La ignorancia es bendita.
Quisiera empezar con una advertencia. Tengo algunas semanas de no escribir, y es probable que ande muchas ideas desordenadas en mi ...
Quisiera empezar con una advertencia. Tengo algunas semanas de no escribir, y es probable que ande muchas ideas desordenadas en mi cabeza. Me hace falta la pana que usaba Dumbledore para guardar sus pensamientos, pero intentaré que esta entrada no sea un arroz con mango, que por cierto, con curry de vegetales sabe rico.
A lo concreto. Hace unas semanas leí en el periódico sobre un canadiense a quien dispararon por robarle una laptop aquí en Managua. Al parecer él estaba afuera de su casa usando la computadora, alguien se bajó de una moto pistola en mano para robársela, y aunque el canadiense accedió a dársela, igual le dispararon. Más tarde murió en el hospital.
No es la primera vez que escribo sobre la inseguridad que vivimos a diario en “el país más seguro de Centroamérica”, pero hoy, más que apuntar el dedo hacia la Policía y otras instituciones del Estado, quisiera plantearles una autocrítica.
Resulta que el otro día una conocida me decía que necesitaba comprar una laptop, y un amigo de ella le había aconsejado que dejara de pensársela tanto, que él conocía a una persona que conseguía de todo a “buen precio”, bastaba una llamada y seguro “algo” tenía que le podía interesar.
Todo managüense (y nicaragüense) sabe que si pregunta a la persona indicada, se pueden conseguir laptops, iPhones, iPads, y demás “i” de segunda mano a precios “botados”. Y si bien estoy seguro que algunos de esos aparatos terminan en Nicaragua porque alguien los “importó” de Estados Unidos, porque ahí la gente cambia esas vainas cada año, no dejo de pensar que muchos de ellos tienen “dudosa” procedencia. Y cuando digo “dudosa” me refiero a aquellos aparatos que te venden con todo y fotografías de una familia celebrando unos quinceaños en el folder “My Pictures”.
Lo que ocurre es que cuando deseamos algo hacemos lo que sea para obtenerlo (y no me refiero a paz mundial, ni ninguna de esas cosas que sólo las aspirantes a misses parecen querer). Lo que sea, decía, incluyendo hacerse el sueco y no pensar en cosas incomodas como: ¿de dónde habrá salido esta laptop?, ¿de quién serán estas fotos de estas niñas con vestidos que parecen hechos de espumilla?, ¿cómo es posible que den tan barato esta compu?... y bueno, seguro ya entendieron el punto.
Pero esto de sufrir lapsus selectivos no sólo ocurre con aparatos tecnológicos. Sucede también con el hijo de un funcionario del gobierno pasado (cualquiera en la historia de Nicaragua), que gozaba de un excelente estilo de vida gracias al trabajo bien remunerado y los negocitos por debajo que hacía su papá, y ahora resulta indignado, y con una gran úlcera de la arrechura, por lo que llama “abusos” en el gobierno del momento (ídem).
Y es que cuando las cosas aparecen mágicamente como por generación espontánea, no parece haber necesidad de preguntarse ¿de dónde vienen?. Ya se sabe, la ignorancia es bendita.
TÍTULO: ATRACAN A PUNTA DE PISTOLA EN UNA JOYERIA A PLENA LUZ DEL DÍA:
El establecimiento, también dedicado a la compra de oro, está en la calle Juan Sebastián Elcano .
A cara descubierta, a plena luz del día y con un arma de fuego. Así lograron dos hombres que el propietario de la joyería Badajoz Gold Cuevas Moreno, dedicada también a la compra de oro y la gestión de empeños, le abriera su tienda y poder hacerse con un botín de joyas y dinero.
Antonio Moreno cerró el establecimiento ubicado en el número 23 B de la calle Juan Sebastián Elcano, frente a la colonia de viviendas militares, sobre las 15.30 horas. Justo cuando iba a montarse en su moto, notó cómo le encañonaban por la espalda y le exigían volver a la tienda. La acera era la única separación entre el vehículo y el negocio. «Me han llevado casi a rastras», explicaba horas después. Dentro del establecimiento, y una vez que consiguieron dinero y joyas, dejaron al propietario encerrado en el interior sin provocarle daños físicos. Hasta cinco minutos antes, Antonio Moreno se encontraba acompañado por su hermana.
A pesar de que se trataba de la plena luz del día y de que un bar estaba abierto en la misma acera y apenas separados por un portal, nadie se percató del atraco y los ladrones consiguieron su objetivo de que les abriera la tienda sin impedimentos.
La Policía Nacional investiga los hechos para identificar y detener a los ladrones. No es la primera vez que los cacos tratan de acceder a este establecimiento. Hasta en cinco ocasiones han intentado penetrar en la joyería de diferentes maneras, aunque en ninguna ocasión consiguieron su objetivo. «Al final, han entrado por la puerta», señalaba. La misma firma tiene otra joyería en la calle Donoso Cortés.
Este atraco se suma a la lista de sucesos que han ocurrido en la ciudad este verano. Al menos, otros cuatro robos de importancia se han producido desde julio.
De hecho, esta misma semana tres encapuchados robaron de madrugada en el estanco ubicado en el número 39 de la avenida Ricardo Carapeto. Se llevaron cajetillas de tabaco por un valor cercano a los 20.000 euros. Los agentes detuvieron a dos jóvenes de 19 años como presuntos implicados en el delito en un portal cercano momentos después. La Policía busca a la tercera persona que grabaron las cámaras de seguridad del establecimiento y continúan las investigaciones para determinar si existen más implicados.
A plena luz del día también atracaron la panadería El Nevero, en la calle Menacho, el pasado 4 de agosto. En aquella ocasión dos personas encapuchadas accedieron al local y apuntaron a la empleada con una navaja. Se llevaron unos 1.800 euros y uno de ellos le dijo a la dependienta que «no le quedaba otro remedio para subsistir».
En una zapatería
El día 10 se produjo otro robo en la zapatería Merkal de la Ronda Norte sobre la una del mediodía. En aquella ocasión dos jóvenes abrieron las cajas para llevarse varios pares de calzado. Cuando la dependienta les recriminó, le quitaron una cuchilla tipo 'cutter' que llevaba en el bolsillo y le amenazaron con ella. De esta forma consiguieron huir y la Policía les arrestó momentos después.
El suceso más grave de los ocurridos en julio tuvo lugar en la sucursal de Cajalmendralejo en la barriada de la avenida Carolina Coronado. Un individuo encapuchado perpetró un robo con un arma simulada sobre las 12.00 del mediodía. El atracador poseía un arma de fuego simulada con la que consiguió disuadir al trabajador de la sucursal y hacerse con un botín de 7.000 euros. Un hombre de 48 años fue detenido días más tarde por estos hechos y entonces se conoció que en el momento del suceso dijo al empleado del banco: «Esto es un robo, no te quiero hacer daño, me van a quitar la casa y a mis hijos, haz todo lo que te diga».
A cara descubierta, a plena luz del día y con un arma de fuego. Así lograron dos hombres que el propietario de la joyería Badajoz Gold Cuevas Moreno, dedicada también a la compra de oro y la gestión de empeños, le abriera su tienda y poder hacerse con un botín de joyas y dinero.
Antonio Moreno cerró el establecimiento ubicado en el número 23 B de la calle Juan Sebastián Elcano, frente a la colonia de viviendas militares, sobre las 15.30 horas. Justo cuando iba a montarse en su moto, notó cómo le encañonaban por la espalda y le exigían volver a la tienda. La acera era la única separación entre el vehículo y el negocio. «Me han llevado casi a rastras», explicaba horas después. Dentro del establecimiento, y una vez que consiguieron dinero y joyas, dejaron al propietario encerrado en el interior sin provocarle daños físicos. Hasta cinco minutos antes, Antonio Moreno se encontraba acompañado por su hermana.
A pesar de que se trataba de la plena luz del día y de que un bar estaba abierto en la misma acera y apenas separados por un portal, nadie se percató del atraco y los ladrones consiguieron su objetivo de que les abriera la tienda sin impedimentos.
La Policía Nacional investiga los hechos para identificar y detener a los ladrones. No es la primera vez que los cacos tratan de acceder a este establecimiento. Hasta en cinco ocasiones han intentado penetrar en la joyería de diferentes maneras, aunque en ninguna ocasión consiguieron su objetivo. «Al final, han entrado por la puerta», señalaba. La misma firma tiene otra joyería en la calle Donoso Cortés.
Este atraco se suma a la lista de sucesos que han ocurrido en la ciudad este verano. Al menos, otros cuatro robos de importancia se han producido desde julio.
De hecho, esta misma semana tres encapuchados robaron de madrugada en el estanco ubicado en el número 39 de la avenida Ricardo Carapeto. Se llevaron cajetillas de tabaco por un valor cercano a los 20.000 euros. Los agentes detuvieron a dos jóvenes de 19 años como presuntos implicados en el delito en un portal cercano momentos después. La Policía busca a la tercera persona que grabaron las cámaras de seguridad del establecimiento y continúan las investigaciones para determinar si existen más implicados.
A plena luz del día también atracaron la panadería El Nevero, en la calle Menacho, el pasado 4 de agosto. En aquella ocasión dos personas encapuchadas accedieron al local y apuntaron a la empleada con una navaja. Se llevaron unos 1.800 euros y uno de ellos le dijo a la dependienta que «no le quedaba otro remedio para subsistir».
En una zapatería
El día 10 se produjo otro robo en la zapatería Merkal de la Ronda Norte sobre la una del mediodía. En aquella ocasión dos jóvenes abrieron las cajas para llevarse varios pares de calzado. Cuando la dependienta les recriminó, le quitaron una cuchilla tipo 'cutter' que llevaba en el bolsillo y le amenazaron con ella. De esta forma consiguieron huir y la Policía les arrestó momentos después.
El suceso más grave de los ocurridos en julio tuvo lugar en la sucursal de Cajalmendralejo en la barriada de la avenida Carolina Coronado. Un individuo encapuchado perpetró un robo con un arma simulada sobre las 12.00 del mediodía. El atracador poseía un arma de fuego simulada con la que consiguió disuadir al trabajador de la sucursal y hacerse con un botín de 7.000 euros. Un hombre de 48 años fue detenido días más tarde por estos hechos y entonces se conoció que en el momento del suceso dijo al empleado del banco: «Esto es un robo, no te quiero hacer daño, me van a quitar la casa y a mis hijos, haz todo lo que te diga».
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