TÍTULO: ECUADOR-0-. ESPAÑA-2-
Negredo marca gol y otro de Cazorla, un gran partido realizado por España contra Ecuador, etc,.
La rotación de Ecuador
Vicente del Bosque planea un amistoso en Guayaquil con novedades poco ambiciosas,.
Del falso '9' a la falsa renovación. Vicente del Bosque
continuará su discurso de innovaciones tácticas con un nuevo partido
amistoso que ha permitido teorizar sobre una nueva fase con la selección
española. Sin embargo, el entrenador que incorporó la solución del
Barça con un delantero que no ejerciera de su función clásica ha
descartado también cualquier transformación radical para el futuro a
pesar de los siete nuevos jugadores para el encuentro en Guayaquil. «Se
ha ampliado considerablemente la plantilla de la selección, aunque eso
no quiere decir que hayamos dejado de confiar en el grupo que nos ha
dado tantos éxitos», aseguró el seleccionador a su llegada a Ecuador. Se
da el caso de que entre las ausencias por lesión y por decisión propia
se trata de la primera vez en que el técnico salmantino solo convoca a
tres jugadores del Barça desde 2008, un equipo que hasta ahora
vertebraba sus formaciones.
En Guayaquil, el seleccionador español aprovechará la
oportunidad para ofrecer un puesto a futbolistas en progresión que
apuntan a un futuro puesto entre los convocados. «No queremos quitar la
mirada a lo que viene por detrás porque ahora los procesos de formación
de los futbolistas se están acelerando», señaló. Por ello, los españoles
rotarán en Ecuador, donde el vuelo de casi doce horas y el cambio de la
rutina horaria obligarán a ser precavidos a los técnicos. En estos
casos, Del Bosque suele optar por hacer saltar al campo a los jugadores
más habituales durante solo 45 minutos. «Mañana podremos hacer seis
cambios y los usaremos todos. Jugarán 17», avisó en la rueda de prensa
previa al partido. La elección más evidente consistirá en la
recuperación de un delantero centro, puesto que han sido convocados
Fernando Llorente y Álvaro Negredo.
Por otra parte, el partido, que se disputará a las 15.00
horas de Ecuador (22.00 hora peninsular española), ha despertado un gran
interés en la ciudad costera aunque se teme que solo se llene la mitad
del Monumental de Guayaquil, un estadio propiedad del Barcelona
ecuatoriano. Aunque se ha promocionado el choque en el país sudamericano
como 'el partido del siglo', la venta de entradas no ha cumplido las
expectativas para un estadio que se ha remodelado para la visita de la
selección española.
En el plano deportivo, los ecuatorianos asumen su condición
de víctimas. La 'Tri' cuenta con tres bajas entre sus habituales y
nunca ha ganado a un campeón mundial. De hecho, la incorporación de
savia nueva ha puesto en guardia a los anfitriones. «Aparentemente
(España) viene con un equipo renovado, lo cual lo hará más difícil aún,
porque los que vienen por primera vez intentarán mostrarse ante su
técnico», aseguró el centrocampista Pedro Quiñónez en la rueda de prensa
previa al partido.
En el aspecto extradeportivo el duelo servirá para
homenajear a Christian 'Chucho' Benítez, futbolista fallecido en Catar
este verano por un paro cardíaco. La federación ecuatoriana ha planeado
varios eventos y los jugadores de la 'Tri' aportarán algún detalle sobre
su excompañero. De hecho, el centrocampista Secundo Castillo lucirá un
corte de pelo con el nombre de 'Chucho' y el número 11 en honor a su
antiguo camarada. Los españoles, nuevos y habituales, participarán
también en el homenaje.
Alineaciones probables:
Ecuador: Banguera, Paredes, Achilier, Guagua, Walter Ayoví,
Pedro Quiñónez, Noboa, Segundo Castillo, Ibarra, Joao Rojas y Caicedo.
España: Casillas; Arbeloa, Albiol, Sergio Ramos, Jordi Alba, Javi Martínez, Iniesta, Navas, Cazorla, Silva y Negredo.
Árbitro: Wilmar Roldán (Colombia).
Estadio: Monumental Isidro Romero Carbo (Guayaquil).
Horario: 22.00 horas (Telecinco).
TÍTULO; CONOCER TECNOLOGIA, EXIGE POLITICAS DE PREVENCION,.
Es
pleno agosto. Es fácil preguntarse qué estará pasando por la cabeza de
la gente. El poder de la memoria es muy precario, y lo máximo que ...
Excusas para no pensar
¿La tecnología exige políticas de prevención,.?
Es pleno agosto. Es fácil preguntarse qué estará
pasando por la cabeza de la gente. El poder de la memoria es muy
precario, y lo máximo que alcanzamos a recordar son dos o tres cosas a
la vez; el resto lo arrinconamos en la trastienda. Como he
recordado más de una vez a mis amigos del mundo de la judicatura, por
favor, que no se hagan ilusiones de recordar detalles importantes pero
secundarios: lo más probable es que a los pocos días les quede grabado
en la memoria solo aquello que han vivido con gran intensidad.
Este
verano llama la atención, sobre todo, el triste accidente ferroviario
de Santiago; han muerto tantas personas que estará en nuestra memoria
durante un buen tiempo. La discusión parece haberse centrado en saber si
el responsable aparente lo era de verdad o más bien en descifrar si,
detrás de tanta tragedia, había una responsabilidad colectiva que
afectara a más de una persona. Lo que no hemos oído todavía es
la voz huracanada de los pocos que ahora aciertan a formular sus
sospechas, pero que sin lugar a dudas se impondrá en el futuro como
único estallido de una verdad innegable. No es fácil desentrañar la
realidad que nos acosa. Dentro de veinte años, no obstante, nadie tendrá
la menor duda de que en la base de tanto quebranto está la ausencia de
un cambio revolucionario en las llamadas 'políticas de prevención'.
España
no es el único país afectado. Lo es Japón, con las averías en las
centrales nucleares. Lo es Estados Unidos, con la violencia inesperada
que estalla en una escuela indefensa. Lo son los países africanos, en
los que se ceban holocaustos sanitarios como la malaria. Lo son
los países de la ex-Unión Soviética, donde han ocurrido accidentes de
tráfico aéreo no siempre explicables. De una manera u otra son todos
ejemplos del gravísimo error cometido por sociedades enteras al sopesar
las ventajas y los inconvenientes de los grandes avances tecnológicos.
¿Por
qué se han dedicado tan pocos recursos y esfuerzos a calibrar todos los
costes y beneficios de los grandes saltos tecnológicos? Parece
extraño, pero se aceptan con poco análisis las implicaciones sociales
de un posible fallo tecnológico. Vamos a ver. Esto debería distinguirse
claramente esto se hace bien la mayoría de las veces en el estudio
detallado de los beneficios que aporta un proyecto tecnológico y de los
costes implícitos en el que la elucubración tecnológica deje de
funcionar por una u otra razón.
Ahora bien, por una u otra
razón nadie añade en el complejo cálculo de las cargas y beneficios la
responsabilidad social. Todo aquello que no cabe en el simple cálculo de
costes y beneficios referidos al producto, sin tomar en consideración
el efecto social, mil veces más impreciso pero igualmente ponderable. Cualquier
avance tecnológico sobrepasa los límites del simple avance tecnológico.
Es lo que algunos profesionales responsables denominan políticas de
prevención social necesarias para que las nuevas tecnologías tengan
algún sentido y que no puedan descartarse. Es absolutamente
fruto del engreimiento creer que la lucha contra el cáncer se puede
abordar sin un replanteamiento costoso y detallado de la política
alimentaria; que el mantenimiento de la oferta tecnológica de tipo
nuclear se puede abordar mediante la simple construcción de una central
nuclear adicional, en lugar de aumentando la inversión para prevenir
todos los riesgos asumidos.
Las políticas de
prevención dicen bien a las claras que son absolutamente necesarios
gastos de defensa adicionales para proteger instituciones o escuelas que
no pueden dejarse al puro cuidado de unos pocos policías.
Nadie habla de ello, pero es preciso replantearse el alcance y el
contenido de las políticas de prevención. Alguien nos convenció hace
años de que era mejor prevenir que curar. En el campo tecnológico no hay
otra solución.
Del falso '9' a la falsa renovación. Vicente del Bosque
continuará su discurso de innovaciones tácticas con un nuevo partido
amistoso que ha permitido teorizar sobre una nueva fase con la selección
española. Sin embargo, el entrenador que incorporó la solución del
Barça con un delantero que no ejerciera de su función clásica ha
descartado también cualquier transformación radical para el futuro a
pesar de los siete nuevos jugadores para el encuentro en Guayaquil. «Se
ha ampliado considerablemente la plantilla de la selección, aunque eso
no quiere decir que hayamos dejado de confiar en el grupo que nos ha
dado tantos éxitos», aseguró el seleccionador a su llegada a Ecuador. Se
da el caso de que entre las ausencias por lesión y por decisión propia
se trata de la primera vez en que el técnico salmantino solo convoca a
tres jugadores del Barça desde 2008, un equipo que hasta ahora
vertebraba sus formaciones.
En Guayaquil, el seleccionador español aprovechará la
oportunidad para ofrecer un puesto a futbolistas en progresión que
apuntan a un futuro puesto entre los convocados. «No queremos quitar la
mirada a lo que viene por detrás porque ahora los procesos de formación
de los futbolistas se están acelerando», señaló. Por ello, los españoles
rotarán en Ecuador, donde el vuelo de casi doce horas y el cambio de la
rutina horaria obligarán a ser precavidos a los técnicos. En estos
casos, Del Bosque suele optar por hacer saltar al campo a los jugadores
más habituales durante solo 45 minutos. «Mañana podremos hacer seis
cambios y los usaremos todos. Jugarán 17», avisó en la rueda de prensa
previa al partido. La elección más evidente consistirá en la
recuperación de un delantero centro, puesto que han sido convocados
Fernando Llorente y Álvaro Negredo.
Por otra parte, el partido, que se disputará a las 15.00
horas de Ecuador (22.00 hora peninsular española), ha despertado un gran
interés en la ciudad costera aunque se teme que solo se llene la mitad
del Monumental de Guayaquil, un estadio propiedad del Barcelona
ecuatoriano. Aunque se ha promocionado el choque en el país sudamericano
como 'el partido del siglo', la venta de entradas no ha cumplido las
expectativas para un estadio que se ha remodelado para la visita de la
selección española.
En el plano deportivo, los ecuatorianos asumen su condición
de víctimas. La 'Tri' cuenta con tres bajas entre sus habituales y
nunca ha ganado a un campeón mundial. De hecho, la incorporación de
savia nueva ha puesto en guardia a los anfitriones. «Aparentemente
(España) viene con un equipo renovado, lo cual lo hará más difícil aún,
porque los que vienen por primera vez intentarán mostrarse ante su
técnico», aseguró el centrocampista Pedro Quiñónez en la rueda de prensa
previa al partido.
En el aspecto extradeportivo el duelo servirá para
homenajear a Christian 'Chucho' Benítez, futbolista fallecido en Catar
este verano por un paro cardíaco. La federación ecuatoriana ha planeado
varios eventos y los jugadores de la 'Tri' aportarán algún detalle sobre
su excompañero. De hecho, el centrocampista Secundo Castillo lucirá un
corte de pelo con el nombre de 'Chucho' y el número 11 en honor a su
antiguo camarada. Los españoles, nuevos y habituales, participarán
también en el homenaje.
Alineaciones probables:
Ecuador: Banguera, Paredes, Achilier, Guagua, Walter Ayoví,
Pedro Quiñónez, Noboa, Segundo Castillo, Ibarra, Joao Rojas y Caicedo.
España: Casillas; Arbeloa, Albiol, Sergio Ramos, Jordi Alba, Javi Martínez, Iniesta, Navas, Cazorla, Silva y Negredo.
Árbitro: Wilmar Roldán (Colombia).
Estadio: Monumental Isidro Romero Carbo (Guayaquil).
Horario: 22.00 horas (Telecinco).
TÍTULO; CONOCER TECNOLOGIA, EXIGE POLITICAS DE PREVENCION,.
Es
pleno agosto. Es fácil preguntarse qué estará pasando por la cabeza de
la gente. El poder de la memoria es muy precario, y lo máximo que ...
¿La tecnología exige políticas de prevención,.?
Es pleno agosto. Es fácil preguntarse qué estará
pasando por la cabeza de la gente. El poder de la memoria es muy
precario, y lo máximo que alcanzamos a recordar son dos o tres cosas a
la vez; el resto lo arrinconamos en la trastienda. Como he
recordado más de una vez a mis amigos del mundo de la judicatura, por
favor, que no se hagan ilusiones de recordar detalles importantes pero
secundarios: lo más probable es que a los pocos días les quede grabado
en la memoria solo aquello que han vivido con gran intensidad.
Este verano llama la atención, sobre todo, el triste accidente ferroviario de Santiago; han muerto tantas personas que estará en nuestra memoria durante un buen tiempo. La discusión parece haberse centrado en saber si el responsable aparente lo era de verdad o más bien en descifrar si, detrás de tanta tragedia, había una responsabilidad colectiva que afectara a más de una persona. Lo que no hemos oído todavía es la voz huracanada de los pocos que ahora aciertan a formular sus sospechas, pero que sin lugar a dudas se impondrá en el futuro como único estallido de una verdad innegable. No es fácil desentrañar la realidad que nos acosa. Dentro de veinte años, no obstante, nadie tendrá la menor duda de que en la base de tanto quebranto está la ausencia de un cambio revolucionario en las llamadas 'políticas de prevención'.
España no es el único país afectado. Lo es Japón, con las averías en las centrales nucleares. Lo es Estados Unidos, con la violencia inesperada que estalla en una escuela indefensa. Lo son los países africanos, en los que se ceban holocaustos sanitarios como la malaria. Lo son los países de la ex-Unión Soviética, donde han ocurrido accidentes de tráfico aéreo no siempre explicables. De una manera u otra son todos ejemplos del gravísimo error cometido por sociedades enteras al sopesar las ventajas y los inconvenientes de los grandes avances tecnológicos.
¿Por qué se han dedicado tan pocos recursos y esfuerzos a calibrar todos los costes y beneficios de los grandes saltos tecnológicos? Parece extraño, pero se aceptan con poco análisis las implicaciones sociales de un posible fallo tecnológico. Vamos a ver. Esto debería distinguirse claramente esto se hace bien la mayoría de las veces en el estudio detallado de los beneficios que aporta un proyecto tecnológico y de los costes implícitos en el que la elucubración tecnológica deje de funcionar por una u otra razón.
Ahora bien, por una u otra razón nadie añade en el complejo cálculo de las cargas y beneficios la responsabilidad social. Todo aquello que no cabe en el simple cálculo de costes y beneficios referidos al producto, sin tomar en consideración el efecto social, mil veces más impreciso pero igualmente ponderable. Cualquier avance tecnológico sobrepasa los límites del simple avance tecnológico. Es lo que algunos profesionales responsables denominan políticas de prevención social necesarias para que las nuevas tecnologías tengan algún sentido y que no puedan descartarse. Es absolutamente fruto del engreimiento creer que la lucha contra el cáncer se puede abordar sin un replanteamiento costoso y detallado de la política alimentaria; que el mantenimiento de la oferta tecnológica de tipo nuclear se puede abordar mediante la simple construcción de una central nuclear adicional, en lugar de aumentando la inversión para prevenir todos los riesgos asumidos.
Las políticas de prevención dicen bien a las claras que son absolutamente necesarios gastos de defensa adicionales para proteger instituciones o escuelas que no pueden dejarse al puro cuidado de unos pocos policías. Nadie habla de ello, pero es preciso replantearse el alcance y el contenido de las políticas de prevención. Alguien nos convenció hace años de que era mejor prevenir que curar. En el campo tecnológico no hay otra solución.
Este verano llama la atención, sobre todo, el triste accidente ferroviario de Santiago; han muerto tantas personas que estará en nuestra memoria durante un buen tiempo. La discusión parece haberse centrado en saber si el responsable aparente lo era de verdad o más bien en descifrar si, detrás de tanta tragedia, había una responsabilidad colectiva que afectara a más de una persona. Lo que no hemos oído todavía es la voz huracanada de los pocos que ahora aciertan a formular sus sospechas, pero que sin lugar a dudas se impondrá en el futuro como único estallido de una verdad innegable. No es fácil desentrañar la realidad que nos acosa. Dentro de veinte años, no obstante, nadie tendrá la menor duda de que en la base de tanto quebranto está la ausencia de un cambio revolucionario en las llamadas 'políticas de prevención'.
España no es el único país afectado. Lo es Japón, con las averías en las centrales nucleares. Lo es Estados Unidos, con la violencia inesperada que estalla en una escuela indefensa. Lo son los países africanos, en los que se ceban holocaustos sanitarios como la malaria. Lo son los países de la ex-Unión Soviética, donde han ocurrido accidentes de tráfico aéreo no siempre explicables. De una manera u otra son todos ejemplos del gravísimo error cometido por sociedades enteras al sopesar las ventajas y los inconvenientes de los grandes avances tecnológicos.
¿Por qué se han dedicado tan pocos recursos y esfuerzos a calibrar todos los costes y beneficios de los grandes saltos tecnológicos? Parece extraño, pero se aceptan con poco análisis las implicaciones sociales de un posible fallo tecnológico. Vamos a ver. Esto debería distinguirse claramente esto se hace bien la mayoría de las veces en el estudio detallado de los beneficios que aporta un proyecto tecnológico y de los costes implícitos en el que la elucubración tecnológica deje de funcionar por una u otra razón.
Ahora bien, por una u otra razón nadie añade en el complejo cálculo de las cargas y beneficios la responsabilidad social. Todo aquello que no cabe en el simple cálculo de costes y beneficios referidos al producto, sin tomar en consideración el efecto social, mil veces más impreciso pero igualmente ponderable. Cualquier avance tecnológico sobrepasa los límites del simple avance tecnológico. Es lo que algunos profesionales responsables denominan políticas de prevención social necesarias para que las nuevas tecnologías tengan algún sentido y que no puedan descartarse. Es absolutamente fruto del engreimiento creer que la lucha contra el cáncer se puede abordar sin un replanteamiento costoso y detallado de la política alimentaria; que el mantenimiento de la oferta tecnológica de tipo nuclear se puede abordar mediante la simple construcción de una central nuclear adicional, en lugar de aumentando la inversión para prevenir todos los riesgos asumidos.
Las políticas de prevención dicen bien a las claras que son absolutamente necesarios gastos de defensa adicionales para proteger instituciones o escuelas que no pueden dejarse al puro cuidado de unos pocos policías. Nadie habla de ello, pero es preciso replantearse el alcance y el contenido de las políticas de prevención. Alguien nos convenció hace años de que era mejor prevenir que curar. En el campo tecnológico no hay otra solución.
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