Si la fortaleza se midiera por las ganas de vivir, Corcha sería uno de los seres más fuertes del mundo. Su historia comienza igual que la de cualquier otro perro callejero, vagando por las calles y buscando sus sustento.
Pero el pasado 1 de septiembre su vida dio un vuelco y no fue precisamente a mejor. Ese sábado se celebraba una boda en Cordobilla de Lácara, cerca de Mérida. Y durante el ágape apareció en el local un perro desnutrido y con su piel totalmente abrasada. Los asistentes, vestidos de tiros largos, llamaron de manera inmediata a la Guardia Civil, que recibió la orden de retirar el perro del salón de bodas.
Pero una vez fuera del lugar, se preguntaron qué hacer con el animal. La obligación de los agentes era hacerse cargo de ella hasta que fuese entregada en alguna perrera o asociación protectora. Pero era fin de semana y estaban todas cerradas, así que el agente, que conocía personalmente la buena labor de María Manglano (la presidenta de la asociación de defensa de los animales Adana) la llamó a su móvil. Los agentes de las fuerzas de seguridad no tienen un protocolo a seguir en estos casos, pero por ley deben recoger a cualquier animal que esté perdido o en peligro. Ya habían llamado en otras ocasiones a la presidenta, porque saben que siempre responde. Ambos le salvaron la vida, el agente de la Guardia Civil por llevarla a María y ella por acogerla y no mirar el día que era en el calendario.
La perra, de unos ocho meses, estaba tan mal que cuando abrieron la caja donde la transportaron de Mérida a Badajoz pensaron que había muerto. Tenía quemaduras producidas por un producto tóxico en más del 60 % de su cuerpo. Pero los análisis no permiten saber si fue herida de manera intencionada o es que el animal había caído en algún bidón con contenido corrosivo. Se sospecha que estaba abandonada debido a su extrema delgadez y a que no tenía el microchip de identificación que es obligatorio.
Los primeros días que estuvo ingresada en una clínica veterinaria se temió por la vida de Corcha, ya que tenía convulsiones y estuvo casi una semana sin ni siquiera abrir los ojos. Nadie sabe de dónde sacó la fuerza este animal para remontar y mejorar de sus quemaduras. Tras quince días ingresada, al fin pudo salir a la calle, corretear y tener contacto con otros perros.
La factura de su curación ascendió a 700 euros. Pero afortunadamente Adana pudo pagarla sin problemas porque ha habido donantes que se han volcado y han aportado dinero.
Tal ha sido el interés que ha generado la perra quemada que tuvieron que ampliar la capacidad de la web de Adana y actualizar cada poco tiempo su estado, porque mucha gente llamaba preocupándose por ella.
Además, protectoras extranjeras se han fijado en Corcha y han propagado su historia. Incluso, una niña francesa le mandó un dibujo y un peluche dándole apoyo y lamentando sus heridas. Quizás Corcha se haya sentido querida y de ahí haya sacado las fuerzas para sobrevivir. La cachorra ya tiene familia de adopción en Francia. Pero, mientras se recupera y llega el día en que pueda viajar, está acogida por una familia de Madrid. Serán unos dos meses y Adana se hará cargo de la medicación oral que necesita seguir tomando. Por lo demás, sólo requiere de alguien con experiencia en perros y tiempo para pasearla, ya que al ser cruzada de galgo, es un perro que necesita realizar mucha actividad física.
TÍTULO: LAS PERSONAS TAMBIÉN SOMOS DE USAR Y TIRAR:
'Ni canta, ni baila, ni falta que hace', así rezaban los carteles que anunciaban cada espectáculo de Lola Flores. De Estela Reynolds, grande ...
Ni canta, ni baila, ni falta que hace’, así rezaban los carteles que anunciaban cada espectáculo de Lola Flores. De Estela Reynolds, grande dónde las haya aunque venida a menos, se podría decir lo mismo. El personaje que encarna Antonia San Juan (Las Palmas de Gran Canaria, 1961) en ‘La que se avecina’ es uno de los favoritos de los seguidores de la serie de Telecinco. Esta noche (22.30 horas) regresan los vecinos más locos de la tele, los de Montepinar. «No paraban de mandarme mensajes pidiendo que volviera»
– ¿Con qué ánimo reaparece en Montepinar?
– (Con ironía) Estela Reynolds es una mujer muy equilibrada, sensata, que se niega a tomar alcohol; asexual total, no le interesa el sexo para nada; si quieres indagar más en mi personalidad contestaré lo que me convenga, y lo que no, pues no.
– ¿Encontrará por fin el amor esta temporada?
– Yo no sé si encontrará el amor, no tengo ni repajolera idea, no la veo yo a ella encontrándolo. Si fuera una amiga mía y me dijera ‘¿Tú crees que voy a encontrar el amor?’, le diría que no. Está muy loca, y yo creo que para encontrarlo hay que estar un poco equilibrada. Si no, ¿quién te aguanta?
– ¿Y con Fermín (Fernando Tejero) habrá alguna historia?
– Sí, hay pasado (risas), pero no intentes sonsacarme porque no voy a contar nada.
– ¿Se le ha contagiado algo de Estela Reynolds o es usted así?
– No, no tenemos nada que ver, lo divertido es hacer un personaje que no tenga nada que ver contigo. Ni hablo como Estela ni me comporto como ella, de hecho yo soy canaria y ella no, etc.
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