miércoles, 26 de junio de 2013

Menos derechos laborales y menos sindicatos: menos ciudadanos / El divorcio ideológico de Europa

TÍTULO: Menos derechos laborales y menos sindicatos: menos ciudadanos,.

Mónica Llopis Albert Como ya argumentase T. H. Marshall en su ensayo Ciudadanía y Clase Social, ser ciudadano sólo es posible si reunimos tres tipos de derechos: civiles, políticos y socioeconómicos. Cada sociedad ha seguido trayectorias distintas en su camino hacia la ciudadanía. En España, por ejemplo, no sería hasta los años 80 cuando logramos ser ciudadanos de pleno derecho, mientras que en muchos países de nuestro entorno lo lograron tras la II Guerra Mundial.
Considerar que los requisitos de ciudadanía se circunscriben a estos tres tipos de derecho tiene dos implicaciones relevantes. Por un lado, bajo este prisma, el Estado del bienestar se aproxima más a una concepción liberal que a una marxista o socialista. Los individuos no tienen derecho a la educación o la sanidad por pertenecer a una clase social determinada, sino por el mero hecho de ser personas, ciudadanos. Por otro, la pérdida de derechos sociales y económicos no sólo aumenta las desigualdades, sino que además nos hace menos ciudadanos.
En la Fundación Alternativas acabamos de publicar nuestro Informe sobre la Democracia en España 2013. Es un anuario político que cumple ya con su séptima edición. En él, año a año analizamos la calidad de nuestra democracia. Para ello, junto a una serie de capítulos analíticos, también incluimos una encuesta a expertos. Durante el 2012, uno de los mayores deterioros que observan los analistas consultados es la pérdida de derechos por parte de los trabajadores, así como de su libertad sindical. ¿Por qué ha sucedido esto? El Informe apunta a dos direcciones: “Por un lado, la precarización de los derechos de los trabajadores y, por otro, la ofensiva contra los sindicatos realizadas desde diversas instancias” (IDE 2013, Fundación Alternativas, p. 231).


TÍTULO: El divorcio ideológico de Europa

Europa se encuentra en un momento convulso. La severa crisis económica y las políticas tan erráticas como erróneas para salir de ella están teniendo importantes consecuencias en la opinión pública de los distintos países de la UE.  La más obvia y visible: una crisis de confianza en las instituciones europeas. Nuestro compañero Ignacio Jurado ya comentaba en otro artículo de este blog el importante aumento del descrédito hacia la UE en la mayoría de los países europeos.
Es probable que la creciente desconfianza hacia la instituciones europeas sea una de las pocas cosas que ha generado consenso entre la ciudadanía europea. En el resto de cuestiones políticas relevantes,  Europa parece estar en un preocupante proceso de divorcio de las opiniones públicas de los distintos países. Vean por ejemplo las enormes diferencias de opiniones que existen sobre cómo salir de la crisis. Si bien los ciudadanos de Francia, Alemania y Austria están más a favor de la austeridad que de las políticas de crecimiento, lo contrario ocurre en Dinamarca, Irlanda, Grecia y, por supuesto, en España  (datos de Eurobarómetro).
El divorcio de las opiniones públicas en la EU tiene importantes consecuencias pues ejerce una presión sobre las instituciones de cada país para que lleven a cabo políticas divergentes, lo que pone en cuestión la viabilidad del proyecto europeo. Una fórmula de ver la magnitud de este problema es mostrar cómo los distintos países europeos tienen unos partidos políticos con ideologías cada vez más divergentes. Este es precisamente el objetivo de esta anotación: mostrarles datos que avalan el divorcio ideológico que se está produciendo en los partidos de los distintos países europeos tras el paso de la Gran Recesión.

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