Veinticuatro horas después y, tras ponerse en contacto con
el propio Leo Messi, el presidente del FC Barcelona, Sandro Rosell, hizo
este jueves una defensa total y sin fisuras de su jugador. A pesar de
que los medios de comunicación catalanes y los políticos de la comunidad
autónoma trataran de quitarle algo de hierro al espinoso asunto, la
querella presentada por la Fiscalía contra el astro argentino por
defraudar cuatro millones al fisco ha caído como una bomba en la
sociedad catalana, siempre muy sensible a todo lo que le pase a su
equipo del alma y en este caso al futbolista franquicia, el que lleva
años dándole tantas alegrías.
Por ello, la actitud general de los órganos oficiales y del
‘establishment’ catalán fue que de momento solo se trata de una
querella, que nadie ha sido imputado todavía y que conviene tomar la
denuncia con algo de cautela. Hasta el punto de que ninguno de los dos
diarios deportivos de Barcelona dedicó su portada de este jueves al
‘caso Messi’. Para uno fue más noticia unas declaraciones de Pelé sobre
Neymar (elogiosas, por supuesto) y para el otro un posible trueque de
jugadores con Alexis como posible moneda de cambio.
El máximo dirigente azulgrana, como manda el guión, se unió
a esa llamada casi general a la calma y expresó su convencimiento en la
inocencia del jugador argentino. «He hablado con la familia de Messi y
están todos supertranquilos», señaló Rosell. «Como club, estamos igual
de tranquilos. Queremos dar todo el apoyo y respaldo al jugador y no
tenemos ninguna duda de su completa inocencia», afirmó de manera
categórica. Rosell compareció para dar cuenta del balance de la
temporada del Barça y, aunque se esperaba que la prensa pudiera
bombardearle con el asunto de Messi, tampoco fue para tanto.
En cualquier caso, el presidente azulgrana reconoció, como
así consta en la querella, que el FC Barcelona (igual que Danone, Pepsi,
Adidas u otras) es una de las empresas que ha pagado durante años a
Messi en concepto de derechos de imagen. Pero aclaró que todo lo que ha
abonado el club culé se ajusta a la legalidad. «Pagamos el 15% de su
salario en concepto de derechos de imagen, que es el límite que permite
la ley, y ese dinero va a parar a una sociedad que es la propietaria de
esos derechos, porque lo permite la legislación», según Rosell. Además,
dijo, ahora que ha trascendido que Hacienda podría estar investigando a
más jugadores del Barça, y del Madrid, que esa es una práctica que
llevan a cabo «el 95 % de los jugadores de la Liga». A pesar de la
querella, el Barça no se plantea variar su política contractual sobre
los derechos de imagen de los jugadores.
Los partidos catalanes no se mojan
El ‘caso Messi’ estuvo este jueves en boca de todos.
Incluso en el Congreso de los Diputados, donde los políticos catalanes
se sumaron a la prudencia general expresada en Cataluña. El líder de CiU
en el Parlamento, Josep Antoni Duran i Lleida, recalcó que la querella
aún no ha sido admitida por el juez y, como acostumbra cuando a un
compañero de su partido se le relaciona con la corrupción, apeló a la
presunción de inocencia.
Desde ERC, Alfred Bosch dijo que es prematuro opinar sobre
un tema en el que no hay resolución. Iniciativa (ICV) utilizó el caso
para interpelar al Gobierno si piensa tomar medidas para impedir el uso
de mecanismos de evasión fiscal en la cesión de los derechos de imagen y
si instará a la Agencia Tributaria a que impulse inspecciones a otros
deportistas.
El Ejecutivo central no anunció ninguna medida especial, a
pesar de que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, lanzó una
advertencia a deportistas hace un par de meses, aunque aprovechó el
asunto para destacar que la «ley es igual para todos, incluso para el
número uno», según expresó el ministro de Educación, Cultura y Deporte,
José Ignacio Wert. En la mima línea, su compañero de Industria, José
Manuel Soria, afirmó que «las obligaciones tributarias tienen que ser
iguales absolutamente para todos». El que fue más critico fue el
exministro socialista Valeriano Gómez: «Prefiero un buen ciudadano que
no sepa dar una patada a un balón que un mal ciudadano que sea el mejor
jugador del mundo como Messi».
TÍTULO: PROTAGONISTA, EL GRAN TATUAJE DE LA NBA,.
El gran tatuaje de la NBA
Cuando
era un niño tuve que robar comida para mi madre y mis hermanas. Había
días que me colaba en las granjas para ordeñar a las vacas ...
Cuando era un niño tuve que robar comida para mi madre y
mis hermanas. Había días que me colaba en las granjas para ordeñar a las
vacas y poder llevar leche a casa...». No muchos años después, aquel
zagal (ya convertido en veinteañero) ganaba millones de dólares y
levantaba pasiones en las canchas de baloncesto de Estados Unidos. Entre
el pequeño ratero y el gigante de oro media una historia de superación,
que incluye momentos dramáticos, y que puede terminar con un anillo de
campeón de la NBA. Chris Andersen (California, 1978) es uno de esos
jugadores que no puede compararse con LeBron James o Kobe Bryant por sus
virtudes baloncestísticas, pero al que los fans jalean igual. Le llaman
el 'Hombre Pájaro' por batir los brazos como si fueran alas cuando
ejecuta alguna acción reseñable («solo una vez, como el águila, no
varias, como las palomas», aclara). Andersen es uno de los más
aplaudidos por los seguidores de los vigentes campeones, los Miami Heat,
inmersos estos días en la final frente a los Spurs (van perdiendo 2-1).
Sus acciones espectaculares, su elevada cresta y un musculado cuerpo de
208 centímetros cosido a tatuajes, le han convertido en una de las
fotos más buscadas. Allá donde juegan los Heat, 'Birdman' arrasa.
Andersen se fue llenando de tinta con el paso de los años.
De los trazos japoneses que decoraban discretamente sus brazos al
comienzo de su carrera en la NBA, allá por 2001 en los Denver Nuggets,
ha pasado a estar envuelto en símbolos, textos y dibujos que él define
como recuerdos de las etapas de su vida. Alas, cráneos coronados, dados,
águilas... y el gran 'Free bird' escrito en su cuello, que recuerda la
canción del grupo de hard rock Lynyrd Skynyrd, esa en la que Ronnie van
Zant advierte a la chica: «Soy un pájaro libre y no me puedes cambiar».
Pero el pívot ha cambiado mucho. Tanto, que ha invertido el proceso de
autodestrucción que inició jugando para los New Orleans Hornets
(2004-2006) y ahora es un tipo ejemplar.
Pat Riley -el mítico entrenador de los Lakers y ahora
presidente del equipo de Miami- decidió incorporar a la franquicia al
controvertido jugador. Lo fichó en enero con un contrato de diez días y
acabó alargándolo hasta el final de la temporada. Riley sabía que con
Andersen fichaba defensa, intensidad e intimidación. Pero no era ajeno a
la difícil historia que arrastraba y conocía bien el camino de
redención de un jugador que vio cómo las drogas pudieron romper su vida.
Emigrante en China
La infancia de Andersen está marcada por el abandono de su
padre y las penurias que pasó junto a sus hermanas y una madre a la que
adoraba. La familia vivió al borde de la miseria. Mal estudiante, se
saltaba las clases del instituto. Descubrió el baloncesto y se obsesionó
tanto por mejorar que las horas que no invertía en los libros las
aprovechaba para transformar un enclenque pero espigado cuerpo en una
fibrosa escultura juvenil. Tanto llamaba la atención que la gente acudía
al gimnasio a ver cómo aquel chaval de clase baja levantaba pesas de
decenas de kilos.
Las malas notas de su etapa escolar le impidieron acceder a
una universidad de prestigio y, pese a su valía deportiva, tuvo que
buscarse el futuro en ligas menores como la china, en donde jugó con los
Jiangsu Nangang Dragons, y la liga de desarrollo estadounidense, hasta
que los Nuggets le abrieron la puerta de la NBA.
Denver es la franquicia que ha marcado la trayectoria de
'Birdman'. Primero, le dio la oportunidad de participar en el mejor
campeonato del mundo y años después le rescató del olvido tras tiempos
oscuros y complicados. Andersen obtuvo en la NBA aquello que le había
faltado a lo largo de su vida. Llenó sus bolsillos de dólares y le rodeó
de personas que le halagaban. El grandullón no supo gestionar el éxito y
la bola fue creciendo en su siguiente etapa en los Hornets. Abusó del
alcohol y de las drogas, no había fiesta en la que no apareciera y su
casa se llenó de botellas vacías de Jack Daniel's. Tanto desenfreno
conllevó a una suspensión por dos años en enero de 2006. Entonces, la
presencia de su madre volvió a ser fundamental para reconducir su vida.
Se instaló junto a su hijo y volvió a convertirse en la referencia vital
y en el ejemplo de superación en el que apoyarse. Renació de sus
cenizas como el Ave Fénix y trabajó lo indecible hasta regresar al lugar
del que su mala cabeza le había alejado.
De la mano de su madre y de su novia ha perdido peso y ha
recuperado la alegría en su cara y en el juego. Detrás del 'peligroso'
gigante tatuado se esconde un hombre hogareño, que colecciona Harleys
Davison y que apenas come algo más que ensaladas. Fuera de la cancha
tiene una actitud ejemplar. Modélico atendiendo a los medios, trata a
los hinchas con la simpatía de un pariente cercano y ellos se lo
agradecen dando más alas al gran 'Birdman'.
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