TÍTULO: CONSERVACIÓN: DÉJALA CORRER: No valoras nada una caricia dejas que resbale por tu piel, Sólo se te escapa una sonrisa cuando tienes ganas de mujer, y haces que me entregue a tu placer. Vienes y te vas cuando te place cuentas con que yo, te dejo hacer, te preocupa sólo, tu persona pero todo acaba, alguna vez y ese es el momento que no ves. No lo ves porqué me has tomado tu forma sin contar conmigo y mi manera de ser No lo ves porqué sólo piensas en ti vives dentro de ti Y eso no puede ser. No cuentas con nadie no quieres a nadie vives en un mundo en que no hay nadie en él. Yo no quiero nada yo sólo te ofrezco agua limpia y fresca que no quieres beber... Pues déjala correr agua que no es de beber... déjala correr Agua que no es de beber.... Quién te habrá hecho tanto daño, y es que el fuego en tus heridas, no sirvió, para cerrarlas porque dentro siguen vivas y te queman y no curan, y te amargan la sonrisa, quién te habrá hecho tanto daño. ...Que tú....Tú.... No valoras nada una caricia, dejas que resbale por tu piel. Sólo se te escapa una sonrisa, cuando tienes ganas de mujer Pero esto se acabó y tu no lo ves. No lo ves porqué me has tomado tu forma sin contar conmigo y mi manera de ser No lo ves porqué sólo piensas en ti vives dentro de ti Y eso no puede ser. No cuentas con nadie no quieres a nadie vives en un mundo en que no hay nadie en él. Yo no quiero nada yo sólo te ofrezco agua limpia y fresca que no quieres beber... Pues déjala correr agua que no es de beber... déjala correr Agua que no es de beber.... |
No valoras nada una caricia
dejas que resbale por tu piel,
Sólo se te escapa una sonrisa
cuando tienes ganas de mujer,
y haces que me entregue a tu placer.
Vienes y te vas cuando te place
cuentas con que yo, te dejo hacer,
te preocupa sólo, tu persona
pero todo acaba, alguna vez
y ese es el momento que no ves.
ESTRIBILLO
No lo ves porqué
me has tomado tu forma
sin contar conmigo
y mi manera de ser
No lo ves porqué
sólo piensas en ti
vives dentro de ti
Y eso no puede ser.
No cuentas con nadie
no quieres a nadie
vives en un mundo en que
no hay nadie en él.
Yo no quiero nada
yo sólo te ofrezco
agua limpia y fresca
que no quieres beber...
Pues déjala correr
agua que no es de beber...
déjala correr
Agua que no es de beber....
Quién te habrá hecho tanto daño,
y es que el fuego en tus heridas,
no sirvió, para cerrarlas
porque dentro siguen vivas
y te queman y no curan,
y te amargan la sonrisa,
quién te habrá hecho tanto daño.
...Que tú....Tú....
No valoras nada una caricia,
dejas que resbale por tu piel.
Sólo se te escapa una sonrisa,
cuando tienes ganas de mujer
Pero esto se acabó
y tu no lo ves.
ESTRIBILLO
No lo ves porqué
me has tomado tu forma
sin contar conmigo
y mi manera de ser
No lo ves porqué
sólo piensas en ti
vives dentro de ti
Y eso no puede ser.
No cuentas con nadie
no quieres a nadie
vives en un mundo en que
no hay nadie en él.
Yo no quiero nada
yo sólo te ofrezco
agua limpia y fresca
que no quieres beber...
Pues déjala correr
agua que no es de beber...
déjala correr
Agua que no es de beber....
TÍTULO: GAUDÍ :
Antoni Gaudí i Cornet (Riudoms o Reus,[1] 25 de junio de 1852 – Barcelona, 10 de junio de 1926) fue un arquitecto español, máximo representante del modernismo catalán.
Gaudí fue un arquitecto con un sentido innato de la geometría y el volumen, así como una gran capacidad imaginativa que le permitía proyectar mentalmente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos. De hecho, pocas veces realizaba planos detallados de sus obras; prefería recrearlos sobre maquetas tridimensionales, moldeando todos los detalles según los iba ideando mentalmente. En otras ocasiones, iba improvisando sobre la marcha, dando instrucciones a sus colaboradores sobre lo que tenían que hacer.
Dotado de una fuerte intuición y capacidad creativa, Gaudí concebía sus edificios de una forma global, atendiendo tanto a las soluciones estructurales como las funcionales y decorativas. Estudiaba hasta el más mínimo detalle de sus creaciones, integrando en la arquitectura toda una serie de trabajos artesanales que dominaba él mismo a la perfección: cerámica, vidriería, forja de hierro, carpintería, etc. Asimismo, introdujo nuevas técnicas en el tratamiento de los materiales, como su famoso “trencadís” hecho con piezas de cerámica de desecho.
Después de unos inicios influenciado por el arte neogótico, así como ciertas tendencias orientalizantes, Gaudí desembocó en el modernismo en su época de mayor efervescencia, entre finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, el arquitecto reusense fue más allá del modernismo ortodoxo, creando un estilo personal basado en la observación de la naturaleza, fruto del cual fue su utilización de formas geométricas regladas, como el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide.
La arquitectura de Gaudí está marcada por un fuerte sello personal, caracterizado por la búsqueda de nuevas soluciones estructurales, que logró después de toda una vida dedicada al análisis de la estructura óptima del edificio, integrado en su entorno y siendo una síntesis de todas las artes y oficios. Mediante el estudio y la práctica de nuevas y originales soluciones, la obra de Gaudí culminará en un estilo orgánico, inspirado en la naturaleza, pero sin perder la experiencia aportada por estilos anteriores, generando una obra arquitectónica que es una simbiosis perfecta de la tradición y la innovación. Asimismo, toda su obra está marcada por las que fueron sus cuatro grandes pasiones en la vida: la arquitectura, la naturaleza, la religión y el amor a Cataluña.[2]
La obra de Gaudí ha alcanzado con el transcurso del tiempo una amplia difusión internacional, siendo innumerables los estudios dedicados a su forma de entender la arquitectura. Hoy día es admirado tanto por profesionales como por el público en general: la Sagrada Familia es actualmente uno de los monumentos más visitados de España.[3] Entre 1984 y 2005 siete de sus obras han sido consideradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La estancia en su tierra natal le sirvió asimismo para conocer y estudiar profundamente la naturaleza, sobre todo durante sus estancias veraniegas en el Mas de la Calderera, la casa de los Gaudí en Riudoms. Le gustaba el contacto con la naturaleza, por lo que posteriormente se hizo miembro del Centro Excursionista de Cataluña (1879), entidad con la que realizó numerosos viajes por toda Cataluña y el sur de Francia. También practicó durante un tiempo la equitación, y hasta su vejez caminaba unos diez kilómetros diarios.[9]
El pequeño Gaudí era de naturaleza enfermiza, y padeció reumatismo desde niño, lo que le transmitió un carácter un tanto retraído y reservado.[10] Quizá por eso, de mayor se convirtió en vegetariano[11] [12] y en partidario de las teorías higienistas del doctor Kneipp.[13] Debido a estas creencias –y por motivos religiosos–, en ocasiones se entregaba a severos ayunos, tanto que en ocasiones ponía en peligro su propia vida, como en 1894, año en que cayó gravemente enfermo a causa de un prolongado ayuno.[14]
Realizó sus primeros estudios en el parvulario del maestro Francesc Berenguer, padre del que sería uno de sus principales colaboradores, y luego pasó a los Escolapios de Reus; destacó en dibujo, colaborando con el semanario El Arlequín.[15] También trabajó durante un tiempo como aprendiz en la fábrica textil “Vapor Nou” de Reus. En 1868 se trasladó a Barcelona para cursar enseñanza media en el Convento del Carmen de la ciudad condal. En su adolescencia estuvo cercano al socialismo utópico, realizando junto con dos compañeros de estudios, Eduard Toda i Güell y Josep Ribera i Sans, un proyecto de restauración para el Monasterio de Poblet que lo convertiría en un falansterio utópico-social.[16]
Entre 1875 y 1878 realizó el servicio militar en el Arma de Infantería en Barcelona, siendo destinado a Administración Militar. Pasó la mayor parte del tiempo rebajado de servicio a causa de su salud, por lo que pudo continuar con los estudios. Gracias a ello no tuvo que entrar en combate, pues coincidió en esas fechas con la Tercera Guerra Carlista.[17] En 1876 tuvo lugar el triste suceso de la muerte de su madre, a los 57 años, así como la de su hermano Francesc a los 25, médico recién titulado que no llegó a ejercer.
Cursó arquitectura en la Escuela de la Llotja y en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, donde se graduó en 1878. Junto a las asignaturas de arquitectura asistió a clases de francés y cursó algunas asignaturas de Historia, Economía, Filosofía y Estética. Su expediente académico fue regular, con algún que otro suspenso; Gaudí se preocupaba más de sus propios intereses que de las asignaturas oficiales.[18] Elies Rogent, director de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, dijo en el momento de otorgarle el título:
”Hemos dado el título a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá”.[19]Para pagarse la carrera, Gaudí trabajó como delineante para diversos arquitectos y constructores, como Leandre Serrallach, Joan Martorell, Emili Sala Cortés, Francisco de Paula del Villar y Lozano y Josep Fontserè.[20] Quizá por eso, al recibir el título, Gaudí, con su irónico sentido del humor, comentó a su amigo el escultor Llorenç Matamala:
”Llorenç, dicen que ya soy arquitecto”.[21]
Madurez y labor profesional
En 1883 aceptó hacerse cargo de continuar las recién iniciadas obras del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. Gaudí modificó totalmente el proyecto inicial, convirtiéndola en su obra cumbre, conocida y admirada en todo el mundo. A partir de 1915 se dedicó casi por completo a este proyecto, hasta que murió. Gaudí comenzaba a recibir cada vez más encargos, por lo que, al trabajar en varias obras a la vez, tuvo que rodearse de un amplio equipo de profesionales de todos los campos relacionados con la construcción; en su estudio se formarían numerosos arquitectos que con el tiempo alcanzarían un puesto de renombre en el sector, como Josep Maria Jujol, Joan Rubió, Cèsar Martinell, Francesc Folguera y Josep Francesc Ràfols. En 1885, para escapar de la epidemia de cólera que asolaba Barcelona (véase: Pandemias de cólera en España), Gaudí pasó una estancia en Sant Feliu de Codines, residiendo en la casa de Francesc Ullar, al que en agradecimiento diseñó una mesa de comedor.[22]
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