domingo, 23 de junio de 2013

CONOCER HISTORIA CIENCIA,ARMAS QUÍMICAS EL ENEMIGO INVISIBLE MÁS ATERRADOR,./ QUE COMPETECIAS SE REQUIEREN PARA TRIUNFAR

TÍTULO: CONOCER HISTORIA CIENCIA,ARMAS QUÍMICAS EL ENEMIGO INVISIBLE MÁS ATERRADOR,.


Los aterradores planes del Club de los 300


John Coleman.- Un número sin duda considerable de personas tenemos conocimiento de que los gobernantes del mundo en que vivimos no son en realidad los que manejan los hilos de la política y la economía, tanto a escala nacional como internacional. Esto ha llevado a muchos a buscar la verdad en publicaciones de contracorriente, boletines dirigidos por quienes, como yo, se han esforzado – no siempre con éxito – por descubrir la causa de la incurable dolencia que aqueja a los Estados Unidos. Nuestra investigación no se ha visto coronada por el éxito en todas las ocasiones. Pero sí hemos averiguado que la humanidad anda en tinieblas, y en su mayor parte le tiene sin cuidado la suerte que aguarda a su país, o bien no se molesta en indagarlo. El sector más amplio de la población ha sido manipulado para reaccionar de dicha manera, y esa actitud resulta ventajosa para el gobierno secreto.
Con frecuencia oímos decir:”Están haciendo estan” o “Están haciendo aquello”… Quienes hacen esas cosas son capaces de cometer las mayores barbaridades impunemente. Aumentan los impuestos o envían a nuestros hijos a morir en guerras que no reportan beneficio alguno a nuestra patria. Son personajes invisibles que escapan a nuestro alcance, nebulosos hasta la desesperación cuando queremos demandarlos. Nadie puede identificar claramente de quiénes se tratan. Este estado de cosas se ha mantenido así durante décadas. A lo largo de las páginas de este libro identificaremos a esos personajes misteriosos. A partir de ahí, corresponderá al público corregir la situación en que se encuentra.
El Club de los 300 es el no va más de las sociedades secretas. Está integrado por una clase dirigente intocable a la que pertenece la reina de Inglaterra, la de los Países Bajos, la de Dinamarca y las diversas familias reales europeas. A la muerte de la reina Victoria, dichos aristócratas llegaron a la conclusión de que la única manera de hacerse los amos del mundo era asociarse con poderosísimos magnates de la industria internacional, que no pertenecían a su linaje. De esta forma, ganaron acceso al máximo poder aquellos a quienes la reina de Inglaterra gusta llamar plebeyos.
Desde que trabajaba en el servicio de inteligencia sé que los jefes de estado extranjeros conocen a tan poderosa horda por el apelativo de los magos. Stalin acuñó una expresión personal para describirlos: las fuerzas tenebrosas. Y el presidente Eisenhower, que nunca logró ascender por encima del grado de hofjude (judío del atrio), lo llamó – quedándose mayúsculamente corto – “Complejo Militar Industrial”.
¿Quiénes son los conjurados que integran el todopoderoso Club de los 300? Los ciudadanos mejor informados tienen conocimiento de que existe una conspiración, la cual se presenta bajo una diversidad de nombres, entre ellos los illuminati, la Francmasonería, la Tabla Redonda y el grupo Milner. Lo malo es que resulta extremadamente difícil encontrar información fidedigna sobre las actividades de quienes integran el gobierno invisible.
A fin de hacerse una idea del enorme alcance de la conspiración a la que nos referimos vendría bien enumerar en este momento algunos de los objetivos trazados por el Club de los 300 con vistas a su conquista y dominio del mundo. Es preciso entender claramente las razones por las que la energía nuclear es tan detestada en la mayoría de los países, y por qué al falso movimiento ambientalista – creado y costeado por el Club de Roma – se le pidió que declarara la guerra a dicha fuente energética. Generando fuerza eléctrica barata y abundante a partir de reactores nucleares, los países en vías de desarrollo se volverían poco a poco independientes de la ayuda externa norteamericana y podrían consolidar su soberanía. La electricidad producida a partir de la energía atómica es la clave para que los países atrasados salgan del subdesarrollo en el que el Club de los 300 les ha ordenado permanecer.
A menor ayuda externa, menor sería el control de los recursos naturales de los diversos países por parte del FMI. La idea de que las naciones en vías de desarrollo rigieran su propio destino era anatema para el club de Roma y su Club de los 300 que dirige el mundo. Hemos visto la oposición a la energía nuclear utilizada con éxito para bloquear el progreso, de conformidad con los planes del Club para el crecimiento cero en al era post-industrial.
Al tener que depender de la ayuda exterior procedente de EE.UU. esos países de hecho se hayan sometidos en servidumbre al Consejo de Relaciones Exteriores. Al pueblo de las naciones beneficiarias les llega una parte ínfima del dinero, que por lo general termina en las arcas de dirigentes gubernamentales que permiten que el FMI despoje brutalmente al país de sus recursos naturales y bienes de producción.
En Mugabe, la capital de Zimbabwe, la antigua Rodesia, tenemos un claro exponente de hasta qué extremo se pueden manipular los recursos naturales de un país, en este caso mineral de cromo de alta ley. LONRHO, el gigantesco conglomerado de empresas presidido en nombre de su prima, la reina Isabel II, por Angus Ogilvie – figura importante del Club de los 300 – es actualmente dueño y señor absoluto de tan valioso insumo. Mientras tanto el pueblo zimbabuo se sume cada vez más hondo en la miseria, a pesar de percibir ayuda económica de los Estados Unidos por un monto superior a los 300 millones de dólares.
Al presente, LONRHO tiene el monopolio de la producción nacional de cromo, y cobra precios arbitrarios, lo cual no estaba permitido durante el gobierno de Smith. Antes de la llegada del régimen de Mugabe, se mantuvo un nivel de precios razonables por espacio de un cuarto de siglo. Si bien es cierto que en los catorce años por los que se prolongó la presidencia de Ian Smith ésta tuvo sus fallos, desde que él abandonó el poder el desempleo se ha cuadruplicado y Zimbabue se haya sumido en el caos y en una bancarrota de hecho. Mugabe recibió suficiente ayuda de los EE. UU. (Del orden de los 300 millones de dólares anuales) para construirse tres mansiones en la Costa Azul, Cap. Ferat y Montecarlo, mientras sus súbditos pugnan por vencer la enfermedad, el desempleo y la desnutrición, eso sin hablar de una férrea dictadura que no tolera protestas. En contraste con esta situación, el gobierno de Smith jamás pidió ni recibió un centavo de ayuda de los Estados Unidos. Es evidente, pues, que la ayuda externa es un medio eficaz de subyugar a países como Zimbabue y ciertamente al resto de África.
El Club de Roma

¿Cómo pueden los conjurados tener al mundo en sujeción, y más concretamente a los Estados Unidos y Gran Bretaña? Uno de los interrogantes que surgen con más frecuencia es: ¿cómo puede una sola entidad estar al tanto de lo que sucede en todo momento, y de que manera ejerce su dominio? En este libro procuraremos responder a esa y otras preguntas. La única forma de afrontar la realidad del éxito de la conspiración es nombrar y comentar algunas de las sociedades secretas, organizaciones de fachada, organismos gubernamentales, bancos, compañías de seguros, empresas multinacionales, la industria petrolera y los cientos de miles de entidades y fundaciones cuyas figuras más destacadas componen el Club de los 300, máxima institución que lleva las riendas del mundo desde hace al menos un siglo.
Como ya se han publicado bastantes libros sobre el Consejo de Relaciones Exteriores y la Trilateral, pasaremos a hablar directamente del Club de Roma y de la fundación alemana Marshall.
Para algunos fue una sorpresa descubrir que el Club de Roma y la entidad que lo financia, la cual ostenta el titulo de Fundación Alemana Marshall, eran dos asociaciones de confabulados que realizan sus actividades bajo el auspicio de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, y, que en su mayor parte, los ejecutivos que integran el Club de Roma proceden de la OTAN. Fue el Club de Roma el que formuló los principios que esta última organización reivindica como suyos, y el que – por intermedio de Lord Carrington, socio de Club de los 300, dividió a la OTAN en dos fracciones: un grupo de presión política (izquierdista) y la alianza militar originaria.
El Club de Roma sigue siendo uno de los brazos más importantes del Club de los 300, en lo que se refiere a política exterior; el otro es el grupo de los Bilderberger. Se formó en 1968 a partir de miembros incondicionales del grupo original fundado por Morgenthau a raíz de una llamada telefónica del difunto Aurelio Peccei instando a lanzar con urgencia una nueva campaña con objeto de acelerar la planificación del Gobierno Internacional Único, actualmente conocido como Nuevo Orden Internacional. De todos modos, el primer nombre me parece más exacto.
El llamado de Peccei fue respondido por los más subversivos planificadores del futuro que se pudieron seleccionar en Estados Unidos, Francia, Suecia, Gran Bretaña, Suiza y Japón.
Entre 1968 y 1972, el Club de Roma se transformó en una entidad cohesiva integrada por neocientíficos, mundialistas, planificadores del futuro e internacionalistas de toda calaña. Uno de los delegados lo describió con estas palabras: “Nos hemos convertido en la túnica de diversos colores de José”, en alusión al personaje bíblico.
En líneas generales, el programa previsto del Club de Roma consistiría en crear y difundir ideas postindustriales en los Estados Unidos, junto con movimientos de contracultura como los empeñados en la difusión de la droga, la revolución sexual, el hedonismo, el satanismo, la brujería y el ambientalismo, El instituto Tavistock, El Instituto de Investigaciones de Stanford, el Instituto de Relaciones Sociales y de hecho todo el amplio espectro de los centros de investigación de psiquiatría social aplicada, o bien contaban con delegados en la junta directiva del Club de Roma, o desempeñaban una misión orientadora en la tentativa de la OTAN de llevar a cabo lo que denominan la conspiración acuariana.
El Club de Roma es una organización general coordinadora, una especie de matrimonio entre financistas angloamericanos y las familias que integran la ancestral Nobleza Negra europea, en particular la nobleza de Londres, Venecia y Génova. La clave para el dominio exitoso del mundo está en su capacidad para crear y dirigir atroces recesiones económicas y futuras depresiones financieras. El Club de los 300 aspira generar convulsiones sociales a escala planetaria, seguidas de depresiones, pues ve en ellas un medio de allanar el terreno para sucesos de mayor trascendencia, un método para ocasionar que ingentes masas de seres humanos de todo el orbe se conviertan en futuros beneficiarios de su sistema de beneficencia social.
El Club de Roma posee su propia central de inteligencia, y toma prestados además agentes de la INTERPOL de David Rockefeller. Todos los organismos de inteligencia de los EE. UU. Cooperan muy estrechamente con él, así como la KGB y el Mossad o Servicio de Inteligencia Israelí.
¿Cuáles son sus objetivos?¿Qué se propone esa minoría selecta tan secreta? Sus integrantes se hacen llamar también los olímpicos, pues están convencidos de que igualan en poder y talla a los legendarios dioses del Olimpo, los cuales al igual que su dios Lucifer, se han ensalzado a sí mismos por encima de nuestro Dios verdadero. Tienen además el convencimiento de que por derecho divino se les ha encomendado la consecución de las siguientes metas:
1.- El establecimiento de un gobierno internacional único o Nuevo Orden Mundial con una iglesia unificada y un sistema monetario común bajo la dirección de ellos. Pocos saben que el Gobierno Internacional inició la fundación de su iglesia entre los años veinte y los años treinta, al comprender la necesidad de canalizar en la dirección deseada por ellos la fe inherente a todo ser humano.
2.- La destrucción irremediable de toda identidad y orgullo nacional.
3.- El aniquilamiento de la religión, y más en particular de la cristiana. La única excepción será la creada por ellos que mencionamos más arriba.
4.- El dominio de cada habitante del planeta mediante técnicas de condicionamiento psicológico y de lo que (Zbignew) Brzezinski denominó tecnotrónica, con la cual se crearían robots humanos y se implantaría un espeluznante sistema al lado del cual el Terror Rojo de Félix Dzerzhinsky parecerá un juego de niños.
5.- El fin de toda industria y de la producción de fuerza eléctrica generada a partir de la energía nuclear, en lo que llaman sociedad postindustrial de crecimiento cero. Sólo serán autorizadas las industrias de computación y los servicios. Las empresas norteamericanas que queden serán trasladadas a países como México, donde la mano de obra esclavizada es abundante. Los desempleados a consecuencia de la desaparición de las industrias se transformarán en adictos a la heroína o a la cocaína, o integrarán las estadísticas del proceso de eliminación delineado en el informe ‘El mundo en el año 2000′.
6.- Legalización de la droga y la pornografía.
7.- Despoblamiento de las grandes ciudades, de conformidad con el ensayo llevado a cabo por el régimen de Pol Pot en Cambodia. Es interesante destacar que el plan genocida del dictador asiático fue formulado aquí en los Estados Unidos por una de las fundaciones de investigación financiadas por el Club de Roma. Otro dato interesante es que actualmente los 300 tratan de reinstaurar a los carniceros de Pol Pot en Camboya.
8.- Eliminación de todo adelanto científico salvo los que sean considerados provechosos para el Club de los 300. La producción de energía atómica con fines pacíficos es uno de los blancos principales. Los experimentos de fusión en frío que actualmente (1992) se llevan a cabo son objeto de burla y desprecio por parte del Club y de sus chacales en la prensa. Un soplete de fusión debidamente empleado pondría a nuestra disposición unos recursos naturales inagotables a partir de las sustancias más comunes, y el Club ya no podría seguir insistiendo en “la falta de recursos naturales”.
9.- Por medio de guerras de limitado alcance en los países desarrollados y de la aniquilación mediante el hambre y las enfermedades de la población de países del tercer mundo, ocasionar de aquí al año 2050 la muerte de 3000 millones de seres humanos, a los que califican de inútiles consumidores de alimentos. El Club de los 300 encargó a Cyrus Vance la redacción de un informe al respecto que expusiera los medios más eficaces de llevar a efecto semejante genocidio. Dicho informe lleva por titulo El Mundo en el año 2000 y fue aprobado por el presidente Carter para el gobierno estadounidense y a nombre del mismo, y aceptado por Edwin Muskie, a la sazón secretario de estado. Según las condiciones fijadas en el informe, la población de los EE. UU. Deberá haber descendido a 100 millones para el año 2050.
10.- Debilitar la fibra moral de la nación y desmoralizar a la clase obrera mediante la generalización masiva del desempleo. Cuando el número de puestos de trabajo disminuya a causa de las normas introducidas por el Club de Roma con vistas al crecimiento cero postindustrial, los operarios, sumidos en el desaliento y la desesperación, buscarán refugio en el alcohol y la droga. Por medio del rock y de los alucinógenos, se instará a los jóvenes a revelarse contra el status quo, lo cual socavará a la familia como institución social y acabará por destruirla. Con este fin, el Club de los 300 asignó al Instituto Tavistock la preparación de un plan maestro. Tavistock encargó al Instituto de Investigaciones de Stanford la elaboración del plan, con la dirección del profesor Willis Harmon. Más tarde, la empresa llegó a ser conocida como conspiración acuariana.
11.- Evitar que en todo el mundo la gente pueda decidir su propio destino. Con miras a ello, se creará una crisis tras otra, y luego se manejarán dichas crisis. Ello confundirá y desmoralizará hasta tal punto a la población que ante la superabundancia de opciones se generalizará la apatía. En el caso de los EE. UU. ya existe un organismo que tiene como fin el manejo de crisis. Se trata de la FEMA, siglas en inglés de la Secretaría Federal de Manejo de Emergencias, cuya existencia descubrí en 1980.
12.- Promocionar a grupos rufianescos de música rock como los Rolling Stones (pandilla de degenerados que goza ampliamente del favor de la nobleza negra europea) y todos los conjuntos a los que Tavistock convirtió en grandes figuras a partir de los Beatles.

 TÍTULO: QUE COMPETECIAS SE REQUIEREN PARA TRIUNFAR,.

¿Qué competencias se requieren para triunfar?

Es fácil decir que la ausencia de las nuevas competencias que exige la sociedad del conocimiento, comparadas con las modeladas por la ...
 Es fácil decir que la ausencia de las nuevas competencias que exige la sociedad del conocimiento, comparadas con las modeladas por la revolución industrial, tiene la culpa del índice atrabiliario de paro entre los jóvenes. Lo difícil es demostrarlo y, más que eso, explicar el contenido de las competencias que se echan de menos.
No existe ninguna fórmula matemática que indique la falta aprendizaje de los conocimientos y estilos de vida necesarios para el mundo nuevo que vivimos. Sencillamente, constatamos que, cuando no se ejerce el liderazgo que reclaman las circunstancias nuevas, la empresa deja de ser productiva; que, cuando no se dominan las técnicas para decidir intuitiva y emocionalmente, algo falla a nivel organizativo. En definitiva, solo el balance final puede aportar la prueba de que se aplicaron o dejaron de aplicarse las nuevas competencias requeridas.
Pero, entretanto, no es bueno confiarlo todo a la buena suerte y lo lógico sería profundizar en la definición de esas competencias. En primer lugar se trata de suplantar el sistema competitivo al que se nos ha acostumbrado por un diseño totalmente opuesto, basado en la colaboración. Trabajar en equipo requiere no fiarse solo de uno mismo, sino diseñar con la ayuda del resto la manera de profundizar en el conocimiento. Colaborar, en lugar de competir, requiere un trato y una sabiduría a los que se está poco acostumbrado.
Uno de los descubrimientos que han cimentado la posibilidad de aplicar el aprendizaje social y emocional ha sido el papel inusitado del inconsciente; resulta que el lugar ocupado por el pensamiento racional en el cerebro es insignificante comparado con el poder de la intuición. Casi todo se elabora en el inconsciente partiendo de premisas intuitivas. Ahora bien, sería iluso creer que la intuición puede funcionar sin cierta preparación; todos los investigadores, incluidos premios Nobel como Kahneman, nos alertan de la necesidad de saber desgranar las estructuras que también caracterizan a la intuición.
Es preciso, además, aceptar lisa y llanamente lo que se ha demostrado en los laboratorios: las demandas instigadas por la empatía, por la facultad de saber ponerse en el lugar del otro, son mucho más decisivas que las movidas por el puro egoísmo. Cuesta al común de los mortales aceptar los resultados de los experimentos de la Harvard Business School que demuestran que uno tiene muchas más posibilidades de dar con la felicidad cuando busca la de los demás que la suya propia.
Estamos saliendo solo de la Prehistoria en lo que se refiere a las técnicas de comunicación. Es preciso mejorarlas recurriendo a las técnicas digitales, pero no solo así. Hacer llegar a los demás el mensaje implícito en las nuevas tecnologías requiere atender, entre otros impactos, a la comunicación no verbal.
No hemos siquiera iniciado la elaboración de las técnicas de concentración. Muchos padres y educadores atribuyen la supuesta falta de atención de sus hijos y sus alumnos a su fácil acceso a plataformas dispares. Pero en realidad, como dicen los sajones, it's not a deficit attention, it's that I am not interested (no es un déficit de atención, es que no estoy interesado). No tenemos respuestas todavía a la falta de aprendizaje de la creatividad con la que se enfrentan los alumnos, no solo los artistas.
Ahora bien, si debiéramos establecer un orden de prioridades, sin caer en el vicio anterior de la jerarquización de las competencias que tanto daño ha hecho proscribiendo la creatividad, nadie debiera olvidarse de la necesidad imperiosa de que cada alumno, cada maestro y cada persona sea capaz de identificar aquello que le hace vibrar y desearlo para comunicarse con los demás. Sin olvidar que no basta con localizar el elemento, sino que hace falta profundizar en su conocimiento hasta controlarlo. Yo no sé de otra ,.

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