jueves, 7 de febrero de 2013

TRES SEMANAS DE HUELGA EN IBERIA TRAS CERRARSE LA ÚLTIMA VÍA DE NEGOCIACIÓN,./ UN CRIMEN TUMBA AL GOBIERNO EN TÚNEZ,.

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TÍTULO: TRES SEMANAS DE HUELGA EN IBERIA TRAS CERRARSE LA ÚLTIMA VÍA DE NEGOCIACIÓN,.

Era la crónica de una huelga «preanunciada» desde que la semana pasada concluyera sin acuerdo el largo mes de negociaciones que,.

 Foto de una chica guapisima llamada Laura en busca de la economía, etc,. 


Era la crónica de una huelga «preanunciada» desde que la semana pasada concluyera sin acuerdo el largo mes de negociaciones que habían mantenido Iberia y sus distintos colectivos laborales, con el fin de lograr un pacto que mitigara los efectos del severo Plan de Transformación presentado por la aerolínea el pasado 9 de noviembre. Los seis sindicatos de tripulantes de cabina y trabajadores de tierra de la compañía (UGT, CC OO, CTA, USO, Sictpla y Asetma), que representan al 93% de la plantilla, convocaron ayer tres semanas de paros totales (24 horas) hasta abril, distribuidos en períodos de cinco días no consecutivos: del 18 al 22 de febrero, entre el 4 y el 8 de marzo, y del 18 al 22 de marzo. Eso sí, dejaron fuera fines de semana y la Semana Santa, primer barómetro para pulsar las expectativas anuales del sector turístico español.
Aunque las posibilidades de retomar el diálogo con la ayuda del Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA) eran mínimas, ambas partes presentaron sendas propuestas en la reunión que mantuvieron en su sede, paso previo obligado antes de ir a la huelga. La diferencia es que mientras la jefatura de Iberia se remitió a la propuesta presentada el pasado 31 de enero -justo el día que concluía el plazo para una solución pactada-, los sindicatos presentaban un documento con varias vías para alcanzar un ahorro de costes laborales «superior al 40%». según estimaron. Entre ellas, figura un recorte salarial directo del 10%, una congelación de todas las retribuciones, renuncias a distintos complementos y la salida de la empresa de 2.600 empleados.
En dicha oferta, la compañía ofrecía básicamente reducir la supresión de empleos prevista de 4.505 a 3.147 (del 23% al 16% de la plantilla), situar el ajuste salarial entre el 11% y el 23% (frente a la franja anterior del 25%-35%) y moderar la reducción de capacidad hasta el 10% (ante el 15% previsto en un principio). Los sindicatos, sin embargo, ven 'letra pequeña', pues hay que añadir el impacto de la congelación de los sueldos entre 2013 y 2016 (y probablemente 2017) y también de los 'deslizamientos' -progresión económica por aumentar nivel y antigüedad-.
La huelga convocada en Iberia, tachada de «desproporcionada» y «amenaza intolerable» desde la dirección, es la mayor registrada en sus servicios de mantenimiento -donde cuenta con un centenar de clientes de todo el mundo- y 'handling (asistencia en tierra)' -donde da servicio a más de 220 compañías-, aunque solo una más en la larga historia de conflictividad de la aerolínea. El último episodio tuvo lugar hace justo un año, en un paro total (también en semanas alternas) que los pilotos empezaron en diciembre de 2011 y concluyeron en febrero de 2012, tras alcanzar un acuerdo para desconvocar el resto de jornadas de movilización previstas entre marzo y mayo.
Los pilotos, el lunes
Precisamente los 1.450 pilotos de la aerolínea -cuya representación mayoritaria ostenta el sindicato Sepla- se reunirán el lunes próximo para decidir si se unen a los paros de tripulantes de cabina y trabajadores de tierra. Este colectivo, que ha mantenido negociaciones por separado con la empresa aunque con el mismo fin (paliar los efecto del Plan de Transformación), sigue a la espera desde el jueves pasado de que la dirección conteste a su última contraoferta, que incluye un ajuste salarial de hasta el 60% y más facilidades de integración de personal con la filial de bajo coste Iberia Express.
Dado que el expediente de regulación de empleo (ERE) que presentará la compañía en un plazo estimado de dos semanas también les afecta -allí se abriría otra vía de negociación, aunque limitada a las condiciones de los 4.505 despidos-, fuentes del sector esperan que los pilotos terminen secundando la protesta o, al menos, que el Sepla deje libertad a sus asociados para sumarse a la huelga. Vistos los antecedentes, el Ministerio de Fomento será el que finalmente fije los servicios mínimos, que probablemente incluyan todas las conexiones con Canarias y Baleares, un 50% para los vuelos nacionales de más de cinco horas y los extranjeros de menos de seis horas, y el 25% (o menos) para el resto.

TÍTULO: UN CRIMEN TUMBA AL GOBIERNO EN TÚNEZ,.

 Miles de tunecinos se echaron a las calles en las principales ciudades del país para mostrar su ira tras el asesinato de Chokri Belaid, líder del ...

Miles de tunecinos se echaron a las calles en las principales ciudades del país para mostrar su ira tras el asesinato de Chokri Belaid, líder del opositor Movimiento de los Patriotas Demócratas. El abogado y activista de los derechos humanos de 48 años recibió dos disparos cuando salía de su casa en el barrio capitalino de El-Menzah y la noticia no tardó en llegar a las calles, donde se organizaron manifestaciones espontáneas en las que se mezcló el duelo por la muerte de Belaid y la crítica feroz al Gobierno del partido islamista moderado Ennahda.
Túnez, Gafsa, Sfax, Susa, Monastir o Sidi Bouzi revivieron los días de la revolución con marchas multitudinarias y enfrentamientos con las fuerzas del orden. El grito de 'Degage' (lárgate, en francés) recorrió de nuevo este país norteafricano de apenas diez millones de habitantes donde empezaron las 'primaveras árabes', pero esta vez se volvió en contra de su Gobierno elegido democráticamente hace poco más de un año. Entre los gases lacrimógenos y los disparos al aire, los opositores pedían «una segunda revolución», otro de los eslóganes más repetidos en una jornada en la que varias sedes del partido en el poder fueron atacadas.
Los dirigentes de Ennahda negaron cualquier implicación en este «acto terrorista», según la nota difundida por la oficina del primer ministro, Hamadi Jebali, y el líder histórico de la formación, Rached Ganuchi, alertó de que «Túnez se encuentra ante su mayor estancamiento político desde la revolución. Debemos mantener la calma y no caer en una espiral de violencia, debemos estar más unidos que nunca».
El presidente, Moncef Marzouki, canceló su viaje a Egipto para asistir a la Conferencia Islámica y regresó directamente al país después de pronunciar un discurso en la sede del Parlamento Europeo en el que acusó a «enemigos de la revolución» del asesinato de Belaid y pidió a la ciudadanía «calma, que no ceda a la provocación y que deje a las fuerzas de seguridad hacer su trabajo. Habrá otros atentados a la estabilidad pero el Gobierno pacífico tunecino y su sociedad tienen que mostrarse sólidos».
Una llamada a la unidad que no sirvió para calmar a los partidos de la oposición, que llamaron a la huelga general durante la jornada de hoy y anunciaron su retirada de la Asamblea Constituyente que redacta la nueva Carta Magna, cuya votación está prevista para junio. Maya Jribi, secretaria general del Partido Republicano, adelantó que la oposición está dispuesta a adoptar «decisiones históricas como respuesta a este acto cobarde».
Estas palabras de «calma» tampoco llegaron a los oídos de miles de ciudadanos de a pie hartos de los excesos de los sectores salafistas, ni a los foros cibernéticos donde se acusaba abiertamente desde el primer momento a los islamistas de quitarse a un rival incómodo del medio. Según los perfiles publicados por diferentes medios tunecinos, durante la dictadura Belaid fue una persona muy vinculada a la lucha obrera en la cuenca minera de Gafsa, en el sur del país, y tras la caída de Ben Ali había llevado al Movimiento de los Patriotas a formar parte del Frente Popular que ahora trata de convertirse en una alternativa de futuro laica en Túnez.
Este grupo celebró una reunión durante el fin de semana y fue atacado por «mercenarios de Ennahda» -la Liga de Protección de la Revolución, grupo próximo al partido gubernamental-, denunció el propio Belaid en una de sus últimas declaraciones a los medios. Según el canal France24, el líder opositor estaba amenazado de muerte.
De la mano con Egipto
La situación posrevolucionaria en Túnez es semejante a la que se vive también en Egipto. Islamistas y laicos sumaron fuerzas para acabar con las dictaduras que llevaban años en el gobierno, después llegaron las primeras elecciones libres que, en ambos casos, auparon a partidos de los Hermanos Musulmanes al poder y poco a poco las hojas de ruta de cada grupo han ido divergiendo hasta llegar al enfrentamiento.
Además de la diferencia religiosa, en Túnez hay que tener en cuenta también la gran separación entre las provincias de la costa y las del interior, mucho más pobres y donde estalló la revolución que acabó con la dictadura después de que un joven llamado Mohamed Bouazizi se quemara a lo bonzo en diciembre de 2010, en señal de protesta por la corrupción y la falta de oportunidades en el antiguo régimen.



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