Una cita de Aristóteles abre su libro: «Es probable que a veces sucedan cosas al margen de lo probable». Y no solo sirve para resumir el,.
Una cita de Aristóteles abre su libro: «Es probable que a veces
sucedan cosas al margen de lo probable». Y no solo sirve para resumir el
contenido del más de centenar de relatos de 'Aquí yacen dragones', sino el
origen como cineasta de Fernando León de Aranoa.
Llegó a la profesión por casualidad, por un error burocrático que
en la universidad le matriculó en Comunicación Audiovisual y no en Bellas Artes,
como era su deseo. «Por aquel entonces hice un pequeño curso de dirección que no
me interesó nada, pero luego hice uno breve de escritura de guiones y ahí surgió
el flechazo con el cine», confiesa. Ahora, y antes de comenzar a rodar su nueva
película, debuta como escritor con un libro que dice «tiene doble nacionalidad
por estar en la frontera que hay entre la realidad y la fantasía». Capaz de
contar una historia en solo una frase, estos relatos, fraguados durante una
década entre viajes y esperas, obligan al lector a reflexionar sobre temas de
actualidad y sobre sí mismo, además de alcanzarle hasta la otra orilla para ver
la realidad con los ojos de otro.
-¿Para qué le han servido estos relatos?
-Toda la escritura busca explicar las cosas, pero no porque sientas
el afán de decirle a la gente cómo son, sino porque te las quieres explicar a ti
mismo. Lo que haces al escribir es intentar entenderte tú. Sin embargo, no sirve
para escapar de la realidad, de hecho, creo que casi ningún libro sirve para
ello. La realidad siempre está ahí, esperándote. Pero sí es útil para regresar a
ella con mas ganas, con más ímpetu y más pistas.
-En realidad, con esa pasión por la escritura que siempre ha tenido
este podría ser un debut esperado. Pero como este oficio se parece tan poco al
de dirigir, ¿cree que hay que tener dos almas, una para cada cosa?
-Completamente, y además creo que las tenemos para muchas más
cosas. Al final, cada uno de nosotros cohabita con muchas personas. Pero en el
caso de la escritura y de la dirección de películas podría asegurar que son casi
dos almas contrarias. El trabajo del escritor es más tranquilo, más aislado.
Para dirigir necesitas un alma mucho más social, capaz de comunicar a un equipo
muy grande todo lo que quieres hacer.
-¿Y cómo lleva esa doble personalidad?
-A veces, como pasas de una a otra sin tiempo de descompresión,
tienes que actuar también. Yo a veces cuando voy a dirigir después de haber
estado ocho meses escribiendo un guion llego al plató diciéndole a los actores:
«Yo, como vosotros, vengo aquí a actuar, a hacer el papel del director». Me
tengo que imponer una disciplina porque no es lo que te sale en ese momento.
-¿Alguna de estas historias fue el germen para una película que
nunca llegó a serlo? Los 'Adioses elegidos' recuerdan levemente a 'Familia'.
-No es así estrictamente, aunque estirando alguno podría llegar a
ser una película, o al menos un cortometraje. Pero es cierto que el que
mencionas es el único relato que para mí tiene una conexión muy clara con
'Familia'. En él también se ve, aunque de una forma más fantástica aún, cómo nos
inventamos los afectos cuando no los tenemos. De hecho, en su día lo pensé como
si fuera la idea para una empresa para los que viajan solos y a los que nadie va
a despedir a la estación.
-El negocio cuando menos sería muy original.
-[Risas] A mí es que de pronto se me ocurren muchas ideas de corte
empresarial, que soy incapaz de llevar a cabo por cordura. Aunque luego la
realidad siempre te sorprende. Recuerdo que después de hacer 'Familia' leí
acerca de una empresa creada en Japón que consistía justo en eso, en poner a
disposición del cliente una familia contratada para darle cariño en Navidades,
en los cumpleaños...
-Demuestra de nuevo que es un buen retratista. ¿Qué tiene el ser
humano que tanto le interesa?
-Que es muy complejo y todo lo complejo es interesante y admite
matices. Las verdades absolutas son muy aburridas para todo. Yo siempre escribo
desde la duda, me lo cuestiono todo, y creo que es la forma de encontrar cosas
interesantes. Además, por el camino te vas entendiendo a ti mismo.
TÍTULO: DE BAZAR ASIÁTICO A TIENDA DE ALIMENTACIÓN DE BARRIO,.
Sólo en el Casco Antiguo ya hay dos tiendas de
alimentación de las llamadas popularmente del olvido regentadas por
ciudadanos chinos.
Empezaron con las tiendas de ‘todo a cien’ y con los restaurantes,
después se pasaron al negocio del textil y a los bares de ‘cañas y tapas’ con
nombres como ‘La bellota extremeña’; y ahora también han entrado en el mercado
de las tiendas de alimentación de barrio. La población china asentada en Badajoz
está cada vez más presente en el comercio, una realidad que gusta poco a los
pequeños y medianos empresarios de la ciudad, puesto que, en tiempos de crisis,
cualquier competencia hace mucho daño.
Sólo en el Casco Antiguo ya hay dos tiendas de alimentación de las llamadas popularmente 'del olvido' regentadas por ciudadanos chinos. La primera, situada en la Plaza de la Soledad, junto enfrente de la ermita, abrió hace dos años y medio. La segunda, en la calle Obispo de Ribera, empezó a funcionar hace aproximadamente cinco meses.
Sólo en el Casco Antiguo ya hay dos tiendas de alimentación de las llamadas popularmente 'del olvido' regentadas por ciudadanos chinos. La primera, situada en la Plaza de la Soledad, junto enfrente de la ermita, abrió hace dos años y medio. La segunda, en la calle Obispo de Ribera, empezó a funcionar hace aproximadamente cinco meses.
Ambas pertenecen a la misma familia y están abiertas de lunes a
viernes desde primera hora hasta las doce de la noche. Venden pan, legumbres,
sopa de sobre... En la de la calle Obispo también despachan una gran variedad de
frutas.
En la avenida de Ricardo Carapeto, en San Roque, hay otro local de
estas características, y en el barrio de San Fernando ha abierto igualmente otro
hace poco tiempo.
Cuando se intenta hablar con alguno de los vendedores de estas
tiendas, casi por instinto rechazan dar datos sobre su negocio, por lo que es
difícil establecer un registro exacto del número que existe en Badajoz.
Cierto es que en la mayoría de los bazares asiáticos de la ciudad
que adoptaron al principio el formato de tienda de 'todo a cien' ya venden
productos de alimentación, pero lo novedoso del mercado es la aparición de este
tipo de pequeños supermercados de barrio de toda la vida ahora gestionados por
ciudadanos chinos. De momento, en tres de las zonas más pobladas de la ciudad
(Casco Antiguo, San Roque y San Fernando) ya están presentes. Además, en muchos
pueblos de la provincia, como es el caso de Olivenza, también han empezado a
aparecer este tipo de tiendas.
El presidente de la Federación de Comerciantes de Badajoz (Fecoba),
José María Reino, analiza esta realidad y enseguida hace referencia a la
economía sumergida y a la competencia desleal porque, según él, estos negocios
no cumplen con todos los requisitos legales, «por ejemplo, no todos los
trabajadores están dados de alta en la Seguridad Social», asegura. Cierto es que
estas dos peculiaridades no son exclusivas de los comercios regentados por
ciudadanos chinos, pero Reino insiste en que la petición que ellos hacen como
representantes de los comerciantes es que «la Administración vigile para que
todo el mundo cumpla con la legalidad vigente y así haya igualdad de
oportunidades», añade. Aunque es consciente de la capacidad de diversificación
de la población china y del apoyo económico que se dan unos a otros para que los
negocios salgan adelante.
El presidente de los comerciantes de San Roque, Isidro Flores,
asegura que «entre las tiendas de chinos, los mercadillos ambulantes y los
centros comerciales, el pequeño comercio está muy quemado». Y el portavoz de los
empresarios de San Fernando, Vicente de la Hoz, apunta que la apertura de una de
estas tiendas en un barrio supone un peligro para el resto de negocios. «La
clave está en que tienen de todo», apostilla.
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