Quién
no recuerda el berrinche de Félix Sánchez en Londres? El dominicano,
con la foto en la mano de su abuela, Lilián Peña, muerta cuatro ...
Quién no recuerda el berrinche de Félix Sánchez en Londres?
El dominicano, con la foto en la mano de su abuela, Lilián Peña, muerta
cuatro años atrás, no podía contener las lágrimas. Y a su alrededor, el
gentío emocionado en las rebosantes gradas del estadio de Standford en
una noche inolvidable. Un año después, Félix Sánchez afronta el desafío
de superar en lo único que puede superar a Edwin Moses, en número de
títulos. El latino quiere romper el empate a dos, un par de oros
olímpicos y otro par mundiales. Pero el entorno poco ayuda. «Esto está
muerto: no hay ambiente», dice. Y después de superar las series recuerda
el pasado: «Esto es, comparado con Londres, como la noche y el día».
Las gradas de Luzhniki ofrecen un aspecto deprimente,
sonrojante para la IAAF y para Rusia, incapaz de llenar el día de su
mejor producto: la final de los 100 metros. Porque la noche anterior
hubo cerca de 35.000 espectadores, un tercio vacío, durante la carrera
que coronó a Usain Bolt. Y hasta Tatyana Lebedeva, histórica saltadora,
ahora en la federación rusa, reconoce que se están regalando entradas,
pese a que las hay desde tres euros. Hasta el mismísimo Bolt empieza a
ser insuficiente para saciar al público y recuperar el poderío de otros
tiempos, de los años de esplendor con Edwin Moses, Sergei Bubka o
Michael Johnson.
Los 9.77 segundos resultan insuficientes para un público
que se había acostumbrado a los récords del jamaicano, ‘casi’ eclipsado
el domingo por la noche por Olivier Morin, el veterano reportero gráfico
de la agencia AFP que cazó de casualidad, con una de sus cinco cámaras
de acción remota, la foto de su vida, en la que aparece el ‘Rayo’ Bolt
en la pista y, al fondo, fuera del estadio, la caída de un rayo. Cuatro
años después de la también inolvidable carrera de Berlín, donde el
plusmarquista corrió en 9.58, la gente empieza a sospechar que el
prodigio no da para nuevos récords con el cronómetro y que ya solo podrá
lograrlos en el número de medallas conquistadas (lleva seis oros
olímpicos y otra media docena, a la espera de dos pruebas en Moscú, en
Mundiales).
Quizá sea el momento de correr la cortina en que se ha
convertido Bolt en el último lustro y observar qué hay tras él. Sin irse
muy lejos, los 100 m femeninos, donde su compatriota Shelly-Anne
Fraser-Price, una bomba de 1,57 metros, recuperó el título que ganó en
Berlín y perdió en Daegu. Como el Rayo. La jamaicana ganó con poderío:
mejor marca mundial del año (10.71 con -0.3 m/s), a una centésima del
récord de los campeonatos de Marion Jones y con una de las mayores
ventajas de la historia, 22 centésimas sobre la marfileña Ahoure,
segunda por delante de Jeter.
‘SAFP’ extiende su dominio -es doble campeona olímpica- en
una final sin europeas, algo que solo había sucedido en 2009, y solo
falló en su deseo de romper su plusmarca (10.70). Pero su autoridad es
incuestionable. Esta temporada solo ha perdido tres carreras de 100 y
200. La velocista, de glúteos e isquiotibiales potentísimos, todo
explosividad, se adelantó a los 20 metros y ya no volvió a ver a sus
rivales. Su elevada frecuencia, 51 zancadas para cubrir los 100 metros,
es muy efectiva. Y su puesta en acción, casi inmejorable. El día que
corrió en 10.70 pasó por el 60 una décima más rápido que el récord del
mundo ‘indoor’ de Irina Privalova (6.92).
Derrota de Lavillenie
La maldición de los Mundiales persigue a la extraordinaria
escuela francesa de pértiga. Nunca han ganado un título mundial. La
final de Moscú parecía ser el momento en el que su último talento,
Renaud Lavillenie, el hombre que saltó 6,07 en la final del Europeo en
pista cubierta, marca que no valió al quedar el listón encima de otro
soporte, cayó derrotado ante el alemán Raphael Holzdeppe, 23 añitos, con
idéntica marca (5,89, pero más nulos del galo).
Tan sorprendente como el triunfo de David Oliver, en trece
segundos exactos (+0.3), mejor marca mundial del año, en los 100 metros
vallas. Un tropezón de Richardson evitó el pleno estadounidense (Wilson
fue segundo y el ruso Shubenkov, tercero) en el que no hubiera estado el
campeón olímpico y plusmarquista mundial Aries Merritt (sexto).
La tercera jornada dejó otra mejor marca mundial de la
temporada, los 81,97 que dieron el título de lanzamiento de martillo al
polaco Pawel Fajdek, y un récord nacional para la británica Christine
Ohuruogu campeona después de una foto ‘finish’ que obligó a buscar la
milésima (49.404 por 49.408 de Montsho) en una final de 400 con cuatro
mujeres por debajo de los 50 segundos.
Valerie Adams no se harta
Y con menos carisma que Bolt, pero con semejante fortaleza,
Valerie Adams (antes Vili) regaló en Luzhniki su enésima demostración y
se encumbró con un lanzamiento de 20,88 metros en Moscú, donde ya había
competido, en los Juegos de 1980, Jean-Pierre Egger, su entrenador, el
hombre que, antes que a ella, ya había adiestrado a Werner Günthor, un
suizo que fue campeón del mundo en 1987, 1991 y 1993.
Adams ya ha superado a Günthor. La atleta de 1,93 metros y
120 kilos, la antítesis de ‘SAFP’, es la indiscutible dominadora de la
especialidad con solo 28 años. Nadie discute su jerarquía después de
haber encadenado cuatro medallas de oro en los Mundiales, además de dos
títulos olímpicos. Solo hubo una manera de vencerle, saltándose las
normas, el recurso de Nadezha Ostapchuk, la mujer que le quitó la gloria
de subir a lo más alto del podio en Londres, aunque luego fue
descubierta y sancionada.
Ostapchuk, aún así, fue la última mujer que derrotó
legítimamente, aunque cargada de dudas, a Adams. Porque la neozelandesa
lleva 38 victorias seguidas desde que la tramposa venció el 22 de agosto
de 2010 en Zúrich.
TÍTULO; EL GROS DE LA NAVIDAD EN CATALAN,.
Cuando los bombos giren en las próximas Navidades, los tradicionales cantos que reparten premios a los números agraciados sonarán ...
Cuando los bombos giren en las próximas Navidades, los
tradicionales cantos que reparten premios a los números agraciados
sonarán también en catalán. El 31 de diciembre, día en que se realizará
el sorteo 'Grossa de Cap d'Any', Cataluña se convertirá en la primera
comunidad autónoma que cuente con un premio de lotería propio. Los
boletos podrán empezar a adquirirse por cinco euros desde finales de
septiembre, aunque el Govern todavía no ha aclarado si la compra estará
disponible exclusivamente en las casas de apuestas de Cataluña o por el
contrario se podrá efectuar en toda España.
La Generalitat no quiere desaprovechar la oportunidad de
competir por los suculentos beneficios que cada año reportan los sorteos
de Navidad y Reyes. Según cálculos del departamento de Economía del
Gobierno catalán, el 70% de la recaudación será destinada a premios y el
30% restante irá a programas relacionados con la atención a la infancia
de la Consejería de Bienestar y Familia.
Para quien tenga la fortuna de poseer el boleto ganador,
que estará decorado con una bandera catalana y luces de color, el premio
gordo rondará los 100.000 euros, una cuantía semejante a la repartida
en los otros premios de carácter nacional. La retribución, de 20.000
euros por cada euro apostado -exactamente la misma que en el Gordo de
Navidad-, será abonada por Loterías de Cataluña, entidad responsable del
sorteo y dependiente del organismo de juegos y apuestas de la
Generalitat.
Sin embargo, la nueva rifa nace en pleno proceso de
desplome de los ingresos por loterías en Cataluña, que, una vez
descontado el importe de los correspondientes premios, cayeron casi un
42% entre 2008, cuando llegaron a los 68,7 millones de euros, y 2012, en
que no alcanzaron los 40. El Ejecutivo catalán confía en que el 'Grossa
de Cap d'Any' sirva para poner freno a esta tendencia negativa, que
achaca a la crisis económica y al alto grado de competencia existente en
el sector.
Una clave del éxito será la popularidad que alcance el
nuevo juego de azar. Para ello el boleto no solo se podrá obtener en los
establecimientos clásicos, como estancos, bares o quioscos, sino que la
Consejería de Economía catalana piensa distribuirlo en supermercados y
grandes superficies.
Otra incógnita reside en la capacidad que tendrá de ganar
clientes en detrimento de los sorteos más tradicionales, si bien es
cierto que Cataluña es una de las comunidades en las que más lotería se
compra. El 15,72% de las participaciones para el Gordo y el 13,61% de
las del Niño se venden en este territorio, solo por detrás de Madrid en
el primer caso y de la comunidad madrileña y Valencia en el segundo.
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