TÍTULO; LA EXTRAORDINARIA DERROTA DE LA BESTIA,.
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- Insisten en Guijuelo, de donde salió ayer la etapa, que el secreto del jamón con la denominación del pueblo es la libertad. Los gorrinos son ...
LA ETAPA
Insisten en Guijuelo, de donde salió ayer la etapa, que el secreto del jamón con la denominación del pueblo es la libertad. Los gorrinos son casi salvajes, campan a sus anchas un par de años, mastican bellotas, mordisquean las jaras y el tomillo. Se nutren de la tierra. Viven felices, justo hasta que llega la mañana de la matanza. Zas. Tajo. De repente, la meta final. Morir en la raya del paraíso.Algo así le sucedió ayer a Tony Martin, la bestia de piernas colosales. Los dos mejores jamones del pelotón. Germano de bellota. Se sintió bien en Guijuelo y salió al campo en el kilómetro cero. A patear la dehesa que va para Extremadura. Su hábitat: encinas y alcornoques en una carretera plana. A volar con viento a favor. Estuvo 174,9 kilómetros de los 175 de la etapa con sus jamones bien colgados al aire, curándose. Y, ya en Cáceres, en la recta de meta, zas. La cuchillada. Cancellara, el rival al que Martin ha destronado como mejor contrarrelojista del mundo, afiló el cuchillo jamonero. Tiró del pelotón a por él. Que no gane Martin. ¿Cuenta pendiente? Y arrastró al danés Morkov, que pasaba por allí, que se aprovechó del rebufo de Cancellara y que ejecutó al pobre Martin a diez metros del final y se llevó la victoria. Casi cuatro horas de libertad y, zas, muerte repentina. Así fue la extraordinaria derrota de Martin. Desde Guijuelo hasta, casi, la meta. Los aficionados disfrutaron con el sabor. Puro de bellota.Ya casi no hay fugas en solitario. Nadie se atreve. Con toda una ristra de aparatos de medición, el pelotón juega al gato y al ratón con los escapados. Les da cuerda, se divierte y luego, a su antojo, los caza. Al buche. El tiempo del ciclismo anárquico ha pasado. Hoy, el asturiano Luis Balagué no habría culminado la aventura de 259 kilómetros que le dio una etapa en la Vuelta de 1972. Ni los recorridos son tan largos, ni el grupo autoriza esos salvoconductos. De ahí la sorpresa de ayer. Tony Martin, verdugo de Froome en la contrarreloj del Mont Saint Michel (Tour 2013) y campeón del mundo de la especialidad, se largó antes de que Javier Guillén, director de la ronda, bajara el banderazo de salida. Como impaciente. «Era para que mis compañeros no trabajaran. Si se escapa otro, nos toca tirar a nosotros». Y con esa misión cargó. A gusto. «Era un buen entrenamiento». En menos de un mes le espera la defensa del oro mundial de contrarreloj ante Cancellara y Wiggins.En libertadDe Guijuelo hacia Extremadura y Andalucía baja la Ruta del Ibérico. Guijuelo es de inviernos duros y veranos secos. El clima perfecto para los jamones. Por allí, como por las tierras extremeñas hacia las que se dirigía ayer el pelotón, a la sombra del encinar o a trote cochinero, roncan los cerdos de oro. Libres. Tony Martin estaba en su sitio. No nació libre, pero ni se acuerda de sus primeros cuatro años en la Alemania del Este. Cuando él tenía esa edad la familia Martin huyó a Hungría. La vieja Alemania comunista se derrumbaba. Sólo unas semanas después de aquel viaje, cayó el Muro de Berlín.Los Martin regresaron, aunque ya a la parte occidental. Ullrich y Kloden son hijos de la rígida Alemania del Este; Martin es fruto de la primera camada de la Alemania reunificada. Sin muro, ni vallas. Desatado por la dehesa que iba hacia Cáceres. No pensaba. Gozaba. De su velocidad, de su potencia. «Ni me planteaba llegar a la meta», dijo. «Creía que alguien iba a venir conmigo en la fuga, pero nadie ha querido». Nadie tiene esos dos jamones. «El talento no basta. Sólo se avanza con el trabajo», tiene por lema.Con sus tremendas bielas, los codos metidos, la silueta encogida y la chepa al aire, se agazapó en su bicicleta. Pedaladas profundas. Trituradora. «No iba pensando en nada. Sólo pedaleaba». Comer y andar. Un gorrino libre y feliz. Un ejemplar único, un gran reserva. De un animal así se espera lo mejor. Y lo dio. Cáceres, al fondo, le vio aparecer. Sin dudar. Había guardado gasolina para alimentar la cilindrada de su potente motor. «A tres kilómetros he empezado a creer que llegaba», contó.Máquina humana. El Argos y el Orica, aliados, no daban abasto. Un ciclista contra 194 y no le atrapaban. «Ha sido emocionante», reconoció el alemán. Apretó. El público de Cáceres, ávido de ciclismo después de siete años sin ver pasar la Vuelta, entregado y bien informado de la identidad del héroe, gritaba su nombre, aporreaba las vallas. Ruido a su paso. La hilera del trueno.A Martin le gusta agradar. Tuvo como ídolo a Ullrich, estatua caída en el lodo del dopaje. Alemania duda de sus ciclistas. «Yo no soy otro Ullrich», repite Martin. El nuevo 'pánzer'. «Quiero que el ciclismo vuelva a ser popular en mi país», se ha impuesto como misión. Ayer, al menos, conquistó el corazón de Cáceres, en vilo por él, por el chaval que aprendió a andar en bicicleta en el parking de un centro comercial, por el joven que iba para policía... Por el alemán que acabó con el reino contrarreloj de Cancellara. El suizo. Otro 'Hércules'.Cuando, ya en la última calle, el pelotón se asfixiaba a cien metros de Martin, se descorchó Cancellara. «No ha sido nada personal. Como no hay velocistas, quería disputar el sprint», alegó. «Mi rivalidad con Martin es sana». Más sano es el buen jamón de Extremadura. Cancellara hizo de maestro jamonero. Una de las claves es el corte. Y cuando iba a apuntillar a Martin, le remontó Morkov, campeón del mundo de pista sorprendido ayer de su suerte, y le cortó el pescuezo a Martin justo bajo la pancarta. Muerto el animal, queda el jamón, el perfume de la fabulosa etapa que Martin no ganó. «Una locomotora. Inolvidable», resumió Juan Antonio Flecha.- El torero José Antonio Morante de la Puebla, que sigue convaleciente de la grave cornada que sufrió el 10 de agosto en Huesca, no podrá ...El torero José Antonio Morante de la Puebla, que sigue convaleciente de la grave cornada que sufrió el 10 de agosto en Huesca, no podrá hacer frente a sus próximos tres compromisos que tenía contratados este fin de semana en Palencia, San Sebastián de los Reyes (Madrid) y Mérida.De esta forma el previsto mano a mano de la capital extremeña del domingo día 1, que tanta expectación había levantado, se transformará en una encerrona del torero extremeño Alejandro Talavante.Horas después de conocerse la ausencia de Morante de Mérida, se anunciaba ya oficialmente que Alejandro Talavante matará en solitario a los seis astados. Ante la imposibilidad de contar con Morante de la Puebla, el diestro de Badajoz mostró mucho interés en matar en solitario a los seis toros aludiendo a su fuerte compromiso con la tierra y para así ofrecer una buena actuación para los aficionados extremeños.Asimismo al tratarse de una corrida de toros televisada se consultó con TVE la posibilidad de que Talavante actuara en solitario, obteniendo el visto bueno del ente público.Todo lo posibleFue a primera hora de la tarde cuando el apoderado de Morante, el matador retirado Antonio Barrera, a través de su cuenta personal de Twitter, en la que señalaba que «aunque ha hecho todo lo posible, y sintiéndolo mucho, Morante no podrá estar presente en ninguno de sus tres compromisos el próximo fin de semana».De esta forma se despejaban todas las dudas a cerca de una posible reaparición del torero de la Puebla del Río en alguna de esas tres plazas, cuyos empresarios tendrán que trabajar ahora contra el reloj para encontrar un sustituto para sus respectivos festejos.Tampoco podrá actuar Morante de la Puebla hoy en el tercer festejo de la feria de San Antolín de Palencia, donde estaba anunciado con José María Manzanares y Jiménez Fortes; ni el sábado en el cartel estrella del ciclo madrileño de San Sebastián de los Reyes, en una terna completada por Manzanares y Julián López El Juli.El objetivo del sevillano, que se encuentra inmerso en un proceso rehabilitación intensivo, se centra ahora en estar a punto para la goyesca de Ronda (Málaga), el próximo 7 de septiembre, donde está anunciado con seis toros en solitario.
El Diario de Yucatán
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