TÍTULO; Se multiplican las llamadas de posibles donantes para Juanmari,.
extremadura
Los médicos aplazan la
quimioterapia dos semanas a la espera de que aparezca un donante
fallecido para trasplantar su hígado al niño,.
El teléfono de Ana Isabel Pardo
no para de comunicar. Las llamadas de posibles donantes de hígado para
su pequeño Juanmari, de cinco años y ocho meses, se multiplican desde el
pasado fin de semana. Cuelga el móvil y a los pocos segundos, tiene una
nueva llamada. «Hay muchísima gente dispuesta a someterse a las
pruebas. La lista alcanza ya las 86 personas», cuenta. Los padres,
naturales del municipio pacense de Solana de los Barros, esperan un
donante para su hijo desde el pasado 25 de marzo en Madrid, donde AFAL
(Ayuda a Familias Afectadas por Leucemias) les ha cedido un piso. Como explicó HOY en su edición de este domingo,
el niño necesita un trasplante de hígado para combatir un tipo de tumor
cancerígeno nada frecuente que se denomina hepatoblastoma. Ya ha tomado
nueve sesiones de quimioterapia de 72 horas cada una. El tumor se ha
reducido espectacularmente (cuando lo diagnosticaron medía 20
centímetros y a día de hoy, mide un centímetro), pero el niño sigue
necesitando un trasplante. Ni su padre ni su hermana son aptos para
donarle un trozo de su hígado y su madre no puede debido a su Índice de
Masa Corporal.
Pese a la avalancha de posibles donantes, explica Pardo,
«los médicos quieren mantenerlo un par de semanas más sin quimioterapia a
la espera de que llegue un donante fallecido». Son las últimas
instrucciones del cuadro médico, que ayer tenía previsto en principio
para el niño otra sesión de quimioterapia de 72 horas pero que
finalmente se canceló. «Le han hecho un marcador tumoral y ahora nos
vamos para el piso de nuevo. A ver si sucede y llega el donante»,
señalaba su progenitora ayer a media mañana.
El proceso es complejo y lento y la familia de Juanmari Corchado se encuentra cada vez más impotente.
«Pido más agilidad»
«Pido una mayor agilidad. No entiendo el porqué no van
examinando a algunas de las personas que son posibles donantes en estas
dos semanas, para tener una solución alternativa en caso de que no
aparezca un donante fallecido. Estoy muy estresada porque veo muchas
trabas», dice su madre. La lista que tiene Ana Isabel contiene 86
nombres de personas que cuadrarían, a priori, con el donante que
necesita el niño. Tienen el grupo sanguíneo cero positivo, son menores
de 45 años y no tienen problemas de salud destacados. Y lo más
importante: están dispuestos a regalarle un pequeño trocito de su hígado
a Juanmari. «En dos semanas se pueden estudiar a muchísimas personas.
Comprendo que para el hospital es un gasto, pero se trata de buscar
soluciones y no de dar más problemas».
Las muestras de solidaridad y apoyo también se han
multiplicado. El jueves se disputará como partido benéfico el VI Trofeo
de la Cordialidad de Almendralejo, que enfrentará al Extremadura UD y el
CD Badajoz 1905. Será en el estadio Francisco de la Hera a las 20 horas
y el precio de las entradas será de entre dos y cuatro euros. Hay fila
cero y la recaudación se destinará a los Corchado y a su niño.
«Agradecemos enormemente todas estas muestras de cariño», dice Ana
Isabel.
Mientras, la familia continúa a la espera en Madrid. El
teléfono no para de sonar en casa de los Corchado, aunque todavía no ha
llegado la llamada que ellos ansían. «Nos han dicho que si nos llaman
para decirnos que hay un donante cadáver, será probablemente de
madrugada. A mí me da igual a qué hora llamen, sólo quiero que ocurra y
poder acabar con esto».
TÍTULO; DEL DICHO AL HECHO HAY UN LIBRO,.
'Se le ha calentado la boca', 'ha meado fuera del tiesto' y
otras expresiones un tanto vulgares usadas casi a diario ocultan en su
origen un misterio que les ha hecho llegar hasta nuestros días, aunque
muchas veces desconozcamos el modo en que surgieron tan estrafalarios
dichos. No son los únicos, por supuesto, y no todos son tan vulgares,
por mucho que el uso de refranes 'sin ton ni son' no sea lo recomendable
a la hora de hablar o escribir.
Lope de Vega los convertía en verso poniéndole así 'el
cascabel al gato' en 'La esclava de su galán', Baltasar Gracián los
adecuaba a sus necesidades para abusar de ellos en 'El Criticón' y
Cervantes construyó a golpe de sabiduría popular la identidad de Sancho
Panza, quien con los refranes ocultaba su ignorancia hilándolos 'al buen
tuntún'. Y aunque su señor le increpaba por el excesivo uso que de
ellos hacía, también los empleaba, aunque él los trajera a la
conversación «a propósito, y vienen cuando los digo como anillo al
dedo». De hecho, fue por boca de Don Quijote y con un dicho popular como
Cervantes desacreditó la obra apócrifa de Alonso Fernández de
Avellaneda. «Ya yo tengo noticias dese libro y en verdad y en mi
conciencia que pensé que ya estaba quemado y hecho polvos por
impertinente; pero su San Martín se le llegará como a cada puerco».
Toda esta riqueza, y aún más, es la que llega de nuevo a
los lectores con la reedición de 'El porqué de los dichos. Sentido,
origen y anécdota de dichos, modismos y frases proverbiales', que el
lexicógrafo, periodista y escritor navarro José María Iribarren publicó
por vez primera en 1955 y que se reeditó casi anualmente hasta el año
2000.
«La iniciativa de este autor no se detenía en anotar la
frase hecha: no bastaba con saber que 'A buenas horas mangas verdes' era
una expresión muy extendida, porque ¿qué significaba? Y sobre todo, ¿de
dónde provenía? Iribarren se situó en este punto en el nivel de
cualquier hablante curioso e intentó colmar sus dudas», explica la
editorial Ariel en el libro.
Las manifestaciones y gritos del pueblo fueron fuente o
altavoz en no pocas ocasiones de frases que expresan lo que pensaban
sobre los poderosos y sus regímenes. A veces, eso sí, enmascaraban el
significado, como en el caso del famoso '¡Viva la Pepa!', y otras
simplemente lo adornaban con toda la gracia de la que eran capaces. Fue
de este modo como se generalizaron los 'jamones con chorreras' durante
la Revolución de 1868.
Según cree Iribarren, en septiembre de ese año y destronada
Isabel II, en una calle de Barcelona apareció un farol del alumbrado
público plagado de inscripciones subversivas. En cada uno de sus
cristales se leía: «¡Abajo los conventos!, ¡armas al pueblo!, ¡fuera las
quintas! y ¡suprimid las iglesias!». Puestos a pedir, un ciudadano dejó
su demanda: «Y un jamón con chorreras!» -imaginamos por lo que
significa la frase que no debieron de parecerle muy posibles las
peticiones de los demás-.
Es curiosa otra que bien podría servirnos en los tiempos
que corren, '¡Viva Fernando, y vamos robando!'. Si bien está en desuso,
fue muy corriente en los años 1815 y 1823, y aludía a los latrocinios
que cometían los partidarios del absolutismo de Fernando VII, rey al que
por cierto sus compañeros de billar le dejaban las carambolas fáciles
para hacerle creer que era un jugador experto (de ahí el 'así se las
ponían a Fernando VII').
Tan vivo como estos aprovechados 'patriotas' estuvo el
cantante que dio origen al '¡Viva Cartagena!', según un artículo del ABC
del 11 de julio de 1952. En él se cuenta cómo un mal tenor
interpretando una zarzuela en esta ciudad dejó escapar un 'gallo' y,
antes de que el público protestase, se adelantó hacia las candilejas y
grito: «¡Viva Cartagena!». Un eficaz modo de cambiar los abucheos por
una calurosa ovación, si bien hoy esta frase ha quedado «como muro de
protección contra los mediocres», y es que salvo eso, contra la torpeza
'no hay tu tía'.
Y aunque así lo parezca por los ejemplos y por tradición,
no solo en España hay refranes, de hecho «solo se señala su ausencia en
algunas lenguas africanas, como la de los Pigmeos y la de los Wakanongo
de Tanzania», escribió en un artículo titulado 'Los refranes en la
literatura' en 1996 el profesor emérito de la Universidad de Lyon Louis
Combet.
Tanto es así que algunos han llegado hasta nuestros días
heredados de proverbios latinos como 'cum Romae fueris, Romano vivito
more', que quedó convertido en 'a donde fueres, haz lo que vieres'. Y es
que a pesar de su apocada imagen, estas frases populares nos han dejado
un sinfín de anécdotas y esconden la suficiente historia como para
'picar alto' y desear conocerlos todos.
El teléfono de Ana Isabel Pardo
no para de comunicar. Las llamadas de posibles donantes de hígado para
su pequeño Juanmari, de cinco años y ocho meses, se multiplican desde el
pasado fin de semana. Cuelga el móvil y a los pocos segundos, tiene una
nueva llamada. «Hay muchísima gente dispuesta a someterse a las
pruebas. La lista alcanza ya las 86 personas», cuenta. Los padres,
naturales del municipio pacense de Solana de los Barros, esperan un
donante para su hijo desde el pasado 25 de marzo en Madrid, donde AFAL
(Ayuda a Familias Afectadas por Leucemias) les ha cedido un piso. Como explicó HOY en su edición de este domingo,
el niño necesita un trasplante de hígado para combatir un tipo de tumor
cancerígeno nada frecuente que se denomina hepatoblastoma. Ya ha tomado
nueve sesiones de quimioterapia de 72 horas cada una. El tumor se ha
reducido espectacularmente (cuando lo diagnosticaron medía 20
centímetros y a día de hoy, mide un centímetro), pero el niño sigue
necesitando un trasplante. Ni su padre ni su hermana son aptos para
donarle un trozo de su hígado y su madre no puede debido a su Índice de
Masa Corporal.
Pese a la avalancha de posibles donantes, explica Pardo,
«los médicos quieren mantenerlo un par de semanas más sin quimioterapia a
la espera de que llegue un donante fallecido». Son las últimas
instrucciones del cuadro médico, que ayer tenía previsto en principio
para el niño otra sesión de quimioterapia de 72 horas pero que
finalmente se canceló. «Le han hecho un marcador tumoral y ahora nos
vamos para el piso de nuevo. A ver si sucede y llega el donante»,
señalaba su progenitora ayer a media mañana.
El proceso es complejo y lento y la familia de Juanmari Corchado se encuentra cada vez más impotente.
«Pido más agilidad»
«Pido una mayor agilidad. No entiendo el porqué no van
examinando a algunas de las personas que son posibles donantes en estas
dos semanas, para tener una solución alternativa en caso de que no
aparezca un donante fallecido. Estoy muy estresada porque veo muchas
trabas», dice su madre. La lista que tiene Ana Isabel contiene 86
nombres de personas que cuadrarían, a priori, con el donante que
necesita el niño. Tienen el grupo sanguíneo cero positivo, son menores
de 45 años y no tienen problemas de salud destacados. Y lo más
importante: están dispuestos a regalarle un pequeño trocito de su hígado
a Juanmari. «En dos semanas se pueden estudiar a muchísimas personas.
Comprendo que para el hospital es un gasto, pero se trata de buscar
soluciones y no de dar más problemas».
Las muestras de solidaridad y apoyo también se han
multiplicado. El jueves se disputará como partido benéfico el VI Trofeo
de la Cordialidad de Almendralejo, que enfrentará al Extremadura UD y el
CD Badajoz 1905. Será en el estadio Francisco de la Hera a las 20 horas
y el precio de las entradas será de entre dos y cuatro euros. Hay fila
cero y la recaudación se destinará a los Corchado y a su niño.
«Agradecemos enormemente todas estas muestras de cariño», dice Ana
Isabel.
Mientras, la familia continúa a la espera en Madrid. El
teléfono no para de sonar en casa de los Corchado, aunque todavía no ha
llegado la llamada que ellos ansían. «Nos han dicho que si nos llaman
para decirnos que hay un donante cadáver, será probablemente de
madrugada. A mí me da igual a qué hora llamen, sólo quiero que ocurra y
poder acabar con esto».
TÍTULO; DEL DICHO AL HECHO HAY UN LIBRO,.
'Se le ha calentado la boca', 'ha meado fuera del tiesto' y
otras expresiones un tanto vulgares usadas casi a diario ocultan en su
origen un misterio que les ha hecho llegar hasta nuestros días, aunque
muchas veces desconozcamos el modo en que surgieron tan estrafalarios
dichos. No son los únicos, por supuesto, y no todos son tan vulgares,
por mucho que el uso de refranes 'sin ton ni son' no sea lo recomendable
a la hora de hablar o escribir.
Lope de Vega los convertía en verso poniéndole así 'el
cascabel al gato' en 'La esclava de su galán', Baltasar Gracián los
adecuaba a sus necesidades para abusar de ellos en 'El Criticón' y
Cervantes construyó a golpe de sabiduría popular la identidad de Sancho
Panza, quien con los refranes ocultaba su ignorancia hilándolos 'al buen
tuntún'. Y aunque su señor le increpaba por el excesivo uso que de
ellos hacía, también los empleaba, aunque él los trajera a la
conversación «a propósito, y vienen cuando los digo como anillo al
dedo». De hecho, fue por boca de Don Quijote y con un dicho popular como
Cervantes desacreditó la obra apócrifa de Alonso Fernández de
Avellaneda. «Ya yo tengo noticias dese libro y en verdad y en mi
conciencia que pensé que ya estaba quemado y hecho polvos por
impertinente; pero su San Martín se le llegará como a cada puerco».
Toda esta riqueza, y aún más, es la que llega de nuevo a
los lectores con la reedición de 'El porqué de los dichos. Sentido,
origen y anécdota de dichos, modismos y frases proverbiales', que el
lexicógrafo, periodista y escritor navarro José María Iribarren publicó
por vez primera en 1955 y que se reeditó casi anualmente hasta el año
2000.
«La iniciativa de este autor no se detenía en anotar la
frase hecha: no bastaba con saber que 'A buenas horas mangas verdes' era
una expresión muy extendida, porque ¿qué significaba? Y sobre todo, ¿de
dónde provenía? Iribarren se situó en este punto en el nivel de
cualquier hablante curioso e intentó colmar sus dudas», explica la
editorial Ariel en el libro.
Las manifestaciones y gritos del pueblo fueron fuente o
altavoz en no pocas ocasiones de frases que expresan lo que pensaban
sobre los poderosos y sus regímenes. A veces, eso sí, enmascaraban el
significado, como en el caso del famoso '¡Viva la Pepa!', y otras
simplemente lo adornaban con toda la gracia de la que eran capaces. Fue
de este modo como se generalizaron los 'jamones con chorreras' durante
la Revolución de 1868.
Según cree Iribarren, en septiembre de ese año y destronada
Isabel II, en una calle de Barcelona apareció un farol del alumbrado
público plagado de inscripciones subversivas. En cada uno de sus
cristales se leía: «¡Abajo los conventos!, ¡armas al pueblo!, ¡fuera las
quintas! y ¡suprimid las iglesias!». Puestos a pedir, un ciudadano dejó
su demanda: «Y un jamón con chorreras!» -imaginamos por lo que
significa la frase que no debieron de parecerle muy posibles las
peticiones de los demás-.
Es curiosa otra que bien podría servirnos en los tiempos
que corren, '¡Viva Fernando, y vamos robando!'. Si bien está en desuso,
fue muy corriente en los años 1815 y 1823, y aludía a los latrocinios
que cometían los partidarios del absolutismo de Fernando VII, rey al que
por cierto sus compañeros de billar le dejaban las carambolas fáciles
para hacerle creer que era un jugador experto (de ahí el 'así se las
ponían a Fernando VII').
Tan vivo como estos aprovechados 'patriotas' estuvo el
cantante que dio origen al '¡Viva Cartagena!', según un artículo del ABC
del 11 de julio de 1952. En él se cuenta cómo un mal tenor
interpretando una zarzuela en esta ciudad dejó escapar un 'gallo' y,
antes de que el público protestase, se adelantó hacia las candilejas y
grito: «¡Viva Cartagena!». Un eficaz modo de cambiar los abucheos por
una calurosa ovación, si bien hoy esta frase ha quedado «como muro de
protección contra los mediocres», y es que salvo eso, contra la torpeza
'no hay tu tía'.
Y aunque así lo parezca por los ejemplos y por tradición,
no solo en España hay refranes, de hecho «solo se señala su ausencia en
algunas lenguas africanas, como la de los Pigmeos y la de los Wakanongo
de Tanzania», escribió en un artículo titulado 'Los refranes en la
literatura' en 1996 el profesor emérito de la Universidad de Lyon Louis
Combet.
Tanto es así que algunos han llegado hasta nuestros días
heredados de proverbios latinos como 'cum Romae fueris, Romano vivito
more', que quedó convertido en 'a donde fueres, haz lo que vieres'. Y es
que a pesar de su apocada imagen, estas frases populares nos han dejado
un sinfín de anécdotas y esconden la suficiente historia como para
'picar alto' y desear conocerlos todos.
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