domingo, 3 de febrero de 2013

Kaley: otra musa de la Super Bowl,./ LAS PASIONES ROMANAS DE PETRA DELICADO./ ARTISTAS CONSAGRADOS,.

TÍTULO: Kaley: otra musa de la Super Bowl,.

Kaley: otra musa de la Super Bowl
La actriz Kaley Cuoco, que interpreta a Penny en la serie The Big Bag Theory, será esta noche una de las protagonistas de la Super Bowl. Participa en el anuncio de sesenta segundos, Wish Granted, del Toyota RAV4. Ella es una gran deportista y le apasiona el tenis.

Kaley: otra musa de la Super Bowl,.foto.

TÍTULO: LAS PASIONES ROMANAS DE PETRA DELICADO,.

 Los lectores italianos adoran a Petra Delicado, la inspectora de policía nacida en 1996 del magín de Alicia Giménez Barlett (Almansa, 1951).

Los lectores italianos adoran a Petra Delicado, la inspectora de policía nacida en 1996 del magín de Alicia Giménez Barlett (Almansa, 1951). Sus novelas son tradicionalmente más leídas en italiano que en cualquiera de las muchas lenguas en las que se publican. Para agradecerlo, la escritora albaceteña afincada en Barcelona ha decidido publicar su novena entrega de la serie de intriga policial en italiano poco antes de que aparezca en español.
Hace un doble guiño a sus lectores transalpinos, ya que ha situado buena parte del trama en Italia y ha adelantado casi tres semanas la publicación en la lengua de Dante de 'Nade quiere saber'. Destino la publica en español este martes, después de vender más de cien mil copias en la versión que la selecta editorial 'Sellerio' publica con el título de 'Gli onori de casa'. Barlett juega con los códigos y las consecuencias de la omertà y los silencios mafiosos cuya ruptura se paga con la vida para resolver un crimen perpetrado en Barcelona pero que tiene mucho que ver con los peores usos de la mafia. Es un asesinato con base real cuyos «mimbres» obtuvo de su consejera criminal, la inspectora de la Policía Nacional en Cataluña Margarita García. «Me proporcionó la base sobre una joven prostituta especializada en desvalijar a clientes maduros que luego compliqué un poco», dice de una intriga «en la que nada es lo que parece».
Regresa Petra Delicado más sagaz, con el colmillo más retorcido, pero más decidida que nunca a dejarse mecer por las pasiones. Tiene que viajar a Roma con su inseparable subinspector Fermín Garzón para desentrañar las claves del violento asesinato de un adinerado y añoso industrial catalán del sector textil, Adolfo Siguán, asiduo visitante de jóvenes meretrices. Es un caso archivado, cerrado en falso cinco años antes, y que la viuda del finado remueve hasta conseguir que un juez lo reactive.
Homenaje
«Quería homenajear a mis lectores italianos, que son muy fieles, apasionados y constantes», explica la escritora en una 'osteria' romana, a uno metros de la Piazza del Popolo, y tras una gira promocional que le ha llevado por siete ciudades italianas en una semana frenética.
Tras nueve títulos de Petra Delicado, saga que arrancó con 'Ritos de muerte' y 'Día de perros', la relación entre la creadora y el personaje sigue siendo «más dulce que agria». «Si tuviera que escribir una o dos novelas al año, como me han sugerido tantas veces, estaría hasta el gorro de Petra Delicado. La aborrecería. Pero alterno la serie con otros libros sobre temas más duros y vuelvo a Petra y a Garzón, que me cae muy bien, con ganas». Lo dice la ganadora del Nadal en 2011 con 'Donde nadie te encuentre', una novela sobre el maquis que vendió más de cien mil copias.
Autora y personaje han evolucionado en tantos libros y tantos años pero hay una constante de la inspectora y antes abogada que vuelve a aflorar en esta aventura italiana. «La tensión entre la libertad y el amor», explica la creadora de una Petra 'recasada' en su tercer matrimonio, más o menos abierto, sin ataduras filiales y que no se priva del placer de una echar una electrizante cana al aire con un atractivo 'inspettore' romano. «La intención última es una cierta reivindicación de un sentimiento como la pasión, sobre la que tanto nos han advertido a las mujeres», apunta. También habla de la culpa «otro sentimiento muy propio de la las mujeres, que angustia, por ejemplo, a las madres que trabajan pensando en sus hijos, o ante una aventura amorosa, y que es tan paralizante como inaceptable».
Con todo, Giménez Barlett marca las distancias, y dice que uno de sus empeños es «evitar que Petra tenga mis ideas». «Yo soy mucho más cobarde, ligo mucho menos y envejezco mucho más que ella, que parece permanentemente instalada en los cuarenta», ironiza. En este caso muestra a una «Petra muy consciente de que se aburguesa, que se debate entre la libertad y el amor, y sabe que cuando más cariño tienes, menos libre eres».
Panda de frikis
«Los lectores de novela negra son un panda frikis de aquí te espero; atentos a cualquier detalle, lo saben todo y no pasan una», dice risueña la escritora, que se ve obligada a armar y documentar cada caso metódicamente. Más en esta entrega, primera en la que la pareja de investigadores viaja fuera de España y confronta una realidad ajena. «Las complicaciones no me arredran. Me meto en líos para ver como salgo. Me ensucio las manos, que es la mejor manera de avanzar en las novelas de esta pareja», se ufana Giménez Barlett de esta intriga italiana que le ha obligado a profundizar en la realidad romana e italiana.
Las novelas de Petra Delicado están traducidas a quince lenguas, pero Italia se lleva la palma en cuanto a aceptación seguida de Alemania. La serie con títulos como 'Serpientes en el paraíso', 'Nido vacío' o 'El silencio de los claustros', ha vendido más de un millón y medio de libros. Ha otorgado a su autora premios tan notables como Grinzane Cavour en Italia y el Raymond Chandler en Suiza.
Mantiene así alto el listón de la novela negra ibérica que antes elevaron autores como el desaparecido Manuel Vázquez Montalbán, también muy admirado en Italia, al extremo de inspirar a Andrea Camilleri su personaje del siciliano comisario Montalbano.
 
TÍTULO: ARTISTAS CONSAGRADOS,.

CULTURA,.

Artistas consagrados

Encontrar a Dios ha marcado muchas carreras musicales, para bien o para mal. Diam's, la reina francesa del hip hop, es la última conversa

Era la reina del hip hop francés, una hija de los suburbios de París, contestataria y rebelde. Sus mensajes antisistema la llevaron en volandas a encabezar las listas de éxitos en Francia. Diam's, como se hacía llamar en alusión a la dureza de sus convicciones, lo tenía todo. Hasta que, hace poco, soltó la bomba: ante millones de compatriotas que la veían por la tele anunció que abandonaba la fama, el dinero y la música para abrazar el islam y dedicarse en cuerpo y alma a su marido, Aziz, su hija, Miriam, y las obras de caridad. Bautizada en una pila católica como Mélanie Georgiades, Alá fue el salvavidas al que se asió esta francesa de origen chipriota cuando cayó en una profunda depresión. Sintió la llamada durante unas vacaciones en isla Mauricio, al oír recitar el Corán. «Aquello trajo a mi vida paz y un claro propósito del por qué estoy aquí: despertarme cada mañana tratando de ser mejor», explicó en el plató de TF1, al que acudió con túnica y velo islámico.
Su caso guarda curiosas similitudes con el de Cat Stevens, cantante multiinstrumentista, poeta y compositor londinense que en los años 60 y 70 vendió millones de discos, con éxitos tan universales como 'Moonshadow' o 'Father and son'. Mediada la década de los setenta -cuentan que tras salvarse de morir ahogado en una playa de Malibú-, inició una búsqueda espiritual que le llevó a experimentar sucesivamente en el budismo zen, la astrología, el tarot, la numerología y otras corrientes esotéricas. Un día llegó a sus manos una copia del Corán y su efecto fue fulminante: descuidó su barba y tapó sus greñas con el tarbush, cambió su nombre -por segunda vez, ya que el suyo original era Stevenn Demebre Gregoriu- por el de Yusuf Islam, los pantalones acampanados por la chilaba, la guitarra por los versículos de los profetas y su ambición de ser una estrella del rock por la de conocer el alma humana. El mundo perdió a un gran cantante pero a cambio ganó un filántropo respetado que ha dedicado gran parte de su fortuna a las víctimas de las guerras, ha fundado prestigiosas escuelas en Reino Unido y hasta fue nombrado por el príncipe Carlos como su embajador personal de caridad. Hace seis año volvió a la canción, sólo con fines altruistas y consciente de ser «un espejo donde los musulmanes se miran para ver el mundo occidental y donde mis compatriotas se miran para ver el islam».
Los Beatles y su yogui
La búsqueda de alternativas a un cristianismo rancio y encorsetado fue una de las señas de identidad del movimiento hippie, que convirtió a sus músicos en la avanzadilla encargada de empapar de espiritualidad oriental a la materialista burguesía. Entre estos pioneros están los Beatles, que arrastrados por el inquieto George Harrison viajaron a la India en 1968 para imbuirse de misticismo y alejarse de las drogas. Allí tomaron como maestro al Maharishi Mahesh Yogui, que entre mantra y mantra tuvo tiempo de cargar a su cuenta suculentos talones, echar los tejos a una escandalizada Mia Farrow y hacer caja abriendo sucursales de su Movimiento de la Regeneración Espiritual en varios continentes. Los Beatles terminaron distanciándose del avispado yogui, al que dedicaron el cítrico 'Sexy Sadie' en su 'Álbum Blanco'. Para entonces el Maharashi ya había encontrado nuevas fuentes de financiación en la opulenta California, tras convertir la meditación trascendental en una marca registrada, perfeccionar el vuelo yóguico y propugnar la arquitectura védica y la paz mundial. Los Beach Boys tomaron el relevo de los cuatro de Liverpool alentados por su líder, Mike Love, que alcanzó el estatus de Gobernador de la Edad de la Iluminación en la escuela de meditación trascendental del Maharishi pese a su lamentable fracaso en cada uno de sus intentos por levitar.
Vela a Dios, otra al diablo
Los Rolling Stones, el reverso de la moneda de los Beatles en aquella época, tal vez para marcar distancias con ellos cultivaron una imagen más siniestra: se hicieron llamar 'Sus Satánicas Majestades', incluyeron con profusión símbolos demoníacos y referencias al Maligno en portadas y letras y llegaron a reclutar a Ángeles del Infierno como fuerza de seguridad en un concierto que terminó -¿les sorprende?- con la muerte de un espectador apuñalado por un motero de la banda. Este culto -con frecuencia interesado- al Señor Oscuro ha atraído a muchos músicos, especialmente del rock duro: AC/DC con su 'Autopista al Infierno', Ozzy Osbourne y sus rituales sangrientos en los conciertos de Black Sabath, Jimmy Page y su fijación por la parafernalia satánica...
La vida de Little Richard nos ofrece una edificante parábola, o más bien un tirabuzón bíblico: se ordenó sacerdote de la iglesia Adventista del Séptimo Día, en cuyo coro se había iniciado de niño en el gospel, pero cambió pronto el púlpito por una vida de golfería y excesos. Tiempo después, influido por el incendio de un motor del avión en que viajaba, volvió contrito al redil e incluso se casó, siendo como era más amigo de la carne que del pescado. Pero al cabo de seis años se aburrió del pastel de manzana y el sermón dominical y volvió a los tugurios abyectos y a las drogas duras, más salvaje que nunca. Tuvieran que morir asesinados dos de sus mejores amigos, y su hermano de un infarto, para que captara el mensaje divino y desempolvara de nuevo la levita de reverendo.
Hijo pródigo
Otro hijo pródigo fue Bob Dylan, quien recibió de los Zimmerman una sólida educación judía en Duluth, Minnesota. Pero soplar en el viento te lleva a lugares insospechados, y así se dejó arrastrar primero hacia la meditación zen y luego a la confraternidad cristiana de la Viña, de mucho predicamento en los ambientes progres californianos de los setenta. No llevó su conversión precisamente en secreto: el 27 de septiembre de 1997, tocado con un sombrero vaquero y guitarra en ristre, cantó 'Knocking on the Heaven's Door' y otros temas para Juan Pablo II, 200 príncipes de la Iglesia y 300.000 jóvenes católicos participantes en el congreso eucarístico de Bolonia. Con el tiempo, sin embargo, su fe en la Iglesia de Roma se fue enfriando y desanduvo el camino recorrido. «Siempre he creído en un poder superior», aduce el bardo de Minnesota, ahora próximo al movimiento judío jasídico Chabad Lubavitch.
Es fácil adivinar en Bono, el hombre comprometido con el tercer mundo, con inquietudes trascendentes y una Biblia en la mesilla de noche, al muchacho que con 14 años, devastado por la muerte de su madre, buscó consuelo en un grupo evangélico dublinés. Aunque la rígida jerarquía eclesial desencantó pronto al adolescente, la influencia de aquellas catequesis aún persiste en las letras compuestas por el cantante de U2.
Más difícil resulta ver en Alice Cooper, el inventor del shock rock, que simulaba sangrientas ejecuciones de niños con un hacha en el escenario y usaba una boa constrictor como bufanda, al cristiano agazapado tras su aspecto de Sara Montiel recién levantada. Cuando el rockero tocó fondo en los ochenta, sumido en el alcoholismo y otras dependencias, le ayudó a salir del agujero la fe inculcada por su padre, un predicador mormón. Cooper dejó las drogas, pero no sus macabros espectáculos gore. «Que seas cristiano no significa que vas a ser bueno, significa que tienes un camino más difícil ante ti», se justificó.
En España, una evolución aún más drástica la protagonizó Fabio McNamara, icono de la Movida con Almodóvar, que dejó una vida de excesos al descubrir a Jesucristo. ¿Quién reconoce en este hombre de comunión diaria al compositor de 'Cómo está el servicio... de señoras'? «Vivía alienado, bajo los efectos de un montón de sustancias. Y buscaba la felicidad donde no estaba: en la droga, en el sexo, en la fama...», se sincera.
Elvis y otras divinidades
Abundan casos como el suyo: el rapero MC Hammer, estrella de los 90 y hoy pastor evangélico; o Dave Mustaine, cuya fe del converso le llevó a vetar las actuaciones de su grupo de trash metal, Megadeth, en festivales donde se cantaran canciones blasfemas... Mención aparte merece el dominicano Juan Luis Guerra. El rey del merengue y la bachata es un activo miembro de una iglesia evangélica, no pierde ocasión de hacer proselitismo y hasta ganó un Grammy al Mejor Álbum Cristiano por 'Para ti' (2004). Reconocido filántropo, la fundación que lleva su nombre ayuda a los más necesitados de la isla caribeña.
Entre los conversos al islam destacan músicos de la talla de Ice Cube, rey del hip hop, o el jamaicano Prince Buster. Y entre los apóstoles de otros confesiones merece ser citado el compatriota de éste Bob Marley, impulsor del movimiento rastafari, que diviniza al emperador etíope Haile Selassie I como descendiente del linaje del rey Salomón y última reencarnación en la Tierra del dios Jah. O el mesurado y grave Leonard Cohen, autor del espiritual 'Hallelujah', que derivó desde la religión hebrea al budismo para ordenarse monje zen con el nombre de Jikan Darma, El Silencioso.
Rara es la biografía de un músico consagrado que no incluya un apartado sobre sus veleidades religiosas, pero más extraño aún es encontrar a un artista convertido en objeto de adoración. Nos referimos, cómo no, a Elvis Presley, con cuya figura se han fundado religiones como la Primera Iglesia Preyslerteriana, cuya liturgia estipula rezar mirando a Las Vegas y peregrinar a Graceland al menos una vez en la vida. La Iglesia de Jesucristo Elvis, por su parte, compara sus milagros con los del Nazareno recordando que él también anduvo sobre las aguas... mientras practicabael surf.


 

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