martes, 4 de junio de 2013

El Festival de Cáceres deja Las Veletas, pero crece en fechas,. / PISSARRO, EL ALMA IMPRESIONISTA,

TÍTULO: El Festival de Cáceres deja Las Veletas, pero crece en fechas

El Festival de Teatro Clásico de Cáceres ha ejecutado su particular revolución, tal vez el cambio más notable de los últimos años. En esta .foto,.

El Festival de Teatro Clásico de Cáceres ha ejecutado su particular revolución, tal vez el cambio más notable de los últimos años. En esta metamorfosis hay una renovación física, porque ha abandonado uno de los escenarios habituales de representaciones, la Plaza de las Veletas. Llevará su programación alternativa a un lugar más céntrico, el parque de Parque de Calvo Sotelo. Mantiene su corazón en la Parte Antigua, en la Plaza de San Jorge y saca partido al Gran Teatro, en donde se representan siete funciones. Además, hay también un cambio de filosofía. 'Paseando entre clásicos', un programa alternativo que contenía sólo teatro amateur se ha desintegrado y a pasado a ser el 'Off', con un poco de todo, más de una veintena de actividades que en la que figuran conciertos de músicos locales y grupos teatrales de base.
Hay también novedades en el calendario, que se alarga durante todo junio. Los montajes de la Escuela de Teatro, conciertos de música clásica y cine se añaden también a la sección oficial, el verdadero meollo del festival. Ésta cuenta con varias perlas. Promete el estreno de 'El Nombre de la Rosa', con Karra Elejalde. La Compañía Nacional de Teatro Clásico junto a Els Joglars ofrece el 'Coloquio de los Perros'. Hay también dos éxitos del Festival de Mérida, 'Ajax' y 'Antígona del siglo XXI'. Tampoco falta el Brujo, el más clásico de todos los clásicos. Obras de Calderón y Lope, 'La Dama Duende' o 'El caballero de Olmedo' dan el toque más esperado.
Juan Pedro González, director del Gran Teatro, la consejera de Cultura, Trinidad Nogales, la alcaldesa Elena Nevado y Laureano León, presidente de la Diputación cacereña animaron ayer a disfrutar un festival que cuesta 165.000 euros y en el que ha dejado de participar el Ministerio de Cultura, además de la empresa Cruzcampo. 

TÍTULO: PISSARRO, EL ALMA IMPRESIONISTA,.

 PISSARRO, EL ALMA IMPRESIONISTA,

eldiario.es
  1. Pissarro, el alma impresionista

    Fue el hermano mayor de los impresionistas, quien mejor encarnó el alma del movimiento y marcó el camino de la modernidad». Así se refiere ...foto,.
    «Fue el hermano mayor de los impresionistas, quien mejor encarnó el alma del movimiento y marcó el camino de la modernidad». Así se refiere a Camille Pissarro (1830-1903) Guillermo Solana, conservador jefe del museo Thyssen-Bornemisza y comisario de la muestra que dedica a uno de los pilares del arte moderno. Es la primera muestra en España de este pintor seminal «que mantuvo la cohesión del grupo impresionista», destaca Solana, que recuerda como Pissarro tuteló a maestros del movimiento con mucha más fortuna crítica que él, como Monet, Gauguin, Matisse, Cézanne o Van Gogh.
    El Thyssen reúne 79 piezas cedidas por grandes colecciones privadas y museos del mundo para esta muestra histórica. La mayoría son inéditas en España, que atesora media docena de 'pissarros', todos bajo el marchamo Thyssen. Dos en la colección del barón y «los cuatro más significativos» en la colección de Carmen Cervera, la baronesa, que amadrinó ayer una exposición que quiere restaurar la reputación de Pissarro «como el primer impresionista y maestro de los pioneros del arte moderno», según Solana.
    Fue Pissarro quien en 1873 redactó los estatutos de la cooperativa de artistas que inició las exposiciones del grupo impresionista y «quien más hizo por cohesionar aquel grupo de individualistas que siempre estuvo al borde de la ruptura o la escisión» recordó Solana. También que fue el único pintor del grupo que participó en las ocho exposiciones que se organizaron entre 1874 y 1886.
    Amigo de Degas, Renoir, Sisley o Gauguin, tuvo «una influencia decisiva en los fundadores de la modernidad y es de alguna manera el padre de todos los impresionistas, que le tenían como el 'buen dios' del grupo», apuntó Solana. «Pissarro fue el único con genuina voluntad de enseñar y trasmitir algo a la generación siguiente, cuando los demás no querían escuelas ni discípulos», sostiene Solana. «Pero sería eclipsado por el inmenso éxito de su amigo y compañero Claude Monet, más seductor, colorista, variado, brillante y comercial». «Fue así, por más que Pissarro ayudara a Cézanne de manera decisiva e hiciera de Gauguin un pintor profesional; tanto que su mujeres de Tahití son deudoras de las campesinas de un Pisarro que pintó la figura humana con cuentagotas».
    La muestra se centra en el paisaje, género primordial en la producción de Pissarro que se revisa con criterios cronológico y geográfico, centrado en los lugares donde el artista residió y trabajó. «Si Monet fue un pintor del agua, del mar, el Sena y la costa normanda o bretona, Pissarro lo es de tierra adentro. Monet se interesa por los parisinos que visitan el campo como recreo y Pissarro por los campesinos que habitan y trabajan en la campiña». «Es un pintor de campos, montañas, bosques, trigales y frutales; no pinta el mundo de los ociosos de Monet».
    Solo muy mayor, con 63 años, obligado a dejar de pintar en el campo acosado por una alergia ocular, «pintará vistas urbanas de París o Londres con la misma intensidad que sus paisajes», explicó Solana.
    Enseñanzas
    Nacido en la las Islas Vírgenes y educado en el Caribe, Pissarro llegó a Francia con 25 años. Sería el de mayor edad del grupo impresionista, «el más activo y un puente decisivo entre todas las tendencias del colectivo». «Es el eslabón que conecta el realismo original con el puntillismo postimpresionista, el más admirado por los jóvenes y el único capaz de trasmitir su legado a Degas, Monet, Monet o Matisse, con quienes se siente rejuvenecer y a los que ofrece enseñanzas decisivas», insiste Solana.
    La fortuna crítica de Pissarro cambió a finales del pasado siglo, «cuando se descubre que no fue un bondadoso paisajista y que su obra está muy cercana al alma del impresionismo», asegura Solana. «El Thyssen tenía la responsabilidad de hacer esta exposición que perseguíamos desde hace años y que cuenta con seis de los cuadros que cubren toda su carrera»,se felicitó Solana. Son 'Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia' (1897) y 'El bosque de Marly' (1871), los dos 'pissarros' que del barón Thyssen vendió a España. Tita tiene cuatro en su colección: 'Camino de Versalles. Louveciennes, sol de invierno y nieve' (1870), 'Campo de coles, Pontoise' (1873), 'Prados de Éragny, el manzano' (1894) y 'El huerto en Éragny' (1896). Todos ellos están incluidos en la exposición.

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