiero que sean felices y que elijan ellos con qué se comprometen. Que lo hagan con su espíritu y su corazón. Por supuesto hay una sensibilidad que trato de transmitirles, pero quiero que elijan ellos su futuro.

Fundación Children for Tomorrow
Steffi Graf se emociona con las historias de los pequeños acogidos en su fundación, Children for Tomorrow. La creó en 1998 en cooperación con el centro médico para niños refugiados del hospital de Hamburgo-Eppendorf, donde ella acudía para tratar sus problemas físicos, y cuenta con el apoyo de Longines. Su objetivo es borrar las huellas psicológicas que arrastran los niños que han sufrido guerras, persecuciones y el exilio. Steffi y los psiquiatras tratan de sanar estas heridas, «más difíciles de curar que las físicas», dice.
 
 Su desayuno: «Para arrancar necesito cafés cortados como para una boda. Nada más hasta la hora de la comida. Y ahí, cualquier guiso bien hecho: un potaje, un buen puchero..

TÍTULO:, PRIMER PLANO, LA ENTREVISTA XL EL DIAMANTE MAS GRANDE DEL mundo y otros secretos de las subastas -

  1. El amante más grande del mundo y otros secretos de las subastas -
    Prontó saldrá a la venta el diamante más grande del mundo. ... sabe de subastas de arte en nuestro país y el que más secretos guarda sobre ...
     
    Entrevista

    El amante más grande del mundo y otros secretos de las subastas

    La duquesa de Alba saca a subasta el mobiliario de uno de sus cuartos de baño. Tita Cervera ha vendido uno de sus cuadros más valiosos. Prontó saldrá a la venta el diamante más grande del mundo... Los ricos de toda la vida necesitan liquidez y los nue
    Los ricos también lloran, aunque ni lloran todos los que lo son ni lo hacen con la misma intensidad. En España continúa habiendo familias que conservan grandes patrimonios mantenidos hoy con mucha dificultad, rentistas que han perdido gran parte de sus ingresos, empresarios a los que la crisis les ha dado un serio revés y coleccionistas de arte que se ven obligados a vender sus mejores piezas para hacer frente a sus dificultades. Y es que la palabra mágica en tiempos de crisis es 'liquidez'. No es raro, por tanto, que el pasado año fuera el mejor de la historia para la casa de subastas Christie's, la primera del mundo. Sin ir más lejos, Carmen Cervera ha puesto en venta algunas de las casas heredadas del barón Thyssen y se ha visto obligada a subastar el famoso cuadro La esclusa, de Constable, uno de los mejores de su colección. Pero como ella hay muchos más. La duquesa de Alba, por ejemplo, pone ahora a la venta el mobiliario del cuarto de baño que su padre encargó al diseñador francés Armand-Albert Rateau, como regalo de boda para su mujer, en 1920. Su valor estimado está entre seis y ocho millones de euros. Juan Várez, consejero delegado de Christie's España desde 2000 y miembro internacional del departamento de pintura antigua, es, sin duda, el hombre que más sabe de subastas de arte en nuestro país y el que más secretos guarda sobre compradores y vendedores.
    XLSemanal. 2012 fue el mejor año de la historia de Christie's...
    Juan Várez. Así es. Nosotros reflejamos una realidad que está en la calle: hay una falta grande de liquidez, pero a la vez también hay grandes compradores por el mundo.
    XL. ¿Cómo está el mercado de arte en España?
    J.V. En España, como en Italia o Grecia, en este momento hay grandes oportunidades. Están saliendo piezas muy importantes.
    XL. ¿Qué es lo que más estamos vendiendo?
    J.V. Hay de todo, cada uno en su nivel. Por ejemplo, en España siempre se han comprado muy buenos relojes de muñeca y hay muchos que salen ahora al mercado a buen precio. La vida no solo se compone de joyas ni de cuadros de Van Gogh. Un buen Rolex o un buen Vacheron Constantin tienen un precio muy apreciable. Pero también queda mucho por descubrir en artes decorativas, en muebles y, sobre todo, en pintura, porque hemos tenido un patrimonio muy rico.
    XL. El próximo 23 de mayo, Christie's sacará a subasta en París siete piezas de cuarto de baño del palacio de Liria diseñadas por Rateau. ¿Le ha sorprendido que la duquesa se desprenda de estas obras tan especiales como desconocidas?
    J.V. Lo eran para el gran público, pero no para nosotros. La relación de Christie's con la Casa de Alba es muy larga. Cuando vienen grandes coleccionistas a ver obras de arte a España te piden, además de que les enseñes los grandes museos, ver la colección de la Casa de Alba. Hemos organizado varias veces visitas privadas. A los coleccionistas les impresiona mucho, pero mucho, la visita al palacio de Liria.
    XL. Estas piezas de Rateau ¿han aumentado su valor por proceder de Liria?
    J.V. Sin duda. En una pieza no solo es importante quién la hace, también quién la encarga; eso multiplica su valor. Haber sido escogido entre otros artistas por una persona tan importante como era el duque de Alba dota a la obra de un 'pedigrí' maravilloso. Es un hecho importantísimo que fuera el propio duque de Alba quien encargara estas piezas. No es lo mismo comprar que encargar.
    XL. ¿Por cuánto cree que llegarán a venderse?
    J.V. ¡Uf! Eso pertenece al mundo mágico de las subastas. Algunas veces te puedes equivocar, pero no suele ocurrir cuando se trata de un artista reconocido, como en este caso, ni cuando es lo mejor de su obra, como en este caso, ni cuando la selección de las piezas es muy buena, y esta es extraordinaria, ni cuando esa selección tiene una historia, y esta tiene la mejor, ni cuando encima han seguido siempre en la misma familia que lo encargó... Todo esto va sumando y sumando. Se dan todos los ingredientes para que sea una ocasión única, para que se produzca la magia.
    XL. ¿Cómo ha afectado la crisis al mercado del arte?
    J.V. De forma muy diferente. Ahora la economía no depende solo de dos o tres países, como antes. Hubo un momento en que Japón, gran coleccionista de arte impresionista y moderno, pasó una crisis enorme a finales de los ochenta y principios de los noventa, y no ha recuperado aún los niveles de antes. Pues bien, aquella crisis hizo que cayera mucho ese tipo de arte que demandaba. Hoy, en cambio, puede haber recesión en España o en Italia, pero tienes Rusia, los países árabes, Brasil, la India, Asia...
    XL. Dicen que se ofrece mucho arte por la crisis y que se compra porque salen oportunidades. ¿Mal momento para vender y bueno para comprar?
    J.V. Eso depende de si la pieza tiene mercado internacional y de si tiene demanda en ese momento. Esta mañana ha venido a verme un señor con dos obras: una totalmente de mercado español, de mucha calidad, y le he dicho que si puede esperar que espere, porque ahora conseguiría un 40 por ciento menos de su valor real. En cambio, la otra era pintura española de mercado internacional, y sí puede salir ahora.
    XL. Los hombres tienen mayor poder adquisitivo, ¿compran en subasta más que las mujeres?
    J.V. Es una pregunta en la que no he pensado nunca y no sabría qué decirte. Piensa que esto es una afición, es ocio... Sí te diré que hay mucho matrimonio, que es una actividad que se hace mucho en pareja.
    XL. ¿Y es un hobby contagioso? Carmen Cervera dice que el barón Thyssen la contagió casi hasta la obsesión.
    J.V. Es que el barón era un coleccionista con mayúsculas. Era uno de los grandes coleccionistas del siglo XX. Se pateó mucho el mercado, se documentaba y asesoraba muy bien y compraba con gran conocimiento. Marcaba una pauta en el mercado con sus adquisiciones.
    XL. ¿Es bueno 'pasear' las obras de arte por el mundo para revalorizarlas?
    J.V. No. No por llevarlas a una exposición, por bueno que sea el sitio, se revalorizan. Solo es interesante en exposiciones muy concretas que añaden valor artístico en su apreciación. Hay que ser muy selectivo.
    XL. Hablemos de grandes joyas, ¿quiénes las compran?
    J.V. Los países árabes y ahora han entrado mucho los rusos.
    XL. Los rusos han entrado en todos los mercados: arte, mercado inmobiliario y financiero...
    J.V. Rusia es un país de grandes museos, de mucha cultura y tradición artística, y sus habitantes habían estado apartados del mundo del coleccionismo durante décadas, por eso han entrado ahora muy fuertemente.
    XL. ¿Cuál es el mejor país para vender joyas?
    J.V. Digamos que el centro más importante para las grandes joyas es Ginebra, pero hay un tipo muy concreto de joyas que, por su firma, se venden muy bien en Nueva York; las joyas antiguas, en Londres; y hay otras que, por su florería, se venden bien en Italia. También son centros buenos Dubái y Hong Kong, donde se venden muy bien los jades y las joyas de manufactura asiática. En España hay muchas joyas importantes 'de familia', de joyeros europeos conocidos, de los siglos XIX y XX, que llevamos a Londres. Cuando se trata de una joya de Harry Winston, Nueva York es su sitio; pero si me traes una de JAR -uno de los grandes joyeros europeos-, quizá te recomendemos Ginebra.
    XL. ¿Dicen que las buenas perlas se cotizan ya mejor que los brillantes?
    J.V. Son modas. Llevamos un tiempo en el que las perlas, que estaban un poco más abandonadas, están resurgiendo. Pero yo creo que al buen brillante nadie lo va a desbancar. Ahora preparamos la salida en Ginebra del diamante más grande del mundo, de 101,73 quilates, que aún no se ha valorado.
    XL. Hay un producto hasta hoy poco habitual en las subastas que crece por días: el vino.
    J.V. Sí, sobre todo el francés. Los compradores asiáticos han entrado con mucha fuerza. Y Hong Kong ha empezado a hacer las grandes cifras que hacía Londres y ha superado a Nueva York. En 2011 vendimos una botella de Romanée-Conti de 1945 en 124.000 dólares, unos 88.000 euros.
    XL. ¿Hablamos de coleccionistas o alguien se la juega a descorchar una botella de 70 años?
    J.V. Las dos cosas. El vino se ha convertido en una de las grandes atracciones en Hong Kong, Corea... donde ya es costumbre abrir una botella muy especial cuando se cierra un buen trato. Y han llegado a tales niveles que valoran la importancia del trato por el vino que van a ofrecer para celebrarlo. Por efecto contagio, también han empezado los orientales a coleccionar vinos, a formar sus propias bodegas... y el efecto rebote es muy grande. El récord de una botella en subasta está en más de 300.000 dólares.
    XL. Pero la pintura sigue siendo la reina de este mercado.
    J.V. Totalmente. Nosotros dividimos la pintura por épocas. El 'rey' es el contemporáneo, seguido del impresionismo moderno y de la pintura antigua; y muy de cerca, las joyas.
    XL. ¿Sigue siendo Picasso el más codiciado?
    J.V. Sí, aunque le ha pasado una obra de Munch, pero no le demos mucho tiempo porque en ventas privadas ha vuelto a ser Picasso. Aunque la verdad es que el rey de todos los cuadros es un Cézanne, pero Picasso es el único que tiene más de una obra entre las diez mejores del mundo.
    XL. Los muebles, sobre todo los grandes, ¿se venden peor que las joyas y la pintura?
    J.V. No necesariamente. De hecho, el récord lo tiene el Badminton Cabinet, que además lo vendimos nosotros dos veces y es un mueble inglés de gran tamaño que superó los 28 millones de euros en 2004.
    XL. ¿Los muebles maravillosos se compran para tenerlos de exposición o para usarlos realmente?
    J.V. Hay una serie de muebles que se encargaban o compraban para que fueran de exposición. Pero la gran mayoría -aun siendo objeto de coleccionistas- se han usado. Se debe tener por ello mucho cuidado con su estado de conservación, sus posibles restauraciones, añadidos de piezas y repuestos posteriores.
    XL. ¿Esto quiere decir que tapizar de nuevo una sillería muy antigua es casi un asesinato?
    J.V. ¡Uf! Buena pregunta. En principio trataría de parar el deterioro de la tela o del cuero... Es muy difícil generalizar, pero yo aconsejaría hablar con un restaurador de textiles para ver cuánto podemos salvar de lo que ya tiene y tratar de recrear aquello que falta, aunque lo que salvemos sea solo el 25 por ciento y se note el añadido. La solución fácil es quitarlo todo y hacerlo nuevo, pero esta solución siempre debe ser la última.
    XL. ¿Recuerda alguna subasta en la que el resultado se disparara muy por encima de lo previsto?
    J.V. Sí, en Nueva York sucedió lo inesperado cuando sacamos el broche con la bandera de Argentina que le había hecho Van Cleef a Evita Perón. Pese a ser un broche pequeño y cuyo valor de coste podría no haber superado los 20.000 dólares, los teléfonos no pararon de sonar, la tensión fue enorme y, finalmente, lo compró un cliente ¡nuevo!, americano, por 992.500 dólares. Increíble. También recuerdo la gran venta del sillón de Yves Saint Laurent, que llegó a 22 millones de euros, batió todos los récords, aquella fue «la gran venta».
    XL. Luis Bárcenas dice que, comprando y vendiendo obras de arte, consiguió reunir más de 30 millones de euros en Suiza. ¿Hay muchos Bárcenas por el mundo?
    J.V. A través de subastas importantes es difícil blanquear dinero. Nosotros no aceptamos pagos en efectivo por encima de 5000 euros. Solo trabajamos con facturas en las que figuran todos los datos de quien compra y de quien vende. Todo queda escrito.
    XL. ¿Si trabajaran el mercado negro me lo diría?
    J.V. Es que no lo hacemos. Todo es transparente. Al tramitar la salida de una obra de arte, registramos el nombre del propietario. Si se niega, se termina nuestra relación con él.
    XL. ¿Dónde se le paga al vendedor el dinero obtenido en una subasta fuera de España?
    J.V. Donde el vendedor quiera, pero siempre mediante transferencia bancaria a su nombre; nunca a nombre de sociedades en paraísos fiscales. Luego, lo que no vamos a hacer nosotros es perseguirle para que declare ese ingreso. Esa ya es su responsabilidad. Jamás pagamos nada en cash.
    XL. ¿Guarda usted más secretos que un banquero?
    J.V. [Sonríe]. Es un trabajo en el que tratas con coleccionistas privados y la discreción es muy importante. Nos tomamos muy en serio las palabras 'asesoramiento' y 'discreción'.
    XL. ¿Qué pasaría si pujo por algo y luego no puedo pagar?
    J.V. Es difícil que eso pase en Christie's: para que puedas pujar has tenido que registrarte, con una antelación mínima de 24 horas y presentarnos referencias bancarias que acrediten tu solvencia para participar en una subasta concreta.
    El baño de la duquesa...
    La duquesa de Alba pone ahora a la venta el mobiliario del cuarto de baño que su padre encargó al diseñador francés Armand-Albert Rateau, como regalo de boda para su mujer, en 1920. Su valor estimado está entre seis y ocho millones de euros.
    ... y 'la esclusa' de la baronesa.
    Necesitada de liquidez, Carmen Cervera ha puesto en venta algunas de las casas heredadas del barón Thyssen y se ha visto obligada a subastar el famoso cuadro La esclusa, de John Constable, uno de los tesoros de su amplia colección pictórica.
    22 millones de euros. El sillón de Yves Saint Laurent es todo un hito en Christie's: alcanzó los 22 millones de euros, batiendo todos los récords. Várez la recuerda como 'la gran venta' .
    88.000 euros, la botella. En 2011, este Romanée-Conti, de 1945, se vendió por 124.000 dólares, unos 88.000 euros. En los países asiáticos, las subastas de vinos son un valor al alza. Allí es costumbre abrir una botella muy especial cuando se cierra un trato.

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