El actor James Gandolfini, conocido por interpretar al mafioso Tony Soprano en la popular serie televisiva 'The Sopranos', ha fallecido a los 51 ...
James Gandolfini estaba seguro de que no le darían
el papel de Tony Soprano. "Yo pensaba que contratarían a un tipo con
buena pinta. No a George Clooney pero sí a una especie de George Clooney italiano", contaba el actor el año pasado durante una entrevista publicada en la revista 'Vanity Fair'.Y sin embargo se antoja imposible imaginar la magia de 'Los Soprano' sin la silueta apabullante de su protagonista, al que David Chase ofreció el papel de padrino despreciando actores más conocidos y con mucho más tirón. "Gran parte de su genio residía en sus ojos tristes", decía este martes Chase aún noqueado por el fallecimiento de su amigo. "En ocasiones no era un tipo fácil. Pero era mi socio y mi hermano de un modo que no creo que nunca pueda llegar a explicar".
Al principio nadie daba un duro por 'Los Soprano', según han reconocido muchas veces algunos de sus protagonistas. Pero la popularidad de la serie se fue disparando a lo largo de sus 86 episodios hasta alcanzar la cifra de 14 millones de espectadores: una audiencia que desde entonces no ha reunido ninguna otra creación del canal HBO.
Parte del éxito cabe atribuirselo a la interpretación memorable de Gandolfini, que ayudó a retratar los problemas de su personaje: un mafioso vulnerable empeñado en que sus negocios ilegales no perturben su vida familiar.
Precursora de la edad de oro de las series, 'Los Soprano' enseguida se convirtió en un fenómeno de masas y lanzó la carrera de guionistas como Matthew Weiner ('Mad Men') o Terence Winter ('Broadwalk Empire'). La clave de su éxito fue superar los clichés del género y parodiarlos para trazar el relato tragicómico de un padrino irritable y con problemas psicológicos en las antípodas de los mafiosos omniscientes de Martin Scorsese o Francis Ford Coppola.
El actor James Gandolfini.
- El actor James Gandolfini ha fallecido de un infarto en Roma
- Se antoja imposible imaginar la magia de 'Los Soprano' sin su protagonista
Y sin embargo se antoja imposible imaginar la magia de 'Los Soprano' sin la silueta apabullante de su protagonista, al que David Chase ofreció el papel de padrino despreciando actores más conocidos y con mucho más tirón. "Gran parte de su genio residía en sus ojos tristes", decía este martes Chase aún noqueado por el fallecimiento de su amigo. "En ocasiones no era un tipo fácil. Pero era mi socio y mi hermano de un modo que no creo que nunca pueda llegar a explicar".
Al principio nadie daba un duro por 'Los Soprano', según han reconocido muchas veces algunos de sus protagonistas. Pero la popularidad de la serie se fue disparando a lo largo de sus 86 episodios hasta alcanzar la cifra de 14 millones de espectadores: una audiencia que desde entonces no ha reunido ninguna otra creación del canal HBO.
Parte del éxito cabe atribuirselo a la interpretación memorable de Gandolfini, que ayudó a retratar los problemas de su personaje: un mafioso vulnerable empeñado en que sus negocios ilegales no perturben su vida familiar.
Precursora de la edad de oro de las series, 'Los Soprano' enseguida se convirtió en un fenómeno de masas y lanzó la carrera de guionistas como Matthew Weiner ('Mad Men') o Terence Winter ('Broadwalk Empire'). La clave de su éxito fue superar los clichés del género y parodiarlos para trazar el relato tragicómico de un padrino irritable y con problemas psicológicos en las antípodas de los mafiosos omniscientes de Martin Scorsese o Francis Ford Coppola.
Cabecera de 'Los Soprano'
El joven Gandolfini se graduó como periodista en la Universidad de Rutgers. Pero a priori no parecía aguardarle un futuro mucho mejor que el de sus padres. Se mudó a Nueva York y trabajó como jardinero, como camarero y como librero de ocasión. También ejerció como portero en algunos clubes nocturnos y aprendió a hacer trabajos de albañilería para subsistir mientras se iniciaba en la interpretación.
El 'New York Times' publicó en mayo de 1988 un artículo sobre inquilinos itinerantes de Manhattan en el que aparece retratado un joven Gandolfini, "cuya vocación es el teatro pero cuyas cuentas las pagan empleos en la hostelería y en la construcción". El actor desvelaba entonces que en apenas unos años había vivido en barrios tan dispares como Park Slope, Astoria y Hoboken y decía que nunca pasaba más de 10 meses en ningún sitio y nunca pagaba más de 400 dólares al mes. "Para mí mudarme no es un drama", explicaba antes de que despegara su carrera. "Lo meto todo en bolsones de basura y lo tengo todo colocado en unos minutos. Sin mi nombre en el contrato, entro y salgo y no tengo responsabilidades".
Obras de medio pelo
Al principio, Gandolfini interpretó papeles pequeños en obras de medio pelo. Pero poco a poco se fue abriendo camino en el teatro neoyorquino y deslumbró al interpretar al mafioso Virgil del filme 'Amor a quemarropa', dirigido por Tony Scott con guión de Tarantino en 1993. "Hay ciertas cosas y ciertos tipos de violencia que en este punto intentó evitar", decía en diciembre del año pasado sobre sus papeles de matón durante una entrevista promocional. "Me estoy haciendo viejo y ya no quiero golpear a las mujeres y ese tipo de cosas".Se podría decir que Tarantino rescató a Gandolfini de la indigencia y le llevó a rodar con directores como el español Alex de la Iglesia, que lo reclutó para intervenir en 'Perdita Durango' en 1997. Pero fue su papel protagonista en 'Los Soprano' el que le otorgó tres premios Emmy y el que lo convirtió en una celebridad. El actor llegó a cobrar hasta un millón de dólares por capítulo. Un dinero que le permitió mudarse a un apartamento en el exclusivo barrio de Tribeca y repartir fajos de billetes entre sus compañeros, que no olvidan su generosidad.
El final de la serie permitió a Gandolfini volver a Broadway de la mano de la obra 'Un Dios salvaje' de Yasmina Reza. También le llevó a producir en HBO un telefilme sobre Hemingway y dos documentales en torno a los problemas de los veteranos estadounidenses: 'Wartorn: 1861-2010' sobre el síndrome de estrés postraumático y 'Alive Day Memories' sobre la vida de un puñado de soldados a su regreso de Irak.
Uno de sus últimos papeles fue el que encarnaba a un mafioso al borde de la jubilación
Gandolfini solía decir que echaba de menos a sus padres y no habría logrado el éxito sin sus sacrificios. Se había casado dos veces y tenía una niña pequeña y un niño adolescente.
Entre sus últimos papeles cabe anotar su interpretación del director de la CIA Leon Panetta en el filme 'La noche más oscura' (2012). Un rol breve pero esencial para la cineasta Kathryn Bigelow, que elogió la "autoridad" del actor italoamericano y su compromiso con su labor.
Unos meses después, Gandolfini volvió a interpretar a un gángster en el filme 'Killing them softly', en el que encarnaba a un mafioso al borde de la jubilación. "Me lo pensé mucho a la hora de meterme en la piel de otro mafioso", dijo entonces. "Pero este personaje es la culminación de todos los que interpretado anteriormente. Es como el último clavo en el ataúd".
El actor James Gandolfini, conocido por interpretar al mafioso Tony Soprano en la popular serie televisiva 'The Sopranos', ha fallecido a los 51 años en Roma, donde se encontraba de vacaciones. Los primeros indicios apuntan a un infarto como causa de la muerte del artista. Gandolfini tenía previsto asistir a la 59 edición del Festival de Cine de Taormina, en Sicilia, para participar en un evento.TÍTULO: EL CINE DE GENERO VUELVE A MOSTRAR LAS CICATRICES DE LA GUERRA CIVIL,.
El cine de género vuelve a mostrar las cicatrices de la Guerra Civil
Muchas películas en una. Eso es Insensibles, película que juega a la mezcla de géneros para acabar a medio camino entre el género .
Muchas películas en una. Eso es 'Insensibles', película
que juega a la mezcla de géneros para acabar a medio camino entre el
género fantástico, los filmes sobre la guerra civil, el drama sobre la
identidad, y una historia con tintes detectivescos y góticos. He aquí
uno de los atractivos de la ópera prima de Juan Carlos Medina, cuyo
guión coescribió junto a Luiso Berdejo -guionista de 'REC' y avezado
cineasta por cuenta propia-. En las pantallas desde el viernes,
'Insensibles' enlaza con la tradición no sólo de 'El laberinto del
fauno', sino de películas como 'El espíritu de la colmena', un cine
español muy anterior que se ha valido de la imaginación y lo fantástico
para abordar las cicatrices de la Guerra Civil española.
La historia es la de un brillante neurocirujano que
necesita un trasplante de médula y para sobrevivir emprende la búsqueda
de sus padres biológicos. Todas las respuestas sobre su origen
permanecen ocultas en un pasado silenciado, a la vez su pasado personal y
el de todo un país. En su investigación descubre que durante la Guerra
Civil un grupo de niños nació con un extraño y desconocido mal: eran
insensibles al dolor físico. Las criaturas fueron encerradas en un
sanatorio en los Pirineos que acabaría convertido en centro de
interrogación y torturas del bando vencedor.
Pasado y presente
Contada en dos tiempos, llega un punto de la trama en que
pasado y presente se cruzan. La película avanza implacable hacia una
catarsis que reivindica la necesidad de buscar la verdad y sacarla a la
luz como única forma de sanar las heridas.
«La película reflexiona sobre hasta qué punto se quiere
indagar en el pasado y conocer la verdad, sabiendo que en el camino
encontrarás dolor y se producirá un descenso a los infiernos», apunta el
actor Alex Brendemühl. Protagoniza la película junto a Juan Diego, que
se refiere al final de la película como uno de los más «poderosos y
poéticos» del último cine español. El director y los actores reivindican
la vigencia de la película, dado que «aún hoy siguen pasando cosas
horribles que permanecen impunes», según sostiene Brendemühl. «Algo en
el carácter español invita a ocultar lo que nos avergüenza o nos causa
dolor», señala el director.
En cierta forma, el personaje principal -encarnado por
Brendemühl- funciona, además de cómo el individuo que busca su identidad
individual para sobrevivir, como un trasunto de la historia de España:
un individuo insensibilizado y enfermo como un país, que debe escarbar
en su pasado para sanarse y salvarse a sí mismo y a su hijo. «Mi
personaje es fruto del pasado, de esas generación de niños que han
vivido el horror. En una investigación casi detectivesca, la película
también toca el tema de las adopciones, de esos niños que descubren que
sus padres no son quienes dicen ser, y que ellos tampoco son quienes
han pensado que eran», explica el actor. Acaba de pasar por Cannes con
una película de la argentina Lucía Puenzo, 'Wakolda', que toca un tema
similar sobre la ocultación del nazismo en el país sudamericano.
Profundamente metafórica, oscura y extraña, 'Insensibles'
pasó por Sitges y por el festival De Toronto, donde inició una carrera
internacional impecable que le ha granjeado buenas críticas en los
principales medios internacionales y a recibir el premio Mélies a la
mejor película europea de cine fantástico.
Su director, Juan Carlos Medina ha iniciado una carrera
internacional impulsado por la buena acogida de 'Insensibles'. Prepara
ya su debut en el cine británico con la adaptación de la novela de Peter
Ackroyd 'Dan Leno & The Limehouse Golem' que ha coescrito con la
guionista Jane Goldman ('Kickass') y que sitúa un thriller criminal en
la Inglaterra victoriana.
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