miércoles, 14 de agosto de 2013

EL BLOC DEL CARTERO, UNA HISTORIA DE ESPAÑA ( VII)./ Espero que la situación no empeore hasta el punto de hacerme perder el optimismo.

TÍTULO: EL BLOC DEL CARTERO, UNA HISTORIA DE ESPAÑA ( VII).

Estábamos en que los musulmanes, o sea, los moros, se habían hecho en sólo un par de años con casi toda la España visigoda; y que la peña local, acudiendo como suele en socorro del vencedor, se convirtió al Islam en masa, a excepción de una estrecha franja montañosa de la cornisa cantábrica. El resto se adaptó al estilo de vida moruno con facilidad, prueba inequívoca de que los hispanos estaban de la administración visigoda y de la iglesia católica hasta el extremo del cimbel. La lengua árabe sustituyó a la latina, las iglesias se convirtieron en mezquitas, en vez de rezar mirando a Roma se miró a La Meca, que tenía más novedad, y la Hispania de romanos y visigodos empezó a llamarse Al Andalus ya en monedas acuñadas en el año 716. Calculen cómo fue de rápido el asunto, considerando que, sólo un siglo después de la conquista, un tal Álvaro de Córdoba se quejaba de que los jóvenes mozárabes -cristianos que aún mantenían su fe en zona musulmana- ya no escribían en latín, y en los botellones de entonces, o lo que fuera, decían «Qué fuerte, tía» en lengua morube. El caso fue que, con pasmosa rapidez, los cristianos fueron cada vez menos y los moros más. Cómo se pondría la cosa que, en Roma, el papa de turno emitió decretos censurando a los hispanos o españoles cristianos que entregaban a sus hijas en matrimonio a musulmanes. Pero claro: ponerte estrecho es fácil cuando eres papa, estás en Roma y nombras a tus hijos cardenales y cosas así; pero cuando vives en Córdoba o Toledo y tienes dirigiendo el tráfico y cobrando impuestos a un pavo con turbante y alfanje, las cosas se ven de otra manera. Sobre todo porque ese cuento chino de una Al Andalus tolerante y feliz, llena de poetas y gente culta, donde se bebía vino, había tolerancia religiosa y las señoras eran más libres que en otras partes, no se lo traga ni el idiota que lo inventó. Porque había de todo. Gente normal, claro. Y también intolerantes hijos de la gran puta. Las mujeres iban con velo y estaban casi tan fastidiadas como ahora; y los fanáticos eran, como siguen siendo, igual de fanáticos, lleven crucifijo o media luna. Lo que, naturalmente, tampoco faltó en aquella España musulmana fue la división y el permanente nosotros y ellos. Al poco tiempo, sin duda contagiados por el clima local, los conquistadores de origen árabe y los de origen bereber ya se daban por saco a cuenta de las tierras a repartir, las riquezas, los esclavos y demás parafernalia. Asomaba de nuevo las orejas la guerra civil que en cuanto pisas España se te mete en la sangre -para entonces ya llevábamos unas cuantas-, cuando ocurrió algo especial: como en los cuentos de hadas, llegó de Oriente un príncipe fugitivo joven, listo y guapo. Se llamaba Abderramán, y a su familia le había dado matarile el califa de Damasco. Al llegar aquí, con mucho arte, el chaval se proclamó una especie de rey -emir, era el término técnico- e independizó Al Andalus del lejano califato de Damasco y luego del de Bagdad, que hasta entonces habían manejado los hilos y recaudado tributos desde lejos. El joven emir nos salió inteligente y culto -de vez en cuando, aunque menos, también nos pasa- y dejó la España musulmana como nueva, poderosa, próspera y tal. Organizó la primera maquinaria fiscal eficiente de la época y alentó los llamados viajes del conocimiento, con los que ulemas, alfaquíes, literatos, científicos y otros sabios viajaban a Damasco, El Cairo y demás ciudades de Oriente para traerse lo más culto de su tiempo. Después, los descendientes de Abderramán, Omeyas de apellido, fueron pasando de emires a califas, hasta que uno de sus consejeros, llamado Almanzor, que era listo y valiente que te rilas, se hizo con el poder y estuvo veinticinco años fastidiando a los reinos cristianos del norte -cómo crecieron éstos desde la franja cantábrica lo contaremos otro día- en campañas militares o incursiones de verano llamadas aceifas, con saqueos, esclavos y tal, una juerga absoluta, hasta que en la batalla de Calatañazor le salió el cochino mal capado, lo derrotaron y palmó. Con él se perdió un tipo estupendo. Idea de su talante lo da un detalle: fue Almanzor quien acabó de construir la mezquita de Córdoba; que no parece española por el hecho insólito de que, durante doscientos años, los sucesivos gobernantes la construyeron respetando lo hecho por los anteriores; fieles, siempre, al bellísimo estilo original. Cuando lo normal, tratándose de moros o cristianos, y sobre todo de españoles, habría sido que cada uno destruyera lo hecho por el gobierno anterior y le encargara algo nuevo al arquitecto Calatrava. 

TÍTULO: Espero que la situación no empeore hasta el punto de hacerme perder el optimismo.

«Espero que la situación no empeore hasta el punto de hacerme perder el optimismo»«En una región como la Extremeña donde, directa o indirectamente, todos estamos ligados al campo, hay que hacer una labor de comunicación y explicación de los problemas y complicaciones que afectan al sector agrario»

- Para quien no le conozca, ¿usted es.? ¿de qué trata su blog?
-Soy Juan Carlos Antequera Pintiado, y mi blog 'Que Ceres nos ampare' trata sobre asuntos agrarios. Siempre he estado relacionado con la agricultura, desde distintos ámbitos. Unas veces ligado a interprofesionales, después en el mundo de la intermediación financiera, más tarde en la administración y ahora más cerca de las parcelas. Me ha interesado mucho la divulgación y comunicación agraria. He colaborado con artículos de opinión en el diario HOY, y desde, hace casi dos años, desde el blog. También he realizado programas de radio en Cope, en la Ser y Canal Extremadura Radio. Uno de mis hobbies es el deporte. Estoy en el club maratón de Badajoz, he corrido medias maratones, maratones y hasta una maratón y media. Ahora solo corro medias, dos o tres al año (procuro no perderme la de Mérida que es, sin duda, una de las mejores que conozco). Descubrí hace unos unos años la natación y ahora no puedo dejar una semana sin hacer unos largos. Me he encontrado con una actividad que complementa perfectamente al correr. En otro ámbito, me gusta la copla. Cuando me encontré con ella, hace algunos años, me apasionaron sus historias, sus protagonistas, sus cantantes, sus poetas... tanto que siempre encuentro ayuda para aliñar los textos que escribo. De ella me gustan tanto la personalidad de Concha Piquer, la voz de Juanita Reina, la contundencia de Marifé de Triana, la provocación de Miguel de Molina.. y hasta el humor de Emilio el Moro. Siguiendo con esto de la música, tampoco puedo dejar pasar la oportunidad de reconocer que me gusta el fado, desde el clásico Carlos do Carmo, a las actuales Mariza o Katia Guerreiro, como todo lo que tiene que ver con Portugal.
-¿Cómo resumiría, brevemente, la época que nos toca vivir?
-Todas las épocas tienen sus complicaciones y dificultades. Esta me parece especialmente grave porque venimos de un ciclo económico donde todos estábamos, moderadamente, bien y los descensos en los niveles de bienestar son difíciles de asumir y complicados de manejar. No obstante, si echamos la vista atrás solo unos 50 años, creo que en la comparación salimos beneficiados: sanidad, educación, etc.
-Será una época positiva porque.
-Podremos sacar algo positivo, si asumimos que nos hemos equivocado, que hemos hecho cosas mal, pero que somos capaces de solucionar los errores, aprender y evolucionar.
-O quizás será lo contrario porque.
-Sin duda, lo peor, lo más grave, lo que más no debería hacer recapacitar como sociedad es el futuro de nuestros jóvenes. Se ha quebrado ese «contrato social» por el que mientras unos trabajan otros se forman. Ahora los que se han estado formando y que deberían soportar el peso de la sociedad en los próximos años no pueden cumplir con su parte del contrato porque no están accediendo con la fluidez y calidad necesaria al mercado de trabajo.
-¿Cómo saldremos de esta en Extremadura? ¿Mejores, peores, más, menos, más lejos, más cerca.?
-Probablemente de forma idéntica que en otras zonas. A nuestro ritmo y con nuestras singularidades.
-¿Escribir el blog supone un reto, un riesgo, un placer, un dolor.? ¿Por qué?
-Es una mezcla reto-riesgo. Poder escribir sobre los asuntos agrarios que considero de interés es, sin duda, un reto, que lleva aparejado el riesgo que supone la exposición a la lectura pública y las consecuentes críticas.
-¿Y hacerlo en el HOY implica.?
-Esto incrementa la escala de lo anterior: poder publicar un blog en HOY.es significa que estas exponiendo tus ideas y comentarios a un gran número de lectores, por la amplia difusión que tiene este diario.
-¿Son muchas las veces que se muerde la lengua? ¿Con qué temas, personas o noticias de actualidad?
-No, porque el blog está enfocado desde el punto de vista técnico y de divulgación agraria. Está diseñado para comentar situaciones y desbrozar, y explicar, normativas.
-¿Cuáles son sus temas fetiche, aquellos por los que irremediablemente siente más atracción o interés?
-Sin duda las reformas de las políticas agrarias. La razón es porque afectan de forma directa al 35-40% de la renta agraria en la región, mediante ayudas, pero condiciona el marco de desarrollo del resto de los ingresos agrarios, vía mercado. También hay que hacer un intento por favorecer la integración cooperativa que ha sido y debe seguir siendo el motor de desarrollo de nuestra agricultura. La concentración de oferta, las compras de insumos en común, las inversiones ligadas a la industrialización de los productos agroalimentarios y prioritariamente la comercialización, son las herramientas con las que cuentan la inmensa mayoría de los agricultores y ganaderos para asegurar su futuro, mejorar la rentabilidad de sus explotaciones y generar empleo en el sector agrario. Creo que también es necesario comunicar, explicar y divulgar todo lo relacionado con los dos elementos que van a definir la agricultura del futuro: la biotecnología y el agua.
-¿En quién piensa cuando escribe? ¿A qué perfil o prototipo de lector se dirige?
-A cualquier persona que tiene relación con el sector agrario. La idea del blog es la comunicación y para que esta sea efectiva hay que hacerla sencilla, fácil y cercana. Hay que obviar y alejarse de la jerga técnica que gobierna cualquier ámbito profesional, apartar los acrónimos y las referencias numéricas y de fechas de la normativa. También en una región como la extremeña, donde directa o indirectamente, todos estamos ligados al sector agrario hay que hacer una labor de comunicación, de explicación, de los problemas y complicaciones que afectan al sector agrario, para que toda la sociedad sepa lo que tienen que hacer los productores agrarios, para que podamos comer todos los días. Es necesario, llevar a los urbanitas la importancia de que exista un sector agrario profesional. Gracias a ellos, la sociedad ha evolucionado al tener asegurada la alimentación y podemos dedicarnos a otros asuntos, desde el arte y el deporte hasta la medicina o la educación.
-¿En quién se inspira? ¿Qué escritores, blogueros o columnistas son sus referentes?
-Me gusta la opinión, por esto no suelo perderme a ninguno de los articulistas del HOY, especialmente los del fin de semana. Con mención especial a Manuel Alcántara, que me hace empezar a leer el periódico por la última página. Respecto a los escritores, y resumiendo mucho tengo dos preferidos: Miguel Delibes, por la fantástica forma de manejar el lenguaje, y Juan José Millas por su exuberante imaginación.
-¿Qué se pierden los extremeños que no leen a los blogueros de HOY?
-La información singular, con personalidad, profesional y original. Los datos singulares, los generados por la experiencia personal y profesional. En definitiva, puntos de vistas muy especiales sobre los temas que interesen al lector.
-¿En verano lee más de lo habitual? ¿Qué lee? ¿A quién? ¿Dónde? ¿Cuándo?
-Probablemente en el verano es cuando menos tiempo tengo para leer, por mi trabajo.
-¿Estas fechas son idóneas para.?
-Para aprovechar que mis hijos están sin clases para poder hacer más cosas juntos.
-El curso que viene se ha propuesto.
-No soy de proponerme grandes objetivos, por eso conformaría con que la situación general de nuestra sociedad, como la de mis amigos, y mi familia, no empeore hasta el punto de hacerme perder el optimismo.


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