
Ben Thomas (Will Smith-foto-), un inspector de Hacienda de Los Ángeles, se pone en contacto con algunas personas para ayudarlas, pero las razones que lo mueven a actuar así son un misterio. Sin embargo, cuando conoce a Emily Posa (Rosario Dawson), una joven enferma investigada por hacienda y empieza a sentirse atraído por ella, sus inconfesables planes se tambalean.
TÍTULO: MENSAJE DE LORENZO A PEDROSA
En Propia Puerta
Solo quince minutos hicieron falta para comprobar que
Yamaha no está tan lejos de la Honda como se presumía antes del Gran
Premio de Catar. Jorge Lorenzo demostró una frialdad colosal en la
clasificación para auparse hasta la 'pole' tras marcar uno de los
mejores tiempos en la historia catarí. Mandó un mensaje a su máximo
rival, Dani Pedrosa, quien consiguió el tercer puesto en la recta final
por pura potencia.
Al lado de los pilotos, la principal protagonista fue la
arena. Lógico teniendo en cuenta que se está en mitad del desierto.
Muchas motos tuvieron que salir desde el pasado jueves con pequeñas
rejillas en sus tubos de escape para impedir la entrada de arenisca y
evitar daños en el motor. Al problema geológico se le sumó el eólico, ya
que el viento obligaba a los pilotos a hacer filigranas sobre la moto
para evitar caídas. Hubo quienes optaron por la prudencia, mientras los
más impetuosos prefirieron arriesgarse e, incluso, perderse entre la
gravilla.
En la Q1 sorprendió la presencia de la Ducati satélite de
Ianonne, muy mal en los libres. El italiano el marcó el ritmo de la
calificación, pero se topó con un español que no le dio tregua: Aleix
Espargaró. Espoleado, quizá, por la fuerza de voluntad mostrada por su
hermano una hora antes, cuando logró la 'pole' tras haberse caído, dio
también una nueva lección en tan solo un cuarto de hora. Conquistó la
primera plaza y decidió irse a descansar poco antes de concluir. Junto
al transalpino estuvieron presentes en el plato fuerte con los mejores
en la segunda ronda clasificatoria. La primera contracrónica negativa
para los españoles del día la ofreció Héctor Barberá, que ni tan
siquiera salió por problemas mecánicos.
Tuvo el valenciano que ver la previa desde la lujosa
cafetería en el circuito de Losail. Primero a un Jorge Lorenzo
pensativo, tranquilo, siempre relajado con su música para conquistar un
circuito que siempre se le ha dado bien. Su siguiente mirada se dirigió
hacia una pista muy sucia, sobre la que mandaba la estrategia con los
neumáticos. Cada franquicia decidió salir con un tipo de compuesto
distinto. Algunos lo hicieron con ruedas ya usadas para darle mayor
agarre a la moto y evitar las terribles salidas de pista que se habían
visto antes.
En pleno vaivén de problemas extradeportivos, el duelo
sobre la pista lo ponían los duetos de las oficiales Honda y Yamaha.
Pedrosa, cabizbajo al terminar los libres del viernes por su mala
actuación, quiso dar un golpe sobre la mesa antes de que su compañero
Márquez siguiera acaparando todas las portadas. Bajo los focos de Doha,
Rossi seguía buscando sus sensaciones pasadas, intentando ver desde
atrás cómo su nuevo camarada buscaba con neumáticos nuevos brindar una
gran alegría al equipo azul.
Las quejas de Crutchlow
La sorpresa llegó a cargo de Cal Crutchlow, protagonista
durante toda la pretemporada por sus reiteradas quejas al equipo con
respecto a la moto. La preocupación del británico era que su Yamaha no
tenía los mismos componentes que las oficiales. Incluso llegaría a
afirmar que con las mismas herramientas terminaría por estar arriba del
todo. Su director en Monster Yamaha Tech 3 le reprochó las salidas de
tono y le dijo, sin ambages, que se conformara con lo que tenía. Debía
correr con lo que le daban y sacarle el mayor rendimiento posible. Para
eso cobraba. Y no poco precisamente. Aun así, para este gran premio le
dieron algunos 'regalos' en forma de mejoras de potencia del motor. Eso
lo agradeció alzándose para el equipo con el meritori segundo puesto.
Solo le superó Lorenzo por escasas milésimas y, salvo sorpresa, será el
rival más duro en la esperada carrera que hoy abre un campeonato que se
presenta apasionante y con los españoles a tope, rápidos y motivados.
Rossi, que siempre genera una expectación enorme allá donde
pilota, tendrá que conformarse con partir desde la tercera fila y, con
un tiempo muy discreto. Su actuación se vio dificultada por algunos
problemas en el cambio de marchas, aunque las excusas deben estar
peleadas con los campeones. Márquez, inconformista, solo pudo aspirar a
estar en una segunda línea de salida, a pesar de las buenas tandas que
ofreció el viernes.
TÍTULO: ABIDAL VALE MUCHO MÁS QUE CINCO GOLES,.BARCELONA-5- MALLORCA-0-.,
La jornada 30, irrelevante en casi todos
los sentidos por la parte alta, regala la imagen de la temporada, el
momento más esperado de los últimos tiempos. Eric Abidal vuelve un año después de ser trasplantado del hígado,
noticia que ilumina al fútbol y lo humaniza por encima de cualquier
resultado, una secuencia que dará la vuelta al mundo y que alegra sin
que influyan los colores.
Por encima de todo está la persona y la goleada ante el Mallorca (5-0) queda en un segundo plano, una minucia.
El titular, nadie lo cuestiona, se lo lleva el defensa francés después
de tanto trabajo y sufrimiento, un regreso, como el de Tito Vilanova,
que vale más que un título. El Barça está feliz. [Así lo hemos contado]
Hace tiempo que el fin de semana no interesa en Barcelona, tan resuelto el torneo que se trata de restar jornadas y esperar al día de autos.
Lo que ilusiona es lo que se cuece en martes o en miércoles con las
notas de la Champions de fondo, pendiente el personal de lo que ocurra
dentro de tres días con la visita del Paris Saint-Germain.
Al Barça le emociona Europa, pero la Liga se juega hasta el
final y este sábado hubo otra entrega, molesta e insustancial salvo
para los secundarios que por fin entendieron el valor de estos partidos.
Sin que nadie reparase mucho en las necesidades del Mallorca, el
conjunto azulgrana se creció y alimentó su ego con una goleada impulsada por Cesc y Alexis, los señalados en estos tiempos de altibajos y que sintieron otra vez el calor de su gente.
En el regreso al Camp Nou de Tito Vilanova,
cuya mera presencia impulsa al colectivo, el Barça negoció muy bien un
sábado desangelado y gris. Compensó la ausencia de Messi con sencillez y
buscó cosas nuevas con caras poco comunes, un equipo de circunstancias
pero muy competitivo.
Lo lideró Iniesta con autoridad y remataron Cesc y Alexis,
dueños de todo el peligro y de los goles, una sociedad que se abrazó en
un momento delicado para ambos. Además, en defensa se probó con Bartra y Piqué
sin que el experimento sirviera para mucho, pero es la opción natural
para la vuelta contra el PSG ahora que tampoco está Mascherano. La
velada le salió bien al líder, todos contentos.
Después de un eléctrico despertar del Mallorca, asfixiado
porque está demasiado cerca del infierno, el Barcelona fue controlando
la situación con el mismo estilo de siempre, únicamente achuchado por
las carreras en solitario de Giovani.
La rebelión de los señalados
Se consumió en un periquete la fe balear porque en cuestión
de dos minutos finiquitó el Barcelona, inaugurada la fiesta de los
repudiados. Alexis encontró a Cesc en el primer gol y el chileno
aprovechó al instante un despeje de Aouate para reivindicarse como el
«jugadorazo» que asegura ser. Y en las celebraciones expulsaron su rabia, enfadados con la situación y con el murmullo, conscientes de que se esperaba más de ellos.
Quieren subirse al tren y le dieron carrete a su acierto, igual de interconectados en el tercer y el cuarto gol. Uno por barba y siempre con la asistencia del otro, cuatro zarpazos para facilitar lo que vendría después.
Cesc firmó un triplete al poco de la reanudación, Iniesta
tuvo descanso y entró Deulofeu. Pero ninguno de ellos fue la estrella,
la foto es para otro. El hombre es Eric Abidal y la imagen es la palmada que le dio Vilanova antes de salir al campo. Lecciones de vida, el premio a la lucha.

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