TÍTULO: EL DOLOR DE RAQUEL,.
Gente
El dolor de Raquel
Colegas de profesión arropan a la
presentadora de Telecinco tras la inesperada muerte de su marido,-foto- Mario
Biondo, un cámara italiano con el que se casó hace un año
Pena profunda. ¿Cómo aliviar el dolor de una amiga...?». No
encontraba respuesta Jorge Javier Vázquez, porque no la tiene. El
presentador de Telecinco escribió ayer en Twitter una de las más
sentidas condolencias a Raquel Sánchez-Silva. La presentadora de la
sonrisa enorme acaba de perder a su marido, Mario Biondo, un cámara de
televisión italiano de 35 años con el que preparaba el primer
aniversario de boda, que se cumpliría el 22 de junio y con quien
planeaba tener hijos pronto.
El jueves por la tarde, sobre las cinco y media, la mujer
que les ayuda con las tareas domésticas encontró el cuerpo sin vida de
Biondo en la casa de la pareja, en Madrid. Raquel se hallaba en ese
momento grabando a las afueras de la ciudad. Los servicios sanitarios no
pudieron sino confirmar el fallecimiento. La Policía trabaja en la
hipótesis del suicidio.
Más allá de sus íntimos, la gran familia televisiva quiso
mostrar públicamente su afecto y apoyo a una presentadora muy querida, a
la que el programa 'Supervivientes' ha convertido en imprescindible.
Fue precisamente en el rodaje del 'reality' en Honduras, en 2011, donde
la extremeña (de 40 años) conoció a Mario. Un año después, en secreto,
encargaba a su amigo Ion Fiz su vestido de novia, un original y
veraniego traje con el hombro descubierto. La pareja se casó estrenando
el verano en Taormina, un rincón de la Sicilia natal de Mario y
compartió en Twitter las fotos del «día del amor»: «El día de nuestra
boda. Emocionados, rodeados de familia, amigos, felicidad». Así se
mostraban siempre en público: «Es el mejor hombre de la Tierra y es mil
veces mejor que yo», le adornaba de virtudes recientemente a su chico
Raquel, con esa sonrisa suya de felicidad... y de entusiasmo por la vida
y el trabajo. Era así: ahora que lo hace casi todo ('Pekín Express',
'Supervivientes', 'Acorralados, 'El cubo'...) y también cuando empezó en
el mundillo, una vez acabada la carrera de periodismo en Salamanca, en
una tele de su Plasencia natal, tierra que Mario ya conocía.
Aunque quedó pronto huérfana de padre, su madre sigue
viviendo allí y Raquel siempre se ha sentido cerca del lugar que la vio
crecer y destacar en el colegio (hacía dos cursos en uno), en el
voleibol (jugó un año en División de Honor)... y buscarse la vida
trabajando de camarera antes de que llegara la tele, donde se ha
convertido en una de las valedoras de Mediaset.
Ayer, colegas de la casa y de la competencia resumían en
140 caracteres su pesar. La primera fue Mercedes Milá, que supo del
trágico suceso el mismo jueves por la noche, mientras presentaba la gala
de 'Gran Hermano': «He recibido una noticia que nos ha taladrado. Es
horroroso. Raquel, mi vida, fuerza, estamos todos contigo». Y en las
horas siguientes se sucedían las palabras de ánimo en Twitter: «No he
conocido nunca a una mujer tan enamorada, tan luminosa cuando iba al
lado de su amor» (Máxim Huerta), «A veces la vida es jodidamente
trágica» (Risto Mejide), «Nada consuela el tremendo dolor cuando un amor
se va de manera tan repentina» (Chenoa), «El mundo de la televisión
pasa hoy a un segundo plano, estamos contigo» (Christian Gálvez)... El
equipo de 'MasterChef' (TVE), programa en el que trabajaba actualmente
Mario, lamentaba «profundamente la pérdida de un amigo» y Eva González
se quedaba «sin palabras».
TÍTULO: NADAL VUELVE A SUFRIR,.
NADAL VUELVE A SUFRIR,.
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Por segundo partido consecutivo, muy lejos de su mejor nivel, cedió el primer set, pero también remontó ante el eslovaco Klizan.La mejor forma de hacer daño a Rafa Nadal en Roland Garros es ser agresivo. Así lo fue Daniel Brands en primera ronda y así comenzó Martin Klizan. Esa es la primera condición. La segunda, incontrolable para sus rivales, es toparse con un día como el que se encontró el eslovaco, con unas condiciones meteorológicas similares a las que tuvo Robin Soderling en su momento: nublado y muy húmedo, con la arcilla muy pesada. Todos esos condicionantes se dieron este viernes en contra del manacorense.El problema es que el Klizan fue incapaz de aguantar ese nivel las casi tres horas de partido. Apenas consiguió mantenerlo en el primer set. Eso o que Nadal tardó un parcial en aclimatarse a la pista y al día. Desde luego, parte de la grandeza del siete veces campeón en París es esa: su increíble capacidad para dar la vuelta a partidos en los que juega mal pero que finalmente gana. Así sucedió en su debut en la capital francesa y también en su partido de segunda ronda, que acabó venciendo por 4-6, 6-3, 6-3 y 6-3. En tercera ronda le espera el italiano Fabio Fognini. «En un día como hoy no es fácil jugar», confesó el español al terminar su partido ante el eslovaco.Después de que eljueves tuviese que ser cancelado el encuentro por la lluvia, cuando ya habían peloteado incluso, Rafa Nadal comenzó el duelo como el tiempo: muy frío. Ya sin lluvia, el día estaba gris y pesado, es decir, como no le gusta al balear. Por eso las bolas parecían balones de fútbol -la humedad provoca que las pelotas de tenis aumenten el pelo, su tamaño, y se vuelvan más lentas y pesadas-. Ese era uno de los motivos por los cuales la bola del manacorense llegaba mansa a la raqueta del eslovaco. Sus tiros apenas hacían sufrir a Klizan. Muy atrás en la pista y demasiado defensivo, Nadal era incapaz de imponer su juego. A eso había que añadirle que su rival estaba muy cómodo.El partido avanzaba al ritmo del número 35 de la ATP. Se gustaba y gustaba a la grada. Sus paralelos mordían y su servicio no desentonaba.Así se hizo con el primer parcial, gracias a un único 'break'. Pero en el segundo set algo cambió. De repente, Rafa Nadal, que había jugado francamente mal, subió un punto su nivel. No mucho, pero sí lo suficiente para encadenar cuatro juegos seguidos. Pese a que se dejó su servicio una vez por el camino, siguió tirando más profundo y empató el choque a un set.Es difícil que un rival de Nadal en París aguante la intensidad que exige el exnúmero uno durante mucho tiempo. Klizan no pasará a la historia por ser uno de ellos. Vio cómo poco a poco sus tiros no hacían tanto daño y cómo la bola del de Manacor botaba más cerca de la línea de fondo.Así es complicado. Tanto que se dejó por el camino otro set, en este caso el tercero, con idéntico resultado y parecido contexto.Al comienzo del cuarto set, el partido ya era de Nadal. Ni los aficionados más escépticos con Rafa Nadal creían en una remontada del eslovaco. De hecho, parecía que ni el propio Klizan confiaba en ello. De ahí que fuese poco a poco desmoronándose, al mismo tiempo que el español jugó por momentos su mejor tenis del día. Siempre muy lejos de su mejor nivel. Pero cumplió su objetivo: venció. Y eso que dudó en la parte final del duelo.
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