La Real Sociedad visita San Mamés en la zona noble de la tabla, mientras que el Athletic lo hace viendo el descenso de reojo, pero todo pasa a segundo plano en un derbi (21.30 h. MARCA TV, Radio MARCA y MARCA.com).
El Athletic necesita los puntos para huir de la quema. La afición realista espera que una victoria cambie el ciclo de dominio rojiblanco.
TÍTULO Bestias del sur salvaje 4 nominaciones a los Oscar.
La infancia, ese lugar en el que la línea entre la realidad y la imaginación es tan delgada que una y otra cambian de lado casi sin que nos demos cuenta, sirve de hilo conductor al argumento de 'Bestias del sur salvaje', la sorpresa cinematográfica del año. Pero la niñez es sólo la excusa que utiliza el debutante director Benh Zeitlin para hablar de mucho más. De todo, en verdad. Porque hay tantos mensajes como metraje tiene la película. Ya lo definió en su momento Luis Martínez, el crítico de EL MUNDO: «cada frase se empeña en contar el universo. Entero».
Así, entre imágenes oníricas, metáforas, realismo mágico y bastante crudeza, la cinta habla de animales grandes y pequeños. De fuertes y débiles. De clases sociales y jerarquías. De un mundo marginal y del cambio climático. De las relaciones paterno filiales. De la pertenencia a un grupo. De sentimientos como el miedo, la valentía, el amor o la amistad. Y de la importancia de «que las piezas estén en su sitio para que el universo encaje», como se repite en voz alta la protagonista, Hushpuppy, una niña de seis años con el pelo rebelde y ensortijado que se 'come' la pantalla, en una actuación tan salvaje como el propio título.
La acción de este cóctel de ideas se desarrolla en La Bañera, un lugar ficticio situado en algún punto entre los meandros del río Mississippí, en Louisiana (EEUU). Un paisaje tan desolador como el que mostraba 'La Carretera' de Cormac McCarthy, pero en esta ocasión pasado por agua, recordando al escenario que dejó el paso del huracán Katrina por Nueva Orleans. De hecho, es una gran tormenta la que da un giro a los acontecimientos, la que hace que a veces «algo se rompa en pedacitos tan pequeños que es imposible que vuelva a estar en su sitio, a encajar en el mundo, por mucho que se intente arreglar».
Esta especie de fábula sobre cómo es la vida al otro lado de un dique ha conquistado desde su estreno a crítica y público. Brilló en el Festival de Sundance como no lo lograba ningún filme hacía mucho y ha logrado cuatro nominaciones a los Oscar —en las categorías mayores—. Un soplo de aire fresco y originalidad para la industria del cine.
Pero si sorprendente es la propuesta argumental, más aún si cabe lo son los actores. Desconocidos hasta este momento. Desde Quvenzhané Wallis —quédense con el nombre— a Dwight Henry, pasando por todos los secundarios. Una batalla interpretativa de la que salen todos vencedores, aunque el podio es para Wallis (Hushpuppy), un pequeño portento de la naturaleza, apuesta firme para llevarse la estatuilla en la categoría de mejor actriz. Habrá que escuchar esa noche los latidos de su corazón, como hace ella con todas las criaturas del filme, con las bestias del sur salvaje.
TÍTULO: LA HORMA DE MI ZAPATO Abraham García,.
- 1. ¿Qué le parece ese mamoneo sobre los caballos disfrazados de ternera que nos salpica a diario?
- Abraham García
- He leído que, amén de las hamburguesas, también relinchan ciertas pastas italianas rellenas de carne. No casualmente, y desde antiguo, al relleno se le denomina farsa. Sin embargo algunas mortadelas, como recordaba el viejo chiste, suelen rebuznar. ¿Tú que vas a ser de mayor? Le preguntaban al retozón burrito. Yo, mortadela, como mi madre. Es lamentable que se especule con algo tan serio como la comida. Pero para su tranquilidad, yo que me he criado entre una reata de caballos y mulas de todo pelaje, puedo asegurarle que el alado hijo de la yegua es más limpio que los peces. Cuando aún no me habían nacido crines en los huevos ya montaba a pelo como los hijos de Atila. Ignoraba entonces la hermosa balada lorquiana del caballo grande que no quería beber y que inmortalizó Camarón. Se atrevió incluso, el valiente hijo de La Canastera, con otra versión menos conocida, donde el llanto del sitar, suplía al clasicismo de la guitarra. Pero volviendo al sibaritismo de los equinos, me admiraba entonces, y ahora, de cómo un caballo sediento; envuelto en humo por el sudor de la galopada; cubierto de espuma del cuello a los ijares; y con la respiración cortada y jadeante, prefiriera desmayarse de sed, antes que introducir su belfo incandescente en el arroyo que, minutos antes, hubieran profanado las inoportunas patas de perros, ovejas u otras plebeyas criaturas. Así es de exquisito el hijo del viento. Mi alado amigo. E invirtiendo los papeles, también a veces en los hipódromos, nos cuelan ternera por caballo. Sin ir más lejos en la segunda del pasado domingo en la Zarzuela, aquella que ganó un poney anoréxico llamado La Nava, ella misma, y a los que enseñó el rabo, si no mugían, poco faltaba.
- 2. Don Abraham, siempre que le visitamos, entre los tentadores aperitivos y lo generoso de sus raciones, no nos queda sitio para los quesos, y los hemos visto y olido en la mesa de al lado variados y espectaculares. ¿Podría destacarme los tres europeos que más le gusten?
- Abraham García
- En este momento desde los albores de la primavera y hasta el declive de ésta, sin dudarlo la portuguesa Torta de la Sierra de la Estrella. Pasados días, mi hija Yedra, que estudia en Coimbra, me trajo una torta perfecta de maduración y ciertamente sublime. Mucho más delicada, lo lamento, que nuestras encumbradas Tortas del Casar, frecuentemente excedidas de sal. Exhibía la portuguesa un rastro herbáceo en el que se eternizaba la flor de cardo del cuajo. Una obra maestra. Muy, muy sabrosos los cheddar curados del País de Gales; especialmente aquellos que al cortarlos se astillan y te dejan en el cielo de la boca un lácteo bouquet a mantequilla, levemente picante. Y uno de los grandes quesos gabachos, sigue siendo el comté, muy por encima de sus primos los gruyère. Ojo, me refiero a los carísimos comtés de leche cruda con edad (nunca menos de veinticuatro meses) y raza. Me fascina ese toque seductor a champiñones que aún conservan por curados que estén. Recientemente elegí una cuña de kilo y medio en La Grande Epicerie de París( Bon Marche) Atesoraba la joya 36 meses de curación; crianza que le había donado un color rubio, amielado, en el que destacaban pequitas de sal cristalizadas como es común en los gloriosos parmesanos. Hace unos días un alumno de prácticas lo ralló impasible confundiéndolo precisamente con un parmesano. ¡Ni se imaginan cómo mejoraron de repente mis canelones de caza menor gratinados! Después de blasfemar hasta la ronquera (se me escucharía hasta en la COPE) por un instante le di la razón a mi ilustre colega José Miguel Manzanal que sugería aceptar a los de prácticas por parejas. ‘Hágame caso jefe, mejor de dos en dos: así uno lo hace y otro lo tira’.
- 3. Hola, maestro. Soy un periodista en paro (otro) al que no le iba mal y ahora vive una situación laboral lamentable. Por ello, estoy pensando en reinventarme y tira por mi gran pasión, la cocina. ¿Sería posible ver y aprender como se trabaja en una cocina profesional como la suya? Gracias
- Abraham García
- En la mía, y durante una semana, le aceptamos encantados (Rotularé los quesos). Fíjese que paradoja que a mí lo que me gustaría es currar en un periódico. Ya sé que son mucho más aburridos que el que retrataba Primera Plana, pero...qué me dice de esas becarias para mojar pan.
- 4. Admirado Abraham: después de muchos años trabajando en Londres, ahora de nuevo en Madrid, ni se imagina cuánto añoro las cocinas asiáticas. Seguí su consejo , y más de un domingo le he visto con los suyos, no quise interrumpirle, en el excelente Don Lay. ¿Conoce usted algún otro restaurante asiático?
- Abraham García
- Chinos no. Probablemente además de Don Lay, habrá algún otro más con interés, pero yo no le he encontrado. Sin embargo indios sí. A decir verdad el descubrimiento se lo debo, como tantas cosas, a Fernando Point. Se llama Diwali y somos vecinos (calle Lope de Rueda,19). Salvo en el londinense “Tayyabs” (83-89, Fieldgate St. London) hacía tiempo que no disfrutaba tanto. Viandas de calidad y perfectas de punto . Panes espectaculares directamente del tandoori a la mesa; y unos currys deliciosos y fragantes que exhalan la frescura de las salsas hechas al momento (justo el anverso de tanto engrudo oxidado que te sirven en muchos de nuestros restaurantes indostánicos que no pasan de simulacro). Precios comedidos y cuatro vinos ramplones, sin memoria, que invitan pasarse a la cerveza. Con ella comimos. Además, se lo agradezco, me aceptaron reservar a las tres y media para no interferir en los caballos, dueños de mis domingos. A propósito de la bebida, en los genuínos restaurantes indostánicos desperdigados por Europa (ignoro si también en la India, un país más grande que el mundo) no es infrecuente comer con una especie de yogurth ligero llamado lassi. Variedad de leche fermentada, en la que a veces baten mango, la fruta de la India por excelencia. No es poca suerte que en Madrid, trufado de cocinas foráneas, pero rara vez bien representadas, nos brinde un restaurante tan sugerente y auténtico. Al profesionalismo y la proximidad del dueño súmele unos amabilísimos camareros que se desviven por atenderte. Servidor, que valora el trabajo ajeno, hubiera querido que éstos tuvieran incontables brazos , como las diosas de su mitología, para que fatigaran menos veces la empinada escalera.
- 5. Buenos dias. He visto en la pescaderia el skrei, bacalao fresco: como me recomiendas hacerlo. Un saludo
- Abraham García
- El skrey, ese justificado mito nórdico, está dando sus últimos coletazos. Su temporada, regida por los ciclos lunares, es muy breve. También su sabor. A su favor la extrema delicadeza de su carne que exige elaboraciones sencillas. El que yo sirvo hoy en Viridiana (ejemplares jurásicos con más de quince kilos) lo hacemos simplemente a la plancha y arriba a la mesa con primaverales verduritas en tumbet, al buen gusto balear más una atejada y oportuna salsa romescu.
- 6. Don Abraham, debe de ser espectacular esa ensalada con cítricos y bacalao de la que usted nos habló, pero no me gusta el bacalao ¿Por qué otro ingrediente podría sustituírlo?
- Abraham García
- Actualmente llega a diario al mercado una marejada de chicharros tan baratos como hermosos. Dígale al pesca que, quitada la espina central, se los abra al medio. Después cúbralos por sendas caras y durante unas doce horas con abundante sal gorda. Pasado ese tiempo en la nevera observará cómo éstos han modificado radicalmente su textura, Ahora tersos, casi duros, lávelos con agua fría. Si hiciera falta, cátelos, déjelos algún tiempo en remojo en agua con hielo para liberarlo de la sal sobrante. Cortados en filetitos despilfárrelos sobre esa colorista y deliciosa ensalada andaluza que aprovecho para recordar: naranja de mesa y naranja sanguina, también pomelo dulce (si le place), poquita cebolla roja, aceitunas negras (empeltre o calamata), el chicharro (a falta de bacalao) y fragante aceite; ojalá de la última cosecha y en rama.
- 7. Me ha llegado una invitación de lo más chula para la inauguración de la temporada en el hipódromo. Si nos vemos en la tribuna, ¿le molesta que le incomode pidiéndole algún consejo? Si es así, lo entenderé. Usted estará en sus cosas y respeto se día libre.
- Abraham García
- ¿Cómo me va molestar? Todo lo contrario. Le será fácil localizarme: debajo de un sombrero, ya sabe. Sorprendentemente y con la economía arrastrándose, nuestro hipódromo con un diezmado número de caballos en entrenamiento y unas carreritas modestas, en cuanto a dotación que no en emociones, vive sin embargo un momento muy positivo y esperanzador. A esa feliz paradoja contribuye, sin duda, el altruismo de algunos propietarios que aún sabiendo cómo la calderilla de nuestros premios difícilmente rentabilizará su crinuda inversión, siguen premiándonos cada mañana estival con caballos cuyo pedigree y precio, galopa muy por encima de nuestras expectativas. No es menos importante, la apasionada gestión de Faina Zurita, su directora, que ha traído al hipódromo un aire fresco y un talante nuevo. Afortunada gestión que contrasta con la actitud, acartonada y pasiva, de algunos de sus predecesores. Este domingo, no me busquen en ningún otro sitio, inauguramos temporada y hay un programa variado y maravilloso. No se lo pierdan. E insisto, no duden en pedirme algún soplo por si la suerte me galopa. A la hora del ángelus: la bandera y los prismáticos erectos; desbocado nuestro corazón sin bridas; el arco iris de las chaquetillas incendiando las gateras. Se abren los cajones ¡Se disparan los caballos!
- 8. Su postre preferido Don Abraham, y su tarta/pastel que más le emocione. Muchas gracias.
- Abraham García
- La adelgazante capuchina de Neguri: la mousse Viridiana que los barandas de este periódico me han prometido (y,a veces, cumplen) colgar hoy. En su explícito video, por cierto, hago una apasionada defensa de la nata y leche de Priégola, una marca muy por encima de la competencia. Otra tarta que me engorda de gozo es la sacher cuando, aligerada, exhibe un chocolate amargo de excepcional calidad. Y ayer me sirvieron, y lo harán cada semana, una leche de cabra ‘Vega de San Martin’ , pasteurizada y entera, a Dios gracias, de una limpieza y frescura encomiable. De inmediato perpetré con ella unas docenas de yogures que hoy, ya fríos y reposados, serviré con las primeras minúsculas fresitas. Y que el comensal se lo endulce a su buen gusto: miel de acacia, sirope de caña o arce, arrope, común azúcar.
- 9. Buenos días maestro: somos de Arévalo y devotos de sus encuentros y de la cocina de cuchara. Ahora que se acerca el tiempo de los potajes ¿nos podría recordar, sé que lo ha hecho más veces, cómo es aquel con el que usted más disfruta?
- Abraham García
- Del potaje seguiré disfrutando mientras la Santa de Ávila me conserve el cucharón incorrupto. El potaje, amigos, no sólo es la cumbre de la cocina cuaresmal, sino una obra maestra entre los socorridos, suculentos, platos de cuchara de nuestro sabio recetario. Recetas ancestrales que sirviéndose de productos baratísimos sublimaban la precariedad. Bendita sea la mente (probablemente ensombrecida por almidonada toca) que tuvo el hallazgo de aparear los garbanzos con el bacalao; más el aporte de frescor de las verduras (acelga, espinaca, borraja, cardillos, collejas) haciendo el contrapunto. Oportuno también el azafrán, invitado de lujo, que dona al guiso color y aroma. Como es preceptivo ponga a remojar los garbanzos desde la víspera, cubiertos de abundante agua, con algo de sal. Al día siguiente, bien lavados y escurridos, cúbralos con agua mineral (me encanta la mineralidad, la finura de la pirenaica Caldes del Boi. Prisioneras en una de esas bolsas de malla que venden en ferreterías para aislar las viandas del cocido, introduzca una cebolleta, con su verde coleta incluida, un puerro (sólo su parte blanca), tres dientes de ajo (sin pelar), un tomate maduro, un pimiento choricero (o dos ñoras), una patata mediana, dos hojas de laurel y una ramita de tomillo. Premie el conjunto con un relámpago de aceite y una granizada de sal gorda. Cierre la olla exprés y deje que el pito imponga su silencio. (‘No de he callar por más que con el dedo/ ya tocando los labios, ya la frente/ silencio avises o amenaces miedo’).Transcurrido su tiempo, y ya con los garbanzos mantecosos (la olla exprés es idónea para las legumbres) abra el recipiente, retire la bolsa con los vegetales, y añada una prudente cantidad de bacalao, previamente desalado, más unos generosos puñados de su verdura favorita. (Éstas cuando cuecen, como yo cuando me desnudo, se quedan en nada) Media hora después, triture con la túrmix el contenido vegetal de la malla con caldo de la cocción y un poco más de agua mineral, si hiciera falta. Coladito incorpore este fragante puré ligero al potaje para que, tras una no muy prolongada cocción quede amorosamente ligado. También en la recta final, lo aromatizaremos con la simple picada obtenida de machacar unas crines de azafrán, junto a tres granitos de pimienta negra y cuatro o seis almendras fritas. (No le reprocharé si en el mínimo aceite de freír éstas, diluye una cucharada rasa del mejor pimentón) Ya en la mesa, añada si le place, una pedriza de huevos duros en daditos y un vergel de perejil picado. Resérvenme dos platos que ante maravillas así, yo hago un doblete. (En otros campos, lo hacía) Lo peor de la primavera es que con ella, y aún en mayor medida que se alargan los días, aumenta mi orfandad. De qué me sirve el mejor potaje que mi madre bordaba, si ahora también ella no es más que verduras de las eras; jaramago, collejas, diente de león, bendita y solitaria hierba. Sólo hierba.
- 10. Soy gran aficionado a los currys, pero siempre hago los típicos ¿alguna idea diferente para un curry que me han traído de la India? Gracias!!
- Abraham García
- Precisamente hoy la tropa de Viridiana ( que come mejor que los clientes) han hecho de primero un curry de verduras. El aroma a jengibre, lemon grass, cilantro se expande de Cibeles al Retiro y de Serrano a Atocha. El curry rojo es el que más me gusta. EL jengibre y el lemon grass los hallará frescos en cualquier tienda china. No todas venden hojas de lima (congeladas). Tómese la molestia de buscarlas ya que su toque cítrico resucita la salsa. También vale la pena pagar un poco más por la leche de coco si esta es de la firma alemana Dr. Goërg, la mejor con diferencia. Y para comparar con el que usted perpetre, si vive en Madrid le recomiendo una incursión por el antes aplaudido restaurante Diwali. Verá lo que es bueno.
- 11. ¿Qué opina usted maestro de esta rocambolesca historia de La Camarga, plagada de mortadelos?
- Abraham García
- Más que mortadelos, chorizos. De La Camarga me gustan sus espartanos paisajes , la flor de la sal y los caballos. Del restaurante barcelonés no puedo opinar, jamás estuve, pero ya es un mal presagio que en vez de flores tuvieran plantas carnívoras. Confío en que a la Ley no le timeble la mano frente a estos mangutos: por si no estuviéramos ya suficientemente espiados por ese gran hermano llamado Estado, sólo faltaba que ahora vinieran cuatro rufianes con gabardina a huronear en nuestras vidas.
Despedida,.
A propósito de espías, presumía un vecino extremadamente celoso (razones le sobraban, si lo sabré yo) del infalible detector de última generación que había comprado en La Tienda del Espía. Tan efectivo, decía, que bastaba con acariciar con él las braguitas usadas para detectar hasta la más mínima huella de semen. `Ni rastro¿, suspiraba ufano. (Anda que si le da por acercarlo al cepillo de dientes).
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