sábado, 25 de agosto de 2012

SI TENGO TRABAJO, NO HAY LUNA DE MIEL. ESMERALDA MOYA / LE HE SALIDO BARATA . Katie Holmes y Tom Cruise.

TÍTULO: SI TENGO TRABAJO, NO HAY LUNA DE MIEL. ESMERALDA MOYA.

Esmeralda Moya-foto- entra al galope en la tercera temporada de Tierra de Lobos.

La oligarquía del Señor Lobo se está desmoronando, mientras César Bravo regresa desde su cautiverio en África al lugar que le vio nacer.
La oligarquía del Señor Lobo se está desmoronando, mientras César Bravo regresa desde su cautiverio en África al lugar que le vio nacer. Serán los ingredientes principales en la tercera temporada de 'Tierra de Lobos', uno de los buques insignia de Telecinco, que incorpora más personajes en septiembre. Un nuevo alcalde, Álex González, su hermana, Esmeralda Moya, y un sorprendente hermano Bravo que entra en escena, Raúl Mérida. Los seguidores más fieles de la serie están de enhorabuena.
Todavía están grabando los últimos capítulos, pero Esmeralda Moya (Madrid, 1985) hace una pausa para atender a este periódico en el decorado del famoso burdel del pueblo. El calor veraniego aprieta, pero ella aparece embutida en su traje de época. «Con este vestido me cuesta respirar».
- ¿Quién es Victoria Eugenia Montes?
- Es una joven de dinero que llega al pueblo con su hermano (Aléx González), y a él le nombrarán alcalde. Mi personaje viene de alta cuna y como no conocí a mis padres, lo he tenido que aprender todo de él. Cuando llego a 'Tierra de Lobos' me chocan las costumbres, porque solo he vivido en grandes ciudades, nunca en pueblos. Así que tendré que acostumbrarme poco a poco.
- Y lo de montar a caballo, ¿Esmeralda es buena jinete?
- Ya había montado antes, durante dos años. Pero lo dejé porque un caballo me tiro y cogí miedo. Aquí he tenido que volver a tomar las riendas, nunca mejor dicho. Pero sigo teniendo cuidado porque al fin y al cabo son animales y se pueden asustar.
- Con ese vestido de época debe ser muy difícil actuar, ¿Puede respirar cuando se lo pone?
- Con el vestido, el sombrero, el tocado, el corsé, me cuesta respirar, normalmente soy más risueña (risas). Pero el vestuario te da como un peso que te ayuda a meterte en el papel.
- ¿Y cuánto tarda en caracterizarse?
- Entre maquillaje y peluquería puedo tardar una hora. Y luego me tienen que ayudar a vestirme porque no me puedo ceñir el corsé yo sola. En total son dos horas.
- Como para mancharlo...
- Al principio ni me movía porque pensaba en el cariño y en las telas con las que habían hecho este vestido. Y ahora ya da igual, nos comemos hasta el bocata con el traje puesto. Las enaguas eran blanquísimas y mira (las enseña) como están de sucias. Así es más creíble de cara al espectador.
- ¿Por qué no la vimos en la última temporada de 'Los Protegidos'?
- Tengo 27 años e interpretaba a un personaje de 15. La voz, el cuerpo, ¡todo!, me veía forzada. Además estaba empezando a actuar con comodidad con una voz que no es la que tengo que tener, ni profesional ni personalmente.
- ¿Se tuvo que reciclar para 'La Baronesa' y 'Homicidios'?
- Lo que he podido. He estado preparándome con clases de voz y de expresión corporal para establecerme otra vez en mi edad, porque me estaba quedando estancada, condicionada. Dejé 'Los protegidos' en noviembre y en febrero empecé 'La Baronesa', con un personaje que no tiene nada que ver, tampoco el de 'Homicidios'. En los protegidos he estado muy bien, me ha facilitado mi lanzamiento y les debo mucho. Pero sentía que me estaba quedando encasillada.
- Con tanto ajetreo no se habrá podido ni ir de luna de miel...
- No, no he podido irme todavía. Supongo que será cuando acabe de rodar 'Tierra de Lobos' y así celebro las dos cosas juntas. De momento, ahora que hay trabajo prefiero centrarme en esto. Carlos (García) está ahora con ensayos en 'Bandolera'. Ojalá sigamos ocupados y la tengamos que seguir aplazando (risas).

TÍTULO: LE HE SALIDO BARATA . Katie Holmes y  Tom Cruise .

Katie Holmes renuncia a 15 millones de dólares para ella y a cambio Tom Cruise le cede la custodia de su hija.

Se esperaba un divorcio largo, encarnizado, plagado de declaraciones hirientes y cifras astronómicas. Pero ha sido corto, silencioso.

Se esperaba un divorcio largo, encarnizado, plagado de declaraciones hirientes y cifras astronómicas. Pero ha sido corto, silencioso y extrañamente barato. De una rapidez y simplicidad como seguramente no se recuerdan en Hollywood. El portal de noticias estadounidense TMZ publicaba ayer las condiciones de la ruptura legal de Tom Cruise y Katie Holmes, citando fuentes de «familiares con acceso directo al documento del acuerdo». Según dichas fuentes, Katie podría haber lanzado, con amarga ironía, frases como «Le he salido barata a Tom» o «Me voy sin nada». Y es que, según el preacuerdo matrimonial, la actriz podía haberse llevado un buen pellizco de los 250 millones de dólares en los que está valorada la fortuna del astro hollywoodiense, a razón de 2,5 millones por cada uno de los seis años de vida en común. Sin embargo, no lo ha hecho. Ha renunciado a engrosar su cuenta corriente con 15 millones de dólares a cambio de firmar la paz de una forma rápida, poco traumática y sin consecuencias devastadoras para ella y para su hija. Holmes obtiene la custodia de Suri, de seis años, y una pensión para la niña de 400.000 dólares anuales (más de 300.000 euros) que Tom deberá abonar en doce mensualidades. La cifra de 400.000 dólares puede parecer de vértigo (casi tanto como ese medio millón de euros al que ha quedado 'limitado' el sueldo de un banquero en España tras los recortes), pero no hay que olvidar que estamos hablando de la criatura más esnob y consentida de Hollywood. Además, según TMZ, la cifra resulta sensiblemente inferior a la que habría dictaminado cualquier juez de Nueva York. Cruise deberá girar su aportación por transferencia electrónica cada mes hasta que Suri cumpla 18 años y alcance la mayoría de edad. Sumado, el total asciende a casi cinco millones de dólares a los que hay que sumar los gastos del seguro médico y dental y la educación de la pequeña, tanto el colegio como las actividades extraescolares. Todo ello saldrá también del bolsillo de Tom, que a cambio tendrá un régimen de visitas amplio y flexible. Nada en todo caso comparable a los casi 500 millones de dólares (la mitad de su fortuna) que Mel Gibson tuvo que apoquinar a Robyn Moore, su exmujer. Claro que habían estado casados 31 años y tuvieron siete hijos.
Y dado que entre Tom y Katie lo que el amor unió lo ha separado la cienciología, el acuerdo de divorcio incluye una cláusula por la cual la hija de ambos «no podrá ser enviada a ningún internado, desde el momento presente hasta que finalice la secundaria». Lo cual podría intepretarse como una victoria por parte de Katie, al asegurarse por escrito de que su 'ex' no va a presionar para que Suri ingrese en una 'residential school' dirigida por cienciólogos. La obsesión de Holmes ha sido en todo momento obtener la custodia de Suri, sobre todo tras saber que Tom había llamado ya a Dennis Wasser, el abogado que lo divorció de Nicole Kidman. En aquella ocasión, ella perdió la custodia de sus dos hijos adoptivos y nunca se lo perdonó. Katie estaba decidida a no correr la misma suerte. Ha llevado el 'No sin mi hija' al límite, renunciando a cualquier compensación que le pudiera corresponder. «Lo único que quiero de Tom es el divorcio», declaró recientemente la actriz. Y, bueno, es en esencia lo que ha obtenido, aunque acompañado de unos ingresos anuales para su hija con los que podrían vivir holgadamente varias familias.

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