TÍTULO: LA RUTA DEL CEPILLO BARRER, POESÍA,.
¿Tú qué prefieres, escoba o aspirador? Reflexiona por un instante.
La elección no es fácil cuando has usado las dos cosas. Lo sé.
Yo, personalmente, lo tengo muy claro: Me quedo con la escoba de toda la vida. Escoba y recogedor, sin duda.
Yo siempre había usado la escoba para barrer mi casa…hasta que me compré un aspirador. Fantástico en apariencia, un invento sin precedentes, único, insustituible para el ama de casa…¡Ja já! Me río yo del aspirador, si me lo permiten, ¡Donde se ponga una buena escoba…con su buen recogedor!…que se quiten esos modernos cachivaches eléctricos que te prometen una vida de quehaceres domésticos más cómodos y llevaderos… ¡y una mierda! ¡Noooo…! ¡Es mentira, mentira cochina! Sólo traen quebraderos de cabeza, y más problemas a tu hogar. ¿Por qué? Porque cuando barres con una escoba de toda la vida y recoges con un recogedor al uso, tú “ves” lo que barres. “Lo ves”. Y como lo ves, lo tiras a la basura… o no, según te dé.
Pero ¿qué pasa cuando limpias la casa con un aspirador? Que NO ves lo que barres, joder, no sabes lo que está succionando esa boca enorme y chillona que, con su tubo largo y su ansia infinita parece decir: “me lo como tó”.
Y yo, que soy de tirar poco, no me gusta echar a la basura nada sin antes darle el visto bueno. Hace poco, barriendo, salió, de debajo del sofá, envuelto entre la pelusa, un boleto de lotería aún sin caducar, y al comprobarlo, resulta que me habían tocado ciento cuarenta euros. Me puse tan contenta que no sabía si besar al sofá, a las pelusas o a la escoba, que fue quien lo recuperó. Si hubiera pasado el aspirador, ese boleto hubiera ido a parar a la bolsa de la mierda, y ni me hubiera enterado. Por eso, desde que empecé a usar el aspirador, me dije a mí misma que esa bolsa hermética llena de polvo, mugre y cochambre tenía que pasar por mis manos antes de ir al contenedor. Ya sé que es una guarrada, lo admito, pero yo soy así, y además, qué coño, una cosa es que un aparato te facilite la limpieza del hogar y otra muy distinta es que se te lleve cosas por el morro, mejor dicho por el tubo, sin que te cuesques.
Entonces, mi día a día consistía en aspirar toda la casa, y, llegado ese momento en que la bolsa está a reventar, abrirla y examinar su contenido. Vale, dá asco, pero te encuentras cosas sorprendentes. Nada se te escapa. Entre la maraña de pelos y porquería llegué a recuperar, por ejemplo, botones, monedas, pendientes, aros de sujetador, ganchitos fosilizados,etc. Un día abrí la bolsa y me encontré un cocodrilo. Sí, un cocodrilo. No es que fuera muy grande, pero oye, me quedé traspuesta. ¿Qué narices hacía un cocodrilo en mi casa, debajo de un mueble? Ni puñetera idea. ¿Qué pasa, que si no limpias debajo de los muebles es verdad eso de que, con el tiempo, te crían cocodrilos? Pues va a ser eso! Y encima estaba vivo, me dio un coraje echar al pobre animal al contenedor.
Y otra cosa: el aspirador pesa, y la escoba no. Por mucho que digan, se lleva mejor un palo con cepillo, es más ligero, adonde va a parar. Por lo visto, el aspirador que me había comprado era tipo industrial, claro, por eso era tan pesado e incómodo, así que me fui para la tienda y lo cambié. Y me llevé un robot de ésos que han salido ahora, que son tan graciosos, que van por el suelo, solitos, por tó la casa, a su bola, pim pam, aspira que te aspira, sin hacer ruido ni ná…Oye, una gloria! No hace falta ni que los cojas, van ellos solos, por tos los rincones…y tú ahí, tumbá en el sofá, tan a gusto. Bueno,el robot será una joya, no digo que no, pero a mí dos días me duró el aparato de mierda. Y no es que me quiera meter ahora con los robots aspiradores de última generación, lo único que digo es que, cuidao, si te vas a comprar uno, antes, hay que tener en cuenta una serie de cosas. Hay que reunir unos requisitos, sí, sí, no es coña, el robot aspira, sí, pero si tienes perro, por ejemplo, se atasca. Se para, en mitad del pasillo y parece que diga: “Esto qué cohones es?” Y mientras le respondes, dándole al interruptor de encendido desesperadamente una y otra vez: “Pos qué va a ser!, pelusa, pelos…” Y como no se enciende, ya, en tu enojo, le gritas: “¿Qué pasa, que no estás preparao pá tanta mierda?”
Miré el libro de instrucciones del robot y ponía: “Una vez finalizado el recorrido de limpieza por toda la casa, el robot se para, porque está lleno, compruebe el interior, vacíe la bolsa y póngalo de nuevo a cargar”.
¿El recorrido por toda la casa? ¡Pero si lo enchufé en el pasillo y anduvo tres baldosas!¡Tres! ¡Le faltó una pá llegar al comedor!
Volví a mirar el manual de manejo y encontré un apartado que no había leído. Decía: “Para un óptimo funcionamiento del robot y evitar posibles averías, es aconsejable su uso en suelos previamente barridos de forma superficial, ya sea con mopa o escoba, de este modo alargará la vida del aparato.”
O sea, que, dicho de otra manera, el robot limpia sobre limpio, y va de lujo, pero no sirvé pá ná en casas de personas alérgicas a la escoba o la limpieza semanal.
¡Ahora lo entiendo todo! ¿Dónde conocí yo el aparatito éste? En casa mi suegra. ¿Y cómo tiene mi suegra la casa? Como los chorros del oro. Ahí está.Claro, yo es lo que ví. Y me lo creí cuando me dijo que iba genial, pero me engañó. O me dijo la verdad a medias. Y la verdad es que si no eres de la cofradía del trapo en ristre, el robotito no sirve pá ná.
El robot se lo vendí a una vecina. Y sigo prefiriendo la escoba. Vale, seré tonta del haba, pero yo sé lo que me digo, porque, otra cosa: ¿Y si un día, por un casual, me convierto en bruja? Que todo puede pasar, oye. ¿A dónde cojones voy yo montada en un aspirador? Hasta donde alcance el cable, ¿no? en cuanto se desenchufe, el aparato se para, y como me pille ná más salir por la ventana, adiós! Porrazo que te crió! Sinceramente, la escoba tiene más autonomía. Ande vá a parar, tú ahí, montada en tu escoba, con tu gorro de punta, tus botas de punta, tu verruga…surcando la noche…que si me pongo a imaginar, llegando al aquelarre montá en un aspirador, Satanás mirándome con cara de: “¿y eso?, qué chulo ¿no?”, y tó las brujas ahí con cara de envidia, “mira ésta, va de moderna”…ya está, mal rollo. No, yo prefiero la escoba. Para barrer, para volar o para lo que sea. Que bien mirao, ánda que no mola un escobazo, a lo tradicional…un ratón! ¡zas!, escobazo, el niño que se pone borde,¡zas! escobazo,el marido, que aparece a las tantas de la madrugada, ¡zas! escobazo en tó las costillas! ¿Se te rompe el palo? Pues te vas a los chinos y te compras otro,que vale un euro, porque como se te rompa el tubo succionador, mal asunto, te tienes que comprar un aspirador nuevo.
Para acabar, voy a enumerar las propiedades de la escoba frente a las del aspiradora, sin desmerecer a éste último. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
· EL ASPIRADOR consume energía eléctrica, LA ESCOBA no, sólo consumes la tuya propia si eres de mucho barrer.
· AL ASPIRADOR le tienes que vaciar la mierda pá que no reviente, LA ESCOBA no y si no tienes ganas de ir a por el recogedor , echas debajo del sofá la mierda que es muy socorrido.
· EL ASPIRADOR hace un ruido que te cagas, LA ESCOBA no, es silenciosa y te deja oír la música que te pones pá marujear.
· Con EL ASPIRADOR el polvo desaparece, dejas de verlo y te olvidas de él…Con LA ESCOBA el polvo se queda pegao al cepillo, siempre está ahí…¿y no es mejor un polvo bien pegao que un polvo inexistente?
· EL ASPIRADOR succiona sin ningún tipo de pudor cualquier cosa en su camino, se han dado casos de hallar duendecillos muertos en su interior, por favor, vive y deja vivir, que los duendes de tu casa, excepto el borracho, no te hacen ningún mal.
· LA ESCOBA se adapta a cualquier tipo de vivienda.
· POR EL CONTRARIO, si te compraste una casa redonda pá no barrer los rincones, EL ASPIRADOR NO FUNCIONA,se marea.
· UNA ESCOBA la puede usar cualquiera, por muy tarugo y analfabeto que sea. No hay que leer ná.
· UN ASPIRADOR lleva libro de instrucciones, pá poder usarlo,hay que saber leer lo primero, y a veces hay que saber chino incluso, según donde esté fabricao.
· UN CONSEJO: Díle al niño de una vez ya que el robot aspirador de color rojo no es el Rayo McQueen y llévale al oculista, por Dios.
Y me despido cantando: “Si yo tuviera una escoba…! No naino naino no ná! Si yo tuviera una escoba…naino naino naino ná!”
La elección no es fácil cuando has usado las dos cosas. Lo sé.
Yo, personalmente, lo tengo muy claro: Me quedo con la escoba de toda la vida. Escoba y recogedor, sin duda.
Yo siempre había usado la escoba para barrer mi casa…hasta que me compré un aspirador. Fantástico en apariencia, un invento sin precedentes, único, insustituible para el ama de casa…¡Ja já! Me río yo del aspirador, si me lo permiten, ¡Donde se ponga una buena escoba…con su buen recogedor!…que se quiten esos modernos cachivaches eléctricos que te prometen una vida de quehaceres domésticos más cómodos y llevaderos… ¡y una mierda! ¡Noooo…! ¡Es mentira, mentira cochina! Sólo traen quebraderos de cabeza, y más problemas a tu hogar. ¿Por qué? Porque cuando barres con una escoba de toda la vida y recoges con un recogedor al uso, tú “ves” lo que barres. “Lo ves”. Y como lo ves, lo tiras a la basura… o no, según te dé.
Pero ¿qué pasa cuando limpias la casa con un aspirador? Que NO ves lo que barres, joder, no sabes lo que está succionando esa boca enorme y chillona que, con su tubo largo y su ansia infinita parece decir: “me lo como tó”.
Y yo, que soy de tirar poco, no me gusta echar a la basura nada sin antes darle el visto bueno. Hace poco, barriendo, salió, de debajo del sofá, envuelto entre la pelusa, un boleto de lotería aún sin caducar, y al comprobarlo, resulta que me habían tocado ciento cuarenta euros. Me puse tan contenta que no sabía si besar al sofá, a las pelusas o a la escoba, que fue quien lo recuperó. Si hubiera pasado el aspirador, ese boleto hubiera ido a parar a la bolsa de la mierda, y ni me hubiera enterado. Por eso, desde que empecé a usar el aspirador, me dije a mí misma que esa bolsa hermética llena de polvo, mugre y cochambre tenía que pasar por mis manos antes de ir al contenedor. Ya sé que es una guarrada, lo admito, pero yo soy así, y además, qué coño, una cosa es que un aparato te facilite la limpieza del hogar y otra muy distinta es que se te lleve cosas por el morro, mejor dicho por el tubo, sin que te cuesques.
Entonces, mi día a día consistía en aspirar toda la casa, y, llegado ese momento en que la bolsa está a reventar, abrirla y examinar su contenido. Vale, dá asco, pero te encuentras cosas sorprendentes. Nada se te escapa. Entre la maraña de pelos y porquería llegué a recuperar, por ejemplo, botones, monedas, pendientes, aros de sujetador, ganchitos fosilizados,etc. Un día abrí la bolsa y me encontré un cocodrilo. Sí, un cocodrilo. No es que fuera muy grande, pero oye, me quedé traspuesta. ¿Qué narices hacía un cocodrilo en mi casa, debajo de un mueble? Ni puñetera idea. ¿Qué pasa, que si no limpias debajo de los muebles es verdad eso de que, con el tiempo, te crían cocodrilos? Pues va a ser eso! Y encima estaba vivo, me dio un coraje echar al pobre animal al contenedor.
Y otra cosa: el aspirador pesa, y la escoba no. Por mucho que digan, se lleva mejor un palo con cepillo, es más ligero, adonde va a parar. Por lo visto, el aspirador que me había comprado era tipo industrial, claro, por eso era tan pesado e incómodo, así que me fui para la tienda y lo cambié. Y me llevé un robot de ésos que han salido ahora, que son tan graciosos, que van por el suelo, solitos, por tó la casa, a su bola, pim pam, aspira que te aspira, sin hacer ruido ni ná…Oye, una gloria! No hace falta ni que los cojas, van ellos solos, por tos los rincones…y tú ahí, tumbá en el sofá, tan a gusto. Bueno,el robot será una joya, no digo que no, pero a mí dos días me duró el aparato de mierda. Y no es que me quiera meter ahora con los robots aspiradores de última generación, lo único que digo es que, cuidao, si te vas a comprar uno, antes, hay que tener en cuenta una serie de cosas. Hay que reunir unos requisitos, sí, sí, no es coña, el robot aspira, sí, pero si tienes perro, por ejemplo, se atasca. Se para, en mitad del pasillo y parece que diga: “Esto qué cohones es?” Y mientras le respondes, dándole al interruptor de encendido desesperadamente una y otra vez: “Pos qué va a ser!, pelusa, pelos…” Y como no se enciende, ya, en tu enojo, le gritas: “¿Qué pasa, que no estás preparao pá tanta mierda?”
Miré el libro de instrucciones del robot y ponía: “Una vez finalizado el recorrido de limpieza por toda la casa, el robot se para, porque está lleno, compruebe el interior, vacíe la bolsa y póngalo de nuevo a cargar”.
¿El recorrido por toda la casa? ¡Pero si lo enchufé en el pasillo y anduvo tres baldosas!¡Tres! ¡Le faltó una pá llegar al comedor!
Volví a mirar el manual de manejo y encontré un apartado que no había leído. Decía: “Para un óptimo funcionamiento del robot y evitar posibles averías, es aconsejable su uso en suelos previamente barridos de forma superficial, ya sea con mopa o escoba, de este modo alargará la vida del aparato.”
O sea, que, dicho de otra manera, el robot limpia sobre limpio, y va de lujo, pero no sirvé pá ná en casas de personas alérgicas a la escoba o la limpieza semanal.
¡Ahora lo entiendo todo! ¿Dónde conocí yo el aparatito éste? En casa mi suegra. ¿Y cómo tiene mi suegra la casa? Como los chorros del oro. Ahí está.Claro, yo es lo que ví. Y me lo creí cuando me dijo que iba genial, pero me engañó. O me dijo la verdad a medias. Y la verdad es que si no eres de la cofradía del trapo en ristre, el robotito no sirve pá ná.
El robot se lo vendí a una vecina. Y sigo prefiriendo la escoba. Vale, seré tonta del haba, pero yo sé lo que me digo, porque, otra cosa: ¿Y si un día, por un casual, me convierto en bruja? Que todo puede pasar, oye. ¿A dónde cojones voy yo montada en un aspirador? Hasta donde alcance el cable, ¿no? en cuanto se desenchufe, el aparato se para, y como me pille ná más salir por la ventana, adiós! Porrazo que te crió! Sinceramente, la escoba tiene más autonomía. Ande vá a parar, tú ahí, montada en tu escoba, con tu gorro de punta, tus botas de punta, tu verruga…surcando la noche…que si me pongo a imaginar, llegando al aquelarre montá en un aspirador, Satanás mirándome con cara de: “¿y eso?, qué chulo ¿no?”, y tó las brujas ahí con cara de envidia, “mira ésta, va de moderna”…ya está, mal rollo. No, yo prefiero la escoba. Para barrer, para volar o para lo que sea. Que bien mirao, ánda que no mola un escobazo, a lo tradicional…un ratón! ¡zas!, escobazo, el niño que se pone borde,¡zas! escobazo,el marido, que aparece a las tantas de la madrugada, ¡zas! escobazo en tó las costillas! ¿Se te rompe el palo? Pues te vas a los chinos y te compras otro,que vale un euro, porque como se te rompa el tubo succionador, mal asunto, te tienes que comprar un aspirador nuevo.
Para acabar, voy a enumerar las propiedades de la escoba frente a las del aspiradora, sin desmerecer a éste último. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
· EL ASPIRADOR consume energía eléctrica, LA ESCOBA no, sólo consumes la tuya propia si eres de mucho barrer.
· AL ASPIRADOR le tienes que vaciar la mierda pá que no reviente, LA ESCOBA no y si no tienes ganas de ir a por el recogedor , echas debajo del sofá la mierda que es muy socorrido.
· EL ASPIRADOR hace un ruido que te cagas, LA ESCOBA no, es silenciosa y te deja oír la música que te pones pá marujear.
· Con EL ASPIRADOR el polvo desaparece, dejas de verlo y te olvidas de él…Con LA ESCOBA el polvo se queda pegao al cepillo, siempre está ahí…¿y no es mejor un polvo bien pegao que un polvo inexistente?
· EL ASPIRADOR succiona sin ningún tipo de pudor cualquier cosa en su camino, se han dado casos de hallar duendecillos muertos en su interior, por favor, vive y deja vivir, que los duendes de tu casa, excepto el borracho, no te hacen ningún mal.
· LA ESCOBA se adapta a cualquier tipo de vivienda.
· POR EL CONTRARIO, si te compraste una casa redonda pá no barrer los rincones, EL ASPIRADOR NO FUNCIONA,se marea.
· UNA ESCOBA la puede usar cualquiera, por muy tarugo y analfabeto que sea. No hay que leer ná.
· UN ASPIRADOR lleva libro de instrucciones, pá poder usarlo,hay que saber leer lo primero, y a veces hay que saber chino incluso, según donde esté fabricao.
· UN CONSEJO: Díle al niño de una vez ya que el robot aspirador de color rojo no es el Rayo McQueen y llévale al oculista, por Dios.
Y me despido cantando: “Si yo tuviera una escoba…! No naino naino no ná! Si yo tuviera una escoba…naino naino naino ná!”
COMENTARIO,.
Respuesta: Escoba o aspirador
Jajaja Bravo! Me has puesto a pensar ¿Qué habra en mi bolsita? y si hay cocodrilos... uffff nooo!! jajaja Me encantó leerte Tatuadora, abrazos!!,.TÍTULO; ESCRIBIR ES UNA MEZCLA DE RETO, COMPROMISO PERSONAL,.diversión y una miaja de vanidad»
jesús galavís reyes | analista de tribunas en hoy
«Escribir es una mezcla de reto, compromiso personal, diversión y una miaja de vanidad»
«Esta época únicamente será
positiva si hay una toma de conciencia colectiva de que no se puede
seguir con el mismo modelo productivo y con el mismo desinterés por el
medio ambiente»
- Para quien no le conozca, ¿usted es.?
-Soy un profesor al que le gusta escribir. Nací en Cáceres,
pero mis padres y abuelos procedían de la provincia de Badajoz, de
Campanario y de Monterrubio, lo que me permite sentirme plenamente
extremeño. Estudié el bachillerato en esta ciudad y luego continué
estudios en Salamanca para obtener la licenciatura de Historia. Al
acabar la carrera ejercí en varios institutos de Extremadura hasta que
me jubilé. Ahora paso la mayor parte del tiempo en Descargamaría, en las
sierras del norte de la provincia. Mi afición por la escritura es algo
tardía, más bien se gestó en la madurez, con artículos que enviaba a
revistas del ámbito de la educación o a los diarios regionales. Mis
primeras colaboraciones para el diario HOY aparecieron en 1999 y ahí
sigo. También he escrito narraciones cortas y algún trabajo de ensayo e
investigación histórica.
-¿Cómo resumiría, brevemente, la época que nos toca vivir?
-Es difícil, y menos brevemente. Apunto que es una época,
obviamente, de crisis, pero en el sentido de cambios profundos. Los que
hemos estudiado Historia sabemos que en realidad la sociedad está
continuamente evolucionando; sin embargo, ahora los cambios son de mayor
calado, distintos a los que se han sucedido en etapas anteriores y
evidenciándose a una mayor velocidad. Tanto, que son percibidos
claramente por el «sujeto» de la historia, es decir, el conjunto de los
ciudadanos, pero sin tener tiempo de asimilarlos y comprenderlos. Eso
explica, quizás, la desorientación de los políticos, de los que llamamos
expertos y, finalmente, del hombre de la calle.
-Será una época positiva porque.
-Únicamente será positiva si hay una toma de conciencia
colectiva de que no se puede seguir con el mismo modelo productivo y con
el mismo desinterés por el medio ambiente. No se trata de replantearse
el viejo dilema entre socialismo o capitalismo, sino de buscar algo
diferente y, posiblemente, híbrido de lo mejor de ambos sistemas. Y
además, aprovechando la revolución tecnológica no para propiciar un
consumismo absurdo, sino para hacer cada vez más digna la vida de las
personas. En esta cuestión soy un optimista al que la realidad le rebaja
un poco las ilusiones.
-O quizás será lo contrario porque.
-Tenemos que hacer que sea positiva, no hay otra elección. Y
en España resulta imprescindible un pacto global y perdurable, similar
al que se dio en la Transición, tanto para asuntos económicos, como para
los básicos de un Estado: educación, sanidad y configuración
territorial. Como dice mucha gente, es insoportable que todavía no
contemos con una Ley de Educación estable, y que cada dos por tres se
cuestione el sistema de organización estatal.
-¿Cómo saldremos de esta en Extremadura? ¿Mejores, peores, más, menos, más lejos, más cerca.?
-Desgraciadamente, a pesar de la autonomía administrativa
que disfrutamos, cada vez es menor la capacidad de que disponemos para
autogestionarnos. Es una especie de paradoja: nunca habíamos tenido tal
grado de emancipación política y, sin embargo, nunca hemos dependido tan
directamente del dinero o del control de la UE, del FMI y de otros
organismos similares. Saldremos mejores si el resto de España y Europa
salen mejor, si no. que Dios nos coja confesados.
-¿Comentar la actualidad supone un reto, un riesgo, un placer, un dolor.? ¿Por qué?
-En mi caso es una mezcla de reto, compromiso personal,
diversión y una miaja de vanidad. Resulta agradable que, por la calle,
te digan: oye, que el otro día «te he leído» en el HOY. Normalmente,
nadie se atreve a completar la frase, que podría ser: «. y no me ha
gustado ni un pelo.». Pero si alguno te deja caer que le ha parecido
bien, la autoestima se te sube unos cuantos grados.
-¿Y hacerlo en el HOY implica.?
-Por un lado, un cierto orgullo, por el nivel que hay entre
los columnistas. Por otro, algo de angustia, por el afán de hacerlo
bien. Lo que empezó ahora hace catorce años se ha convertido en algo
importante en mi vida.
-¿Son muchas las veces que se muerde la lengua? ¿Con qué temas, personas o noticias de actualidad?
-Nunca me he mordido la lengua con ningún tema, en todo
caso lo que procuro, y no es «morderme», es no ofender a nadie, adobando
las críticas con algo de humor, que me parece las hace más llevaderas.
También debo resaltar que nunca nadie en este diario ha rectificado,
suprimido o rechazado lo que he enviado a su director y a su redacción,
lo que abona mi convicción de que es un medio razonablemente abierto a
todo el mundo y a todas las ideas.
-¿Cuáles son sus temas fetiche, aquellos por los que irremediablemente siente más atracción o interés?
-Como a casi todos, los políticos, que es un tema
recurrente. También la relación entre alumnos y profesores en la
enseñanza actual y ciertos personajes de un mundo rural que va
desapareciendo.
-¿En quién piensa cuando escribe? -¿A qué perfil o prototipo de lector se dirige?
-No me había planteado esta cuestión. Siempre he pensado que lo que se escribe como opinión es para que lo lea todo el mundo.
-¿En quién se inspira? ¿Qué escritores o columnistas son sus referentes?
-No quisiera que sonase a presunción, pero no me inspiro en
nadie, lo que no quita que haya autores y columnistas a quienes admire.
Aquí en HOY, por ejemplo, me gusta cómo escriben J. R. Alonso de la
Torre, Jaime Álvarez Buiza y la vivacidad de Agapito Gómez Villa, por
citar a alguno. En otros ámbitos, muchas veces he disfrutado con los
artículos de Manuel Vicent, Ignacio Camacho o Pérez Reverte. De todas
formas, en España y en Extremadura hay mucha gente que opina en la
prensa con bastante dignidad, lo que no ocurre en otros medios, como la
televisión.
-¿Recuerda alguna columna especial que por su repercusión o consecuencias, fuesen positivas o no?
-Me imagino que se refiere a las que he escrito. En lo
negativo, recuerdo un artículo, 'Las pinturas de la alcaldesa', porque
enfadó mucho a los que entonces regían el Ayuntamiento de Cáceres y eso
me hizo sentirme mal: se mosquearon bastante por la crítica en general y
especialmente porque se hablaba del discutible decoro al gobernar sin
haber sido el partido más votado. En lo positivo, recuerdo con mucho
cariño uno titulado 'Celebración de la mimosa', en el que se mezclaba la
realidad educativa con algo de fantasía y poesía Y por supuesto,
algunos otros porque merecieron premios periodísticos como 'Tener
papeles, no tenerlos', 'Extremadura dos: Badajoz y Cáceres', 'Contiene
sulfitos', 'El nombre de una mujer'... Con la obligada modestia, pero
con toda sinceridad, debo confesar que una de las alegrías más grandes
que he recibido en esta vida es enterarme de que un jurado consideraba
que lo que escribía era merecedor de una distinción.
-¿Qué se pierden los extremeños que no leen a los columnistas de HOY?
-Pues una serie de opiniones y análisis de la actualidad
variada, razonable y de buen nivel. En cierta ocasión ya dije que el
diario HOY tiene una calidad comparable a la de cualquiera de los
periódicos de otras regiones.
-¿En verano lee más de lo habitual? ¿Qué lee? ¿A quién? ¿Dónde? ¿Cuándo?
-En verano más bien leo menos. Normalmente leo la prensa
todos los días, regional y alguna nacional si puedo; de vez en cuando,
novela y, más escasamente, algo de Historia, que fue mi especialidad. En
algunas ocasiones releo a los clásicos, entre otras cosas porque te
refrescan las ideas y enriquecen el léxico. En cuanto a autores
actuales, me dejo guiar por mi mujer, que es una lectora con mucha
formación y mucha experiencia.
-¿Estas fechas son idóneas para.?
-Sin ninguna duda, para tomarse un respiro si se está
trabajando. Y para viajar, que, tópico aparte, proporciona cultura y
atempera el localismo visceral.
-El curso que viene se ha propuesto.
-De momento dos cosas: seguir escribiendo y no hablar de política ni siquiera con mi perrita.
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