domingo, 30 de junio de 2013

TERRITORIO PELIGROSO PARA ALONSO,./ MILAGROS EN LA CATEDRAL,.

TÍTULO;  TERRITORIO PELIGROSO PARA ALONSO

Fórmula 1 Autobild.es
  1. Territorio peligroso para Alonso
    No es normal que un Ferrari no entre en la Q3 y que yo esté de chiripa en ella». Con esta frase de Fernando Alonso se resume a la perfección ...
     

    Motor

    Territorio peligroso para Alonso

    El asturiano, décimo, obligado a una nueva remontada heroica en Silverstone, donde Hamilton partirá desde la 'pole' ante su público

    «No es normal que un Ferrari no entre en la Q3 y que yo esté de chiripa en ella». Con esta frase de Fernando Alonso se resume a la perfección el resultado tan nefasto que han dado las novedades -no mejoras- que ha llevado Ferrari a Silverstone. En teoría, debían servir para que Alonso luchara por la 'pole'. En la realidad ha supuesto que ya ni siquiera haya tenido opciones de pelear por la tercera fila de la parrilla. El piloto español saldrá en décima posición, su peor resultado un sábado en todo lo que se lleva de temporada 2013. De nuevo tocará una heroica remontada para mantener sus opciones de luchar por un campeonato que se le escapa...
    El español no se mordió la lengua a la hora de describir la labor que está realizando su equipo este fin de semana, en particular, y durante el resto de la temporada en general. Las nuevas piezas que llevan a cada circuito no solo no les permiten recortar con los Red Bull y los Mercedes, sino que les hacen perder aún más. «Las evoluciones que traemos no funcionan. Vuelven todas a la fábrica, ya que no nos dan el rendimiento que esperábamos», se lamentaba el asturiano. Ahora solo toca esperar un poco de suerte: «Esperar y ver qué pasa».
    Para este domingo se prevé que la meteorología y las condiciones de pista jueguen a favor de Ferrari. Con algo más de calor, los Pirelli deberían adaptarse mejor a las características del F138, con lo que será una pequeña ayuda para el objetivo de la remontada. Con respecto a los neumáticos, Alonso tampoco perdió la oportunidad de lanzar un dardo contra sus rivales: «Se supone que Silverstone es una pista favorable para nosotros. Sin embargo, también es cierto que Pirelli ha cambiado bastantes veces los neumáticos para que estén contentos los de arriba. Ahora aquellos que se quejaban ocupan las dos primeras filas y no se quejan. Siempre traen el medio y el duro, y sabemos que estos neumáticos solo ayudan a dos equipos». El piloto que logró la 'pole position' fue Lewis Hamilton, algo que por otro lado no debería resultar una sorpresa para casi nadie.
    Los Mercedes son los referentes durante este fin de semana, lo que a su vez alimenta las sospechas en torno a los beneficios que podrían haber obtenido en los test ilegales que hicieron con Pirelli. El británico superó a Nico Rosberg, su compañero, al que le endosó más de cuatro décimas. Hamilton buscará su segunda victoria en su circuito de casa, lo que llevaría al éxtasis a los muchos aficionados que abarrotarán las gradas de Silverstone . Su 1:29.607 da buena muestra de la superioridad de las 'flechas plateadas' en el trazado británico, que tendrán que confirmar en la carrera.
    Los principales rivales de los Mercedes serán, cómo no, los hombres de Red Bull. Sebastian Vettel saldrá desde una tercera posición que, puesto en perspectiva, puede suponer casi un golpe definitivo para el campeonato. Sus principales perseguidores, Raikkönen y Alonso, saldrán desde la novena y la décima plaza, y todos los puntos que pueda sacarles le acercan un poco más al ansiado cuarto título. Y es que además de Ferrari, otra escudería, Lotus, está pasando su particular calvario este fin de semana. Romain Grosjean y Kimi Raikkönen partirán octavo y noveno, y como sus rivales de Maranello, evocan la vieja tonadilla de «los puntos se reparten el domingo», como una especie de invocación para la suerte. Pobre consuelo, tanto en Lotus como en Ferrari.

    TÍTULO;  MILAGROS EN LA CATEDRAL,.

     MILAGROS EN LA CATEDRAL

    melty.es
    Día de milagros en la Catedral

    Un coloso de 34 años enterrado puede ganar carreras, y otro, lesionado y recién operado de la clavícula, puede alcanzar la quinta posición,.
     
    Día de milagros en la Catedral 
    Un coloso de 34 años 'enterrado' puede ganar carreras, y otro, lesionado y recién operado de la clavícula, puede alcanzar la quinta posición sobre un prototipo de 140 kilos y 260 caballos ante los rivales más potentes del planeta. Obviamente, no hablamos de humanos, sino de héroes, mitos que se dieron cita en la Catedral buscando milagros y que acabaron por poner en pie a cualquiera que viera el Gran Premio de Assen de MotoGP. Valentino Rossi venció por primera vez desde octubre de 2010 y Jorge Lorenzo apenas perdió dos puntos respecto a Dani Pedrosa treinta horas después de salir de un quirófano. Cualquier palabra se queda corta para definir lo ocurrido en Holanda, donde quedó frotarse los ojos y aplaudir a los titanes después de tres cuartos de hora inolvidables.
    Lorenzo madrugó para ver cómo se encontraba su clavícula. A las ocho se presentó puntual a la cita con el médico. Hizo unas flexiones, explicó que los efectos de la anestesia ya no estaban en su cuerpo, se mordió para contener el dolor y dijo que se encontraba en condiciones de hacer una carrera única, de la que no existen precedentes en el mundo de las dos ruedas. Fue declarado apto y en escasos minutos ya estaba sobre la M1 dispuesto a afrontar el 'warm up'. Las sensaciones fueron buenas a pesar de que se vio sorprendido al notar que era en la aceleración y no en la frenada donde más le molestaba su maltrecha clavícula. Rodó diez vueltas medio mareado, a siete décimas del mejor tiempo, de Rossi, que también desde bien temprano mandaba mensajes de lo que ocurriría horas después.
    Cuando el semáforo se puso verde la emoción era salvaje. Crutchlow se veía superado en la salida por las dos Honda. Pedrosa, en su línea habitual, salía como un cohete para ponerse primero, Márquez se iba a su rueda, Rossi también rebasaba al británico y Lorenzo se quitaba de encima a un buen puñado de rivales. El '99' arriesgaba como si no pasase nada, como si hubiera pasado dos noches idílicas y estuviera rodando en plenitud. Randy de Puniet lo padeció en el arranque, Stefan Bradl se vio sorprendido en un 'hachazo' colosal y Crutchlow tembló al ver pasar al actual campeón del mundo como una centella. Jorge llegó a la rueda de Márquez, le enseñó la suya y comenzó a notar que la infiltración dejaba de funcionar tan bien como lo hacía él. Fue el techo de un héroe que cedió ante un Crutchlow que quería subirse al cajón y cerró la página más emocionante del motociclismo contemporáneo con un quinto puesto excepcional, inesperado, del que se hablará dentro de décadas.
    Por delante seguían las sorpresas. Valentino le enseñó sus galones a Márquez y se fue a por Pedrosa. El '26' naufragó en una oportunidad de oro para poner tierra de por medio en la general. Rossi atacaba con la experiencia de un mito y la ilusión de un juvenil. Pedrosa, en las antípodas de transmitir emociones, debió echar mano de la calculadora hasta distraerse, y fue superado por 'Il Dottore', Márquez y Crutchlow. La ocasión era idónea para abrir hueco en la general y lo más que consiguió fue un cuarto puesto y dos puntos extra de renta. Muy poco botín y una gran preocupación emergente. No solo fueron incapaces de dar un golpe en la mesa con su 'enemigo' lesionado, sino que el otro piloto de los diapasones resucitó dos años y medio y 44 grandes premios después para pasarlos por encima.
    Llora Lorenzo
    Hablar de un Rossi candidato al título sería muy precipitado, pero sí ha demostrado que Lorenzo no está solo a la hora de poder quitarle puntos a la legión nipona de Nakamoto. Lorenzo humedecía sus ojos de dolor, pero también de alegría. «No estoy acostumbrado. Soy un chaval que llora poco pero no he podido resistirme», dijo en la única señal de que es humano en todo el fin de semana. Había sobrevivido al momento más delicado de lo que va de campeonato, y salió con la clavícula anclada a la placa de titanio y sin ningún otro rasguño; ni siquiera una previsible sangría de puntos que al final no se produjo. Nunca un segundo, el de Márquez, y un cuarto, el de Pedrosa, fueron tan amargos para un equipo, que miraba de reojo el garaje de Yamaha con un gesto contenido de admiración. Sus dos pilotos habían salvado los muebles. Y de qué manera. Hay Mundial, y hubo milagros en la Catedral.

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