El
Real Madrid se estrena en su gira estadounidense ante
Los Angeles Galaxy
de la estrella del 'soccer' Landon Donovan. El partido, que se disputa
en Phoenix a las 19.30 horas (las 4.30 de la madrugada en España) es la
primera vez en la que Carlo
Ancelotti podrá contar con
toda su plantilla, tras la reciente incorporación de los internacionales
que estuvieron presentes en la Copa Confederaciones.
Pero la actualidad blanca ha huido del campus de la Universidad de UCLA,
en donde se entrena el conjunto merengue, y parece que todo lo que
importa al madridismo pasa por alguien que todavía no forma parte de la
lista de jugadores dirigida por el técnico italiano.
La actualidad blanca se llama
Gareth Bale. Los rumores
sobre la oferta de Florentino Pérez por el galés, las peticiones
desorbitadas del Totenham, la posible inclusión de jugadores en el
traspaso o la presión del jugador para que el presidente del club
londinense rebaje sus altas pretensiones copan las informaciones sobre
la entidad de Chamartín.
Tras comentarse que Daniel Levy buscaba que éste fuera el traspaso más
caro de la historia del fútbol y cifrara en 120 millones de euros el
fichaje o en unos 98 millones más el lateral portugués
Coentrao,
'The Times' desvelaba ayer que el exigente directivo de los 'spurs'
estaba dispuesto a negociar si en la transacción se incluía a Luka
Modric.
Según explica el tabloide inglés, el centrocampista croata (que llegó
precisamente al Real Madrid procedente del Hotspur tras el pago de 30
millones más objetivos y una ardua negociación) es uno de los deseados
por Villas-Boas para recomponer el equipo si su estrella se va.
Necesidad de acuerdo
El técnico portugués es parte afectada en la complicada operación. Si
hace unos días defendía la continuidad de Bale, ahora parece interesado
en que los clubes cierren el acuerdo cuanto antes para disponer del
tiempo suficiente para preparar la temporada. El mal recuerdo de la
salida tardía de Modric y las consecuencias negativas a la hora de
afrontar fichajes de garantías al límite del cierre del mercado y en la
planificación posterior de la campaña, hacen que el luso no quiera
repetir una situación que, entre otras cosas, incidió de modo
trascendental en que su equipo se quedara fuera de la Liga de
Campeones.
El Madrid, por su parte, espera que el extremo de Cardiff ya esté a
disposición de Ancelotti cuando el equipo regrese de su periplo por
tierras estadounidenses y pueda, al menos, estar presente en la primera
jornada liguera, que se disputará el tercer fin de semana de agosto y en
la que los merengues se enfrentarán al Betis en el Santiago Bernabéu.
Para ello, cuentan con la fuerza ejercida por Gareth Bale, que se niega
volver a vestir la camiseta del Totenham. Después de no disputar los
tres partidos de la gira del equipo inglés por Hong Kong a causa de unas
misteriosas dolencias musculares, el galés volvió ayer a entrenarse con
sus compañeros con absoluta normalidad.
Y, si desde la concentración del Madrid, dos pesos pesados como Iker
Casillas y
Sergio Ramos
habían estimado positivamente la posible incorporación del elegido como
mejor jugador de la última Premier League -"es uno de los tres o cuatro
mejores de Europa", aseguró el portero internacional-, desde el máximo
rival, uno de sus capitanes, Xavi Hernández, no quiso valorar si el
joven, de 24 años, vale lo que se pretende pagar por él. "No sé, la
verdad es que no le he visto jugar un partido entero", comentó el medio
del Barcelona.
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